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lunes, 1 de febrero de 2010

Las fallas del psicoanálisis

¿Por qué falla el psicoanálisis?
(Ponencia en la Primera Conferencia iberoamericana sobre Pensamiento Crítico: Impacto Social del Dogmatismo y el Engaño. 17 de septiembre de 2005.)

Lic. Gerardo Primero

       

        (1) ¿Qué es el psicoanálisis?

        Según Freud, el psicoanálisis es:
        1. Un método de investigación.
        2. Una forma de tratamiento.
        3. Una teoría.

El método de investigación consiste en la asociación libre y la interpretació n, aplicados a fenómenos como los olvidos, fallidos, sueños y síntomas. La persona debe decir todo lo que se le ocurra, y la interpretación del analista intenta descubrir un significado oculto que habría sido la causa de ese fenómeno.

La forma de tratamiento consiste en aplicar el método interpretativo para descubrir los motivos inconscientes, en base al supuesto de que la interpretación correcta tiene efectos benéficos sobre el paciente.

La teoría está compuesta por diversos conceptos e hipótesis. El principal es el concepto de “inconsciente freudiano” y el mecanismo de represión y retorno de lo reprimido: es la hipótesis de que ciertos pensamientos son expulsados de la conciencia (represión), y pasan al inconsciente, pero siguen produciendo efectos en forma simbólica (retorno de lo reprimido) en fenómenos como los sueños, fallidos y síntomas. Se postula que el método interpretativo recorre el camino inverso (del retorno simbólico al motivo inconsciente que lo causó). Otros conceptos psicoanalíticos son el complejo de edipo, la envidia del pene, las fases de la sexualidad (oral, anal, fálica y genital), las instancias psíquicas (yo ello y superyó), las pulsiones.

        (2) Fallas en el método interpretativo

(Ref: Grünbaum, Edelson, Van Rillaer, Wittgenstein, Bouveresse)

1. El problema de no considerar las hipótesis rivales. El analista no suele percibir los conceptos freudianos como conjeturas sino como hechos innegables, pero en realidad son hipótesis, y es necesario comparar sus méritos con los de las hipótesis rivales. La evidencia apoya una hipótesis sólo si permite eliminar las hipótesis rivales que tengan igual o mayor plausibilidad (Grünbaum).

2. Crear significados no es descubrir causas. Wittgenstein propone el siguiente contraejemplo: si tiro objetos sobre la mesa y hago asociaciones, también voy a encontrar interpretaciones coherentes, pero no serán las causas de la ubicación de cada objeto. Descubrir causas requiere un testeo en donde se manipulen sistemáticamente los eventos. El método interpretativo no hace tal manipulación sino que genera significados nuevos y los supone causales. La interpretación se basa en relaciones semánticas o fonéticas, y es tan versátil que permite encontrar siempre casos confirmatorios.

3. El problema del sesgo confirmatorio. Se tiende a prestar más atención a los datos favorables a las propias creencias, y a ignorar los datos contrarios. El analista descarta las asociaciones contrarias a su teoría como “resistencias”, e induce asociaciones consistentes con su teoría mediante preguntas tendenciosas. Gracias al sesgo confirmatorio, cada autor confirma sus propios prejuicios teóricos: la sexualidad y la muerte en Freud, los anhelos de espiritualidad en Jung, las fantasías de pechos y penes en Melanie Klein, los juegos de palabras en Lacan.

4. El problema de la sugestión. La sugestión es la influencia del analista sobre el paciente, mediante preguntas tendenciosas y gestos de aprobación o desaprobación. ¿Cómo sabemos si el analista hace interpretaciones correctas o si sólo persuade exitosamente a su paciente con interpretaciones erróneas? Aún si el paciente se convence, la interpretació n puede ser incorrecta, y aún siendo incorrecta, puede tener efectos. Dado que los estudios de caso no controlan este problema, el psicoanálisis aún no ha demostrado ser más que una sugestión.

        (3) Fallas en la teoría

(Ref: Eysenck, Holmes, Kihlstrom, Van Rillaer, Erwin, Cioffi)

1. Problema de la pretensión de verdad en ausencia de evidencia. Las revisiones de estudios (Eysenck, Erwin, Rachman y Wilson, Van Rillaer, Holmes) muestran que no hay evidencias a favor de ninguna de las hipótesis específicamente freudianas. Hay teorías psicoanalíticas más recientes, pero tampoco hay evidencia a favor de ellas.

2. Inconsciente freudiano y represión. No hay evidencia a favor de estos conceptos, fundamentales para la teoría psicoanalítica. Sí hay evidencia de conductas que la persona no detecta y de causas que la persona ignora. La autoobservació n tiene límites, y usualmente se desconocen los factores que controlan la conducta. El concepto de inconsciente que recibe apoyo empírico no es el freudiano, sino el que corresponde a otras teorías no psicoanalíticas.

