Curación remota: Un estudio detallado
La 'curación remota' es un fenómeno conocido entre los naturistas y otros adeptos de lo paranormal aunque hasta la actualidad no se ha comprobado sistemáticamente. El cardiólogo Randolph Byrd, un antiguo profesor de la Universidad de California, quiso cambiar esta situación. Realizó un estudio de 10 meses por ordenador de la historia médica de pacientes que durante este tiempo fueron admitidos por enfermedades coronarias en el Hospital General de San Francisco. Byrd creó un grupo de experimentadores que no estaba compuesto por terapeutas famosos sino por personas normales cuya única característica era que rezaban asiduamente en los colectivos eclesiásticos de los alrededores. Se pidió a las personas seleccionadas que rezaran asiduamente para un grupo de 192 enfermos; el grupo de control estaba compuesto por 210 pacientes por los que nadie rezaba en el marco de este experimento. Este experimento se realizó teniendo en cuenta condiciones de control muy severas: la selección de los pacientes se realizó siguiendo el principio de la casualidad, el ensayo se realizó según el principio de estudio ciego doble en el que ni el paciente ni los médicos ni las enfermeras sabían qué paciente pertenecía a qué grupo.
Los experimentadores recibieron el nombre del paciente y alguna información sobre el tipo de enfermedad coronaria y se les pidió que rezaran cada día por ellos. No recibieron más información. Puesto que cada experimentador podía rezar por varios pacientes, cada paciente disponía de 5 a 7 personas que rezaban por él. El resultado fue estadísticamente significativo. Se vio que el grupo por el cual se estaba rezando sólo necesitaba una quinta parte de los antibióticos en comparación con el grupo de control (tres frente a 16 pacientes); asimismo, los componentes de este grupo enfermaron tres veces menos de edema pulmonar (tres frente a 18 pacientes) y en ninguno de los casos se necesitó respiración artificial (mientras que en el grupo de control se facilitó respiración artificial a 12 pacientes).
Asimismo, en el grupo de rezo se dieron menos casos de mortalidad que en el grupo de control (aunque este resultado no es estadísticamente significativo) . Ni la distancia entre los pacientes y los que rezaban por ellos ni el tipo de rezo representaron una diferencia en los resultados. El factor decisivo fue rezar concentrada y repetitivamente, independientemente de a quién se rezaba y dónde se realizaba el rezo.'
Curación remota en los casos de SIDA Un estudio detallado
¿Pueden influir a distancia los pensamientos de una persona en el estado o la salud de otra? La doctora Elisabeth Targ, del departamento de psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco, ofrece varios indicios acerca de la efectividad de la curación remota. 40 científicos de diferentes instalaciones de los EE.UU., entre ellos la doctora Targ, se reunieron en diciembre de 1998 en Harvard con motivo de un simposio cerrado sobre la curación remota, o como lo ha incluido el Instituto Nacional de Salud en su glosario científico: 'Influencia mental en sistemas biológicos'. Este evento de tres días fue organizado conjuntamente por el Instituto de Ciencias Noéticas y la Escuela Universitaria de Medicina de Harvard.
La doctora Targ, una de las directoras de ensayo de dos estudios ciegos dobles (ni el paciente ni el investigador sabían quiénes eran tratados por curación remota) realizados a lo largo cinco años y presentados en Harvard con un total de 60 pacientes enfermos de SIDA en estado avanzado, publicó su sorprendente resultado: la tasa de mortalidad del grupo que no recibió tratamiento remoto fue del 40%, mientras que en el grupo que sí lo recibió no hubo ningún caso de muerte (ambos estudios fueron publicados en la edición del mes de diciembre del Western Journal of Medicine). Durante los seis meses que duró la fase de observación siguiente la tendencia positiva se mantuvo estable. El estado de los pacientes tratados mejoró antes y después del ensayo no sólo en el aspecto físico sino también en el psíquico.
Los terapeutas fueron seleccionados siguiendo unos criterios muy severos; las condiciones para participar en las pruebas eran una buena reputación y experiencia con pacientes de SIDA. Algunos de los terapeutas son médicos o psicólogos que aplican en sus consultas su evidente capacidad de curación y otros ya habían trabajado con médicos. Las técnicas de control remoto empleadas durante el ensayo presentaron un especto de curación muy amplio: estaban representadas las diferentes tradiciones de curación espiritual, desde el ensalmador (un predicador baptista) hasta un maestro Qui-Gong, pasando por el chamán.
