El entrenamiento mental forma parte de la formación del deportista, mediante su correcta aplicación se puede modificar y mejorar distintas habilidades cognitivas. No hay dudas de que las habilidades motoras pueden ser optimizadas si se las entrena de forma correcta.
Estas habilidades son ejecutadas de forma más rápida y económica, en general presentan una fuerte estabilidad frente a factores de perturbación y no exigen del deportista una concentración excesiva, ya que se realizan de manera automática. La imaginación influye siempre en nuestra forma de actuar, es un proceso básico para obtener información, organiza y ordena el pensamiento y facilita el análisis de la situación. El entrenamiento mental es la repetición de la imaginación de manera consciente de una acción que se ha realizado.
Existen varias posibilidades de regular la imaginación, a través del entrenamiento subvocal, del entrenamiento ideomotor y del entrenamiento de la percepción.
Creer en la imaginación
Estas habilidades son ejecutadas de forma más rápida y económica, en general presentan una fuerte estabilidad frente a factores de perturbación y no exigen del deportista una concentración excesiva, ya que se realizan de manera automática. La imaginación influye siempre en nuestra forma de actuar, es un proceso básico para obtener información, organiza y ordena el pensamiento y facilita el análisis de la situación. El entrenamiento mental es la repetición de la imaginación de manera consciente de una acción que se ha realizado.
Existen varias posibilidades de regular la imaginación, a través del entrenamiento subvocal, del entrenamiento ideomotor y del entrenamiento de la percepción.
Creer en la imaginación
La evidencia empírica mantiene que la influencia positiva de la imaginación sobre la ejecución deportiva es impresionante. Tanto los estudios científicamente controlados, como los informes experimentales del uso de la imaginación para mejorar la ejecución aportan resultados positivos. (Robin S. Vealey, 1991).
La imaginación es un proceso básico para la elaboración de información. Está directamente influenciada tanto por las sensaciones como por las emociones. Facilita, en la medida que se adapta a la realidad, una captación de las exigencias situacionales. La imaginación se utiliza para ordenar, explorar y examinar el pensamiento. Para reconocer una situación de forma veloz sin gran dificultad y sin gran despliegue de energía.
La regulación de la imaginación asume un significado profundo para el desarrollo de todos los procesos motrices. Se aprende, por medio de la imaginación: objetos, personas, condiciones ambientales y experiencias. Cada vivencia se compone de unas determinadas relaciones que modelan nuestro comportamiento frente a la existencia de los mismos. La imaginación influye, consciente o inconscientemente, en nuestra acción.
El entrenamiento mental es más que visual. Es también táctil, auditivo, kinestésico y muscular. Richard H. Cox en su libro Sport Psychology: Concepts And Applications dice: "el entrenamiento mental es más efectivo que no entrenar, y en ciertas circunstancias es tan efectivo como el propio entrenamiento".
La imaginación puede presentarse de diferentes formas: verbal, acústica o cinestésica. Cada una de estas imágenes es percibida dentro de un contexto y dentro una experiencia previa que puede volver a revivirse en toda su magnitud. Estas imágenes como, fotos, sonidos e incluso olores y sabores rememorados están estrechamente ligadas a una situación real pero imaginada.
Este entrenamiento se realiza de dos maneras: " Como protagonista, el individuo se siente implicado en la acción, la vive desde el interior, imagina su cuerpo, sus músculos en acción. Siente todas las sensaciones que esto les pueda reportar. " Como espectador, desde una perspectiva externa. El individuo es ahora espectador de su acción. Vive mentalmente su actuación. Visualiza su acción.
Variantes del entrenamiento mental
La imaginación es un proceso básico para la elaboración de información. Está directamente influenciada tanto por las sensaciones como por las emociones. Facilita, en la medida que se adapta a la realidad, una captación de las exigencias situacionales. La imaginación se utiliza para ordenar, explorar y examinar el pensamiento. Para reconocer una situación de forma veloz sin gran dificultad y sin gran despliegue de energía.
La regulación de la imaginación asume un significado profundo para el desarrollo de todos los procesos motrices. Se aprende, por medio de la imaginación: objetos, personas, condiciones ambientales y experiencias. Cada vivencia se compone de unas determinadas relaciones que modelan nuestro comportamiento frente a la existencia de los mismos. La imaginación influye, consciente o inconscientemente, en nuestra acción.
