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domingo, 18 de septiembre de 2011

Frecuencia de latidos cardíacos

En la práctica, muchos deportistas, para ahorrar el tiempo, cuentan las pulsaciones durante 10 segundos y multiplican el resultado por 6, ya que se suele medir el pulso por la cantidad de latidos en un minuto. En los casos cuando no se necesita mucha precisión y haya poco tiempo, se puede contar las pulsaciones correspondientes a 6 segundos (según Millerovich) y multiplicarlos por 10, según la Frecuencia de Latido Cardíaco.

Pero es más preferible utilizar los tramos de 15 seg.  En este  caso se logra mayor precisión. Supongamos que la FLC en 10 s. asume 12 latidos. Contados por un minuto, serán 72. En caso de un error al contar 11 o 13 en vez de 12 latidos en 10s, nos equivocamos en un sólo latido, pero calculados por un minuto serán 66 o 78 lati­dos, que ya es una diferencia notable. Sin embargo, cuando las pul­saciones se cuentan durante 15 segundos, la diferencia no puede ser tan grande.

El cálculo de la FLC es un método apropiado para valorar el nivel objetivo de excitación emocional, sobre todo en aquellas mo­dalidades deportivas, donde predomina la tensión psíquica.

Por ejemplo, el cálculo diario de pulso en los tira­dores antes de cada serie e inmediatamente después de ésta, y la comparación de las cifras obtenidas con los resultados deportivos, permiten aclarar una regularidad bastante interesante.


Las cifras indicaban lo siguiente antes de empezar la serie, en 15 s el pulso era de 32 latidos, o sea, de 126 en min. Al terminar la serie, era de 34 en 15 s, o sea, de 136 en min. El resultado era de 25 platos rotos: "limpio", como dicen los tiradores. El segundo juego de cifras testimonia que al principio el pulso era de 26x4 = 104, y al terminar, de 23x4 = 92¡ el resultado, sólo de 21 plato, y los 7, ti, 21 y 24 no fueron batidos. Así pudimos averiguar, con qué frecuencia de pulso y con qué nivel de excitación emocional dicho tirador dis­paraba bien o mal.

Además, me convencí una vez más de que el organismo humano era un sistema altamente autorregulado. El depor­tista se acerca a la pista, donde tiene que disparar dentro de unos 5 ó 10 min y donde están terminando una serie de disparos sus rivales. Ahora su pulsación es alrededor de 96 ó 100 latidos por min. La pista se li­bera y nuestro tirador sin apuro va hacia la linea de luego: le quedan 2 o 3 min. para empezar, Es este mornento el pulso sube hasta 120 latidos por min, aunque el deportista no toma ningunas medidas especiales para ele­var el nivel ae su excitación emocional. Se oye la voz del árbitro que anuncia la siguiente serie, y a partir de este momento el pulso del tirador (si está preparado a competir, claro) empieza a latir con la óptima frecuencia: unos 140 latidos por minuto.

Por eso es tan importante evaluar el nivel de excitación emo­cional no con unos 5 6 10 min de anticipación, ni una hora antes, sino directamente antes de la salida. Sólo en ese caso se puede juzgar por el pulso hasta que punto el nivel de excitación emocional del deportista se aproxima al nivel óptimo.


E1 ritmo de la FLC, que demuestra la estabilidad del nivel de excitación emocional, desempeña en el tiro un papel importante. Los disparos van bien, si al final de la serie la excitación aumenta paulatinamente, Lsta regla se explica con el hecho de que el organismo del tirador, a cuenta del aumento suplementario final de la actividad cardiaca, no deja que se manifieste el cansan­cio natural: la serie dura unos 18 o 22 minutos. Si al final el pulso se hace más lento que al comienzo de la serie, es una muestra de que el tirador está cansado. Sus fallos se hacen más frecuentes.

So­bre la relación entre la FLC y el éxito de los disparos escribe el pentatlonista W. Tatarinov:  "Yo personal­mente, siempre tomaba el pulso en la linea de fuego y llevaba mis apuntes. He aqui lo que tenemos: cuando el pulso era de 11 6 12 latidos (en 10 s), mi resultado, normalmente, era de 196-197 con el pulso de 13-15, 192-194; con 16-18, 190. Como se ve, antes de disparar es muy importante rebajar el pulso..."

