Hacia el siglo XII surge en Europa una leyenda por la cual existiría un reino maravilloso en Oriente gobernado por un tal Preste Juan, que se consideraba el Rey del Mundo y que mandaba esta descripción de su Reino a las cortes Europeas:
Nuestro país es la patria y morada de los elefantes, dromedarios, camellos, panteras, onagros, leones blancos y rojos, osos blancos, mirlos blancos, cigarras, grifos mudos, tigres, laminas, hienas, caballos salvajes, asnos salvajes, bueyes salvajes y hombres salvajes, hombres astados, hombres con un ojo sólo, hombres con ojos delante y detrás, centauros, faunos, sátiros, pigmeos, gigantes de cuarenta codos de altura, cíclopes y mujeres también de la misma índole, del ave que se llama fénix y de casi todas las especies de animales que hay bajo el cielo.
Evidentemente uno se queda maravillado ante tales descripciones puesto que se deduce que estos animales, muchos de ellos mitológicos, no existen por lo menos en la superficie del planeta, aunque bien es verdad que fueron citados por las antiguas leyendas de los pueblos quizás con visos de que por lo menos en algún tiempo o en alguna zona hayan existido o aún existan, pero, ¿por qué no en el interior de la Tierra?.. Sigamos con este mítico Reino y su historia.
La leyenda comienza en el siglo XII y tiene toda su vigencia en el siguiente siglo para perderse ya el interés en los posteriores.
Este Reino de todo punto maravilloso gozaba de todos los lujos que se puedan imaginar y de toda la pompa de las más lujosas Cortes del Medioevo.
Aparte de las personas que vienen accidentalmente, comen en nuestra mesa diariamente treinta mil invitados, y todos reciben regalos de nuestras cámaras, sean caballos, sean otras cosas. La mesa es de riquísima esmeralda y la sostienen cuatro columnas de amatista. Cada mes nos sirven por turno, siete reyes, sesenta y dos duques, doscientos sesenta y cinco condes y marqueses, sin contar los empleados en diversos servicios. Diariamente comen en nuestra mesa doce arzobispos que se sientan a la derecha y veinte obispos que toman asiento a la izquierda, además del patriarca Santo Tomás, el protopapa sarmogénico y el archipapa de Susa, donde se encuentra el trono de nuestra gloria y el palacio imperial. Nuestro imperio se extiende por un lado cuatro meses; pero nadie sabe dónde alcanza nuestro dominio por el otro lado.
¿Fantasía o realidad? Estos textos extraídos de las supuestas misivas llegadas a Europa y al Papa Alejandro III de la Corte del Preste Juan, parecen cuentos de hadas pero quizás para algunos tienen elementos cabalísticos pendientes aún de ser comprendidos por Iniciados, dado que cuando se describe el número de los servidores a la mesa, vemos netamente una clave numérica que quizás nos esté enseñando algún código de posibles ubicaciones o accesos a este Reino.
A mi entender esta leyenda esta aún sin desvelar o analizar a la luz de la ciencia hermética y todavía nos podría dar claves de conocimiento superior, o como antes dije, alguna vía de acceso a este mundo.
Me hace pensar mucho la descripción de animales mitológicos que para la superficie estarían desaparecidos pero que creo rotundamente que existirían en el interior de la Tierra y que de vez en cuando asomarían por vías de salida y que distintas tradiciones no sólo los habrían visto sino que fueron dibujados para que tengamos constancia de su realidad.
Otro de los elementos que se repiten en estas leyendas es la gran cantidad de personas que aparecen en estas cavernas. Nuestra mente asocia Mundo Interno con lugares estrechos o angostos donde escasamente podría vivir alguna tribu poco numerosa en condiciones seguramente penosas; pero tal y como se desprende no sólo de este texto sino de los de que expondremos a continuación, serían millones los seres humanos que terminan viviendo dentro de nuestro planeta.