El entrenamiento mental es más que visual. Es también táctil, auditivo, kinestésico y muscular. Richard H. Cox en su libro Sport Psychology: Concepts And Applications dice: "el entrenamiento mental es más efectivo que no entrenar, y en ciertas circunstancias es tan efectivo como el propio entrenamiento".
La imaginación puede presentarse de diferentes formas: verbal, acústica o cinestésica. Cada una de estas imágenes es percibida dentro de un contexto y dentro una experiencia previa que puede volver a revivirse en toda su magnitud. Estas imágenes como, fotos, sonidos e incluso olores y sabores rememorados están estrechamente ligadas a una situación real pero imaginada.
Este entrenamiento se realiza de dos maneras: " Como protagonista, el individuo se siente implicado en la acción, la vive desde el interior, imagina su cuerpo, sus músculos en acción. Siente todas las sensaciones que esto les pueda reportar. " Como espectador, desde una perspectiva externa. El individuo es ahora espectador de su acción. Vive mentalmente su actuación. Visualiza su acción.
Variantes del entrenamiento mental
1. Entrenamiento subvocal - Consiste en repetirse mentalmente la secuencia práctica del movimiento, se verbaliza toda ella de forma consciente por medio de la autoconversación.
2. Entrenamiento de la percepción - En el entrenamiento de la percepción se debe observar por medio del recuerdo, de la evocación sistemática. Se adopta el papel de espectador, se observa desde una perspectiva externa.
3. Entrenamiento ideomotor - En contraposición al entrenamiento de la percepción, en el entrenamiento ideomotor se analiza de manera intensa y profunda la perspectiva interna del movimiento. Hay que autotrasladarse en el movimiento. Percibirlo, vivenciarlo y codificar e interiorizar los procesos internos que ocurren durante su ejecución. Se trata de "sentir" el movimiento. El objetivo del entrenamiento mental consiste en trasladarse a un estado anímico que posibilite, sobre cualquier otro tipo de circunstancias externas, el desarrollo realista de las propias aptitudes para obtener un de rendimiento determinado.
Esta capacidad de rendimiento depende de condicionantes físicos, sociales, materiales y psicológicos. Es imperativo concretar los objetivos que los deportistas puedan alcanzar de manera real, siendo acordes con sus aptitudes y siempre bajo el punto de vista del rendimiento global.
Su aplicación contempla diversos campos dentro del ámbito deportivos, entre ellos podemos hacer mencionar los siguientes:
Acelerar y activar los procesos de aprendizaje motor, sobre todo las habilidades y destrezas de tipo técnico.
Como técnica rehabilitadora e integradora en la competición, después de un período de inactividad, sea por lesión o por otros factores.
Como técnica reparadora complementaria en situaciones donde la carga física o psíquica es muy elevada, o el volumen de las mismas es muy prolongada y monótono.
Como técnica que ayuda a disminuir el estrés producido por la propia competición, se manifiesta mediante la aparición de experiencias traumáticas en forma de fracasos.
Como elemento que ayuda a la transición en la fase de entrenamiento después de la competición.
Requisitos básicos para el entrenamiento mental
2. Entrenamiento de la percepción - En el entrenamiento de la percepción se debe observar por medio del recuerdo, de la evocación sistemática. Se adopta el papel de espectador, se observa desde una perspectiva externa.
3. Entrenamiento ideomotor - En contraposición al entrenamiento de la percepción, en el entrenamiento ideomotor se analiza de manera intensa y profunda la perspectiva interna del movimiento. Hay que autotrasladarse en el movimiento. Percibirlo, vivenciarlo y codificar e interiorizar los procesos internos que ocurren durante su ejecución. Se trata de "sentir" el movimiento. El objetivo del entrenamiento mental consiste en trasladarse a un estado anímico que posibilite, sobre cualquier otro tipo de circunstancias externas, el desarrollo realista de las propias aptitudes para obtener un de rendimiento determinado.
Esta capacidad de rendimiento depende de condicionantes físicos, sociales, materiales y psicológicos. Es imperativo concretar los objetivos que los deportistas puedan alcanzar de manera real, siendo acordes con sus aptitudes y siempre bajo el punto de vista del rendimiento global.
