PROPUESTAS DE SÍNTESIS: GUDEMAN
Recientemente, Gudeman (2001) ha propuesto un línea de replanteamiento de algunos de los temas centrales en Antropología económica. El debate formalismo-sustantivismo, la ecología, el neomarxismo y los temas de desarrollo y globalización son tenidos en cuenta en su formulación. Sin embargo, su libro de The Anthropology of Economy debe interpretarse solamente como un primer paso.
La antropología económica, comienza Gudeman, es aplicable tanto a situaciones etnográficas como a la vida industrial, pues en todos los casos se producen los mismos procesos de aseguramiento y distribución del valor.
Estos procesos pueden describirse en los siguiente términos.
Nos encontramos en primer lugar con la “base” o “fundación”. Este dominio está consiste en los intereses compartidos por una comunidad e incluyen los medios de producción (como la tierra y el agua), bienes y constructos ideológicos, como el conocimiento, la tecnología, leyes, prácticas, habilidades y costumbres. La base provee de una estructura al resto de dominios, define localmente unos valores y se expresa en la forma de identidad de una comunidad. La base se relaciona con lo sagrado.
Un segundo dominio está constituido por las relaciones sociales y las asociaciones. Estas relaciones comunales son vistas como un fin en sí mismas e incluyen, economías domésticas, corporaciones de diversos tipos, linajes y naciones. Estas diferentes relaciones representan diferentes formas de apropiación y desarrollo de la base y los bienes y los servicios se distribuyen a través de ellas. La reciprocidad tiene aquí un sentido muy especializado: los intercambios equilibrados entre diferentes comunidades.
En el capítulo VII veremos que, de hecho, Gudeman alude al don, más que a la reciprocidad en su conjunto, pues ésta, defenderemos, es propia, en su aspecto material, de la unidad de producción y consumo, sea el grupo doméstico o una unidad más amplia. Los dones, amistosos del kula o incluso competitivos del moka, pueden tener esa función de ampliar la base, son amigos o enemigos (Rosman et. al., 1971).
El tercer dominio está constituido por los bienes y servicios intercambiados en el mercado. En este dominio los bienes y los servicios están separados de las relaciones sociales, se busca el máximo beneficio y se ayuda a la circulación mediante monedas o monedas de uso parcial comunalmente fabricadas. En este dominio se producen procesos de innovación, ya sea por artesanos individuales o por grupos que permiten, mediante un proceso de ensayo y error, disponer de monopolios temporales de productos o servicios.
El cuarto dominio, por último, lo constituye la apropiación y acumulación de riqueza, llevada a cabo por múltiples instituciones, no necesariamente especializadas únicamente en este dominio: jefes de linaje, estados, corporaciones, bancos, etc. En el capitalismo la moneda prevalece en este dominio final como medida de todas las cosas.
Aunque muy abstracto y necesitado de un desarrollo amplio, este modelo presenta algunas cuestiones de interés. En primer lugar, el valor está culturalmente o localmente definido, por lo que carece de sentido una teoría del valor abstracta de individuos que no existen en ninguna parte. En segundo lugar, las transacciones se dan simultáneamente en dos esferas, en la esfera de las relaciones sociales y en la esfera del intercambio. Estas transacciones no son contradictorias sino que pertenecen a diferentes dominios constitutivos de toda sociedad. Disponemos de múltiples evidencias etnográficas en las que los bienes y los servicios circulan en al menos dos esferas separadas. En el capitulo 8 desarrollaremos esta cuestión.
En tercer lugar los procesos de reciprocidad simbolizados por la trasferencia de bienes preciosos son intentos de hacer más grande la base, de extenderla a otras comunidades. Aquí, la reciprocidad no se opone a mercado, sino a comunidad, rompiendo así un equívoco quizás iniciado por Marx:
No such relation of mutual independence exists for the members of a primitive community … Commodity exchange begins where community life ends (citado en Firth 1939:20).
