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martes, 23 de febrero de 2010

LUDWIG WITTGENSTEIN -2- 7.

VII

Gente que, después de despertar, nos cuenta ciertos hechos (que estuvieron en tal o cual lugar, etc.). Entonces les enseñamos la expresión «he soñado», a la cual sigue el relato. Luego les pregunto a veces «¿Has soñado algo hoy?» y recibo una respuesta afirmativa, o una negativa, a veces el relato de un sueño, a veces no. Este es el juego de lenguaje. (Ahora he supuesto que yo mismo no sueño. Pero yo tampoco tengo nunca el sentimiento de una presencia invisible y otros en cambio lo tienen, y les puedo preguntar sobre sus experiencias.)
¿Tengo que hacer entonces una suposición acerca de si a esa gente la ha engañado la memoria o no; acerca de si durante el sueño realmente vieron esas figuras ante sí, o sólo les parece así al despertar? ¿Y qué sentido tiene esta pregunta?  —  ¡¿Y qué interés?! ¿Nos preguntamos eso jamás cuando alguien nos relata su sueño? Y si no es así —  ¿es porque estamos seguros de que su memoria no lo habrá engañado? (Y supongamos que fuera una persona con una memoria especialmente mala.  —  )
¿Y significa esto que carece de sentido plantear jamás la pregunta acerca de si un sueño se da realmente mientras se está dormido, o bien es un fenómeno de la memoria que ocurre al despertar? Esto dependerá del empleo de la pregunta.
«Parece que la mente puede darle significado a la palabra» —  ¿no es esto como si yo dijera: «Parece que en el benzol los átomos de carbono están en los ángulos de un hexágono»? Esto no es una apariencia; es una figura.
La evolución de los animales superiores y del hombre, y el despertar de la conciencia en un determinado nivel. La figura es más o menos ésta: el mundo, a pesar de todas las vibraciones del éter, está a oscuras. Pero un día, el hombre abre sus ojos videntes y se hace la luz.
Nuestro lenguaje describe en primer lugar una figura. Lo que debe ocurrir con esta figura, cómo hay que emplearla, aún está oscuro. Pero lo que está claro es que eso hay que averiguarlo si se quiere entender el sentido de nuestra aserción. Pero parece como si la figura nos facilitara esta tarea; indica ya un determinado empleo. Así es como nos toma el pelo.

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