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martes, 24 de noviembre de 2009

LAS DROGODEPENDENCIAS EN LA COMUNIDAD ESCOLAR: Capítulo 2 La creación de alternativas.


La creación de alternativas para la ocupación del tiempo libre y laeducación de las actitudes favorables a una ocupación creativa del ocio (mediante el desarrollo de aficiones e intereses) es también una tarea preventiva de primer orden.

OTRAS DROGAS

El consumo de otras drogas de uso más o menos frecuente en nuestra sociedad (como la h e roína o la cocaína), tienen escasa incidencia entre los escolares.

Su importancia para nuestros propósitos reside más en el lugar que ocupan en el discurso social, ya que simbolizan (especialmente la heroína) a la “droga” por excelencia, que en el que, por el número de consumidores, tienen en la realidad. Hacer conscientes a los alumnos de esta contradicción ayudaría a que percibieran adecuadamente qué tipo de problemas es más probable que tengan con las drogas y con cuáles de ellas es más frecuente que suelan tenerlos.

HABLEMOS DE DROGAS

 LAS DROGAS

Una definición clásica dada por la Organización Mundial de la Salud puede servirnos de guía para intentar comprender qué son esas sustancias que llamamos drogas, así como para saber qué actuaciones preventivas podemos realizar:

Toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, puede alterar de algún modo el sistema nervioso central del individuo y es además susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas.

Entender correctamente esta definición nos dice muchas cosas sobre las drogas:

• Sustancias. Las drogas son sustancias, lo que excluye de las drogodependencias conductas tales como ludopatías, ver en exceso la televisión, videojuegos, etc.
Sin embargo, la educación sobre drogas en edades tempranas, en las que no es necesario (ni aconsejable) hablar directamente de drogas, puede centrarse en otras conductas dependientes como las mencionadas.
• Todas... Tanto las legales como las ilegales: el criterio legal no es válido de cara a la prevención. De hecho, las drogas más consumidas en nuestra sociedad y que causan un mayor número de problemas son el alcohol y el tabaco, cuyo uso está permitido.
Por tanto, la prevención, cuando se ocupa de las sustancias, debe insistir principalmente en el alcohol y el tabaco, no minusvalorando los riesgos de su consumo.
• Cualquier vía de administración. No es la vía endovenosa (inyectada) la más habitual por la que se toman las drogas: el alcohol se ingiere; las “pastillas”, los “tripis” y los tranquilizantes, también; los “porros” se fuman;
el speed, la cocaína y en ocasiones la heroína se aspiran por la nariz; incluso esta última, la más habitualmente inyectada, en los últimos tiempos es cada vez más frecuentemente inhalada.
De hecho, parte del éxito de las “nuevas drogas” se debe a que al presentarse en forma de comprimidos sus usuarios consideran que son drogas “limpias”.
• Puede alterar de algún modo el sistema nervioso central. Las alteraciones que las drogas pueden causar son muy variadas: excitar (como la cocaína, las anfetaminas -el “speed”- o las “pastillas” -MDMA y similares-);
tranquilizar o eliminar el dolor (como el alcohol, las benzodiacepinas tranquilizantes-, la heroína y otros derivados del opio, etc.); ocasionar trastornos perceptivos de diversa intensidad (como los “porros”, los “tripis” o las “pastillas”); provocar cambios conductuales como aumento o disminución de la agresividad (anfetaminas o neurolépticos respectivamente), incrementar la sociabilidad, la locuacidad o la desinhibición (alcohol, “pastillas”, cocaína, anfetaminas...). Estos efectos, sin embargo, no son constantes, como veremos en el siguiente apartado: dependen de la dosis, de la vía de administración, de la persona y del contexto de uso. Incluso algunas drogas se consumen en ocasiones sin buscar efectos de este tipo (algunas formas de consumir alcohol) o simplemente por una cuestión de hábito en la que la psicoactividad desempeña un papel secundario (la adicción al tabaco es un buen ejemplo).
No obstante, la prevención del abuso de drogas, si bien tiene como objetivo último evitar los abusos de sustancias potencialmente psicoactivas, puede llevarse a cabo en determinadas edades trabajando sobre el abuso de otros productos (como golosinas, medicamentos, etc.) que no tienen estos efectos.
• Son susceptibles de crear dependencia ya sea psicológica, física o ambas. Todas las drogas pueden generar dependencia psicológica y/o física. Pero existen algunas sustancias que aunque se consuman reiteradamente, no desencadenan en el individuo dependencia física (como el L.S.D., contenido habitualmente en los “tripis”), lo cual no menoscaba en absoluto los riesgos de su consumo.
No es la drogodependencia el único problema que pueden causar las drogas: sin necesidad de desarrollar una adicción pueden provocar enfermedades, muertes por distintos motivos, problemas psíquicos, sociales, familiares, legales...
En resumen: las drogas son distintas y por tanto distintos son tanto los motivos por los que se usan como sus efectos, sus riesgos o las consecuencias de su consumo.
La prevención debe ocuparse, prioritariamente, de aquellas sustancias cuyo consumo entraña un mayor riesgo o que son más habitualmente consumidas (las cuales, entre los adolescentes, son el alcohol, el tabaco, los “porros”, las “pastillas” y los “tripis”).
Pero la simple definición farmacológica no basta para nuestros propósitos, en tanto lo que a nosotros nos interesa son los modos en que los individuos se relacionan con estas sustancias y sólo atendiendo a esta relación, la cual está siempre determinada por el contexto socio-cultural, podremos comprender qué es lo que hace que en determinados momentos una sustancia química sea calificada de “droga”. De esto, de las personas que pueden consumir drogas, las situaciones en que pueden hacerlo y del marco general en que el
consumo tiene lugar, nos ocuparemos en el siguiente capítulo.
Junto al concepto de droga hay otros, relacionados con su uso, que también conviene definir. Conceptos como uso y abuso, dependencia, tolerancia, etc. deben ser manejados con precisión. Un complemento útil que nos permitirá definir correctamente estos términos es el ABC de las Drogodependencias editado por CREFAT. A él nos remitimos para ampliar información sobre este punto.
Nosotros solo realizaremos algunas precisiones sobre los aspectos preventivos que de ellos deben ser destacados.