Su aplicación contempla diversos campos dentro del ámbito deportivos, entre ellos podemos hacer mencionar los siguientes:
Acelerar y activar los procesos de aprendizaje motor, sobre todo las habilidades y destrezas de tipo técnico.
Como técnica rehabilitadora e integradora en la competición, después de un período de inactividad, sea por lesión o por otros factores.
Como técnica reparadora complementaria en situaciones donde la carga física o psíquica es muy elevada, o el volumen de las mismas es muy prolongada y monótono.
Como técnica que ayuda a disminuir el estrés producido por la propia competición, se manifiesta mediante la aparición de experiencias traumáticas en forma de fracasos.
Como elemento que ayuda a la transición en la fase de entrenamiento después de la competición.
Requisitos básicos para el entrenamiento mental
1. Sus inicios deben estar precedidos por un estado de relajación que no perturbe ni distraiga la concentración. Este estado de concentración ayuda a focalizar la concentración y mantenerla, desechando lo que no interesa.
2. Es necesario tener una experiencia previa de la ejecución del movimiento que se quiera imaginar, ya que no se puede sustituir una representación mental por otra.
3. El movimiento imaginado, que sirva de base para el entrenamiento mental, debe estar incluido en el movimiento que uno sea capaz de realizar con cierto éxito.
4. La eficacia del entrenamiento mental radica en la capacidad de vivenciar y de actualizar la práctica del movimiento que se desea adiestrar.
5. Es necesario que cada detalle del movimiento transcurra en nuestro pensamiento de forma correcta, para ello deben vivenciarse todas las sensaciones a través del mayor número de sentidos.
6. Es posible que se produzcan perturbaciones en la reproducción de la secuencia lógica del movimiento, debido fundamentalmente, a una discontinuidad en la representación mental o porque se entremezclan fases o se piensa en otra cosa.
7. Con deportistas principiantes, resulta provecho, entrenar la práctica del movimiento en forma subvocal. Así, el transcurso del movimiento es guiado por medio de la autoconversación, consiguiendo así, un mejor control del entrenamiento.
8. De todas maneras, hay que hacer constar que si la repetición mental aumenta la precisión de un gesto, o inserta en la memoria una habilidad gestual, resulta a veces peligrosa para los principiantes, que se arriesgan a aprender mal una técnica y a memorizarla. Necesita de la ayuda de una persona competente, entrenador, profesor, psicólogo, que corrija el gesto, especialmente en los niños. No es fácil sustituir una representación mental por otra.
9. Si se quiere ser eficaz en la aplicación de este método, es conveniente apoyarse sobre una buena base técnica. Algunos especialistas desaconsejan a los entrenadores utilizarlo con los niños menores de once años y con los principiantes que no dominan bien una disciplina.
La secuencia lógica del entrenamiento mental
2. Es necesario tener una experiencia previa de la ejecución del movimiento que se quiera imaginar, ya que no se puede sustituir una representación mental por otra.
3. El movimiento imaginado, que sirva de base para el entrenamiento mental, debe estar incluido en el movimiento que uno sea capaz de realizar con cierto éxito.
4. La eficacia del entrenamiento mental radica en la capacidad de vivenciar y de actualizar la práctica del movimiento que se desea adiestrar.
5. Es necesario que cada detalle del movimiento transcurra en nuestro pensamiento de forma correcta, para ello deben vivenciarse todas las sensaciones a través del mayor número de sentidos.
6. Es posible que se produzcan perturbaciones en la reproducción de la secuencia lógica del movimiento, debido fundamentalmente, a una discontinuidad en la representación mental o porque se entremezclan fases o se piensa en otra cosa.
7. Con deportistas principiantes, resulta provecho, entrenar la práctica del movimiento en forma subvocal. Así, el transcurso del movimiento es guiado por medio de la autoconversación, consiguiendo así, un mejor control del entrenamiento.
8. De todas maneras, hay que hacer constar que si la repetición mental aumenta la precisión de un gesto, o inserta en la memoria una habilidad gestual, resulta a veces peligrosa para los principiantes, que se arriesgan a aprender mal una técnica y a memorizarla. Necesita de la ayuda de una persona competente, entrenador, profesor, psicólogo, que corrija el gesto, especialmente en los niños. No es fácil sustituir una representación mental por otra.
