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lunes, 28 de diciembre de 2009

CAPITULO II: El proceso de la enfermedad



La salud es orden; la enfermedad es desorden. En el cuerpo humano existe una interacción constante entre ambos factores. El hombre sabio aprende a estar totalmente consciente de la presencia del desorden en su cuerpo y toma las medidas necesarias para establecer el orden. Entiende que el desorden es inherente al orden, y por lo tanto, es posible recobrar la salud.

El ambiente interno del cuerpo constantemente reacciona al ambiente externo. El desorden ocurre cuando éstos dos están desequilibrados. Es necesario entender la enfermedad como un proceso para poder cambiar el ambiente interno y equilibrarlo con el externo. La explicación ayurvédica de las enfermedades hace posible reestablecer el orden y la salud donde existía el desorden y la enfermedad.

En el Ayurveda, el concepto de salud es fundamental para entender las enfermedades. Antes de discutir la enfermedad hay que entender el significado de bienestar y salud. Un estado de salud existe cuando: el fuego digestivo (agni) está equilibrado; los humores corpóreos (vata, pitta y kapha) están en equilibrio; los tres productos de desecho (orina, heces y sudor) funcionan a nivel normal y también están equilibrados; los sentidos funcionan normalmente; el cuerpo, la mente y la conciencia trabajan armoniosamente como unidad. Cuando uno de ellos se desequilibra comienza el proceso de la enfermedad. Debido a que el equilibrio de los elementos y funciones anteriores es responsable de la resistencia natural y la inmunidad, una persona sana no podrá ser afectada por enfermedades contagiosas. Así, el desequilibrio del cuerpo y la mente es responsable del dolor fisiológico y físico.

Clasificación de las enfermedades

De acuerdo con el Ayurveda, las enfermedades se pueden clasificar según su origen: psicológico, espiritual o físico. La enfermedad también se clasifica de acuerdo al lugar de manifestación: corazón, pulmones, hígado, etc. El proceso puede empezar en el estómago, en los intestinos, pero manifestarse en el corazón y pulmones. Así los síntomas de la enfermedad pueden aparecer en otro lugar que no es el de origen. Las enfermedades se clasifican de acuerdo a los factores y a la dosha (vata, pitta y kapha) que la causa.

Propensión a las enfermedades

La constitución individual determina la propensión a las enfermedades. Por ejemplo, las personas de constitución kapha tienden a padecer enfermedades kaphagénicas. Pueden sufrir repetidos ataques de anginas, sinusitis, bronquitis y congestión en los pulmones. Así mismo, los individuos de constitución pitta son susceptibles a desórdenes de la vesícula y del hígado, hiperacidez, úlceras pépticas, gastritis y enfermedades inflamatorias. Los tipos pitta también sufren desórdenes como urticaria y erupciones cutáneas. Las personas vata son muy susceptibles a los gases, dolor de espalda, artritis, ciática, parálisis y neuralgias. Las enfermedades vata tienen su origen en el intestino grueso; las enfermedades pitta en el intestino delgado, y las kapha en el estómago. El desequilibrio de los humores en estas áreas crea ciertos signos y síntomas.

El desequilibrio que causa la enfermedad puede originarse en la conciencia y luego manifestarse en la mente: La semilla de la enfermedad puede estar en el subconsciente más profundo en forma de furia, miedo o dependencia. Estas emociones se manifiestan en el cuerpo a través de la mente. El miedo reprimido creará desequilibrio de vata; la ira contenida causará un exceso de pitta; la envidia, la dependencia y la avaricia agravarán kapha. Estos desarreglos de la tridosha afectarán la resistencia natural del cuerpo (el sistema inmunológico, agni) que queda susceptible a la enfermedad.

