En este trabajo nos proponemos recoger y sistematizar las diferentes contribuciones realizadas en el campo de la antropología económica, así como explorar las posibilidades de desarrollo futuras. Para ello, hemos dividido la exposición en dos partes. La primera de ellas (capítulos 1, 2 , 3 y 4) realiza una historia de las disciplina y de sus propuestas teóricas, así como de su campo de actuación. La segunda parte (capítulos 5,6,7,8 y 9), está dedicada a recoger y sistematizar las principales contribuciones realizadas. Hemos dejado el capítulo 10 para las conclusiones.
La Primera Parte, Balance de la antropología económica, tiene el siguiente contenido:
El primer capítulo, La antropología económica en perspectiva, pretende dar una visión de conjunto de la disciplina, así como de los ejes teóricos que han animado su desarrollo.
El segundo capítulo, Antropología y economía, analiza la emergencia de la categoría económica, así como las principales escuelas de la economía. Este conocimiento nos permite definir el campo de la antropología económica y su relación con la economía.
El tercer capítulo, Corrientes teóricas en antropología económica, desarrolla las diferentes contribuciones expuestas en el primer capítulo. En él se incluyen el debate formalistas-sustantivistas, la ecología cultural, el neomarxismo y las recientes propuestas de síntesis de Gudeman. También se analizan los temas relacionadas con el “desarrollo” y la “globalización”.
El cuarto capítulo, Economía informal y empleo, explora los diferentes trabajos, ya no exclusivos de la antropología económica pero sí fuertemente relacionados, que se ocupan de la economía informal, las llamadas “economías étnicas” y las culturas que se derivan del trabajo en organizaciones. Este capítulo pretende mostrar algunos de los campos de desarrollo posible de la antropología económica.
La Segunda Parte, Contribuciones sustantivas de la antropología económica, intenta recoger y sistematizar el saber acumulado por la disciplina a lo largo del Siglo XX. Para ello se ha optado por una división clásica de producción, distribución y consumo, la cual nos permite ordenar fácilmente las contribuciones existentes.
El quinto capítulo, Producción, está dedicado, pues, a sistematizar los procesos de producción de las sociedades estudiadas por la antropología. Las diferentes artes de subsistencia y la organización de la producción y la reproducción serán estudiadas aquí.
El sexto capítulo, Los campesinos, está dedicado en exclusiva a este tema.
La constitución del campo de los campesinos como objeto de estudio de la antropología, una perspectiva de los diferentes estudios realizados y las últimas propuestas sobre el tema serán examinadas con algún detalle.
El séptimo capítulo, Distribución, se ocupa de los diferentes instituciones que se ocupan de la distribución, los mercados, las esferas de intercambio y las instituciones agonísticas entre ellas. La moneda, sin embargo, es objeto del siguiente capítulo.
El octavo capítulo, La moneda primitiva, constituye una propuesta de conceptualización de la moneda primitiva a la luz de las evidencias etnográficas disponibles y de las últimas propuestas sobre el tema (Godelier: 1996).
El noveno capítulo, El consumo, está dedicado a la esfera del consumo, un campo que sólo recientemente ha recibido la atención que se merece. En él analizamos el concepto de consumo, como separado de la producción y su papel en la obtención de prestigio, en el campo del ritual y en el de las clasificaciones sociales.
Por último, el décimo capítulo, recoge las principales conclusiones alcanzadas.
Antes de continuar, algunas precisiones bibliográficas. En general se cita el año de la publicación original aunque se hayan manejado otras ediciones o traducciones, indicando, siempre que sea posible, el título y la fecha de publicación originales. Así por ejemplo, el autor que acabamos de citar (Godelier, 1996) está reseñado en la bibliografía de la forma siguiente: Godelier, M. (1998). El enigma del don [L'ènigme du don, 1996]. Barcelona:Paidós.