3. Complejo de Edipo, y conceptos relacionados, como la sexualidad, la muerte, la castración y la envidia del pene. En principio, Freud definió al Complejo de Edipo como el deseo sexual hacia el progenitor del sexo opuesto, y el deseo de muerte del progenitor del mismo sexo (percibido como un rival). Su período central ocurriría entre los 3 y 5 años. Freud lo consideraba universal, y en base a este concepto intentaba explicar el origen de la moral, las neurosis y las características de género, entre otras cosas.

a. Ausencia de evidencia. Para formular la tesis del Edipo, Freud no observó a los niños, sino que especuló a partir de los recuerdos de los pacientes adultos, cuando una metodología de observación directa es preferible a la especulación en base a recuerdos. La evidencia de la psicología infantil muestra que pueden existir diversos grados de afecto y rivalidad, pero normalmente no existen ni deseos sexuales ni deseos de muerte. El aprendizaje moral es un proceso de socialización gradual que no sólo incluye a los padres sino también a los pares y a la comunidad. La socialización de género proviene del trato diferente que se asigna a niños y niñas, que promueve ciertas conductas esperadas según el sexo. Las tesis freudianas de la inferioridad moral de la mujer y de la envidia del pene no son más que el reflejo de la ideología sexista de su época.

b. Falacia de ambigüedad: Las hipótesis tienen una doble existencia, hay un sentido literal para hacer afirmaciones rotundas y llamativas, y un sentido amplio y metafórico que evita la refutación. El complejo de Edipo en sentido literal es un deseo incestuoso y un deseo de muerte, mientras que en sentido amplio es un conjunto de conceptos, tales como amor, odio, celos y rivalidad, que permiten describir cualquier relación humana, o también se lo define como una estructura triangular entre el niño, el objeto de deseo y el portador de la ley. El falo designa al pene, o a todo aquello que se desea (por eso, cualquier deseo puede confirmar la amenaza de castración o la envidia del pene). La homosexualidad es el deseo sexual en sentido estricto, o cualquier relación amistosa entre individuos del mismo sexo. Siempre puede decirse que “el psicoanálisis es otra cosa”.

c. Apelación a lo latente. Es la estrategia de considerar que si un hecho parece contradecir la teoría, en realidad “encubre” otro hecho más profundo que la apoya. Freud interpreta las pesadillas donde muere un ser querido (aparentemente contrarias a su teoría) como la satisfacción de un deseo inconsciente de que esa persona fallezca, o como un autocastigo por otro deseo inconsciente. Cuando Juanito muestra afecto al padre y hostilidad a la madre, Freud interpreta su afecto al padre como formación reactiva a la hostilidad inconsciente, y la hostilidad a la madre como defensa para ocultar su deseo sexual. Cuando un niño sueña con la muerte de su padre, Freud interpreta un deseo de muerte, y cuando sueña con la muerte de la madre interpreta un autocastigo por desear la muerte del padre. Si bien la teoría puede ser falsable en principio, en la práctica es infalsable debido a este mecanismo.

d. Pseudoexplicaciones : el analista pretende explicar una conducta dándole un nuevo nombre. Por ejemplo, no hay otra evidencia de un superyó débil o fuerte que sus mismos efectos. En una explicación científica, en cambio, se relacionan dos o más observaciones independientes. Las instancias psíquicas (yo, ello, superyó) y el Edipo en su sentido amplio son sólo metáforas, no se trata de teorías explicativas sino de formas de describir, pero su apariencia lleva a no investigar las causas reales.

        (4) Fallas en la justificación del tratamiento

(Ref.: Grünbaum, Van Rillaer, Eysenck)

1. Problemas de la observación clínica (Grünbaum). La observación clínica no constituye evidencia probatoria, porque no permite eliminar las hipótesis rivales. Un caso confirmatorio no es una evidencia: un curandero también podría mencionar muchas experiencias confirmatorias, pero esas experiencias podrían ser explicadas mediante hipótesis rivales. Lo mismo ocurre con las experiencias confirmatorias que encuentra un analista. ¿Cómo sabemos si el tratamiento es mejor o peor que su ausencia, o que un tratamiento alternativo? Sabemos que las mejorías pueden explicarse por el paso del tiempo, por el efecto placebo, o por factores inespecíficos como la empatía o la atención. ¿Cómo sabemos que, si hay alguna mejoría, es a causa del tratamiento, y no debido al mero paso del tiempo, o al efecto placebo? ¿Cómo sabemos si la mejoría es temporaria o duradera? ¿Cómo sabemos si la evaluación de la mejoría es correcta o está sesgada? No hay estudios rigurosos de porcentajes de éxitos y fracasos del psicoanálisis, en relación a tratamientos alternativos y a la ausencia de tratamiento.

2. Los resultados de Freud no apoyan la eficacia. Cuando existen datos posteriores, esos datos indican que los pacientes conservaron sus síntomas (Emmy von N, Dora, hombre de los Lobos).

3. Apelación a la resistencia. Es un subtipo de falacia ad hominem. Si el paciente no acepta la interpretació n, el analista lo considera una resistencia, y a menudo le asigna valor confirmatorio. Los analistas utilizan la misma estrategia para desechar las críticas, acusando a la exigencia de evidencia controlada (pensamiento crítico) como “la forma moderna de la resistencia”. En “Resistencias al Psicoanálisis” (1925) Freud desestima las objeciones al considerarlas causadas por una hostilidad latente hacia el psicoanálisis.

