A nosotros nos educaron erróneamente, porque nos enseñaron que lo más importante en la vida, era el dinero; entonces, nuestro inconsciente colectivo, creó la imagen de que quienes más respeto consiguen, son aquellos que poseen más dinero; a mayor cantidad, mayor respeto y admiración; aquí se creó una concepción bastante ambigua del dinero; de ella hablaremos más adelante. Por ahora es importante aclarar que, como personas, nuestra prioridad no es TENER sino SER; el SER atrae el HACER, y este, el TENER, pero no hay que quedarse solo en lo que significa ese verbo; la cuestión no es adquirir y adquirir, consumir sin razón, de manera compulsiva.
Hay que aprender a SER, porque cuando uno ES en la vida, el HACER y el TENER, le llegan por añadidura; el único camino que conozco para llegar a SER, es sirviendo realmente a la humanidad, ayudando a que la gente progrese, a que traten de ser cada día mejor en todos los aspectos; pero este sentimiento debe ser sincero, de corazón, alegrándose sinceramente por el progreso de los demás, no como comúnmente lo hacen algunos, que por fuera, parecen muy alegres, pero por dentro, están sufriendo.
Como lo decía anteriormente, cuando hablaba de la espiritualidad, hay personas que poseen muchas cosas, cantidad de propiedades y de objetos, pero en el fondo son pobres, tan pobres que no tienen sino dinero.
Por eso, vuelvo aquí a citar a Cabral: "La humanidad es una grandiosa empresa, en la que todos se benefician, principalmente los que comprenden que para vivir mejor, hay que SER; que quien más siembra, es quien más cosecha y quien más busca, es quien más encuentra; ni la pobreza, ni la riqueza, sino la inteligencia y el amor equilibrados que son la sabiduría...nos hacen Verdaderamente ricos...porque nos acercan a todos", "y solo cuando se purifique el cada uno que hay en cada cual, la humanidad se salvará".
Aquí recuerdo las palabras que pronunciaba don Manuel Patarroyo (q.e.p.d.), a su hijo Manuel Elkin, cuando estaba en su etapa de formación:
"Tienes que ser sobresaliente... ¡El mejor!...pero siempre con el criterio fundamental de servirle a la humanidad; el dinero y el prestigio, vendrán después" .
Estas palabras nos explican el comportamiento de nuestro científico, quien no solo ha dedicado toda su vida a servirle a la humanidad, evitando más muertes causadas por enfermedades como la malaria, sino que nos dio uno de los ejemplos más grandes de evangelización, ya que una vez se demostró científicamente que la vacuna servía, un prestigioso laboratorio internacional se ofreció a comprarla y seguramente, cualquiera de nosotros, la hubiese vendido, pero el Dr. Patarroyo, no quiso venderla: la obsequió a la Organización Mundial de la Salud.
"Toda vida sin más estímulo que el de reunir dinero... es muy triste"
Este es un gran ejemplo para todos los colombianos, y nos demuestra como en la vida, es mejor SER
que TENER.
No siempre los que tienen han servido a la humanidad. Pero siempre, los que han servido a la humanidad... tienen.
Desarrollarse económicamente significa:
Comenzar a ganar dinero con la gente, en lugar de hacerlo de la gente.
Con todas las personas que usted se encuentre por la vida, debe asumir una actitud de entrega, de servicio; brinde algo a la gente, no necesariamente dinero.
Una sonrisa, por ejemplo, una actitud de comprensión y tolerancia, un sentimiento de perdón, de estímulo, de valoración. Toda causa, genera un efecto, toda acción, genera una reacción. Cuando una persona da, tarde o temprano, recibe algo en compensación. Si quiere tener dinero, busque la forma de dar algo de dinero, pero siendo prudente al respecto. Por ejemplo:
obséquiele un mercado a una persona pobre, sin que nadie sepa de tal comportamiento, porque le restará energía al hecho. Poco a poco, su vida se transformará, no lo dude; es una ley del éxito.
Antes de seguir adelante, y como anteriormente lo escribí, deseo discurrir un poco acerca del dinero. Este tema es delicado, porque siempre que de él se menciona cualquier cosa, los condicionamientos brotan sin análisis. Tradicionalmente muchas personas consideran que el afán por las riquezas materiales, mancha el espíritu de quien las acumula o las desea.
¡No! Hay que vivir en abundancia, la riqueza no es mala, siempre y cuando el dinero no sea el fin primordial de nuestra existencia. El dinero debe ser un medio para llegar a un fin, que es la felicidad.