USO/ABUSO

Como de cualquier cosa, de las drogas se puede hacer un uso más o menos correcto. No es lo mismo tomar un vaso de vino en una comida que beber hasta caerse en una fiesta. Preventivamente, lo que pretendemos lograr es que los alumnos no lleguen a abusar de las drogas, es decir, no tengan problemas con ellas. Obviamente, la mejor forma de no llegar a tener complicaciones con las drogas es no utilizarlas. Pero si bien esto es lo deseable, en muchos casos (en el de las drogas institucionalizadas, por ejemplo) no nos será posible evitar que los alumnos lleguen a usarlas. Se tratará entonces de que su uso sea lo menos abusivo posible.

DEPENDENCIA

La dependencia a las drogas es una de las formas más peligrosas de abusar de las drogas. Pero no es ni la única ni la más habitual: consumos excesivos o en situaciones de riesgo, mezclas explosivas, falta de control sobre la dosis o la composición, etc. son causas de frecuentes problemas entre los consumidores, independientemente de que estos hayan desarrollado una dependencia o no. Prevenir los problemas con drogas en general (no exclusivamente la drogodependencia) debe ser el objetivo de nuestra actuación.

SOCIEDAD, PERSONAS Y ENTORNO

Para comprender el fenómeno del consumo de drogas hemos de considerar otros elementos además de las drogas consumidas: las personas que las consumen, las situaciones en que lo hacen y el contexto histórico y social en que esto sucede.

El alcohol y el tabaco son actualmente drogas socialmente aceptadas.
Por esto, aquellos que las consumen, aunque sea abusivamente, no se sienten .

No es lo mismo beber en España que en Estados Unidos.
El contexto social y legal es distinto. En nuestra sociedad, el consumo entre los menores está.

El alcohol, en la actualidad, ya no es “cosa de hombres”.
De hecho, beben más los grupos de chicos y chicas que los de chicos o chicas solos.

La heroína en nuestra época ha representado la “droga” por excelencia.
Por eso los consumidores de otras drogas ilegales o legales infravaloran los riesgos de su uso.

SOCIEDAD


1.No es correcto hablar de la DROGA: debemos decir las DROGAS
Falsos estereotiopos: Las drogas son ilegales.

Realidad: Hay drogas cuyo consumo y venta son legales en determinadas circunstancias (alcohol, tabaco, etc.) y otras que no lo son en ningún caso.
Falsos estereotipos: De entre todas las drogas, la que más problemas causa es la heroína: Ésta es considerada “la Droga” por excelencia.
Realidad: El consumo de heroína no es ni el único ni el mayor problema que las drogas suponen para la sociedad. El abuso de todas y cada una de ellas puede ocasionar problemas. Además, entre los adolescentes el consumo de heroína tiene actualmente una incidencia escasa.