Aunque los resultados son muy espectaculares, la doctora Targ advierte de un entusiasmo demasiado precipitado: 'Los estudios individuales no demuestran obligatoriamente un efecto. Los dos estudios presentados representan únicamente el trabajo más reciente de un proceso de unos 40 años de desarrollo, refinamiento y repetición cuyo objetivo es la evaluación de los ensayos de curación remota. Ambos estudios confirman estos efectos exactamente igual que el gran número de estudios publicados. Sin embargo, este trabajo saca a la luz un gran número de cuestiones que serán objeto de otros estudios: ¿Cuáles son las técnicas o métodos de curación más eficaces? ¿Existen determinadas personas que son capaces de desarrollar más poderes curativos que otros? ¿Es la curación remota más efectiva con algunas enfermedades? ¿Cuál es el papel del paciente durante el proceso de curación? ¿Tiene la curación un efecto aditivo, es decir, vale la pena organizar grupos de rezo y otros grupos de curación remota? ¿Existen vías biológicas
La 'curación remota' es un fenómeno conocido entre los naturistas y otros adeptos de lo paranormal aunque hasta la actualidad no se ha comprobado sistemáticamente. El cardiólogo Randolph Byrd, un antiguo profesor de la Universidad de California, quiso cambiar esta situación. Realizó un estudio de 10 meses por ordenador de la historia médica de pacientes que durante este tiempo fueron admitidos por enfermedades coronarias en el Hospital General de San Francisco. Byrd creó un grupo de experimentadores que no estaba compuesto por terapeutas famosos sino por personas normales cuya única característica era que rezaban asiduamente en los colectivos eclesiásticos de los alrededores. Se pidió a las personas seleccionadas que rezaran asiduamente para un grupo de 192 enfermos; el grupo de control estaba compuesto por 210 pacientes por los que nadie rezaba en el marco de este experimento. Este experimento se realizó teniendo en cuenta condiciones de control muy severas: la selección de los pacientes se realizó siguiendo el principio de la casualidad, el ensayo se realizó según el principio de estudio ciego doble en el que ni el paciente ni los médicos ni las enfermeras sabían qué paciente pertenecía a qué grupo.
Los experimentadores recibieron el nombre del paciente y alguna información sobre el tipo de enfermedad coronaria y se les pidió que rezaran cada día por ellos. No recibieron más información. Puesto que cada experimentador podía rezar por varios pacientes, cada paciente disponía de 5 a 7 personas que rezaban por él. El resultado fue estadísticamente significativo. Se vio que el grupo por el cual se estaba rezando sólo necesitaba una quinta parte de los antibióticos en comparación con el grupo de control (tres frente a 16 pacientes); asimismo, los componentes de este grupo enfermaron tres veces menos de edema pulmonar (tres frente a 18 pacientes) y en ninguno de los casos se necesitó respiración artificial (mientras que en el grupo de control se facilitó respiración artificial a 12 pacientes).
Asimismo, en el grupo de rezo se dieron menos casos de mortalidad que en el grupo de control (aunque este resultado no es estadísticamente significativo) . Ni la distancia entre los pacientes y los que rezaban por ellos ni el tipo de rezo representaron una diferencia en los resultados. El factor decisivo fue rezar concentrada y repetitivamente, independientemente de a quién se rezaba y dónde se realizaba el rezo.'
Curación remota en los casos de SIDA Un estudio detallado
¿Pueden influir a distancia los pensamientos de una persona en el estado o la salud de otra? La doctora Elisabeth Targ, del departamento de psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco, ofrece varios indicios acerca de la efectividad de la curación remota. 40 científicos de diferentes instalaciones de los EE.UU., entre ellos la doctora Targ, se reunieron en diciembre de 1998 en Harvard con motivo de un simposio cerrado sobre la curación remota, o como lo ha incluido el Instituto Nacional de Salud en su glosario científico: 'Influencia mental en sistemas biológicos'. Este evento de tres días fue organizado conjuntamente por el Instituto de Ciencias Noéticas y la Escuela Universitaria de Medicina de Harvard.
La doctora Targ, una de las directoras de ensayo de dos estudios ciegos dobles (ni el paciente ni el investigador sabían quiénes eran tratados por curación remota) realizados a lo largo cinco años y presentados en Harvard con un total de 60 pacientes enfermos de SIDA en estado avanzado, publicó su sorprendente resultado: la tasa de mortalidad del grupo que no recibió tratamiento remoto fue del 40%, mientras que en el grupo que sí lo recibió no hubo ningún caso de muerte (ambos estudios fueron publicados en la edición del mes de diciembre del Western Journal of Medicine). Durante los seis meses que duró la fase de observación siguiente la tendencia positiva se mantuvo estable. El estado de los pacientes tratados mejoró antes y después del ensayo no sólo en el aspecto físico sino también en el psíquico.
Los terapeutas fueron seleccionados siguiendo unos criterios muy severos; las condiciones para participar en las pruebas eran una buena reputación y experiencia con pacientes de SIDA. Algunos de los terapeutas son médicos o psicólogos que aplican en sus consultas su evidente capacidad de curación y otros ya habían trabajado con médicos. Las técnicas de control remoto empleadas durante el ensayo presentaron un especto de curación muy amplio: estaban representadas las diferentes tradiciones de curación espiritual, desde el ensalmador (un predicador baptista) hasta un maestro Qui-Gong, pasando por el chamán.
Aunque los resultados son muy espectaculares, la doctora Targ advierte de un entusiasmo demasiado precipitado: 'Los estudios individuales no demuestran obligatoriamente un efecto. Los dos estudios presentados representan únicamente el trabajo más reciente de un proceso de unos 40 años de desarrollo, refinamiento y repetición cuyo objetivo es la evaluación de los ensayos de curación remota. Ambos estudios confirman estos efectos exactamente igual que el gran número de estudios publicados. Sin embargo, este trabajo saca a la luz un gran número de cuestiones que serán objeto de otros estudios: ¿Cuáles son las técnicas o métodos de curación más eficaces? ¿Existen determinadas personas que son capaces de desarrollar más poderes curativos que otros? ¿Es la curación remota más efectiva con algunas enfermedades? ¿Cuál es el papel del paciente durante el proceso de curación? ¿Tiene la curación un efecto aditivo, es decir, vale la pena organizar grupos de rezo y otros grupos de curación remota? ¿Existen vías biológicas
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