Miren lo que escribieron sobre la pulsometria el entrenador Jefe de la selección de la URSS en esgrima L.V. Saichuk y el candidato a Doctor en Ciencias Pedagó­gicas V.S. Keller, al analizar el combate definitivo entre V. Putiatin (campeón mundial del 1967) y Sveshnikov (campeón mundial del 1966): "Muy demostrativo es el momento de invitación al combate.  En este momento , el pulso de G. Sveshnikov subió de 100 latidos por min. (30 s antes del combate) hasta 170. El estado de V. Pu- tiatin prácticamente no se cambió (106 latidos con 30 s antes del combate y 115, en el momento de invitación).

La dinámica del pulso de G. Sveshnikov tenía un carácter progresivo y sólo después de asestar dos tocadas, se notó una disminución de la FLC. La causa de ésta (lo comprueba el mismo deportista) en la idea que se le ocurrió a G. Sveshnikov de que Putiatin se dio por vencido. Pero dada una tocada de V. Putiatin, se activó la búsqueda técnico-táctica de la victoria, lo que pro­vocó el aumento de la FLC. Al asestar la cuarta tocada, el pulso de G. Sveshnikov era de 180 latidos por min. Incluso terminado el combate, cuando el deportista estaba compartiendo sus impresiones, la FLC durante més de un minuto estaba a nivel de 170-180 latidos por minuto.

El pulso de V. Putiatin evidencia la inestabilidad del estado psíquico del deportista. La variación brusca de la FLC en los limites de 4l0 a 175 latidos por min, con una tendencia de caer en sus valores máximos al fi­nal del combate, caracterizan la inseguridad, el cambio del estado neuropsiquico del deportista..." Este importante combate V.Putiatin lo perdió con un tanto de 1:5. Son muchos los ejemplos que demuestran hasta qué punto la FLC refleja el estado psíquico de la persona y, en particular, el nivel de excitación emocional.

Aunque el cálculo de la FLC es un método cómodo y simple para valorar la excitación emocional objetiva en los entrenamientos y, sobre todo, en las competiciones, no seria correcto limitarse con la pulsometria. Entre otros métodos,como el más cómodo podríamos citar el registro de la resistencia eléctri­ca de la piel (REP). Por medio de un aparato del ta­maño de cámara fotográfica, en unos cuantos segundos se puede determinar el nivel de excitación emocional. Para eso, durante 2 o 3 s el deportista tiene que apretar con la yema del dedo anular o cordial bien seca, un captador conectado con el aparato a través de un cable corto. La alteración de la aguja indica el grado de sudación, por el cual podemos definir el nivel de excitación emocional.

Lamentablemente, en algunas modalidades deportivas el método de medición de la REP no brinda indicadores en los cuales se pueda orientarse. 

Por ejemplo, en los saltos al agua, el nivel de excitación puede ser medido sólo 1,5 o 2 min antes del salto. Después el deportista va al trampolín o a la torre, y en ese corto periodo el nivel de su excitación emocional se le cambia Según las observaciones visuales, ésta suele elevarse. Normalmente el deportista comienza sus movimientos más agitado que en el momento de medir su sudación. Por consiguiente, las cifras de la REP no permiten evaluar el verdadero nivel de su excitación emocional en el momento del salto. Sin embargo, con atletas, por ejemplo,de la lucha grecorromana, el método de la medición De la REP se utiliza con mucha eficiencia.

De esta manera, podemos concluir que el cálculo de las FLC es el método más cómodo para valorar el grado de agitación pro­pia. Gracias al pulso, el deportista puede afinarse al nivel de excitación emocional óptimo, puede alcanzar el estado necesario directamente antes de la salida.

¿Por qué es tan importante tener los datos objetivos sobre el nivel de agitación? La experiencia práctica demuestra que la evaluación subjetiva del estado propio en muchos ca­sos no es exacta. Al deportista sentado le parece que está tranquilo, mientras que su corazón da 120 latidos por minuto. ¿De qué tranquilidad podemos hablar en ese caso? 0 al revés, el atleta cree estar bien excitado, mientras que su pulso es escaso y débil, lo que normalmente testimonia una insuficiente movilización de los sistemas cardiovascular y nervioso para el combate.

Los deportistas expertos que toman en serio la preparación psíquica, conocen sus puntos de referencia y saben utilizarlos.


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