Yolanda Silva Solano.
Muchas personas leen el Libro de Urantia con el entusiasmo que se lee una novela de ciencia ficción y les encanta conocer de lo que nunca antes se había hablado, pero pocos trascienden lo que hay detrás de esa lectura, porque comprender no es conocer ni estudiar un hecho desconocido, comprender es adueñarse de ese conocimiento e incorporarlo a nuestra vida como una experiencia personal que más temprano que tarde se manifestará en nuestra vida cotidiana. Jesús dijo que “si proclamamos las verdades del espíritu, el espíritu atestiguará en vuestro corazón que nuestro mensaje es genuino, ” porque “la religión del espíritu os deja por siempre libres para seguir la verdad donde quiera que os lleve la guía del espíritu.” y la verdad divina no debe ser desechada porque el canal de su transmisión sea aparentemente humano.”
He conocido personas que leen el Libro y que si se van de vacaciones lo llevan consigo como muestra de la importancia que él tiene, se especializan en hablar con aparente propiedad de las partes más difíciles, pero sin embargo esas mismas personas, son incapaces de perdonar una ofensa, de olvidar un agravio imaginario y no titubean al hablar mal de otra persona, entonces ¿de qué les sirve conocer el Libro de Urantia.?
La información es necesaria para comprender, pero es solo el primer paso. La información debe ser analizada, digerida por nuestra mente y alumbrada por nuestro espíritu de modo tal, que involucre nuestros sentimientos y nuestra capacidad de hacer, de poner en práctica el conocimiento adquirido, de no hacerlo se corre el riesgo que se convierta en lastre que nos impida avanzar, porque nadie busca lo que ya cree poseer.
Cuando comprendemos algo, se produce un cambio en nuestra conciencia y por lo mismo lo que se comprende no se olvida, ni se puede dejar de aplicar en nuestra vida cotidiana. Se hace carne de nuestra carne, se convierte en nuestra herencia espiritual, es nuestro pasaporte a la eternidad porque “la supervivencia de las criaturas mortales, se basa enteramente en la evolución de un alma inmortal dentro de la mente mortal.” porque “ninguna experiencia valiosa ocurre jamás en vano, ningún significado verdadero o valor real perece jamás.1200 pero “hay que reconocer que el hombre es lento para iniciar cambios en sus hábitos de pensamiento y en su técnica de vivir.
La comprensión es algo vivo, real y por lo mismo no puede ser estático. La comprensión de una verdad está siempre sujeta al cambio, a su ampliación según sea el crecimiento de nuestro discernimiento, “Los valores no pueden ser jamás estáticos, la realidad significa cambio, crecimiento. El cambio sin crecimiento, la expansión sin significado no tienen valor.” la verdad es siempre una búsqueda, nunca una posesión total “Dios tan sólo puede ser comprendido por las realidades de la experiencia, no se le puede comprender nunca, por la sola enseñanza de la mente.1856” porque todo conocimiento finito y toda comprensión de la criatura son relativos y por lo mismo nuestras verdades siempre deberíamos tomarlas como momentáneas “La información y la inteligencia, aunque procedan de altas fuentes, son tan sólo relativamente completos, localmente precisos y personalmente verdaderos.”
Por eso, en la medida que el libro de Urantia deja de ser una novela de ciencia ficción o un texto de estudio, se va convirtiendo en la mejor de las herramientas para que nuestro discernimiento vaya encontrando en él, cada vez mas, nuevos y mejores descubrimientos para nuestra evolución espiritual.. La verdadera comprensión no teme a los cambios, Jesús nos pide “en todo lo que hacéis no os volváis dogmáticos y súper especializados ” porque muchas veces al creer haber comprendido algo nos aferramos a ello y no nos damos ninguna oportunidad a escuchar otra interpretació n, a ver otro ángulo de la misma verdad, nos negamos a nosotros mismos la oportunidad de profundizar y avanzar en el camino evolutivo y nos transformamos en lo que Jesús no quiere que seamos : “místicos pasivos ni ascetas insulsos.”
