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martes, 25 de mayo de 2010

Morir con dignidad.

Profesor Robert Twycross: especialista inglés en cuidados paliativos.

Cómo ayudar a morir con dignidad.

Es posible ofrecer alivio a los dolores y síntomas de los moribundos, además de contenerlos psicológica y espiritualmente.

•  En Gran Bretaña funcionan 250 centros de atención a enfermos terminales.
•  La especialización médica se orienta más a curar que a aliviar.
•  Es mejor que el paciente muera en su casa.
   
   
   
   
       
       
El profesor Robert Twycross, director del Centro Internacional de Cuidados Paliativos de la Universidad de Oxford, Inglaterra, se especializa en ayudar a las personas que padecen enfermedades terminales a morir con dignidad.

El médico inglés, que trabaja hace 30 años en el tema, fue invitado a la Argentina por la Asociación Pallium, dirigida por el doctor Gustavo de Simone, coordinador del grupo de Trabajo de Cuidados Paliativos del Hospital Udaondo y director de la Carrera de Médico Especialista en Oncología Clínica de la Universidad del Salvador. En Pallium (pallium@ibm.net) funciona el programa de Cuidados Paliativos del Hostal de Malta, sostenido por la Asociación de Caballeros Argentinos de la Soberana Orden Militar de Malta, que ofrece asistencia gratuita a pacientes terminales sin medios económicos.

-¿Qué implican los cuidados paliativos?

-Cuidar más allá de curar. Aunque en algunos pacientes esto implica un tiempo prolongado, para la mayor parte de los enfermos en etapa terminal son semanas o pocos meses. Por eso también pueden ser definidos como cuidados de confort para la persona muriente. Sé que en la Argentina hay 30 o 40 grupos que los ofrecen, pero la mayoría sólo trabajan en hospitales. El cuidado domiciliario no está desarrollado.

-¿Es mejor de ese modo?

-Está demostrado que la mayor parte las personas al final de su vida prefieren realmente estar en su casa, con sus afectos, y no en una sala de hospital. Pero no siempre es posible.

-¿Cómo son en su país los cuidados paliativos?

-En el Reino Unido existen desde hace unos 40 años, como reacción a la especialización extrema de muchos servicios. Hace 60 o 100 años, la cura era poco frecuente. Luego, algunos médicos que en ciertas especialidades pudieron curar más, se concentraron en la cura y perdieron la habilidad de aliviar. Los cuidados paliativos implican restaurar esa visión holística de la medicina que dice: curar a veces, aliviar a menudo, cuidar siempre.

-¿Los pacientes terminales reciben en Gran Bretaña estos cuidados, cubiertos por el sistema de salud?

-Nunca afirmaré que el sistema de salud es perfecto, pero hemos desarrollado un sistema nacional de cuidados paliativos y el servicio público lo mantiene. Tenemos 250 unidades con pacientes internados y cuidado domiciliario operando desde estos centros y en forma independiente. Por cada enfermo internado hay 10 cuidados en sus casas. Pero además, la especialidad está extendida a nivel académico. Hay profesores, cursos de entrenamiento. Y los estudiantes de medicina tienen la obligación de conocer las necesidades del moribundo antes de que se reciban.

-¿Cuál es el enfoque de la tarea?

-Las características de los cuidados paliativos son el partnership o trabajo conjunto entre los médicos, enfermeros y otros miembros del equipo de salud, el paciente y su familia. El partnership representa una actitud diferente de la que probablemente tiene el médico tradicional, con su acercamiento más autoritario. La tarea se basa en un equipo multiprofesional: médicos de distintas especialidades, enfermero, psicólogo, ministro de fe, terapeuta físico, nutricionista. No todo paciente necesita a todos, pero hay un equipo, entonces los profesionales están disponibles. Cuando se habla del alivio no es sólo de los síntomas físicos, pero es muy difícil ocuparse de los aspectos espirituales y psicológicos si no se alivian los síntomas físicos, como el dolor.

-¿Puede evitarse que el paciente llegue hasta su morada final inconsciente por los calmantes y sin posibilidad de comunicarse?

-Si hay entrenamiento, en la inmensa mayoría de los pacientes se puede lograr ese objetivo: que permanezcan libres de dolor y otros síntomas molestos, pero lúcidos.

-La morfina y otros opioides, ¿son peligrosos?

-Muchos de los que sienten dolor la necesitan, no todos. Lejos de lo que se cree, es uno de los fármacos más seguros si la administran profesionales entrenados.

-El paciente, ¿debe saber la verdad sobre su situación?

-En líneas generales, cuanto más honesta es la comunicación, más saludable, y esto implica la posibilidad de hablar de temas difíciles. Muchas veces los familiares no saben qué es mejor. Por eso suelen consultar a los equipos de cuidados paliativos.

-A veces se dice: "No le digas la verdad, va a sufrir más..."

-Partimos de una premisa falsa: no le digas la verdad como si el paciente no lo supiera... El secreto está en cómo podemos compartir esa verdad. En la gran mayoría de los casos, el paciente siempre sabe. Y si bien algunos utilizan un mecanismo psicológico de negación, luego pasarán a una etapa de mayor aceptación. Ahí está la tarea del equipo para que estas etapas puedan ser vivenciadas.

-¿Qué piensa de la eutanasia?

-Hace más de 30 años que trabajo en cuidados paliativos y hay un tema en el que me mantengo firme: la completa oposición a la eutanasia. Estoy convencido de que la mejor respuesta al sufrimiento en el final de la vida no es la eutanasia. Los cuidados paliativos, en cambio, establecen un balance entre la afirmación y defensa de la vida (es un movimiento en favor de la vida), pero al mismo tiempo ayudan a la aceptación de la muerte como una realidad inevitable.

Por Gabriela Navarra


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