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jueves, 10 de diciembre de 2009

ANTROPOLOGIA ECONOMICA: LOS ENCLAVES ÉTNICOS O LAS ECONOMÍAS ÉTNICAS



LOS ENCLAVES ÉTNICOS O LAS ECONOMÍAS ÉTNICAS

Ivan Light (1972, 1988, 2000), Edna Bonacich (1988, 2000) y Alejandro Portes (1985,1986,1987,1994), entre otros, han mostrado vívidas imágenes de asociaciones de crédito de larga tradición en pleno funcionamiento, minorías intermediarias con el sistema industrial que emplean miles de trabajadores del mismo grupo étnico (o de otros grupos) y emprendedores que atraviesan las fronteras manteniendo negocios trasnacionales, respectivamente.

Edna Bonacich (2000:135) ha llamado la atención sobre el hecho que las industrias “étnicas” (el sector de la confección en Los Ángeles, por ejemplo) forman parte de lo que llamaríamos una red de proveedores flexible de grandes empresas, de ahí la expresión “minorías intermediarias”, las cuales pueden emplear también a trabajadores de otras etnias. Se trata, de nuevo, de un mercado secundario de trabajo pero segmentado étnicamente.

Rather than use the theoretical framework of ethnic entrepreneurship, we prefer to view these businesses as an example of the phenomenon of middleman minorities; we view garment contracting in terms of its function for the apparel industry as a whole. Contracting is explained not primarily as a product of entrepreneurial immigrants, but as a business that respond to the demands of the industry. Contractors serve as middelmen between manufacturers and workers, helping to control labor on behalf of the manufacturers. That such a position requires entrepreneurial assets is undeniable, but those assets cannot in themselves explain the peculiar niche ccupied by garment contractors, nor the various forms of social hostility that swirl around them.

El caso de Miami es especialmente paradigmático: Portes (1996) documenta el proceso de construcción de una “comunidad moral” de los refugiados cubanos, una comunidad que permite el acceso a mano de obra barata mediante relaciones de confianza, a capital, formación y experiencia para la puesta en marcha de nuevos negocios y que invierte sus ahorros en bancos cubanos. Todo un enclave étnico.

Aunque existen diferentes visiones del tema, la cuestión fundamental del concepto de “economía étnica” es el aprovechamiento de relaciones de reciprocidad y solidaridad como ventajas competitivas en entornos hostiles.

En general, los especialistas prefieren la denominación “economía étnica” al de “enclave étnico”. Este último concepto incluye, como acabamos de ver en el caso de Miami, no solamente la abundancia de comercios de grupos étnicos determinados en una zona residencial, sino la existencia de un sector de emprendedores que utilizan los recursos del grupo de referencia como ventaja competitiva. Los mecanismos de reclutamiento, de crédito, la población receptora de los productos y servicios, se sitúan en esta estrategia de supervivencia ante una sociedad dominante que, como hemos visto, reserva los segmentos más duros del mercado de trabajo a los que no forman parte de la clase social o de la etnia dominante.

La existencia de créditos rotativos es de especial interés pues permite la disposición de un mínimo de capital que permite el desarrollo de actividades. Reseñamos a continuación algunas de sus formas.

Larissa Adler-Lomnitz (1975) nos presenta la tanda como una institución económica de crédito rotativo característica de México. Tal como se practica en Cerrada del Cóndor, “la tanda es una especie de "club", generalmente de cuatro a diez miembros, quienes contribuyen con cuotas de dinero a un fondo común. Por ejemplo, en una tanda mensual de seis miembros, cada miembro entregaba mensualmente cien pesos a la tanda. Esta cantidad se entregaba cada mes por turno a uno de los miembros; el turno se fijaba de una vez por todas, mediante sorteo. De esta manera, el participante en la tanda obtiene, cada sexto mes, una suma de quinientos pesos” (pág. 241).

Light (1972) documenta tres prácticas de crédito rotativo en China y los Estados Unidos (en China se le atribuyen más de 800 años de antigüedad).
En la primera, un organizador prepara una fiesta para hacer una colecta.
Los miembros contribuyen con la cantidad estipulada y el organizador dispone de ella (él sólo contribuye con la fiesta). A continuación cada mes se celebra una fiesta, siempre pagada por el organizador en el que se repite la operación. Se hecha a suertes a quién le toca el pote. Naturalmente, las personas que ya han dispuesto de él no pueden participar en la lotería. De esta forma el organizador contribuye con los gastos de las fiestas más o menos equivalentes a la cantidad de la que ha dispuesto en el primer mes, pero por adelantado (crédito).

Una segunda variante se caracteriza por un pote y un sobre en el que se señala el interés que cada persona está dispuesta a pagar por el dinero. El interés más alto gana y así sucesivamente.

Una tercera variante consiste en subastar el pote en lugar de indicar el interés que se está dispuesto a pagar en un sobre cerrado. Como siempre, los que ya han dispuesto del pote no pueden participar en las rondas sucesivas.
Otras formas de crédito rotativo están documentadas en Japón. Ko, tanomoshi o mujin, la forma japonesa del crédito rotativo, fue probablemente adaptada de China en el siglo XIII. Mientras el hiu es mensual, de personas emparentadas y de 8 a 14 miembros, el ko puede incluir personas no emparentada y puede ser de 20 a 50 miembros, lo que provoca que puedan durar hasta 20 años.

Esusu es el nombre Yoruba para otra institución de crédito rotatorio. La palabra Nupe es dashi.

La existencia de “economías étnicas” no implica que no exista una feroz competencia interna ni relaciones de explotación. Al contrario, la competencia es intensa, las relaciones de empleo pueden caracterizarse en muchos casos como relaciones de patronazgo o de explotación del trabajo familiar y doméstico (por otra parte bien conocido en el capitalismo: Narotzky, 1988).

En el camino que llevamos recorrido hemos examinado múltiples contribuciones que tienen en común atender a los modos en los que se obtienen los medios de vida por parte de grupos humanos. Estas contribuciones tienen en común, a pesar de su diversidad, el referente del mercado, del capitalismo y del individualismo, ya sea afirmando su hegemonía, como en el marginalismo, ya sea negándola, como en el resto de contribuciones.


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