KEYNESIANISMO, MONETARISMO, NEOINSTITUCIONALISMO
Las siguientes escuelas del pensamiento económico son importantes, naturalmente, pero como dijimos en el primer capítulo no han representado una fuente de inspiración y debate con la antropología económica, a pesar de su impacto en el resto de ciencias sociales. John Maynard Keynes (18831946), en su libro The General Theory of Employment Interest and Money (1936) critica el liberalismo y propone que, al ser la demanda agregada el motor del crecimiento, el papel del Estado es fundamental para garantizar el desarrollo económico y superar la crisis. El mercado, por sí solo, no garantiza el equilibrio.
La influencia del keynesianismo a partir de la II Guerra Mundial es contestada por el Monetarismo. En torno a Milton Friedman y la llamada Escuela de Chicago, se desarrolló una corriente de pensamiento que criticaba duramente la intervención del Estado en la economía y abogaba por la liberalización a ultranza. Los efectos de estas políticas son bien conocidos por todos. Por último, el Neoinstitucionalismo como vimos también en el primer capítulo, intenta superar las deficiencias de la economía neoclásica para explicar los fenómenos macro de nuestra sociedad, especialmente la evolución diferencial y la diversidad cultural mediante la incorporación al desarrollo de un paradigma económico que tiene en cuenta el papel de las instituciones en el análisis. Douglas North, E. Ostrom, O.
Williamson, S. Cheung o B. Weingast son algunos de los autores más destacados de este enfoque. El enfoque neoinstitucionalista distingue tres niveles analíticos:
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Individuos. Son los principales sujetos del hecho social. Su conducta esta guiada por una racionalidad limitada y procesal como consecuencia de la influencia que ejerce sobre ellos el medio en que desarrollan sus acciones.
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Organizaciones. Son agrupaciones de individuos con un interés común y creadas con un fin específico.
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Instituciones. Son las reglas del juego de una sociedad que dan forma al intercambio humano. Pueden ser Reglas Formales, las leyes económicas y políticas articuladas dentro de una estructura jerárquica (constituciones, derechos de propiedad, regulaciones administrativas,...) o Reglas Informales, normas de conducta sancionadas socialmente y aceptadas internamente, así como las extensiones, interpretaciones y modificaciones de las normas formales (tabús, códigos de conducta, tradiciones,...).
Hasta aquí esta apresurada historia del pensamiento económico. Nos interesa, sin embargo, haber documentado el proceso de separación de lo “económico” de lo social, proceso que culmina con el marginalismo y haber expuesto las dos grandes corrientes de la teoría del valor. Ahora estamos en condiciones de abordar la cuestión del campo de la antropología económica.
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