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miércoles, 13 de abril de 2011

Aprendiendo a enseñar: El pensamiento del profesor - Algunos usos de "el pensamiento del profesor".

IV. Algunos usos de "el pensamiento del profesor".

Algunas de las expectativas que despertó el estudio del pensamiento se relacionaron con su carácter de "vínculo" entre la teoría y la práctica. Como ya se explicó en el primer capítulo, no me parece fructífero utilizar ese par conceptual para analizar los temas referidos a la enseñanza y a la intervención en la enseñanza. Creo que ahora puedo retraducir ese par en términos que me resultan más convenientes.

Una razón para describir el carácter de "vínculo" de los procesos de pensamiento del profesor es que se sitúan de varias maneras entre el planeamiento y la enseñanza. En primer término, interviene en la articulación que el profesor realiza entre su propia planificación, es decir, sus intenciones y la gestión práctica en la clase. En segundo lugar, su conocimiento incide en su posibilidad de predecir, anticipar, responder, organizar y, en general, generar un marco relativamente estabilizado de los eventos de la clase. Por último, en términos más amplios, el pensamiento del profesor media entre el planeamiento llevado a cabo como política educativa —expresada en curriculum, políticas pedagógicas o estrategias oficializadas impulsadas mediante capacitación— y la práctica escolar. En el último caso ya no se trata de la relación entre las intenciones del maestro y lo que sucede en clase, sino que se trata de la relación entre las intenciones de otros y lo que sucede en las clases de los maestros. Esta relación habitualmente se caracteriza por las dificultades en la mutua comprensión entre planeadores exteriores a la escuela v maestros. Este es un problema importante cuando se piensa cómo ayudar a enseñar.

Uno de los reproches que se hace a los maestros consiste en marcar su frecuente falta de coherencia con los principios pedagógicos que sustentan (o que los traductores autorizados, los difusores y los promotores pretenden que sustenten). Pero si se analizan esas "discrepancias" como problemas en la apreciación del marco de referencia, las cosas tienen otro aspecto. Se trata de lo siguiente: pocas veces se cumple con el recaudo metodológico que exige comprobar las equivalencias de sentido en la utilización de términos similares por parte de observadores y observados. Se olvida que el contenido de los términos no tiene porque ser el mismo cuando son utilizados por los maestros o cuando son utilizados por traductores autorizados o promotores. Esto es fatal porque la acción de cada sujeto sólo puede comprenderse en términos de su marco de significados. Lamentablemente, estos errores suceden con frecuencia. Uno de los aportes de los trabajos de investigación sobre teorías de los docentes debería ser poner en claro cuáles son las interpretaciones personales que se realizan del vocabulario y de los preceptos pedagógicos más prestigiosos y cuáles son los patrones que regulan esas interpretaciones.

En un sentido similar, los estudios sobre el pensamiento del profesor también pueden ayudarnos a comprender el sentido de algunas estrategias de enseñanza de los maestros. 
Estas investigaciones podrían mostrar cómo estrategias de enseñanza, en apariencia poco compatibles con las actuales tendencias pedagógicas, son producto de los esfuerzos personales por adecuar las acciones a nuevos lemas pedagógicos. Estos lemas tienen un fuerte contenido valorativo y, por lo tanto, imperativo. De lo que carecen es de contenido instrumental. Aunque sus efectos no fueron todavía estudiados en profundidad, a la luz de los nuevos programas y metodologías de investigación, algunos avances permiten sugerir que las acciones de enseñanza en la escuela resultan bastante coherentes con interpretaciones posibles de algunos de los grandes principios pedagógicos actualmente circulantes.

Una preocupación permanente de la investigación sobre el pensamiento del profesor consistió en buscar articulaciones entre conocimiento y acción. Esto no sólo abarcó las preocupaciones cognitivas. Progresivamente, aumentaron las de orden práctico. Los investigadores declaran de manera creciente que sus preocupaciones están ligadas con la mejora de la práctica y el trabajo de investigación comienza a ser visto como una indicación sugerente para esa tarea. Pope utiliza las nociones de investigación "fuera adentro" y "adentro fuera" para agrupar los propósitos de las investigaciones sobre el pensamiento del profesor. En el tipo "afuera adentro" se agrupan trabajos que procuran desarrollar modelos conceptuales sobre el pensamiento del profesor, evaluaciones críticas de su conocimiento o sistemas para clasificar distintos tipos de pensamiento. Las investigaciones "adentro afuera", por el contrario, están preocupadas porque el profesor pueda clarificar su pensamiento por sí mismo. Y dice la autora: "Mi preferencia es el modo de trabajo 'dentro-fuera'. Es consistente con una postura constructivista y con el énfasis actual en la investigación-acción (...)" (Pope, 1998, p. 63).

En los últimos veinte años se asistió a un proceso por el cual la didáctica ganó en conocimiento acerca de las prácticas de enseñanza y del ambiente del aula. Esta versión de la didáctica, más descriptiva y crítica, coincidió con una propuesta que enfatizó el desarrollo en los maestros de competencias de orden general, como la capacidad reflexiva y la actitud investigativa. Los estudios sobre "el pensamiento del profesor" sirvieron para apoyar una concepción de las prácticas de enseñanza que tuvo gran influencia sobre la imagen del profesor. Este poder de las metáforas generadas por el campo de investigación y las implicancias de la reivindicación de una posición reflexiva por parte de los profesores serán discutidos más adelante.

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