9. Si se quiere ser eficaz en la aplicación de este método, es conveniente apoyarse sobre una buena base técnica. Algunos especialistas desaconsejan a los entrenadores utilizarlo con los niños menores de once años y con los principiantes que no dominan bien una disciplina.
La secuencia lógica del entrenamiento mental
La práctica del movimiento entrenado debe ser requerido por el cerebro a través de los diferentes canales de nuestros sentidos. La experiencia adquirida por el deportista en su imaginación, deberá ser reproducida con palabras o de manera escrita. Deberá ser controlada para verificar si la imaginación del movimiento es correcta o no.
Visualizar mentalmente un movimiento provoca una excitación cerebral y ligeras contracciones de los músculos. En general se produce una excitación el sistema nervioso periférico. Además, provoca repercusiones fisiológicas, tales como: una oxigenación más intensa, la frecuencia respiratoria aumenta, igual que la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea.
El deportista debe aprender el correcto desarrollo del movimiento descrito y repetirlo por "autoconversación". Es decir, debe autoexponerse las características principales del movimiento y repetírselas internamente.
Consiste en sistematizar los elementos individuales de cada secuencia motriz y ubicarlos en su estructura lógica.
Cuando ha quedado sistematizada y estructurada la secuencia del movimiento hay que simbolizar cada paso o núcleo de secuencias. Se trata de resumir mediante indicadores la cadena motriz, para que la realización del movimiento sea reclamado de forma veloz y sin interferencias.
Ahora bien, es necesario tratar bien la información en el cerebro. Si un individuo visualiza bien, tendrá todas las informaciones que le son precisas.
La capacidad para imaginar una acción está en función del nivel del deportista. Una buena representación mental está ligada a la capacidad para imaginar, pero también al nivel de la persona como deportista.
A los principiantes, les permite adquirir una visión global de la acción y llevar a buen término programas motores cada vez más perfeccionados, que serán registrados y codificados en la memoria.
Cuando son un poco más avanzados, estos modelos podrán ser afinados y desarrollados después de entrenamientos prácticos. El deportista estará en disposición de anticipar situaciones y comportamientos.
Durante la competición, serán capaces de identificar objetivos y llevar a cabo planes de acción. Serán capaces de visualizar mentalmente acciones relativas a los fines a conseguir.
Durante la etapa de plenitud deportiva, la vivacidad de la visualización mental de los planes de acción y de los objetivos a conseguir debe ser más intensa. Los deportistas están en condiciones de tomar decisiones a lo largo de su actuación e incluso anticipar una estrategia o una acción.
Ventajas e inconvenientes de la representación y la repetición mental
Visualizar mentalmente un movimiento provoca una excitación cerebral y ligeras contracciones de los músculos. En general se produce una excitación el sistema nervioso periférico. Además, provoca repercusiones fisiológicas, tales como: una oxigenación más intensa, la frecuencia respiratoria aumenta, igual que la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea.
El deportista debe aprender el correcto desarrollo del movimiento descrito y repetirlo por "autoconversación". Es decir, debe autoexponerse las características principales del movimiento y repetírselas internamente.
Consiste en sistematizar los elementos individuales de cada secuencia motriz y ubicarlos en su estructura lógica.
Cuando ha quedado sistematizada y estructurada la secuencia del movimiento hay que simbolizar cada paso o núcleo de secuencias. Se trata de resumir mediante indicadores la cadena motriz, para que la realización del movimiento sea reclamado de forma veloz y sin interferencias.
Ahora bien, es necesario tratar bien la información en el cerebro. Si un individuo visualiza bien, tendrá todas las informaciones que le son precisas.
La capacidad para imaginar una acción está en función del nivel del deportista. Una buena representación mental está ligada a la capacidad para imaginar, pero también al nivel de la persona como deportista.
A los principiantes, les permite adquirir una visión global de la acción y llevar a buen término programas motores cada vez más perfeccionados, que serán registrados y codificados en la memoria.
Cuando son un poco más avanzados, estos modelos podrán ser afinados y desarrollados después de entrenamientos prácticos. El deportista estará en disposición de anticipar situaciones y comportamientos.
