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sábado, 3 de julio de 2010

El otro lado de la realidad -10-

TUNELES E INSTALACIONES SUBTERRANEAS.

Tras haber recogido toda la información que le ha sido posible sobre los katchinas, Blumrich llega a las siguientes conclusiones sobre estos seres que, sin ser considerados en ningún momento como divinidades —y esto es importante—, se sitúan en el plano cósmico de injerencia directa en el quehacer humano: tenían cuerpo físico, tenían apariencia de hombres, en muchos aspectos se comportaban como hombres, pero disponían de unos conocimientos muy superiores a los propios hombres.
Poseían artefactos voladores, y un enigmático escudo que rechazaba a los proyectiles enemigos a elevada altura. Eran además capaces de engendrar niños en las mujeres sin mediar contacto sexual. A todo ello hay que sumar las habilidades que los humanos aprendieron de los katchinas, la más importante de las cuales fuera quizás el corte y transporte de enormes bloques de piedra y, en relación con ello, la construcción de túneles y de instalaciones subterráneas.

LOS MENSAJEROS DE LOS DIOSES.

Además de lo que afirma Blumrich con referencia a los hopi, que él estudió en profundidad, podemos corroborar algunas de sus constataciones observando las costumbres de sus inmediatos vecinos, los indios zuñi y pueblo, que junto con los hopi forman el grupo de pueblos agricultores de la actual Arizona.
Así, por ejemplo, los zuñi, cuyos templos son cámaras ceremoniales subterráneas, conservan el culto de la serpiente emplumada como deidad celeste, lo que indica el origen mexicano de ciertos elementos de su religión al enlazar directamente con la imagen y culto de Quetzalcóatl (identificado con Kukulkán y Gucumatz) que fue también serpiente emplumada y voladora, corroborando así en cierta forma las narraciones de los hopi que afirman haberse establecido durante un tiempo en el área del Yucatán.
Los mismos zuñi rinden igualmente culto a los katchinas, para ellos mensajeros e intermediarios entre las deidades del cielo y el ser humano. Con lo cual se identifican prácticamente con los seres —emisarios o mensajeros de la divinidad— que en los textos bíblicos actúan bajo el concepto de ángeles.
Otro dato curioso es que este grupo de indios pueblos practican el arte de la pintura en seco, de arena o de polen, frente a sus altares, para las ceremonias religiosas. El origen de este arte es desconocido, y el mismo es practicado igualmente en el Tibet y entre algunas tribus de Australia.

TECNOLOGIA PUNTA.

Pero regresemos a las observaciones que efectúa Josef F. Blumrich, sin perder de vista al hacerlo que se trata de las observaciones de un ingeniero con cargo de directivo de la NASA.
Afirma que los hopi cuentan que los escudos voladores de los katchinas se desplazaban a enormes velocidades gracias al impulso de una «fuerza magnética». En relación con ello, argumenta Blumrich que ni los hopi ni nosotros sabemos de qué se trata concretamente. Y que nosotros, por ejemplo, todavía no sabemos qué es realmente la gravitación. El día en que logremos descifrar este enigma, existirá la posibilidad de que incluso nosotros podamos volar sin limitación alguna.
Cabe recordar sin embargo —volviendo a lo que afirman los hopi— que Jonathan Swift vertió en su obra Los viajes de Gulliver datos astronómicos correctos acerca de los satélites de Marte, que nadie en su época podía conocer y que no fueron corroborados por nuestros astrónomos hasta 150 años más tarde. Swift le hace decir a Gulliver —personaje central de esta obra— que estos datos se los comunicaron los tripulantes de un artefacto volante circular y resplandeciente (como los «escudos» de los katchinas) governado a voluntad por estos tripulantes recurriendo al magnetismo. La fuerza magnética por lo tanto que afirman los hopi que servía para desplazar a sus escudos voladores.
En cuanto al escudo capaz de hacer explosionar los proyectiles enemigos en el aire, recurda Blumrich que los rusos estaban desarrollando hace ya años unos haces de protones capaces de destruir a los cohetes en pleno vuelo, mientras que en los Estados Unidos se estaban realizando ensayos con rayos de electrones parecidos, que tienen esta misma capacidad.

