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sábado, 7 de noviembre de 2009

PALABRAS DE PAZ DE LOS ESENIOS. -4-


CAPITULO IV.
¿Cómo podremos leer la Ley de Dios en otra parte que no sean las escrituras?
Léenoslas donde tu las veas, pues nosotros no conocemos nada sino las escriuras que hemos heredado de nuestros padres. Enséñanos la ley de que tu hablas, a fin de que oyéndola, seamos sanados y justificados.
Y Jesús les dice: Vosotros no comprendeis las palabras de la vida porque estais en la muerte. Las sombras oscurecen vuestros ojos y la sordera cierra vuestros oidos.
Pues yo os digo, en verdad no habeis ganado nada al escudriñar las escrituras muertas, pues con vuestros hechos negais al que os ha dado las escriuras. Pues os digo en verdad, Dios y sus leyes no están de acuerdo con vuestros actos. No están en la glotonería y la embriaguez, ni en lo disoluto, ni en la impudicia, ni en la búsqueda de riquezas, ni aún en el odio para vuestros enemigos. Porque todas estas cosas están muy alejadas del verdadero Dios y de sus ángeles. Mas todas estas cosas vienen del reino de las tinieblas y del príncipe de todo mal.
Y todas estas cosas vosotros las llevais en vosotros mismos y por ésto las palabras y el poder de Dios no descienden en vosotros. Porque toda clase de males y abominaciones habitan en vuestro cuerpo y vuestro espíritu.
Si quereis que la palabra del Dios viviente penetre en vosotros, no mancheis ni vuestro cuerpo ni vuestro espíritu. Porque el templo que es el cuerpo, es el templo del espíritu y el espíritu es el templo de Dios. Purificad, por lo tanto el templo para que el Señor del templo descienda y habite en un lugar digno de El.

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