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martes, 28 de julio de 2009

Cartografían las Regiones Cerebrales Responsables de la Empatía

Investigadores de la Universidad de Columbia han mostrado por primera vez que dos sistemas del cerebro son los responsables principales de la capacidad de los humanos para predecir con precisión las emociones de otra persona. Los profesores de psicología Kevin Ochsner y Niall Bolger, con la colaboración de Jamil Zaki y Jochen Weber, se valieron de escaneos mediante resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI) para escudriñar las partes del cerebro que las personas usamos cuando discernimos correctamente cómo se está sintiendo otra persona.
Los estudios anteriores sólo habían revelado los rasgos básicos del proceso que tiene lugar en el cerebro cuando alguien piensa sobre las emociones de otra persona o reacciona ante las mismas. Hasta ahora, no se sabía si las regiones cerebrales examinadas en el nuevo estudio contribuyen a hacer más acertadas nuestras suposiciones sobre el estado emocional de otra persona y cómo operan para lograrlo.
Los investigadores filmaron a 11 voluntarios que discutían sobre eventos emocionales de sus vidas, tales como el nacimiento de un hijo o la pérdida de un familiar directo. Después, los voluntarios observaron sus grabaciones y evaluaron, momento por momento, cuán positiva o negativamente se habían sentido mientras hablaban.
Después, un nuevo grupo de 16 voluntarios contempló cada vídeo. Los espectadores evaluaron las emociones experimentadas por cada orador mientras se les realizaba un escaneo mediante fMRI, midiéndoseles el flujo de sangre en el cerebro. Por último, los investigadores compararon los dos conjuntos de evaluaciones para juzgar la precisión de la empatía de los observadores.
Los investigadores encontraron una correlación entre el nivel de precisión de los observadores y su uso de dos sistemas cerebrales distintos, que son las regiones de la corteza premotora parietal que ayudan a las personas a entender las intenciones simples detrás de gestos simples, y la corteza prefrontal medial, responsable de una interpretació n más profunda del significado de esos gestos y de situarlos en su contexto adecuado.
Los autores del estudio planean ahora aplicar sus resultados al estudio del autismo y, en general, a comprender, desde la perspectiva cerebral, las disfunciones sociales. Su metodología puede ayudar a los investigadores a predecir cuáles serán los pacientes con autismo a los que les irá mejor o peor en ciertas situaciones sociales, y a seguir el progreso de los pacientes bajo tratamiento.


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