Queremos continuar con la línea que venimos manteniendo en las últimas revistas en relación a la intervención genética que los hermanos del espacio han realizado en determinados individuos de la raza humana. Esta intervención tiene dos vertientes: una psíquica por la cual las glándulas del individuo son aceleradas a un plano de mayor asimilación vibracional, y otra puramente física por la cual determinados embriones extraterrestres están viniendo y vinieron en la antigüedad a vivir entre nosotros los humanos.
Un ejemplo del primer caso lo tenemos en los nacimientos de muchos de los profetas, enviados o fundadores de religiones. Estos seres fueron inducidos a nacer dentro de unos padres prefijados y normalmente estériles.
La técnica extraterrena habla en este sentido de un incremento en el ácido DNA del cuadrante psíquico que pueden aislar a partir del espermatozoide. De esta manera el ser que nace tiene una manipulación 20 programada hacia determinadas predisposiciones más evolutivas que el resto de sus congéneres.
En el otro de los casos, al parecer determinadas razas viajeras por el espacio estarían preparando su próxima estancia en la Tierra a partir de un soporte biológico que se viera informado de la estructura humana. Este cruce podrá propiciar en todo caso que la Tierra una vez renovada y adherida a la Confederación de Mundos Intergalácticos, se haría frontera abierta, como una especie de morada internacional o un Mercado Común de las galaxias.
Volviendo al primero de los ejemplos, veremos cómo los seres del espacio anunciaron y prepararon el nacimiento de uno de los seres que estaría destinado a llevar un programa de liberación para el pueblo hebreo. Nos referimos a Sansón, cuyos padres fueron visitados por un extraterrestre que les anunció dicho acontecimiento:
"Volvieron los hijos de Israel a hacer el mal a los ojos de Yavé, y Yavé los dio en manos de los filisteos durante cuarenta años.
Había un hombre de Sora, de la familia de Dan, de nombre Manóaj. Su mujer era estéril y no le había dado hijos. El ángel de Yavé se apareció a la mujer y le dijo: "Eres estéril y sin hijos, pero vas a concebir y parirás un hijo. Mira, pues, que no bebas vino ni licor alguno embriagante ni comas nada inmundo, pues vas s concebir y a parir un hijo, a cuya cabeza no ha de tocar la navaja, porque será nazareo de Dios el niño desde el vientre de su madre y será el que primero librará a Israel de la mano de los filisteos".
Fue la mujer y dijo a su marido: "Ha venido a mi un hombre de Dios. Tenía el aspecto de un ángel de Dios muy temible. Yo no le pregunté de dónde venía ni me dio a conocer su nombre, pero me dijo: Vas a concebir y a parir un hijo. No bebas, pues, vino ni otro licor inmundo, porque el niño será nazareo de Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte". Entonces Manóaj oró a Yavé, diciendo: "Dé gracia, Señor: que el hombre de Dios que enviaste venga otra vez a nosotros para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer". Oyó Dios la oración de Manóaj y volvió el ángel de Dios a la mujer de Manóaj cuando estaba ésta sentada en el campo y no estaba con ella su marido. Corrió ella en seguida a anunciárselo a su marido, diciéndole:"El hombre que vino a mí el otro día acaba de aparecérseme". Levantóse Manóaj, y siguiendo a su mujer, fue hacia el hombre y le dijo: "¿Eres tú el que has hablado a esta mujer? El respondió: "Yo soy". Repuso Manóaj: "Cuando se cumpla tu palabra, ¿cuál ha de ser la conducta y el obrar del muchacho?" El ángel de Yavé dijo a Manóaj: "La mujer que se abstenga de cuanto le he dicho: que no tome nada de cuanto procede de la vid, no beba vino ni otro licor embriagante y no coma nada inmundo; cuanto le mandé ha de observarlo". Manóaj dijo al ángel de Yavé: "Te ruego que permitas que te retengamos mientras te traemos preparado un cabrito". El ángel de Yavé dijo a Manóaj: "Aunque me retengas, no comería tus manjares; pero si quieres preparar un holocausto, ofréceselo a Yavé". Manóaj que no sabía que era el ángel de Yavé, le dijo: "¿Cuál es tu nombre, para que te honremos cuando tu palabra se cumpla?" El ángel de Yavé respondió: "¿Para qué me preguntas mi nombre, que es admirable?" Manóaj tomó el cabrito y la oblación para ofrecérselo a Yavé en holocausto sobre la roca, y sucedió un prodigio a la vista de Manóaj y su mujer. Cuando subía la llama de sobre el altar hacia el cielo, el ángel de Yavé se puso sobre la llama del altar. Al verlo Manóaj y su mujer, cayeron rostro en tierra y no vieron más al ángel de Yavé. Entendió entonces Manóaj que era el ángel de Yavé, y dijo a su mujer: "Vamos a morir porque hemos visto a Dios". La mujer le contestó: "Si Yavé quisiera hacernos morir, no habría recibido de nuestras manos el holocausto y la oblación, ni nos hubiera hecho ver todo esto, ni oír hoy todas estas cosas".
