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sábado, 19 de diciembre de 2009

ECOALEAS Y COMUNIDADES SOSTENIBLES: UNA ALDEA DE PERMACULTURA EN AUSTRALIA


5.    Cristal Waters, Una aldea de permacultura en Australia

Max     Lindegger.
Max es un cualificado diseñador de permacultura desde 1981, ha trabajado en unos 750 proyectos, incluyendo la aldea de permacultura de Cristal Waters (Aguas Cristalinas) y trabaja en el desarrollo de ciudades y pueblos ecológicos en toda Australia. Es co-editor de “lo mejor de Permacultura”, y vive en Cristal Waters, en Queensland, Australia.

Max Lindegger, 59, Cristal Waters. MS 16, Maleny 4552, Australia  Tfn.: +61 74944741    Fax: +61 944578

Crystal Waters se encuentra aproximadamente a 100 Km al norte de Brisbane, en Queensland, Australia, con unos 640 acres (259 Has) de clima subtropical. Fue diseñada de acuerdo con los principios y la ética de Permacultura por Robert Tap, Geoff Young, Barry Goodman y yo mismo.
Entendemos que una aldea de Permacultura está diseñada y mantenida conscientemente para optimizar y equilibrar el ecosistema del entorno natural y la gente que vive en él.
Actualmente en Crystal Waters viven cerca de 200 personas, y a la larga podrán llegar a vivir 300, que es la capacidad de diseño. Las edades oscilan entre la de los bebés y los 93 años de nuestro residente mayor.
Hay una gran variedad de negocios y ocupaciones, ya que al estar en un medio rural, la mayoría de la gente tiene que llevar consigo su trabajo o ser creativos.

Crystal Waters es una mezcla de propiedad privada y comunitaria.

El 14% del terreno se ha dividido en 83 parcelas privadas. El área de visitantes y la aldea ocupan otro 6%. El 80% restante es común e incluye pequeños lagos, zonas para agricultura y horticultura, bosques...

Nos vemos a nosotros mismos como aspirantes a eco-aldea, no somos ya unos bebés, pero aún no somos adultos. Nos queda un largo camino que recorrer.

No veo Crystal Waters como un modelo a copiar, ya que está diseñada para nuestro clima de Australia, y nuestros sistemas sociales y económicos. Pero aún así, creo que se puede aprender algo de ejemplos que no queremos o no podemos copiar.

Cuando Robert Tap y yo fuimos a ver a los urbanistas, nos dijeron que era una bonita idea, pero que sería imposible por dos razones: No nos permitirían construir aldeas nuevas en Queensland a no ser que fuéramos una compañía minera (y no teníamos intención de serlo), y la otra razón era que para la densidad permitida en las zonas rurales sólo podríamos hacer 16 parcelas.

Bien, tanto Robert como yo y unas 200 personas más estamos ahora viviendo en Crystal Waters. Así que parece que lo imposible, a veces es posible.
Y espero que este hecho pueda animar a la gente aunque se tope con dificultades y con alguien que diga: “No, no podéis” y “No deberíais”. Y quizá esto signifique que tengáis que cambiar algunas leyes.
Creo que el tener la herencia de haber sido Australia un país de convictos ayuda muchas veces: no aceptamos un no por respuesta.

Me gustaría explicaros los lugares que me han influido.
La aldea de Raza al sur de Suiza me influyó desde que era pequeño, y continúa haciéndolo. Tiene muchos de los elementos de sostenibilidad que reconocemos ahora.
Utilizaban los materiales locales, las piedras que sacaban de los campos. Sabían cuáles eran sus límites, estaban unidos. Tenían su símbolo de espiritualidad en el centro. Su crecimiento estaba limitado por la cantidad de comida que podían cultivar. Pero pasó algo inusual.

Mientras tenía esta aldea como símbolo de sostenibilidad, con el tiempo su población disminuyó de 113 a 12 personas... Después de la guerra, la gente comenzó a irse a la ciudad para trabajar y estudiar, sólo quedaban los viejos.

Creo que lo que tenemos que aprender de este ejemplo es que los tiempos cambian. Tenemos que asegurarnos de que nuestras eco-aldeas puedan hacer frente al cambio constante que vendrá y mucho más deprisa.

También tenemos que recordar que hay que cuidar a la gente mayor, no sólo a los jóvenes y niños y los que quedan en medio que pueden cuidarse a sí mismos. Tenemos que asegurarnos de que todos están incluidos en la aldea.

Nos recuerda asimismo lo que es realmente suficiente. ¿Nos damos cuenta de cuáles son nuestros límites? Creo que hay que reconocer que tenemos que establecer límites naturales. Hemos de aprender lo que la palabra “suficiente” significa realmente.

Los lugares de encuentro son otra parte importante de una eco-aldea. En Suiza los hornos servían de punto de encuentro para las mujeres. A medida que aparecían con un montón de leña y los ingredientes para hacer pan, irían hablando sobre problemas, soluciones, y probablemente había un poco de cotilleo, pero éste también es importante.

En los últimos años hemos estado derribando estos lugares donde la gente puede reunirse. Necesitamos modelos nuevos. No necesitamos construir más hornos de pan pero sí algo que ocupe su lugar. Si nos separamos entre nosotros, como provocan a menudo las planificaciones urbanísticas, no sólo nos negamos la compañía, nos negamos la sabiduría de la gente mayor.

Cuando estamos implicados en el diseño de una aldea, como estoy yo ahora, hay una tendencia a olvidarse de la gente. Pensamos mucho más en la infraestructura y en la obtención de energía, telecomunicaciones y carreteras. Pero hay que recordar que el diseño de una aldea en realidad trata de gente.

Tenemos la responsabilidad de mantener el lugar donde vivimos. Al heredar lugares limpios, agua y aire limpios, heredamos también la responsabilidad de mantenerlos.

Los nativos americanos hablan de siete generaciones. Lo que hemos heredado nosotros viene de las últimas siete generaciones, y hemos de mirar muy bien lo que hacemos con algo que heredarán las próximas siete generaciones.
Esto nos hace darnos cuenta como diseñadores que no estamos decidiendo el color del papel de la pared, estamos tratando del lugar donde la gente vive y donde esperamos vivirá por mucho tiempo.

Crystal Waters produce un impacto en su entorno: creamos infraestructuras, e intentamos minimizar el impacto que producen. Llamamos a nuestras carreteras vías de acceso” ya que sentimos que el lenguaje es algo bastante importante. Una vía de acceso es algo más privado y de pequeña escala, las construimos y mantenemos nosotros mismos.

Construimos estructuras, y damos a cada persona de Crystal Waters lo que llamamos un manual del usuario. Son 50 o 60 páginas de información que les explica lo que creemos que hay detrás del diseño.

Les decimos que deben tener en cuenta el impacto que ejercerán con los materiales de construcción, y de dónde vienen éstos: ¿vienen de un bosque húmedo tropical o subtropical? ¿proviene de un lugar cercano? ¿requiere mucha energía para su producción?
¿Qué efectos te produce cuando lo usas? ¿Qué pasará en futuras generaciones cuando alguien tenga que derruir este edificio? ¿acabará en una incineradora o en un vertedero de materiales tóxicos, o se mezclará con la tierra?

Intentamos animar a la gente para que adapten sus casas al paisaje.
Esperamos que pronto seremos capaces de producir aquí el 70 o 75% de nuestras necesidades básicas de comida.

La gente va construyendo sus casas y estableciendo sus lugares de trabajo.

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