Durante la competición, serán capaces de identificar objetivos y llevar a cabo planes de acción. Serán capaces de visualizar mentalmente acciones relativas a los fines a conseguir.
Durante la etapa de plenitud deportiva, la vivacidad de la visualización mental de los planes de acción y de los objetivos a conseguir debe ser más intensa. Los deportistas están en condiciones de tomar decisiones a lo largo de su actuación e incluso anticipar una estrategia o una acción.
Ventajas e inconvenientes de la representación y la repetición mental
Para las teorías cognitivas, la repetición mental supondría una mejor representación de la tarea. La representación mental favorecería la actuación en la medida en que enseña al individuo a concentrarse en la tarea y a ignorar cualquier pensamiento negativo.
La representación y la repetición permiten a los deportistas asimilar técnicas más rápidamente y con más precisión. El hecho de visualizar mentalmente un movimiento, produce una economía de tiempo y también de energía. En efecto, algunos entrenamientos son en extremo agotadores físicamente debido a su frecuencia o a su intensidad y por ello en muchas especialidades el entrenamiento mental ofrece una posibilidad de ahorrar esfuerzos.
También es útil cuando el entrenador ha de corregir un gesto mal aprendido o una estrategia concreta: la representación mental del movimiento elimina los malos reflejos gestuales y programa otros nuevos.
Este método permite igualmente al deportista controlar mejor el estrés previo a la competición. Vive un estado precompetitivo menos tenso porque ya se ha visto mentalmente muchas veces en esa situación. Sabe cómo va a empezar, cómo va a continuar y qué puede ocurrir, está preparado para actuar.
Ponerse en situación en una competición es esencial; de lo contrario, algunos perderán una parte importante de su capacidad, debido al inadecuado nivel de concentración, lo que suele manifestarse mediante un elevado nivel de estrés.
Los estudios demuestran que este método es muy eficaz en el caso de tener que reanudar un entrenamiento tras una interrupción por lesión. El atleta es capaz de conservar sus capacidades motrices cuando representa mentalmente acciones que ya ha realizado y que va a realizar; con ello ralentiza el proceso de atrofia muscular. Este aspecto es muy a tener en cuenta, cuando se sabe, por ejemplo, que los deportistas sufren al cabo del año lesiones que obligan a parar el entrenamiento al menos una semana al año.
La eficacia de la repetición mental depende de la experiencia y del conocimiento técnico del deportista. En efecto, es muy difícil representarse mentalmente una imagen gestual, si en la realidad no es dominada perfectamente.
Por último, la repetición mental exige un gran esfuerzo de concentración y no debe ser utilizada más de dos o tres minutos en cada ejercicio.
La representación mental de imágenes exige una buena capacidad para imaginar, muchos deportistas les surge de manera espontánea, otros en cambio la pueden adquirir. Esta facultad para imaginar depende en gran medida del nivel del deportista. La visualización le resulta más fácil a un deportista consagrado que a un principiante.
El entrenamiento por observación como modelo de perfeccionamiento.
La observación de los demás.
El entrenamiento por observación es una forma derivada de la repetición mental. Se basa en la observación repetida de acciones realizadas por otros deportistas. Observar como espectador, de manera conveniente y con intención de aprender mejora la actuación del deportista. Este método se asocia a menudo a un entrena miento físico o a otras formas de preparación mental.
Se utiliza para progresar, en el caso de los principiantes, o para instaurar una táctica frente al juego del adversario.
Observar a un jugador más experimentado constituye una primera imagen gestual. Este método no se aplica para conseguir estabilizar un gesto, sino para hacer que el deportista asimile y mejore sus facultades motrices. Se utiliza en los casos de jóvenes deportistas con gran capacidad para observar y reproducir.
En este caso, es necesario mostrarles una representación exacta del movimiento o del gesto que deberán realiza. El joven, o el principiante, deben visualizar cada movimiento varias veces para después asimilarlo. De ahí la importancia de repetir varias veces las imágenes lo más lentamente posible. Este adiestramiento debe contar con la presencia de un experto que sirva de orientación y guía en todo momento.