LA CONSPIRACION DE LOS ILUMINADOS.

¿Somos los cobayas de un destino planificado? Tal cabría desprender de una correspondencia que se conserva en la biblioteca del Museo Británico en Londres: se trata de las cartas cruzadas en el siglo pasado entre Albert Pike y Giuseppe Mazzini, dos cualificados miembros de la cúpula masónica y satánica de los Iluminados. En ellas se diseñaron las tres grandes guerras mundiales.
Así, en carta dirigida a Mazzini con fecha del 15 de agosto de 1871 —hace más de un siglo— Pike le comunica que la Primera Guerra Mundial se debía generar para permitir a los Iluminados derrocar el poder de los zares en Rusia, y transformar este país en la fortaleza del comunismo ateo. Las divergencias provocadas por los agentes de los Iluminados entre los imperios británico y alemán —y también la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo— se debían aprovechar para fomentar esta guerra. Una vez concluída, se debía edificar el comunismo y utilizarlo para destruir otros gobiernos y debilitar a las religiones.
La Segunda Guerra Mundial debía fomentarse aprovechando las diferencias entre fascistas y sionistas políticos. La lucha debía iniciarse para destruir el nazismo e incrementar el sionismo político, con tal de permitir el establecimiento del Estado soberano de Israel en Palestina. Durante la Segunda Guerra Mundial se debía edificar una Internacional comunista lo suficientemente robusta como para equipararse a todo el conjunto cristiano. En este punto se la debía de contener y mantener, para el día en que se la necesitase para el cataclismo social final.
El objetivo de estas dos guerras —diseñadas en el siglo pasado— se ha conseguido. Queda por ver la Tercera Guerra Mundial.

¿ESTA YA PLANIFICADA LA TERCERA GUERRA MUNDIAL?.

La Tecera Guerra Mundial se debe de fomentar aprovechando las diferencias promovidas por los agentes de los Iluminados entre el sionismo político y los dirigentes del mundo musulmán. La guerra debe de orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente, mientras que otras naciones se verán obligadas a entrar en la lucha, hasta el punto de agotarse física, mental, espiritual y económicamente.
Albert Pike le escribió a Giuseppe Mazzini el 15 de agosto de 1871 que, al final de la Tercera Guerra Mundial, quienes pretenden la completa dominación mundial provocarán el mayor cataclismo social jamás conocido en el mundo.

UN INVISIBLE GOBIERNO MUNDIAL.

Desandemos este sendero. La Comisión Trilateral es una agrupación de personas privadas de las altas finanzas, del mundo de los negocios y de la política, procedentes de Norteamérica, Europa occidental y Japón, que brinda a la élite procedente de la masonería de las distintas orientaciones unas posibilidades de encuentro, con vistas a una colaboración secreta que abarca todo el mundo. El objetivo ideológico de la Comisión Trilateral es el mismo que el del Council for Foreign Relations (Consejo para Relaciones Exteriores), fundado en 1921 por el banquero norteamericano Morgan, y conocido también como «el Gobierno invisible». Lo que es menos conocido de la Trilteral es el hecho de que responde por igual del poder del ocultismo, del poder de la brujería y del poder del supuesto mal, y éstos responden a su vez de las drogas, de la música rock y de la política. El sector político entronca con los Iluminados, que son altos grados de la masonería. La brujería comprende la magia negra y la blanca. A esta última se suma un determinado número de grupos masónicos. Hay escasamente unas cien organizaciones que pertenecen al mundo de la masonería. Se explica por esta trama secreta de planificación del destino de la humanidad, el que Karl Marx escribiera sus obras londinenses por encargo de Nathan Rothschild (cuyo apellido significa «escudo» o «protector de los rojos»). Los cheques con los que le pagó pueden verse en el Museo Británico. Marx participó en la fundación de la Primera Internacional en 1864. Se derrumbó porque los anarquistas querían anarquía, y la querían de inmediato. La Segunda y la Tercera Internacional —que en sus transformaciones dieron lugar por un lado a la Internacional Socialista y por el otro al Komintern y al Kominform—, no son otra cosa que la confirmación de los Iluminados, que hicieron con la Revolución francesa y con Napoleón el primer intento de gobierno mundial. Quien hable de casualidades, es que no ha entendido todavía el juego que se llevan con todos nosotros.