Por otra parte, gran parte de los materiales, las ideas y la inspiración de muchos temas vertidos aquí se deben a las enseñanzas de Ramón Valdés del Toro y multitud de materiales suyos inéditos. Siempre que he sido consciente de ello he citado la fuente, ya sea mediante comunicación personal o documentos manuscritos, pero no estoy seguro de haber hecho justicia en todos los casos. Naturalmente, los errores y deficiencias de este texto sólo a mí competen.
La Primera Parte, Balance de la antropología económica, tiene el siguiente contenido:
El primer capítulo, La antropología económica en perspectiva, pretende dar una visión de conjunto de la disciplina, así como de los ejes teóricos que han animado su desarrollo.
El segundo capítulo, Antropología y economía, analiza la emergencia de la categoría económica, así como las principales escuelas de la economía. Este conocimiento nos permite definir el campo de la antropología económica y su relación con la economía.
El tercer capítulo, Corrientes teóricas en antropología económica, desarrolla las diferentes contribuciones expuestas en el primer capítulo. En él se incluyen el debate formalistas-sustantivistas, la ecología cultural, el neomarxismo y las recientes propuestas de síntesis de Gudeman. También se analizan los temas relacionadas con el “desarrollo” y la “globalización”.
El cuarto capítulo, Economía informal y empleo, explora los diferentes trabajos, ya no exclusivos de la antropología económica pero sí fuertemente relacionados, que se ocupan de la economía informal, las llamadas “economías étnicas” y las culturas que se derivan del trabajo en organizaciones. Este capítulo pretende mostrar algunos de los campos de desarrollo posible de la antropología económica.
La Segunda Parte, Contribuciones sustantivas de la antropología económica, intenta recoger y sistematizar el saber acumulado por la disciplina a lo largo del Siglo XX. Para ello se ha optado por una división clásica de producción, distribución y consumo, la cual nos permite ordenar fácilmente las contribuciones existentes.
El quinto capítulo, Producción, está dedicado, pues, a sistematizar los procesos de producción de las sociedades estudiadas por la antropología. Las diferentes artes de subsistencia y la organización de la producción y la reproducción serán estudiadas aquí.
El sexto capítulo, Los campesinos, está dedicado en exclusiva a este tema.
La constitución del campo de los campesinos como objeto de estudio de la antropología, una perspectiva de los diferentes estudios realizados y las últimas propuestas sobre el tema serán examinadas con algún detalle.
El séptimo capítulo, Distribución, se ocupa de los diferentes instituciones que se ocupan de la distribución, los mercados, las esferas de intercambio y las instituciones agonísticas entre ellas. La moneda, sin embargo, es objeto del siguiente capítulo.
El octavo capítulo, La moneda primitiva, constituye una propuesta de conceptualización de la moneda primitiva a la luz de las evidencias etnográficas disponibles y de las últimas propuestas sobre el tema (Godelier: 1996).
El noveno capítulo, El consumo, está dedicado a la esfera del consumo, un campo que sólo recientemente ha recibido la atención que se merece. En él analizamos el concepto de consumo, como separado de la producción y su papel en la obtención de prestigio, en el campo del ritual y en el de las clasificaciones sociales.
Por último, el décimo capítulo, recoge las principales conclusiones alcanzadas.
Antes de continuar, algunas precisiones bibliográficas. En general se cita el año de la publicación original aunque se hayan manejado otras ediciones o traducciones, indicando, siempre que sea posible, el título y la fecha de publicación originales. Así por ejemplo, el autor que acabamos de citar (Godelier, 1996) está reseñado en la bibliografía de la forma siguiente: Godelier, M. (1998). El enigma del don [L'ènigme du don, 1996]. Barcelona:Paidós.
Por otra parte, gran parte de los materiales, las ideas y la inspiración de muchos temas vertidos aquí se deben a las enseñanzas de Ramón Valdés del Toro y multitud de materiales suyos inéditos. Siempre que he sido consciente de ello he citado la fuente, ya sea mediante comunicación personal o documentos manuscritos, pero no estoy seguro de haber hecho justicia en todos los casos. Naturalmente, los errores y deficiencias de este texto sólo a mí competen.
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