"Nombrar las virtudes, no quiere decir definirlas, pero vivirlas es conocerlas. La virtud no es un mero conocimiento, ni aun sabiduría, sino más bien la realidad de la experiencia progresiva en el logro de los niveles ascendentes de alcance cósmico.”
La comprensión es progresiva, por eso no debemos aferrarnos a nuestras verdades relativas y momentáneas, porque al hacerlo nos estamos estratificando, deteniendo nuestro avance espiritual porque “el crecimiento espiritual emana desde el interior del alma en evolución y este crecimiento es lento y paulatino y se realiza en el día a día, porque el hombre crece conscientemente desde lo material hacia lo espiritual, por la energía, el poder y la persistencia de sus propias decisiones.” porque “las fuerzas del mundo espiritual no obligan al hombre, le permiten tomar el camino de su elección.” Lo material no debe ser nunca rechazado, porque es el terreno donde se cultiva lo espiritual por la libre opción personal, no por mandato alguno.
El crecimiento no busca ni necesita la aprobación ajena, porque en la medida que se crece espiritualmente se comienza a vivir la verdadera libertad, esa que nos permite tomar conciencia de que cada uno, es dueño de su propio destino, esto asusta a muchos, porque esta libertad espiritual elimina las excusas, las quejas, el culpar a otros, porque se tiene conciencia que todo lo que nos ocurre, no es más que Efecto de las Causas que hemos creado es entonces, cuando “la espiritualidad se vuelve de inmediato el indicador de la propia cercanía a Dios y la medida de nuestra propia utilidad para con los semejantes.” porque no es posible regocijarse en la paternidad de Dios, si se rechaza la fraternidad de los hombres. ”
La comprensión espiritual debe también estar sometida a un análisis interior, nuestras verdades no pueden ser productos de una simple emoción o porque la mayoría la aprueba, sino del criterio que nos da nuestro juicio interno La comprensión requiere del discernimiento necesario para darnos cuenta de que modo, ella nos ayuda a ser mejores espiritualmente. “En el estado mortal, nada puede ser probado en forma absoluta ya que tanto la ciencia como la religión se basan en suposiciones.” por eso, la comprensión más que en la certeza de un hecho, se basa en la experiencia personal “Dios tan solo puede ser conocido por las realidades de la experiencia, no se le puede comprender nunca por la sola enseñanza de la mente.”
La comprensión sin acción no existe, la espiritualidad sin hechos concretos tampoco, porque “la verdadera religión es la actitud de un alma individual, en sus relaciones conscientes con el Creador. ” Podemos pasar horas meditando en el Supremo, pero si no somos capaces de ver a Dios en nuestra vida diaria, si no somos capaces de verlo donde antes no lo veíamos, quiere decir que nos estamos auto engañando y que nuestra meditación es solo imaginativa y que nuestra seudo espiritualidad, es como una rama muerta de un viñedo, que solo sirve para ser echada al fuego, Jesús nos dijo que la fe sin obras es muerta, solo nos sirve para creernos espirituales sin serlo.
La comprensión requiere de un estado superior de conciencia, requiere vivir en el momento presente y estar despiertos y conscientes de él. No es tan importante lo que se hace, sino el cómo lo hacemos, nuestro grado de unión con Dios en el desarrollo de nuestras actividades es esencial. El despertar de nuestra conciencia no se consigue con el conocimiento intelectual, ni con la información, sino con nuestro grado de unión con ese amante divino que mora en nuestro interior y sin el cual el hombre no podría amar altruista y espiritualmente.
Procuremos que lo nuestro no sea un simple conocimiento del LU sino que esforcémonos porque cada página leída, signifique para nosotros un paso más, hacia la comprensión profunda porque solo entonces, estaremos forjando nuestro destino espiritual y podremos llamarnos con propiedad hijos de Dios y seremos merecedores del reino de los cielos, porque él está en el corazón de los hombres y cuando este reino se vuelve actual en el corazón de cada individuo, la regla de Dios se hace actual en el planeta, ésta es la soberanía lograda del Ser Supremo
Basado en las enseñanzas del Libro de Urantia
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