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lunes, 22 de agosto de 2011

El estado combativo "ideal"

EL ESTADO COMBATIVO OPTIMO 

Al observar a los mejores deportistas en las competiciones, llegamos a denominar este estupendo estado como estado combativo óptimo, o abreviadamente E-C-O. 
Actualmente, las nociones de lo óptimo y la optimización han penetrado en muchas esferas de nuestra vida y en cada una de éstas han adquirido su contenido especifico. 

Optimizar, quiere decir mejorar una cualidad concreta, la que facilite la mejor solución de la tarea planteada. Lo "óptimo" significa lo mejor. Y ya que es lo mejor, debe ser mejor que algo que existía antes. 

Por eso, al aplicar el término "óptimo", podemos comparar las cualidades en su desarrollo, o sea, partir de lo alcanzado hacia lo más perfecto. En particular, hacia el complejo de procesos psicofísicos que denominamos estado combativo óptimo y, en cuanto al concepto "combativo", pienso que no sea necesario defenderlo especialmente, puesto que se trata del estado óptimo para las competiciones, para la lucha por la victoria. 

Así que, a los deportistas el adjetivo "combativo" les es muy propio y comprensible. Para concebir mejor el fenómeno de este estado vamos a compararlo con otras nociones adoptadas en la práctica del deporte. 

Por ejemplo, ¿en qué se diferencian el el estado combativo y el estado físico? El estado físico abarca un complejo de sensaciones subjetivas, las que informan a la persona sobre el funcionamiento de sus sistemas y órganos en cada momento determinado, el concepto de "estado físico" en este caso es afín al de "salud". 

Sin embargo, un buen estado físico no refleja la posibilidad de alcanzar el el estado combativo óptimo. Muchas veces, a pesar de estar bien, el deportista actúa sin éxito, y al contrario: se dan muchos casos, cuando un atleta casi enfermo encuentra los medios para alcanzar este estado óptimo y llega a la victoria.  

En la psicología deportiva desde hace tiempo existen las nociones de "fiebre de salida", "apatía de salida" (algunos autores analizan la fiebre o apatía, en víspera de la salida) y "disposición al combate". 

Bajo la “fiebre” se comprende la hiperexcitación que normalmente inmovilice a los deportistas, mientras que la apatía significa la ausencia absoluta de la excitación, la falta de ganas de combatir. Sin embargo, la "disposición al combate" es el justo medio, por el cual, el deportista debe mostrar sus mejores capacidades. 

¿ Por qué surge la necesidad de introducir la nueva noción de "estado combativo óptimo" en vez de la "disposición al combate"? 

La causa principal es la siguiente: todo lo que esta' escrito sobre la "disposición al combate", es muy complicado para ser realizado en la práctica. Lo complicado, porque en las obras dedicadas a la "disposición al combate", en general, se analiza, qué cosa es ésta y de qué elementos se compone. Pero al deportista le es importante saber cómo puede alcanzar el estado necesario. La falta de recomendaciones en cuanto a los medios para alcanzar la disposición al combate, dificulta el alcance de dicho estado por el deportista. 

Claro que para los que ya saben entrar en el estado de disposición al combate, esto no es necesario; sí lo es para los novatos que no sólo deben conocer sus sensaciones físicas, sino saber evocarlas de manera consciente en cuanto la situación lo requiera. Sin embargo, las observaciones y entrevistas demuestran que muchos deportistas no tienen suficientemente clara la imagen de los elementos necesarios del componente físico de su estado óptimo de combatividad. 

Esto se debe a que al hecho de que su memoria no conserva todo lo útil que se manifiesta en el estado físico alcanzado en las competiciones y en los entrenamientos. Los deportistas no tienen la costumbre de retener en la memoria las sensaciones físicas positivas, ni guardan en un diario personal –la mayoría desconoce su utilidad- con palabras lo más exactas posibles lo más provechoso que acontece durante su estado en competiciones y entrenamientos. 

La memoria por si misma no sólo a veces es incapaz de retener las sensaciones físicas, sino en muchas ocasiones se porta con astucia: uno sin querer se acuerda durante mucho tiempo de lo que debe olvidar lo más rápido posible; por ejemplo de las sensaciones desagradables referentes a un trauma o al miedo sufrido en alguna ocasión. Por eso es tan importante orientarse sobre lo bueno, lo positivo y útil, que surge en el proceso de acumulación de la experiencia deportiva. 

Y obligatoriamente hay que anotar estas sensaciones en el diario con la mejor claridad posible porque, esta forma de revisionismo o feedback ayuda al atleta a dejar en mente todo lo positivo que sí queremos que recuerde. La revisión de estos apuntes previamente a la competición, permite al deportista refrescar sus recuerdos de las sensaciones físicas útiles vividas anteriormente. Esto ayuda al sujeto a seleccionar concientemente los elementos necesarios para el componente físico (orgánico) de su estado óptimo de combatividad. Debe quedar claro que esto es una ayuda que permiten una mejor planificación de su entrenamiento y futura ejecución.

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