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martes, 24 de agosto de 2010

Embrionicidio

Financiar el embrionicidio.

En cuanto llegó al poder, el presidente norteamericano Barack Obama hizo dos cosas: liberar fondos públicos norteamericanos para fomentar el aborto y la esterilización en el mundo y financiar los experimentos con embriones humanos (con fines científicos, ‘of course’).

No nos engañemos no estamos ante la cultura de la muerte, sino en el mercado de la muerte, que en buena parte está financiado con fondos públicos. Obama, como paradigma del Nuevo Orden Mundial, no sólo promueve el aborto y la utilización de embriones como cobayas humanas, sino que lo financia.

Pues bien, ha surgido un juez –todavía existen jueces con cabeza y con corazón- que le ha puesto la proa. Dice su señoría Laymberth que “La investigación con células madre implica claramente la destrucción de un embrión humano”. Chesterton asegura que llegaría un momento en que tendríamos que luchar por demostrar que las hojas son verdes. Pues bien, el juez dice eso: que las hojas son verdes.

Por supuesto, el mercado de la muerte no es más que una completa mentira. Masacrando embriones –bajo el delicado eufemismo de células embrionarias- no se ha conseguido curar ni un resfriado y existen pruebas suficientes para asegurar que, además, provocan tumoraciones.

Con células madres adultas, por contra, se han conseguido muchos éxitos terapéuticos –por ejemplo, en regeneración de tejidos infartados- sin matar a nadie.

El aborto es un asesinato, la utilización de embriones como cobayas laboratorio no es más que un tipo de aborto con pretensiones científicas y, atención para absorber el dinero del presupuesto, el dinero de los demás.

Por: Eulogio López

http://www.hispanidad.com/

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