Algunas veces, el desequilibrio que causa la enfermedad ocurre en el cuerpo y luego se manifiesta en la mente y la conciencia. Los alimentos, los hábitos y el ambiente, con atributos similares a aquellos de dosha serán contrarios a los tejidos del cuerpo. Crearán un desorden que puede manifestarse en el nivel físico y afectar luego la mente, causando el desequilibrio de las doshas. Por ejemplo, vata fuera de equilibrio crea miedo, depresión y nerviosismo. Pitta en exceso, causará furia, odio y celos; demasiada kapha crea afán posesivo, avaricia y dependencia. Como se puede observar, existe una conexión directa entre la dieta, los hábitos, el ambiente y los desórdenes emocionales.
El deterioro de los humores del cuerpo, vata, pitta y kapha crea toxinas (ama) que circulan por todo el organismo. Durante la circulación, las toxinas se acumulan en las áreas débiles. Por ejemplo, si hay debilidad en la articulación, la enfermedad se manifiesta allí. Pero ¿qué es lo que crea esta debilidad y las toxinas del cuerpo?

La clave de la salud o la enfermedad: Agni

Agni es el fuego biológico que gobierna el metabolismo. Su función es similar a la de pitta y se puede considerar como parte integral del sistema de pitta en el cuerpo, que funciona como agente catalítico en la digestión y el metabolismo. Pitta contiene energía-calor que propicia la digestión. Agni es esta energía.
Pitta y agni son esencialmente lo mismo con sutiles diferencias: pitta es el recipiente y agni está contenida en él.

Pitta se manifiesta en el estómago como jugo gástrico. Agni es de naturaleza ácida, fragmenta el alimento y estimula la digestión. Agni está sutilmente relacionado con el movimiento de vata, pues el aire del cuerpo enciende el fuego. Agni está presente en cada tejido y célula. Es necesario para mantener la nutrición de los tejidos y el mecanismo inmunológico. El agni que está en el estómago y los intestinos destruye los microorganismos, las bacterias y las toxinas. De esta manera protege la flora de estos órganos.
La longevidad depende de agni; también la inteligencia, el entendimiento, la percepción y la comprensión. Agni mantiene el color de la piel, el sistema enzimático y el metabolismo. Mientras el agni funcione debidamente, los procesos de digestión, absorción y asimilación operarán bien.

Cuando agni no funciona correctamente debido al desequilibrio de la tridosha, el metabolismo se afecta de manera drástica. La resistencia y el sistema inmunológico del cuerpo se deterioran. Los fragmentos alimenticios no se digieren ni se absorben, sino que se acumulan en el intestino grueso, convirtiéndose en una sustancia heterogénea mal oliente y pegajosa. Este material llamado ama, bloquea los intestinos y otros canales como los vasos capilares, las venas y las arterias. Eventualmente, sufre muchos cambios químicos que crean toxinas. La sangre absorbe estas toxinas, que entran a la circulación general. Poco a poco se acumulan en los lugares débiles del cuerpo donde crean contracciones, obstáculos, estancamientos y debilidad de los órganos, a la vez que reducen el mecanismo inmunológico de los tejidos correspondiente. Finalmente, la enfermedad se manifiesta en los órganos afectados de diversas formas: artritis, diabetes, enfermedades del corazón, etc.

La raíz de todas las enfermedades es ama. Existen muchas causas para el desarrollo de ama. Por ejemplo, cuando se digieren alimentos incompatibles entre sí, el agni se ve afectado directamente debido a las toxinas creadas por estos alimentos mal digeridos. Si la lengua está cubierta por una capa delgada y blanca, indica la existencia de ama en los intestinos grueso o delgado, o en el estómago, todo depende de la parte de la lengua que esté cubierta. (Ver sección y diagrama de diagnóstico de la lengua en el capítulo IV).
El ama se desarrolla cuando las funciones del agni se retardan; pero el agni hiperactivo también es perjudicial. Cuando el agni es hiperactivo, el proceso digestico se quema a causa de la combustión excesiva de nutrientes biológicos normales en los alimentos, lo que causa debilidad. Esta condición también reduce la capacidad inmunológica del cuerpo.

Emociones reprimidas

Las toxinas también se crean por causas emocionales. Por ejemplo, la ira reprimida cambia por completo la flora de la vesícula biliar, el intestino delgado e incrementa pitta, por lo que se inflaman las zonas de la membrana mucosa del estómago e intestino. Asimismo, el miedo y la ansiedad alteran la flora del intestino grueso. Como resultado, el vientre se hincha con gases que se acumulan en las cavidades del intestino y causan dolor. A menudo este dolor se confunde con problemas del corazón o del hígado. Por los efectos nocivos que ocasiona reprimir las emociones, como las necesidades físicas, se recomienda que no se limiten acciones como toser, estornudar o evacuar gases.