2. Consumir drogas no significa necesariamente ser delincuente y marginal
Falsos Estereotipos: Los consumidores de drogas son los yonkis que atracan en la calle diciendo padecer el síndrome de abstinencia.
Realidad-El heroinómano no es siempre un delincuente peligroso, sino alguien que a veces se mueve dentro de la ilegalidad (pequeños hurtos en establecimentos, intermediarios en la venta de droga, etc). Pero además es que un gran número de los consumidores de otras drogas no.
Falsos estereotipos: La gente que se droga lleva una vida marginal.
Realidad: Al contrario, muchas veces los consumidores usan las drogas buscando la integración: el consumo de alcohol y tabaco entre los adolescentes funciona como ritual de ingreso en la sociedad adulta; las drogas ilegales más consumidas por ellos (porros y pastillas) se utilizan de manera generalizada en el grupo de iguales como instrumentos potenciadores de la cohesión grupal. Solo cuando se desarollan drogodependencias en algunos casos se producen situaciones de marginalización (lo cual sucede).

Lo que hace que el consumo de una determinada sustancia de entre las que tienen las características señaladas en el apartado anterior se “convierta” en droga y deba ser objeto de prevención en un momento histórico determinado y en un contexto social específico rebasa con mucho los límites de lo farmacológico.
Consideraciones de tipo ético, político, económico, social y cultural influyen en cómo son tratadas las sustancias psicoactivas y determinan en parte si son fármacos, venenos, drogas, etc...

3-No es cierto que los jóvenes sean los principales y mayores consumidores de drogas.
Falsos estereotipos: La juventud se droga.
Realidad: En ocasiones atribuímos a los jóvenes como propias, conductas que no son muy distintas de las nuestras. Su gusto por practicar conductas arriesgadas facilita a los adultos considerarlos los principales consumidores de drogas. Sin embargo, los jóvenes no suelen consumir tanto, y con frecuencia menos, que los adultos, si bien en la adolescencia se manifiesta.

4- El problema de las drogas es que te “enganchas”.
Falsos estereotiposs: Las personas tienen problemas con las drogas cuando no pueden dejar de tomarlas y necesitan además administrarse cada vez más cantidad.
Realidad: Obviamente la adicción a las drogas es un grave problema cuya prevención requiere gran atención. Existen, sin embargo, pautas de consumo que no suponen una toxicomanía y que son igualmente inquietantes,
aunque más discretas, siendo, además, más frecuentes entre los adolescentes. Nos referimos a aquellas formas de consumir que suponen riesgos graves aunque se realicen una sola vez u ocasionalmente: tomar una sustancia sin saber lo que contiene, mezclar diversas drogas, desconocer los efectos o la dosis de lo que se va a consumir, tomarla en contextos inadecuados, etc.

5- Consumir drogas no es exactamente una enfermedad.
Falsos estereotpos: El que se droga lo hace porque está enfermo y su enfermedad es la adicción.
Realidad:  El abuso de drogas se puede considerar en muchas ocasiones como el síntoma de una problemática subyacente.

Cualquier análisis del fenómeno del consumo de drogas debe tener en cuenta estos factores de tipo socio-cultural si quiere abordar adecuadamente los problemas derivados de su uso. Así, por ejemplo, en nuestros días, el hecho de que algunas drogas sean legales y otras ilegales influye en las expectativas que tenemos sobre ellas, los modos en que se usan, los riesgos de su consumo, etc.
La sociedad de referencia (considérense las diferencias entre cómo se vive el consumo de alcohol de los más jóvenes en Europa o en Estados Unidos), la época histórica (obsérvese cómo ha variado la distribución por sexos del consumo de alcohol o tabaco y los valores a ellos asociados) hacen que las drogas no sean productos cuyos modos de utilización, y por tanto los riesgos de su consumo, sean constantes.

Este marco socio-cultural debe ser considerado a la hora de actuar preventivamente: tendríamos que, por ejemplo, intentar neutralizar la asociación entre diversión y juventud y alcohol o entre madurez y consumo de tabaco que, por lo que atañe a las drogas legales, se establece en los medios de comunicación y prevalece en nuestra sociedad; y, por lo que respecta a las drogas ilegales, deberíamos tratar de suavizar el ambiente de misterio y de riesgo en el que se las imagina y que tan atractivo puede resultar para los adolescentes.

Las implicaciones de algunos de los determinantes socio-culturales que nos afectan pueden apreciarse en los siguientes ejemplos:

La visión que en una sociedad determinada se tiene de las drogas está a menudo viciada por falsos estereotipos que deforman la realidad. Desprendernos de ellos es un primer paso esencial para poder actuar preventivamente. A continuación mostramos algunos de los principales prejuicios existentes en nuestra sociedad.

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