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miércoles, 24 de marzo de 2010

Historia de las ballenas, la evolución de un gigante.

Reconstrucción de "Maiacetus inuus".
 
 
Las ballenas parían en tierra hace 47 millones de años.

Descubren en Pakistán el fósil de una hembra con un feto. El hallazgo aclara la transición de las ballenas de la tierra al mar.

Uno de los momentos clave en la historia de la Evolución fue la transición desde los grandes peces con las primeras adaptaciones a la vida en tierra firme hasta los híbridos entre pez y reptil que poblaron por primera vez los continentes.

Reconstrucción de "Maiacetus inuus".


Ese paso fundamental ocurrió en el Devónico, hace entre 380 y 360 millones de años, y casi todo el mundo mantiene en su imaginario la instantánea de ese híbrido —recientemente identificado como Tiktaalik roseae — saliendo de las aguas y caminando por una orilla con sus aletas a media transformació n en patas, algo que no ocurriría hasta la aparición del Acanthostega

Sin embargo, el regreso de los grandes mamíferos al agua, más de 300 millones de años después, ha pasado ampliamente desapercibido en los manuales de biología. Un grupo de investigadores liderados por Philip D. Gingerich, director del Museo de Paleontología de la Universidad de Michigan, publica hoy en la revista científica PLoS el hallazgo de dos nuevos fósiles que revelan datos esenciales sobre la evolución de las características necesarias para la transición de las ballenas de la tierra al mar.

"Hay muchos fósiles, la mayoría muy fragmentados, que documentan esa transición. Pero los ejemplares que describimos son los primeros que aportan datos sobre el nacimiento, el crecimiento y el desarrollo de estos animales", afirma Gingerich a elmundo.es.

Fósil de la hembra con el feto teñido de azul.

Los fósiles, hallados en Pakistán, corresponden a un macho y una hembra con un feto en su interior, lo que ha motivado que los investigadores bauticen a la nueva especie como Maiacetus inuus (en referencia a las palabras madre ballena y a un dios romano de la fertilidad).

El feto estaba colocado cabeza abajo, como ocurre en los mamíferos modernos, y al contrario de lo que ocurre en las ballenas. "Esto evidencia que estos animales daban a luz en tierra", dice el investigador. Además, los fósiles poseen grandes dientes bien preparados para cazar y comer peces, lo que sugiere a los científicos que estos ejemplares vivían en el mar y que, probablemente, salían al exterior para descansar, aparearse y parir.

"Casi todo, excepto la respiración, cambió durante esa transición. Poseían cuatro patas modificadas para la natación y, aunque podían soportar su peso en tierra, no podrían llegar muy lejos", dice.

Fuente: El Mundo

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