Parió la mujer un hijo y le dio el nombre de Sansón. Creció el niño, y Yavé le bendijo, y comenzó a mostrarse en él el espíritu de Yavé en el campo de Dan, entre Sorá Estaol."
Es de notar en el relato anterior que nuestro hermano del espacio no comía carne y además deseaba permanecer en el anonimato ante el hecho en sí que debía ser el verdadero protagonista. Vemos también cómo una técnica superior ha intervenido con un fin bien preciso de ayuda hacia aquel pueblo que interpretaba desde su óptica inculta todo acto del cielo como un milagro de Dios. Hoy, nuestros medios y lógica son capaces de entender que los ángeles de ayer son los extraterrestres de hoy y que nunca estuvimos solos en nuestra marcha por el espacio.
Caminamos, queramos o no, hacia nuestra integración cósmica y hacia la purificación de nuestros planos vitales. Y en este camino la dimensión invisible y omnipotente está realizando el milagro paralelo en el cuerpo y en el alma del ser que se predispone a ello.
Otra de las enseñanzas importantísimas que podemos sacar de la lectura del texto bíblico es la tremenda responsabilidad que implica el hecho de ser madre. Es de notar la advertencia reiterada del extraterrestre para que la mujer no contamine su cuerpo con ninguno de los venenos a que nos tiene acostumbrados este mundo infectado de basura y ambiente polucionado.
Si el templo materno está limpio, limpio será su fruto y nunca dejaremos de llamar la atención de este milagro de la concepción.
Cuando un alma viene a tomar cuerpo a través de unos padres, requiere de una predisposición y previa preparación psico física y espiritual por parte de ambos que debe empeñar todos sus esfuerzos, puesto que es Dios el que nace en una de sus bellísimas partículas.
Aquí en España se suele decir de forma popular: "De tal palo, tal astilla..." puesto que el buen fruto nace del árbol bien regado, podado y cuidado, mientras que el árbol mal cuidado da un fruto pobre y sin sabia.
Un ejemplo del primer caso lo tenemos en los nacimientos de muchos de los profetas, enviados o fundadores de religiones. Estos seres fueron inducidos a nacer dentro de unos padres prefijados y normalmente estériles.
La técnica extraterrena habla en este sentido de un incremento en el ácido DNA del cuadrante psíquico que pueden aislar a partir del espermatozoide. De esta manera el ser que nace tiene una manipulación 20 programada hacia determinadas predisposiciones más evolutivas que el resto de sus congéneres.
En el otro de los casos, al parecer determinadas razas viajeras por el espacio estarían preparando su próxima estancia en la Tierra a partir de un soporte biológico que se viera informado de la estructura humana. Este cruce podrá propiciar en todo caso que la Tierra una vez renovada y adherida a la Confederación de Mundos Intergalácticos, se haría frontera abierta, como una especie de morada internacional o un Mercado Común de las galaxias.
Volviendo al primero de los ejemplos, veremos cómo los seres del espacio anunciaron y prepararon el nacimiento de uno de los seres que estaría destinado a llevar un programa de liberación para el pueblo hebreo. Nos referimos a Sansón, cuyos padres fueron visitados por un extraterrestre que les anunció dicho acontecimiento:
"Volvieron los hijos de Israel a hacer el mal a los ojos de Yavé, y Yavé los dio en manos de los filisteos durante cuarenta años.
Había un hombre de Sora, de la familia de Dan, de nombre Manóaj. Su mujer era estéril y no le había dado hijos. El ángel de Yavé se apareció a la mujer y le dijo: "Eres estéril y sin hijos, pero vas a concebir y parirás un hijo. Mira, pues, que no bebas vino ni licor alguno embriagante ni comas nada inmundo, pues vas s concebir y a parir un hijo, a cuya cabeza no ha de tocar la navaja, porque será nazareo de Dios el niño desde el vientre de su madre y será el que primero librará a Israel de la mano de los filisteos".