En cuarto lugar, las estrategias individuales son importantes en la dinámica del sistema, no solamente en el caso capitalista, mediante los procesos de innovación mediante ensayo y error en el marco de unos valores y una tradición definidos por la base. Aquí Gudeman sigue la teoría de la innovación de Schumpeter (1942).
Por último, los procesos de apropiación y acumulación, llevados a su extremo como en el caso del capitalismo, pueden llevar a una destrucción de la propia base o a procesos de plasticidad y resistencia. Las comunidades locales, por ejemplo, pueden rechazar realizar procesiones para los turistas o recibir dinero de los empresarios locales aún afrontando fuertes gastos. Al mismo tiempo ingresos crecientes obtenidos en el mercado pueden servir para fortalecer tradiciones locales .
Esperamos que estas ideas pueden ser desarrolladas y mejoradas en el futuro por la comunidad académica.
A continuación introducimos materiales relativos al debate del desarrollo que servirán para introducir el último capítulo de la primera parte de este trabajo.
Recientemente, Gudeman (2001) ha propuesto un línea de replanteamiento de algunos de los temas centrales en Antropología económica. El debate formalismo-sustantivismo, la ecología, el neomarxismo y los temas de desarrollo y globalización son tenidos en cuenta en su formulación. Sin embargo, su libro de The Anthropology of Economy debe interpretarse solamente como un primer paso.
La antropología económica, comienza Gudeman, es aplicable tanto a situaciones etnográficas como a la vida industrial, pues en todos los casos se producen los mismos procesos de aseguramiento y distribución del valor.
Estos procesos pueden describirse en los siguiente términos.
Nos encontramos en primer lugar con la “base” o “fundación”. Este dominio está consiste en los intereses compartidos por una comunidad e incluyen los medios de producción (como la tierra y el agua), bienes y constructos ideológicos, como el conocimiento, la tecnología, leyes, prácticas, habilidades y costumbres. La base provee de una estructura al resto de dominios, define localmente unos valores y se expresa en la forma de identidad de una comunidad. La base se relaciona con lo sagrado.
Un segundo dominio está constituido por las relaciones sociales y las asociaciones. Estas relaciones comunales son vistas como un fin en sí mismas e incluyen, economías domésticas, corporaciones de diversos tipos, linajes y naciones. Estas diferentes relaciones representan diferentes formas de apropiación y desarrollo de la base y los bienes y los servicios se distribuyen a través de ellas. La reciprocidad tiene aquí un sentido muy especializado: los intercambios equilibrados entre diferentes comunidades.
En el capítulo VII veremos que, de hecho, Gudeman alude al don, más que a la reciprocidad en su conjunto, pues ésta, defenderemos, es propia, en su aspecto material, de la unidad de producción y consumo, sea el grupo doméstico o una unidad más amplia. Los dones, amistosos del kula o incluso competitivos del moka, pueden tener esa función de ampliar la base, son amigos o enemigos (Rosman et. al., 1971).
El tercer dominio está constituido por los bienes y servicios intercambiados en el mercado. En este dominio los bienes y los servicios están separados de las relaciones sociales, se busca el máximo beneficio y se ayuda a la circulación mediante monedas o monedas de uso parcial comunalmente fabricadas. En este dominio se producen procesos de innovación, ya sea por artesanos individuales o por grupos que permiten, mediante un proceso de ensayo y error, disponer de monopolios temporales de productos o servicios.
El cuarto dominio, por último, lo constituye la apropiación y acumulación de riqueza, llevada a cabo por múltiples instituciones, no necesariamente especializadas únicamente en este dominio: jefes de linaje, estados, corporaciones, bancos, etc. En el capitalismo la moneda prevalece en este dominio final como medida de todas las cosas.
Aunque muy abstracto y necesitado de un desarrollo amplio, este modelo presenta algunas cuestiones de interés. En primer lugar, el valor está culturalmente o localmente definido, por lo que carece de sentido una teoría del valor abstracta de individuos que no existen en ninguna parte. En segundo lugar, las transacciones se dan simultáneamente en dos esferas, en la esfera de las relaciones sociales y en la esfera del intercambio. Estas transacciones no son contradictorias sino que pertenecen a diferentes dominios constitutivos de toda sociedad. Disponemos de múltiples evidencias etnográficas en las que los bienes y los servicios circulan en al menos dos esferas separadas. En el capitulo 8 desarrollaremos esta cuestión.