Las emociones reprimidas crean un desequilibrio en vata, que a su vez afecta el agni, la respuesta inmunológica del cuerpo. Cuando el agni es bajo, puede haber una respuesta inmunológica anormal. Esta reacción puede causar alergias a ciertas sustancias como el polen.

Como las alergias están estrechamente relacionadas con las respuestas inmunológicas del cuerpo, los individuos que nacen con reacciones inmunológicas anormales, generalmente sufren alergias. Por ejemplo, una persona que nace con constitución pitta, será naturalmente sensible a los alimentos condimentados y picosos, que agrava pitta. De la misma forma, las emociones reprimidas del tipo pitta como el odio y la ira, pueden incrementar la hipersensibilidad a esos alimentos.
Las personas de constitución kapha son muy sensibles a ciertos alimentos que agravan kapha. En estos individuos, los alimentos kaphagénicos (como los lácteos) producen tos, resfriados y congestión. Las personas que reprimen emociones kapha, como la dependencia o la avaricia, tendrán reacciones alérgicas a los alimentos kapha.

Las tres malas

Los desequilibrios en otros sistemas del cuerpo, como los de excreción, también pueden causar enfermedades. El organismo produce tres materiales de desecho o malas: las heces, que son sólidas; la orina y el sudor que son líquidos. La producción y eliminación de estos es absolutamente vital para la salud. La orina y las heces se forman en el intestino grueso durante el proceso digestivo de asimilación, absorción y discriminación entre otras sustancias esenciales y no-esenciales. Las heces van al recto para ser evacuadas, la orina va a los riñones para ser filtrada y almacenada en la vejiga y luego desechada. El sudor se elimina por los poros de la piel.

Aunque la orina y las heces se consideran productos de desecho, no son estrictamente desperdicios, son incluso esenciales para el funcionamiento fisiológico de ciertos órganos. Por ejemplo, las nueces se nutren a través de los tejidos intestinales: muchos nutrientes se quedan en estos tejidos después de la digestión. Más tarde, una vez que el cuerpo absorbe dichos nutrientes, las heces son eliminadas.
Las heces también fortalecen el intestino grueso y mantienen su tono muscular. Si una persona no tuviera heces, el intestino se desplomaría. El que sufre de estreñimiento vive más que el que tiene diarrea. Si una persona sufre de diarrea continua durante quince días, morirá. Sin embargo, uno puede estar estreñido durante mucho tiempo y vivir, aunque con problema. El estreñimiento crea hinchazón, incomodidad, gases, dolor del cuerpo, dolor de cabeza y mal aliento.

El sistema urinario elimina del cuerpo el agua, la sal y productos nitrogenados de desecho. La orina se forma en el intestino grueso. Este producto de desecho ayuda a mantener la concentración normal de electrolitos en los fluidos del cuerpo. El funcionamiento de esta mala depende de la cantidad de líquidos ingeridos, de la dieta, de la temperatura ambiental, del estado mental y de la condición física del individuo.
El color de la orina depende de la dieta. Si el paciente tiene fiebre, que es desorden de pitta, la orina será amarilla obscura tendiendo a color café. La hepatitis, que también es un desorden de pitta, producirá una orina amarillo-obscura. La pigmentación de la bilis puede dar a la orina un color verdoso. Pitta en exceso puede crear alta acidez en la orina. Las sustancias diuréticas tales como el té, café y alcohol, también agravan a pitta.

Si el cuerpo retiene agua, la orina será escasa, y esta agua se acumulará en los tejidos. Esta condición afectará a su vez a la sangre e incrementará la presión sanguínea. Por ello, la producción equilibrada de orina es importante para el mantenimiento de la presión y volumen sanguíneo.
Los textos ayurvédicos dicen que la orina humana es un laxante natural que desintoxica el cuerpo y ayuda a la absorción del intestino grueso y a la eliminación de las heces. Si uno toma una taza de orina cada mañana, se ayudará a la limpieza y desintoxicación del intestino grueso.