OBJETIVO: EL NUEVO ORDEN MUNDIAL.

La idea del judío alemán Adam Weishaupt, que fundó la cúpula de los Iluminados el 1 de mayo de 1776, era el camino a través de la anarquía. El que su fundación tuviese lugar el día siguiente de la noche de Walpurgis, y el hecho de que este día fuera consagrado mundialmente festivo —el 'Día del Trabajo'— aclara todavía más la estrecha relación que existe. El hecho que además el sello de los Iluminados aparezca con la fecha de 1776 en el dólar americano, asombra a aquéllos que no saben que Washington fue tan masón como su rival Jefferson.
Si hablamos del poder efectivo, debemos mencionar a los Rockefeller y —más importantes aún— a los Rothschild. En sucesión ascendente siguen los Bilderberger, un club formado en mayo de 1954 e integrado por los 500 hombres y organizaciones más ricas e influyentes del mundo, que se propone la instauración del «Nuevo Orden Mundial».
Más arriba está el «Consejo de los 33», los 33 más altos masones iniciados del mundo. Por encima de ellos, el «Gran Consejo de los 13», 13 Grandes Druidas, por encima de los cuales aún actúa «El Tribunal» y, finalmente, el inmencionable nombre de grado 72 de los cabalistas, que —dicho sea de paso—también significa «Iluminado». Para los Iluminados Lucifer es Dios, y Jesús es el imitador. De la misma forma que para los cristianos Satanás es el imitador de Jesús.

CUANDO SE APAGUEN LAS LUCES DE NEW YORK.

El 1 de agosto de 1972, después del aquelarre, es decir el «sábado de las brujas», Philip von Rothschild anunció ante el «Consejo de los 13» en el Casino Building de San Antonio, la planificación de la historia a partir de 1980. Las indicaciones son muy concretas: «Cuando veáis apagarse las luces de New York, sabréis que nuestro objetivo se ha conseguido.» Hay que saber interpretar la frase. Elija cada cual, si es que tiene opción a ello, si es éste u otro su propio objetivo.

EL INVASOR ANÓNIMO.