La observación de uno mismo
La representación y la repetición permiten a los deportistas asimilar técnicas más rápidamente y con más precisión. El hecho de visualizar mentalmente un movimiento, produce una economía de tiempo y también de energía. En efecto, algunos entrenamientos son en extremo agotadores físicamente debido a su frecuencia o a su intensidad y por ello en muchas especialidades el entrenamiento mental ofrece una posibilidad de ahorrar esfuerzos.
También es útil cuando el entrenador ha de corregir un gesto mal aprendido o una estrategia concreta: la representación mental del movimiento elimina los malos reflejos gestuales y programa otros nuevos.
Este método permite igualmente al deportista controlar mejor el estrés previo a la competición. Vive un estado precompetitivo menos tenso porque ya se ha visto mentalmente muchas veces en esa situación. Sabe cómo va a empezar, cómo va a continuar y qué puede ocurrir, está preparado para actuar.
Ponerse en situación en una competición es esencial; de lo contrario, algunos perderán una parte importante de su capacidad, debido al inadecuado nivel de concentración, lo que suele manifestarse mediante un elevado nivel de estrés.
Los estudios demuestran que este método es muy eficaz en el caso de tener que reanudar un entrenamiento tras una interrupción por lesión. El atleta es capaz de conservar sus capacidades motrices cuando representa mentalmente acciones que ya ha realizado y que va a realizar; con ello ralentiza el proceso de atrofia muscular. Este aspecto es muy a tener en cuenta, cuando se sabe, por ejemplo, que los deportistas sufren al cabo del año lesiones que obligan a parar el entrenamiento al menos una semana al año.
La eficacia de la repetición mental depende de la experiencia y del conocimiento técnico del deportista. En efecto, es muy difícil representarse mentalmente una imagen gestual, si en la realidad no es dominada perfectamente.
Por último, la repetición mental exige un gran esfuerzo de concentración y no debe ser utilizada más de dos o tres minutos en cada ejercicio.
La representación mental de imágenes exige una buena capacidad para imaginar, muchos deportistas les surge de manera espontánea, otros en cambio la pueden adquirir. Esta facultad para imaginar depende en gran medida del nivel del deportista. La visualización le resulta más fácil a un deportista consagrado que a un principiante.
El entrenamiento por observación como modelo de perfeccionamiento.
La observación de los demás.
El entrenamiento por observación es una forma derivada de la repetición mental. Se basa en la observación repetida de acciones realizadas por otros deportistas. Observar como espectador, de manera conveniente y con intención de aprender mejora la actuación del deportista. Este método se asocia a menudo a un entrena miento físico o a otras formas de preparación mental.
Se utiliza para progresar, en el caso de los principiantes, o para instaurar una táctica frente al juego del adversario.
Observar a un jugador más experimentado constituye una primera imagen gestual. Este método no se aplica para conseguir estabilizar un gesto, sino para hacer que el deportista asimile y mejore sus facultades motrices. Se utiliza en los casos de jóvenes deportistas con gran capacidad para observar y reproducir.
En este caso, es necesario mostrarles una representación exacta del movimiento o del gesto que deberán realiza. El joven, o el principiante, deben visualizar cada movimiento varias veces para después asimilarlo. De ahí la importancia de repetir varias veces las imágenes lo más lentamente posible. Este adiestramiento debe contar con la presencia de un experto que sirva de orientación y guía en todo momento.
La observación de uno mismo
Este sistema ofrece la posibilidad de autoevaluarse; para ello, mediante video, se proyectan las imágenes que han sido recogidas previamente y que nos interesa trabajar. Se pretende que tengan un conocimiento más objetivo de su juego, y adquieran una visión lo menos deformada posible. De esta manera se enfrentan a una realidad objetiva, donde no cabe sobre ni subestimación posible. No obstante, las reacciones de los individuos pueden ser diversas, depende de la personalidad del atleta.
Los individuos introvertidos, con fuerte tendencia neurótica, son más o menos perturbados por la revisión en vídeo.
Los individuos extrovertidos con fuerte tendencia neurótica adoptan una actitud narcisista en relación a la imagen, son incapaces de recoger la información que transmite el video.
Los individuos extrovertidos y poco neuróticos aceptan fácilmente la confrontación con la imagen y para ellos, el conocimiento de la actuación es muy aprovechable
Bibliografía
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