En tercer lugar los procesos de reciprocidad simbolizados por la trasferencia de bienes preciosos son intentos de hacer más grande la base, de extenderla a otras comunidades. Aquí, la reciprocidad no se opone a mercado, sino a comunidad, rompiendo así un equívoco quizás iniciado por Marx:
No such relation of mutual independence exists for the members of a primitive community … Commodity exchange begins where community life ends (citado en Firth 1939:20).
En cuarto lugar, las estrategias individuales son importantes en la dinámica del sistema, no solamente en el caso capitalista, mediante los procesos de innovación mediante ensayo y error en el marco de unos valores y una tradición definidos por la base. Aquí Gudeman sigue la teoría de la innovación de Schumpeter (1942).
Por último, los procesos de apropiación y acumulación, llevados a su extremo como en el caso del capitalismo, pueden llevar a una destrucción de la propia base o a procesos de plasticidad y resistencia. Las comunidades locales, por ejemplo, pueden rechazar realizar procesiones para los turistas o recibir dinero de los empresarios locales aún afrontando fuertes gastos. Al mismo tiempo ingresos crecientes obtenidos en el mercado pueden servir para fortalecer tradiciones locales .
Esperamos que estas ideas pueden ser desarrolladas y mejoradas en el futuro por la comunidad académica.
A continuación introducimos materiales relativos al debate del desarrollo que servirán para introducir el último capítulo de la primera parte de este trabajo.
EL DEBATE DEL DESARROLLO - LA INVENCIÓN DEL SUBDESARROLLO
El concepto de “desarrollo” fue lanzado internacionalmente por el presidente norteamericano Truman en 1949 (citado en Viola, 2000:68):
Debemos embarcarnos en un programa completamente nuevo para hacer accesibles los beneficios de nuestros avances científicos y de nuestro progreso industrial, de tal forma que las áreas subdesarrolladas puedan crecer y mejorar.
El viejo imperialismo –explotación en provecho foráneo—no tienen lugar en nuestros planes. Lo que tenemos en mente es un programa de desarrollo basado en los conceptos del trato justo democrático.
Ese día, continúa Viola, 2000 millones de personas se convirtieron en “subdesarrolladas”.
En la política y la retórica del desarrollo pueden distinguirse varias etapas.
La primera está caracterizada por la equiparación de desarrollo y PNB. El crecimiento “económico” era el camino de la integración en la fase de bienestar y consumo de masas a la que tendía el desarrollo capitalista (Rostow, 1960) en lo que se dio en llamar la teoría de la modernización. En la década de los 70, sin embargo, se puso de manifiesto que el crecimiento del PNB no implicaba una reducción de la pobreza, por lo que había que ampliar el programa de desarrollo para incorporar los aspectos “sociales”.
Esto llevó a incluir la equidad social dentro de los objetivos explícitos. Los programas de desarrollo se fragmentaron en “problemas”: medio ambiente, mujeres, hambre, empleo … y se promovió el concepto de desarrollo endógeno, en contra del esquema lineal de desarrollo anterior. Por fin, en los noventa, el enfoque se centró en un desarrollo sostenible el cual atiende tanto a los países “desarrollados” como a los “subdesarrollados” dado que el modo de vida Occidental es insostenible desde un punto de vista ambiental.
En las dos últimas décadas se ha pasado a canalizar estas “ayudas al desarrollo” a través de ONGs (para el caso español ver Ortega Carpio, 1994), un sector que, como veremos en el siguiente capítulo, tiene una participación creciente en el PNB, pero de los países “desarrollados”.
La teoría de la modernización fue contestada por un conjunto de autores de diversas procedencia, enmarcados dentro de la llamada “teoría de la dependencia” que analizamos en el siguiente apartado.
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