Reto a la Inteligencia norteamericana.
El 25 de febrero de 1942, 80 días después del ataque japonés a Pearl Harbor, una esquadrilla de 15 a 20 aparatos desconocidos sobrevoló las costas norteamericanas del Pacífico, entre San Diego y San Francisco, en un área en el que se estaban concentrando contingentes de soldados y material bélico estadounidense para su embarque con destino al frente del extremo Oriente.
Toda el área fue inmediatamente alertada, y de acuerdo con el informe de la 37 Brigada de Artillería Antiaérea, entre las 03:12 y las 04:15 horas fueron efectuadas 1430 rondas de disparos antiaéreos en defensa de Los Angeles y contra lo que se suponía eran aparatos japoneses.
El 'Los Angeles Times' publicó la fotografía de alguno de estos objetos iluminados por los focos antiaéreos.
LOS FALSOS JAPONESES
Pero lo sorprendente fue que a pesar de su poca velocidad —unas 200 millas (unos 360 km) por hora— y de la poca altura —de 2.700 a 5.500 metros— a que volaban los supuestos aparatos enemigos, "no existe evidencia alguna de que ningún proyectil haya dado en el blanco ni de que ningún aparato haya sido derribado" según reza el informe del Cuartel General del Mando de la Defensa de Alaska, referido a dicho incidente.
En su informe al presidente Roosevelt, el general George C. Marshall verifica la autenticidad de la fotografía publicada en el 'Los Angeles Times' y habla por primera vez, en 1942, al referirse a los citados objetos volantes, de "objetos misteriosos".
Misteriosos, volantes, y no identificados. Acaba de nacer, desde este primer sobrevuelo con implicaciones militares de su propio territorio, el misterio de los objetos volantes no identificados como problema de seguridad y de competencia militar para los Estados Unidos. Fecha: 25 de febrero de 1942.
Exactamente diez años después de este misterioso sobrevuelo de la costa californiana, y cuando ya se estaban vislumbrando las implicaciones sicológicas del fenómeno —"Transmití hoy al Consejo de Seguridad Nacional una propuesta en la que se concluye que los problemas relacionados con objetos volantes no identificados parecen tener implicaciones tanto para la guerra sicológica como para Inteligencia y Operaciones"—, le escribió en aquella época y en un memorando interior el director de la CIA, Walter B. Smith, al director de su Gabinete de Estrategia Sicológica, el problema de los objetos volantes no identificados preocupaba muy seriamente a los servicios de Inteligencia norteamericanos, como a continuación veremos.
"El problema OVNI excede el nivel de las responsabilidades individuales del departamento de Inteligencia Cientifica de la CIA, y es de tal importancia que merece la competencia y la acción del Consejo de Seguridad Nacional".
Este párrafo figura en un memorando interior de la CIA dirigido al Director de dicha Agencia y firmado por H. Marshall Chadwell, Director Adjunto del departamento de Inteligencia Científica, con fecha 11 de septiembre de 1952.
La CIA fue creada en 1947, y ya de setiembre de dicho año data el primer informe OVNI que recogen sus archivos, de acuerdo con la documentación que he podido recopilar. Se trata de un informe sobre fenómenos luminosos inusuales observados en Tashkent, en el Uzbekistán (URSS). Desde el mismo año de su creación, la agencia de inteligencia americana viene por lo tanto recopilando información sobre el fenómeno OVNI.
Paralelamente, a lo largo de estos holgados 30 aftos, las fuentes oficiales le han venido repitiendo a la opinión pública que los OVNI no existen, que son fantasías, que hay que borrarlos de la mente porque es ridículo dar crédito a su existencia. Pero por mucho que se le dijera que era ridículo, la gente seguía viendo OVNIS. Así nació —porque las explicaciones no encajaban con la realidad— el mito del archivo de la CIA, ya que para que se le negara a la gente lo que estaba viendo con sus propios ojos, debía de tratarse de algo que estaba recibiendo un tratamiento extremadamente secreto. Por lo tanto, nadie mejor que la CIA debía estar al corriente de lo que se estaba cociendo. El fenómeno OVNI llegó a ser así un tema que originaba recelo, acusaciones y controversias constantes durante los ultimos treinta años. ¿Qué sabe la CIA acerca de los OVNI? ¿Qué nos dice y qué nos está ocultando?.
LA CIA EN EL BANQUILLO
Para despejar estas incógnitas, parte de la comunicación ufo1ógica norteamericana se acogió en los últimos años a la FOIA (Freedom of Information Act = Ley sobre Libertad de Información), para demandar judicialmente a la CIA y a otras agencias de inteligencia y departamentos militares para que sacaran a la luz pública la documentación oficial que sobre el fenómeno OVNI albergan sus archivos. Destacado impulsor de esta iniciativa judicial es el Ground Saucer Watch (GSW), dirigido por William H. Spaulding. Transcribo a continuación íntegra la declaración del portavoz de la CIA ante el tribunal federal ante el que se presentó la demanda.