En cualquier caso respecto del Reino del Preste Juan se especuló constantemente sobre la posibilidad de que tanto el Santo Padre como distintos Reyes de la Cristiandad hubieran sido víctimas de un engaño, puesto que en los momentos de las grandes presiones sufridas por los Cristianos de parte de los Musulmanes y de los Otomanos y Mongoles periódicamente surgía el rumor de que a la ayuda de los Cruzados o de los Reyes Cristianos acudiría el propio Preste Juan con un ejército de cientos de miles de hombres con sus elefantes y su máquina de guerra, pero nunca llegó su ayuda ni se movilizó ningún ejército. A mi entender esta leyenda está referida con otros nombres y con otros personajes matizados por la cultura de la época, a la ciudad subterránea de Aghartha y la leyenda del Rey del Mundo que para la Edad media se llamó Preste Juan
Nuestro país es la patria y morada de los elefantes, dromedarios, camellos, panteras, onagros, leones blancos y rojos, osos blancos, mirlos blancos, cigarras, grifos mudos, tigres, laminas, hienas, caballos salvajes, asnos salvajes, bueyes salvajes y hombres salvajes, hombres astados, hombres con un ojo sólo, hombres con ojos delante y detrás, centauros, faunos, sátiros, pigmeos, gigantes de cuarenta codos de altura, cíclopes y mujeres también de la misma índole, del ave que se llama fénix y de casi todas las especies de animales que hay bajo el cielo.
Evidentemente uno se queda maravillado ante tales descripciones puesto que se deduce que estos animales, muchos de ellos mitológicos, no existen por lo menos en la superficie del planeta, aunque bien es verdad que fueron citados por las antiguas leyendas de los pueblos quizás con visos de que por lo menos en algún tiempo o en alguna zona hayan existido o aún existan, pero, ¿por qué no en el interior de la Tierra?.. Sigamos con este mítico Reino y su historia.
La leyenda comienza en el siglo XII y tiene toda su vigencia en el siguiente siglo para perderse ya el interés en los posteriores.
Este Reino de todo punto maravilloso gozaba de todos los lujos que se puedan imaginar y de toda la pompa de las más lujosas Cortes del Medioevo.
Aparte de las personas que vienen accidentalmente, comen en nuestra mesa diariamente treinta mil invitados, y todos reciben regalos de nuestras cámaras, sean caballos, sean otras cosas. La mesa es de riquísima esmeralda y la sostienen cuatro columnas de amatista. Cada mes nos sirven por turno, siete reyes, sesenta y dos duques, doscientos sesenta y cinco condes y marqueses, sin contar los empleados en diversos servicios. Diariamente comen en nuestra mesa doce arzobispos que se sientan a la derecha y veinte obispos que toman asiento a la izquierda, además del patriarca Santo Tomás, el protopapa sarmogénico y el archipapa de Susa, donde se encuentra el trono de nuestra gloria y el palacio imperial. Nuestro imperio se extiende por un lado cuatro meses; pero nadie sabe dónde alcanza nuestro dominio por el otro lado.
¿Fantasía o realidad? Estos textos extraídos de las supuestas misivas llegadas a Europa y al Papa Alejandro III de la Corte del Preste Juan, parecen cuentos de hadas pero quizás para algunos tienen elementos cabalísticos pendientes aún de ser comprendidos por Iniciados, dado que cuando se describe el número de los servidores a la mesa, vemos netamente una clave numérica que quizás nos esté enseñando algún código de posibles ubicaciones o accesos a este Reino.
A mi entender esta leyenda esta aún sin desvelar o analizar a la luz de la ciencia hermética y todavía nos podría dar claves de conocimiento superior, o como antes dije, alguna vía de acceso a este mundo.
Me hace pensar mucho la descripción de animales mitológicos que para la superficie estarían desaparecidos pero que creo rotundamente que existirían en el interior de la Tierra y que de vez en cuando asomarían por vías de salida y que distintas tradiciones no sólo los habrían visto sino que fueron dibujados para que tengamos constancia de su realidad.
Otro de los elementos que se repiten en estas leyendas es la gran cantidad de personas que aparecen en estas cavernas. Nuestra mente asocia Mundo Interno con lugares estrechos o angostos donde escasamente podría vivir alguna tribu poco numerosa en condiciones seguramente penosas; pero tal y como se desprende no sólo de este texto sino de los de que expondremos a continuación, serían millones los seres humanos que terminan viviendo dentro de nuestro planeta.
En cualquier caso respecto del Reino del Preste Juan se especuló constantemente sobre la posibilidad de que tanto el Santo Padre como distintos Reyes de la Cristiandad hubieran sido víctimas de un engaño, puesto que en los momentos de las grandes presiones sufridas por los Cristianos de parte de los Musulmanes y de los Otomanos y Mongoles periódicamente surgía el rumor de que a la ayuda de los Cruzados o de los Reyes Cristianos acudiría el propio Preste Juan con un ejército de cientos de miles de hombres con sus elefantes y su máquina de guerra, pero nunca llegó su ayuda ni se movilizó ningún ejército. A mi entender esta leyenda está referida con otros nombres y con otros personajes matizados por la cultura de la época, a la ciudad subterránea de Aghartha y la leyenda del Rey del Mundo que para la Edad media se llamó Preste Juan
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