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martes, 13 de octubre de 2009

4- ENFERMEDADES DEL PANCREAS




El páncreas es una pequeña glándula cuya cabeza descansa en la curva del duodeno. Su conducto principal une el conducto biliar común (del hígado y la vesícula) para formar lo que se conoce como la ampula duodenal. Esta ampula entra en el duodeno en su punto medio. Aparte de secretar las hormonas insulina y glucagón, el páncreas produce jugos pancreáticos que contienen enzimas que digieren los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Cuando el contenido ácido del estómago llega al duodeno, se mezcla con la bilis y los jugos pancreáticos. Esto crea el equilibrio ácido/alcalino (valor pH) con el cuál, las enzimas pancreáticas son más efectivas (ambos, bilis y jugos pancreáticos, son alcalinos).

Los cálculos biliares en el hígado o la vesícula reducen las secreciones biliares de la cantidad normal de un cuarto de galón por día, a una cantidad tan pequeña como una taza por día. Esto interrumpe severamente el proceso digestivo, especialmente si se consumen grasas o comidas ricas en grasas. En consecuencia, el pH mantiene su valor reducido, lo que inhibe la acción de las enzimas pancreáticas, así como de aquéllas secretadas en el intestino delgado. El resultado final es que la comida sólo se digiere parcialmente. La comida mal digerida al saturarse con el ácido clorhídrico del estómago puede tener un efecto altamente irritante y tóxico en todo el tracto intestinal.
Si un cálculo biliar ha pasado de la vesícula a la ampula duodenal donde se unen el conducto biliar común y los conductos pancreáticos (ver figura 3), se obstruye el flujo del jugo pancreático y la bilis llega al páncreas. Esto provoca que las enzimas pancreáticas divisoras de proteínas se activen en el páncreas y no en el duodeno, como sería normalmente.
Estas enzimas comienzan a digerir partes del tejido pancreático, lo que puede resultar en infección, supuración, y trombosis local. Esta condición es conocida como pancreatitis.
Figura 3: Cálculos biliares en el hígado y la vesícula :


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