Dado este paso, me he servido de diversos canales para obtener directamente de lasdistintasfuentes originales la máxima cantidad posible de copias de documentos que —relacionados siempre con el fenómeno OVNI— alimentan a los archivos oficiales —militares y de inteligencia— americanos. La suma de este material documental puede dividirse en tres grandes grupos primarios: a) Correspondencia y memorandos procedentes de los archivos de la CIA; b) Informes de avistamientos procedentes de los archivos de la CIA; y c) Documentos militares y de inteligencia procedentes de los archivos de otros departamentos oficiales americanos.
En cuanto a la evaluación del material obtenido, salta a la vista inmediatamente que una gran cantidad de documentos siguen encerrados en los archivos oficiales. Tanto la CIA como las demás agencias sondeadas, han soltado únicamente una parte de sus archivos. Concretamente la CIA reconoce que ha retenido como clasificados 57 documentos, acogiéndose a las exenciones a que le autoriza la Ley sobre Libertad de Información. Entre estos 57 documentos pueden perfectamente hallarse aquellos que hacen referencia a los supuestos subterráneos en que, en la base aérea de Wright-Patterson, los americanos tienen supuestamente bajo custodia los restos de algunos OVNI. accidentados, así como aquellos otros que se refieren a la hi pótesis de que los americanos conservan bajo refrigeracion los cuerpos de un número indeterminado de miembros de tripulaciones OVNI, en un emplazamiento secreto de la base aérea de Langley, cerca de Norfolk, en Virginia.
Pero este número suministrado por la CIA de 57 documentos retenidos no puede en modo alguno responder a la verdad. Ya que, a tenor de lo que han entregado, es de 1ógica suponer que han trabajado también, con muchísima mayor razón, con otros incidentes OVNI, de los que sin embargo no hay constancia en estos bloques de documentación dados a publicidad. Lo que sigue aún encerrado en los archivos de la agencia de inteligencia y en otros departamentos militares y de inteligencia tiene necesariamente que ser muchísimo más que estos 57 documentos que mencionan. Sobre todo se aprecian considerables lagunas, como si hubieran escogido diversos bloques de información de distintas épocas, y repentinamente entre estas épocas aparecen enormes huecos, que en ocasiones pueden suponer varios años seguidos en que no se fecha ni un solo informe sobre OVNI. Encuentro a faltar muchos informes de incidentes OVNI bien conocidos por todos los ufólogos y que sin embargo no se reflejan en estos archivos, lo que —insisto— carece de toda lógica. Como carece de ella también el que no se mencione una sola línea sobre las circunstancias que acompañaron el derribo en mayo de 1960 del avión-espía americano U-2 sobre territorio soviético. Este caso debería haber aparecido precisamente entre esta documentación porque el piloto del U-2, Francis Gary Powers, trabajaba en aquella época para la Agencia Central de Inteligencia americana y porque su derribo se vio rodeado en el aire de fenómenos no explicados, según él mismo manifestó entonces.
3 MOTIVOS PARA EL SECRETO
De todas formas, estas lagunas y la ausencia de documentos clave las explica el propio Robert E. Owen, consejero y asesor de la Oficina del Consejo General de la CIA, responsable de la revisión de la información del Directorio de Operáciones de la citada agencia, a quien se encargó la revisión de los documentos que debían ser entregados en el marco de la Ley de Libertad de Información. Owen declara claramente que se retienen todos aquellos documentos que a) contienen información que debe ser objeto de una protección constante, b) revelan las fuentes y métodos de obtención de información de la CIA y c) revelan datos de la organización, las funciones, los nombres, los cargos oficiales o números del personal empleado. Como es lógico pueden reunir alguna o varias de estas cualidades, cantidades para todos los gustos de documentos archivados por la CIA. Son los documentos que no hemos podido obtener.
Pero aún así, las casi 1.200 hojas de documentación que he podido reunir incluyen informaciones y datos en ocasiones de extraordinario interés para cualquier interesado en el enigma mundial de los OVNI.
Y desde luego se deduce de la documentación revisada que los OVNI merecen la atención especial y continuada de los servicios de inteligencia norteamericanos.
CORRESPONDENCIA Y MEMORANDOS DE LA CIA.
Repasando el bloque de correspondencia y memorandos de la CIA, se confirma en él por ejemplo que en abril de 1949 y en el polígono de tiro de White Sands, un comandante de la Marina que seguía el vuelo de un misil por el teodolito, vió de repente dos discos que maniobraban a alta velocidad alrededor del cohete de prueba, y que en el lapso de un mes tuvieron lugar tres de estas observaciones en White Sands. En sus maniobras, estos objetos volantes desconocidos alcanzaban velocidades de hasta 18.000 millas/hora (más de ¡28.000 km/h!), una velocidad, en 1949, absolutamente inalcanzable por el hombre. Y sin embargo eran objetos que maniobraban alrededor del misil.