Fue la mujer y dijo a su marido: "Ha venido a mi un hombre de Dios. Tenía el aspecto de un ángel de Dios muy temible. Yo no le pregunté de dónde venía ni me dio a conocer su nombre, pero me dijo: Vas a concebir y a parir un hijo. No bebas, pues, vino ni otro licor inmundo, porque el niño será nazareo de Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte". Entonces Manóaj oró a Yavé, diciendo: "Dé gracia, Señor: que el hombre de Dios que enviaste venga otra vez a nosotros para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer". Oyó Dios la oración de Manóaj y volvió el ángel de Dios a la mujer de Manóaj cuando estaba ésta sentada en el campo y no estaba con ella su marido. Corrió ella en seguida a anunciárselo a su marido, diciéndole:"El hombre que vino a mí el otro día acaba de aparecérseme". Levantóse Manóaj, y siguiendo a su mujer, fue hacia el hombre y le dijo: "¿Eres tú el que has hablado a esta mujer? El respondió: "Yo soy". Repuso Manóaj: "Cuando se cumpla tu palabra, ¿cuál ha de ser la conducta y el obrar del muchacho?" El ángel de Yavé dijo a Manóaj: "La mujer que se abstenga de cuanto le he dicho: que no tome nada de cuanto procede de la vid, no beba vino ni otro licor embriagante y no coma nada inmundo; cuanto le mandé ha de observarlo". Manóaj dijo al ángel de Yavé: "Te ruego que permitas que te retengamos mientras te traemos preparado un cabrito". El ángel de Yavé dijo a Manóaj: "Aunque me retengas, no comería tus manjares; pero si quieres preparar un holocausto, ofréceselo a Yavé". Manóaj que no sabía que era el ángel de Yavé, le dijo: "¿Cuál es tu nombre, para que te honremos cuando tu palabra se cumpla?" El ángel de Yavé respondió: "¿Para qué me preguntas mi nombre, que es admirable?" Manóaj tomó el cabrito y la oblación para ofrecérselo a Yavé en holocausto sobre la roca, y sucedió un prodigio a la vista de Manóaj y su mujer. Cuando subía la llama de sobre el altar hacia el cielo, el ángel de Yavé se puso sobre la llama del altar. Al verlo Manóaj y su mujer, cayeron rostro en tierra y no vieron más al ángel de Yavé. Entendió entonces Manóaj que era el ángel de Yavé, y dijo a su mujer: "Vamos a morir porque hemos visto a Dios". La mujer le contestó: "Si Yavé quisiera hacernos morir, no habría recibido de nuestras manos el holocausto y la oblación, ni nos hubiera hecho ver todo esto, ni oír hoy todas estas cosas".
Parió la mujer un hijo y le dio el nombre de Sansón. Creció el niño, y Yavé le bendijo, y comenzó a mostrarse en él el espíritu de Yavé en el campo de Dan, entre Sorá Estaol."
Es de notar en el relato anterior que nuestro hermano del espacio no comía carne y además deseaba permanecer en el anonimato ante el hecho en sí que debía ser el verdadero protagonista. Vemos también cómo una técnica superior ha intervenido con un fin bien preciso de ayuda hacia aquel pueblo que interpretaba desde su óptica inculta todo acto del cielo como un milagro de Dios. Hoy, nuestros medios y lógica son capaces de entender que los ángeles de ayer son los extraterrestres de hoy y que nunca estuvimos solos en nuestra marcha por el espacio.
Caminamos, queramos o no, hacia nuestra integración cósmica y hacia la purificación de nuestros planos vitales. Y en este camino la dimensión invisible y omnipotente está realizando el milagro paralelo en el cuerpo y en el alma del ser que se predispone a ello.
Otra de las enseñanzas importantísimas que podemos sacar de la lectura del texto bíblico es la tremenda responsabilidad que implica el hecho de ser madre. Es de notar la advertencia reiterada del extraterrestre para que la mujer no contamine su cuerpo con ninguno de los venenos a que nos tiene acostumbrados este mundo infectado de basura y ambiente polucionado.
Si el templo materno está limpio, limpio será su fruto y nunca dejaremos de llamar la atención de este milagro de la concepción.
Cuando un alma viene a tomar cuerpo a través de unos padres, requiere de una predisposición y previa preparación psico física y espiritual por parte de ambos que debe empeñar todos sus esfuerzos, puesto que es Dios el que nace en una de sus bellísimas partículas.
Aquí en España se suele decir de forma popular: "De tal palo, tal astilla..." puesto que el buen fruto nace del árbol bien regado, podado y cuidado, mientras que el árbol mal cuidado da un fruto pobre y sin sabia.
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