(de Los Pensamientos Son Cosas)
Existen muchas cosas en la vida contra las que hay que defenderse, pero ahora se nos dice que una de las más importantes es la naturaleza infecciosa de las ideas y las emociones de los demás. Un editorial del Journal of the American Medical Association afirmaba que la salud y la enfermedades mentales son tan contagiosas como una sonrisa o como el sarampión. No podemos pasar por alto las implicaciones que una idea como ésta tiene para todos nosotros.
Por supuesto, estamos usando el término «contagiar» en dos sentidos distintos. Podemos contagiarnos de la felicidad o la tristeza, la seguridad o el miedo, la estabilidad o la inestabilidad de los demás. Si nos dejamos contagiar por los temores de otro, esto será a su vez lo que nosotros podremos transmitir a los demás. Es escalofriante pensar en las proporciones que podría alcanzar una reacción en cadena de este tipo. Por otro lado, nos queda la idea esperanzadora de que los factores positivos son igualmente contagiosos, y se propagan de la misma manera.
Independientemente de lo infecciosos que puedan ser los pensamientos negativos de una persona, todos contamos con un cierto factor interior de resistencia. Podemos decidir en gran medida si queremos dejarnos «infectar». Debemos desarrollar nuestra estabilidad mental y emocional hasta el punto de resistirnos a adquirir actitudes mentales no deseadas y que sólo sirven para desequilibrar totalmente nuestro cuerpo; dejándonos completamente abiertos a problemas físicos graves. A la inversa, las cosas buenas que adoptemos de los demás pueden contribuir a nuestra salud y bienestar.
Lo que debes recodar es que sólo tú determinas a qué ideas eres susceptible y en qué medida las absorbes. ¡No te contagies del tipo equivocado de pensamientos!
DI: SÉ QUE EN MI INTERIOR HAY UNA PRESENCIA, UNA FUERZA Y UNA LEY QUE ATRAEN IRRESISTIBLEMENTE HACIA MIS EXPERIENCIAS TODO LO QUE HACE QUE LA VIDA VALGA LA PENA.
SÉ QUE LA AMISTAD, EL AMOR Y LAS RIQUEZAS, LA SALUD, LA ARMONÍA Y LA FELICIDAD ESTÁN HECHOS PARA MÍ.
ME NIEGO A JUZGAR POR LAS APARIENCIAS, SEAN ESTAS MENTALES O FÍSICAS.
CONFÍO EN QUE HAY UN PODER SUPERIOR, Y TENGO LA CERTEZA DE QUE NUNCA ME FALLARÁ.
REPUDIO TODO MAL Y ME LIBERO DEL MIEDO QUE LO ACOMPAÑA.
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