También nos revelan estos documentos cómo, a partir de 1952, el interés de los servicios de inteligencia americanos se centra no en la averiguación del orígen.y de la identidad del fe nómeno OVNI, sino de la influencia de dicha fenomenología en el público, en el ciudadado estadounidense. Les preocupa el que un elevado número de personas crea en la existencia de platillos, ya que ello conlleva un doble riesgo para su seguridad nacional. Por una parte, el fenómeno OVNI puede ser empleado desde un enfoque.de guerra sicológica. Un país enemigo podría aprovecharse de la continuada aparición de los OVNI para hacer ver que éstos son en realidad inigualables armas secretas suyas. De ahí nacería el impuesto silencio sobre la aparición de OVNI en los cielos de los países del este. Por otra parte, se veía un potencial riesgo en la proliferación de grupos civiles de investigación OVNI. Dado que éstos lograban rápidamente la asociación de gran número de personas extremadamente fieles al grupo, existía el peligro de que una nación enemiga o un grupo terrorista se sirviera de estos grupos de gente en el momento de intentar una acción ofensiva contra los USA. De ahí nació la estrecha vigilancia —absolutamente confirmada en estos documentos— a que fueron sometidos los grupos privados de investigación OVNI y los ufólogos excesivamente incisivos, por parte de los servicios de inteligencia tanto de la CIA como de la USAF.
En cuanto a la alerta y defensa del territorio estadounidense en el caso de un hipotético ataque aéreo enemigo, se planteaba un nuevo riesgo: si proliferaban y se hacían usuales, normales, familiares estos avistamientos, tanto a simple vista como en las pantallas de radar, podría ocurrir que los mismos actuaran a manera de cortina de humo, que no permitiría discernir entre los que son OVNI y lo que son armas enemigas que han irrumpido en el espacio aéreo norteamericano. Uno de los puntos críticos que afloran en estos documentos es la necesidad —pero al mismo tiempo imposibilidad— de detectar instantáneamente la naturaleza del objeto volante desconocido que irrumpe en el espacio aéreo americano, para determinar si se trata de un sobrevuelo pacífico o de una acción hostil.
Con lo cual casi me atrevería a concluir que nos hallamos ante una indirecta confirmación oficial del carácter extraterrestre de los OVNI. Ya que si se tratase de sobrevuelos de vehículos de otra potencia terrestre, ya habrían sido abatidos por los dispositivos de defensa, en este caso norteamericanos. El que esto no suceda es una evidencia de que el fenómeno es de naturaleza muy distinta. Ahí están, además, en los memorandos dirigidos al director de la CIA por su asistente científico, las siguientes palabras: "... algo está ocurriendo y debe tener nuestra acción inmediata. Los detalles de algunos de estos incidentes han sido discutidos por nosotros. El avistamiento de objetos inexplicados a grandes altitudes, viajando a altas velocidades en las cercanías de importantes instalaciones defensivas americanas son de tal naturaleza que no pueden ser atribuibles a fenómenos naturales o vehículos aéreos de tipo conocido".
Estábamos aún en 1952. Pocos meses después se reuniría el Panel Robertson, convocado por la CIA para el exámen del fenómeno OVNI a cargo de cualificados especialistas. Sus conclusiones fueron que el fenómeno no constituía una amenaza física directa a la seguridad nacional, que no existía ningún indicio de que se tratara de artefactos extranjeros capaces de realizar acciones hostiles, y que no existía tampoco evidencia alguna de que el fenómeno indicara la necesidad de una revisión de los conceptos científicos actuales.
PROBLEMA DE SEGURIDAD
Lo que si entrañaba indirectamente el fenómeno era el peligro real que yo apunté más arriba, y que podía inducir a la identificación errónea por parte del personal de defensa de artefactos reales del enemigo, la sobrecarga en los canales de información de emergencia con información "falsa", y —debido a la suceptibilidad del público— la histeria colectiva y la gran vulnerabilidad respecto a una guerra sicológica por parte del enemigo. Esta es la primitiva causa directa del descrédito del fenómeno por parte oficial, de cara a la opinión pública.
Y podemos concluir que hasta hoy esta situación planteada así hace treinta años, no ha cambiado, sino que se ha agudizado más aún, especialmente en los tiempos más recientes en que parece ser que muchísimos gobiernos —incluso los que menos pintan en el contexto mundial— han decidido ya tapar con el secreto hermético la apasionante investigación OVNI. Por encima de todo, lo que le interesa a la inteligencia y a los militares es la detección del riesgo de un ataque y el aprovechamiento del fenómeno a su favor frente al enemigo.
La investigación científica, el contacto con posibles inteligencias de orígen no terrestre, es asunto que se queda en un plano muy secundario.

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