El sudor es un derivado del tejido adiposo y es necesario para regular la temperatura del cuerpo. El sudor mantiene la piel suave, la flora de los poros de la piel y también su elasticidad y tono.
El sudor excesivo es un desorden que puede crear infecciones por hongos y reducir la resistencia natural de la piel. El sudor insuficiente también reducirá la resistencia de la piel y causará que esta se ponga áspera, escamosa y produzca caspa.

Existe una relación especial entre la piel y los riñones debido a que el desecho de productos acuosos es una función primordial de estos dos órganos. Así pues la transpiración se relaciona con pitta. En el verano la gente suda profusamente y la cantidad de orina se reduce, puesto que el producto de desecho se elimina a través del sudor. En el invierno, la gente transpira menos y orina más. Orinar en exceso puede causar muy poca transpiración y la transpiración excesiva puede provocar un volumen escaso de orina. De esta manera es necesario que la producción de sudor y orina esté equilibrada. Diabetes, psoriasis, dermatis y ascitis (hidropesía) son ejemplos de enfermedades causadas por un desequilibrio entre el sudor y la orina del cuerpo.

La transpiración excesiva reduce la temperatura del cuerpo y crea deshidratación. De la misma manera, demasiada orina también crea deshidratación y también provocará que las manos y los pies estén fríos.

LOS SIETE DHATUS

El cuerpo humano está formado por siete tejidos básicos y vitales llamados dhatus. La palabra sánscrita dhatus significa "elemento constructivo". Estos siete tejidos son responsables de toda la estructura del cuerpo. Los dhatus mantienen las funciones de los diferentes órganos, sistemas de partes vitales del organismo, y juegan un papel muy importante en el desarrollo y nutrición del cuerpo.

Los dhatus también son parte del mecanismo biológico de protección. Junto con el agni son responsables del mecanismo inmunológico. Cuando un dhatu está en malas condiciones, éste afectará al dhatu sucesivo, pues cada dhatu recibe su alimento del dhatus anterior. Los siguientes son los dhatus más importantes:
-    Rasa (plasma) contiene los nutrientes de los alimentos digeridos. Nutre a otros tejidos, órganos y sistemas.
-    Rakta (sangre) gobierna la oxigenación de todos los tejidos y órganos vitales y mantiene la vida.
-    Mamsa (músculos) cubre los órganos vitales, lleva a cabo los movi-mientos de las articulaciones y mantiene la fuerza física del cuerpo.
-    Meda (tejido adiposo) mantiene la lubricación y engrasa todos los tejidos.
-    Asthi (hueso) da sostén y estructura al cuerpo.
-    Majja (médula y nervios) llena los espacios de los huesos y conduce los impulsos motores y sensoriales.
-    Shukra y Artav (tejidos reproductivos) contienen ingredientes de todos los tejidos y son responsables de la reproducción.

Los siete dhatus existen en un orden natural y biológico. El resultado de la post-digestión de los alimentos, llamado plasma nutriente, ahara-rasa , contiene los elementos nutritivos para todos los dhatus. Este plasma nutriente se transforma y se nutre con la ayuda del calor, llamado dhatu agni, de cada dhatu respectivo.
Rasa se transforma en rakta, que a su vez se transformará en mamsa, meda, etc. Esta transformación es el resultado de tres acciones básicas: la irrigación (los casos sanguíneos llevan los nutrientes a los siete dhatus), la selectividad (cada dhatu extrae los nutrientes que requiere para llevar a cabo sus funciones fisiológicas) y la transformación directa (cuando las sustancias nutritivas circulan a través de cada dhatu, se produce el alimento para la información del siguiente dhatu). Estos tres procesos -irrigación, selectividad y transformación- operan simultáneamente en la formación de los siete dhatus. Los dhatus son alimentados y transformados para mantener las funciones fisiológicas normales de los diferentes tejidos, órganos y sistemas.

Cuando se presenta un desorden en el equilibrio de vata-pitta-kapha, los dhatus se afectan directamente. La dosha afectada (vata, pitta o kapha) y el dathu defectuoso siempre están involucrados en el proceso de la enfermedad. La salud de los dhatus se puede mantener con las mismas medidas tomadas para mantener vata, pitta y kapha en equilibrio. Para ello se debe tener una dieta apropiada, hacer ejercicio y regularmente un programa de rejuvenecimiento.

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