4. El problema de las remisiones espontáneas: Eysenck calculó que 2/3 de pacientes tienen mejoría espontánea después de 2 años. En cálculos posteriores, se considera que esa proporción puede variar según el tipo de trastorno y la presencia de factores no específicos (ayuda por parte de un médico, profesor, cura, etc.). Este problema es aún más grave considerando la extensa duración de los tratamientos psicoanalíticos.

5. Desinterés por los resultados. Los analistas suelen desestimar la remoción del síntoma en busca de un supuesto cambio profundo, pero no hay evidencia de que logren ni una cosa ni la otra. Los tratamientos son largos y costosos, y no hay razones para considerarlos preferibles a otros tratamientos que sí poseen evidencia de resultados.

6. Sesgo confirmatorio en la evaluación de resultados: el analista tiende a considerar que si el paciente mejora es gracias a la teoría, y si no mejora es por sus resistencias. Cuando Freud (en 1937) enumera posibles explicaciones de los fracasos, sólo toma en cuenta variables del paciente (necesidad de castigo, fuerza de los traumas, fijación libidinal), y en ningún momento evalúa la posibilidad de fallas en el tratamiento. La hipótesis rival obvia, que el psicoanálisis no ha eliminado, es que los fracasos se deben a rasgos del tratamiento (la dependencia respecto al analista, las fallas del método interpretativo) , y que las mejorías pueden explicarse por factores ajenos al tratamiento (remisión espontánea, efecto placebo, factores inespecíficos) . En esos casos de mejoría, el paciente y el analista pueden caer en la falacia cum hoc, que consiste en atribuir las mejorías al tratamiento, sólo porque ocurren en forma simultánea.

        (5) ¿Por qué, a pesar de esas fallas, tiene tanta difusión?

En la Argentina, muchos consideran sinónimos los términos “psicoanalista” y “psicólogo”. Aún hoy, la Universidad de Buenos Aires es hegemónicamente psicoanalítica. En EEUU, un 40% de terapeutas sigue utilizando la interpretación de sueños.

1. Desconocimiento de hipótesis rivales. El psicoanálisis se sostiene gracias a la falta de información del público respecto a la psicología científica. En la Universidad de Buenos Aires, se escatima la formación en otras teorías rivales.

2. Divulgación atractiva. Los estudios de caso pueden leerse como una búsqueda detectivesca para develar las profundidades de la mente. Del mismo modo que ocurre en otras pseudociencias, un testimonio anecdótico suele ser más persuasivo que un estudio estadístico. La fascinación por revelar sentidos ocultos es uno de los rasgos que comparte con muchas otras prácticas interpretativas (astrología, oniromancia, lectura de la borra del té).

3. Culto a la persona (Freud, Lacan). Ocurre cuando la adhesión se basa más en la confianza en el proponente que en la evaluación de los méritos de la tesis. Un fenómeno llamativo es la aceptación de una tesis antes de su comprensión (como suele ocurrir con frases de Lacan que no tienen interpretació n consensuada, como la de que “el inconsciente se estructura como un lenguaje”). El culto a la persona se manifiesta en falacias de autoridad, y se refuerza por ciertos mitos históricos (el mito del precursor original y el mito del mártir de la verdad).

4. El mismo sistema de creencias contiene falacias que logran inmunizarlo de las críticas. Ya vimos algunos ejemplos: apelación a lo latente, apelación a las resistencias, falacias de ambigüedad, falacias de autoridad. Otros casos son las falacias ad hominem (”para criticar hay haberse analizado”, ”exigir evidencia es ser positivista”), falacias non sequitur (“la hostilidad de tanta gente demuestra que es cierto”, “la duración del tratamiento demuestra que es más profundo”), la reversión de la carga de la prueba (“son los críticos los que deben demostrar la falsedad de la teoría y la ineficacia del tratamiento”).

5. En resumen, en el psicoanálisis lo valioso no es nuevo y lo nuevo no es valioso. Lo propiamente psicoanalítico carece de valor científico. Si la razón es, como dice Russell, el intento de averiguar la verdad en lugar del intento de probar que lo que deseamos es cierto, entonces las fallas del psicoanálisis son ejemplos de fallas en la racionalidad. Esta es una cuestión incluso más básica que la cuestión de la cientificidad: ¿hay buenas razones para adoptar el psicoanálisis como método de investigación, como tratamiento o como teoría?

Bibliografía accesible en internet:

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Wittgenstein, L. Conversaciones con Rush Rhees sobre Freud y el psicoanálisis.
Wittgenstein, L. Los cuadernos azul y marrón.

        

1 comentario:

  1. Una parte de las personas no podemos leer letras rojas sobre un fondo negro. Para leer el texto tenemos que pasar el ratón y así conseguir un contraste.
    Si crees que vale la pena, por favor averigua cómo se hace para poner una pareja fondo-texto que sea accesible para esta clase de personas a las que pertenece quien escribe.

    Saludos
    Bartolo

    Esta imposibilidad la tengo con tres navegadores: Firefox, IExplorer y Chrome

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