Como sucede con cualquier otro símbolo de poder, hoy más que nunca los sentimientos, con relación
al dinero, se ven afectados por una profunda ambivalencia.
La mayor parte de nosotros, mantenemos con él, una de esas típicas relaciones odio-amor. En los últimos tiempos, ha comenzado a insinuarse una nueva actitud llamada "Mística del Dinero"; el dinero se entiende como un medio de cambio, que nos libera de tener que hacer trueques con nuestros bienes y servicios.
La cantidad de dinero que uno consigue acumular, es la medida del servicio que damos a los otros.
Simplificando: Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Si el dinero es un fin para la persona, no logrará nada; si es un medio, va por buen camino. Es bueno desear dinero, pero si la motivación de sus actividades se la proporciona solo el dinero, entonces usted no hallará ninguna satisfacción; busque desarrollar una actividad de servicio para los demás; ámela y siéntala, solo así ya no será un trabajo.
"No canto para ser feliz, soy feliz porque canto"
William James
Proporcione un servicio de calidad y pida el precio justo. El dinero no es un fin en si mismo, es como
la medida de lo bien que hacemos las cosas. Ganar dinero no es el éxito total, es un subproducto de él. Aunque usted piense que busca la riqueza, en realidad está buscando la felicidad. La riqueza es la recompensa por alcanzar el objetivo. La fe es el punto de partida para esto y suprime toda limitación. Las seis etapas básicas para vivir en abundancia, según el notable escritor, Napoleón Hill, son:
1. Fijar mentalmente la cantidad exacta del dinero que desee.
2. Determinar qué estamos dispuestos a dar a cambio.
3. Establecer la fecha concreta, en la cual tomaremos posesión de esa cantidad.
4. Estructurar un plan definido para conseguirlo.
5. Poner todo ello por escrito.
6. Leer dicha declaración al levantarse y al acostarse.
El simple hecho de creer que uno es merecedor de hacerse rico, es vital para lograrlo, pero puede ser mucho más difícil de lo que parece. Debemos eliminar todo pensamiento negativo hacia el dinero; es como si nos dijéramos a nosotros mismos: Yo no soy digno de ser rico; no me lo merezco. Para obtener resultados sorprendentes, procure que trabaje para usted, la parte más profunda de su mente. Tan pronto como desarrollemos una conciencia de éxito, la mente creativa nos dirigirá, en pensamiento y acción, hacia él. Tres elementos son básicos en la adquisición del dinero: energía, perseverancia y resolución. La gente que triunfa, no se queda quieta esperando que se presenten las oportunidades, va en busca de ellas, define metas y objetivos, teniendo como base sus sueños.
Hay una visión de las oportunidades y existe el afán, el entusiasmo y la voluntad de verlas cuando lo hacen.
Recibimos en la misma proporción en que damos.
Mientras más dispuestos estamos para hacer prosperar a los demás, más dispuestos están los demás para darnos prosperidad.
Si usted puede mejorar la vida de los demás y hacerlos partícipes de ello, se sentirán atraídos hacia usted y logrará una vida de abundancia. Hill afirma la existencia de una fuerza, o de una primera causa, o una inteligencia que abraza cada átomo de la materia, y que puede, mediante los principios de esta filosofía, ser inducida a ayudar en la transmutación de los deseos a su forma material. Esta fuente de energía, o como quiera uno llamarla, siempre está aquí, velando por su crecimiento espiritual. El dueño de toda riqueza es Dios y si la desea, pídasela a El. No hay otro secreto. Como hijo de Dios, usted tiene derecho a disfrutar de la herencia paterna: Ser rico y próspero, no es ningún pecado. El pecado es basar nuestra riqueza, sobre la pobreza de los demás.
El que, bajo el pretexto de pobreza, entierra el dinero que ha recibido, no lo merece. No merece más y por lo tanto no conseguirá más; él está desobedeciendo una ley del universo, la ley de la abundancia.
El dinero tiene que flotar libre, para que se multiplique.
Todo esto se fundamenta en el desarrollo espiritual, que permite llegar a SER y no sólo a TENER.
Cuando una persona trasciende esta barrera, su verdadero YO comienza a crecer, y cuando crece, lo hace en todas sus formas.
Jesús decía: "Todo lo que pidáis al padre en mi nombre os lo concederá"
Entonces pidan en todo aspecto: social, económico, de salud, etc. Pidan sin temor, todo hijo de Dios,
debe vivir en abundancia.
¿USTED ES CABALLO O JINETE?
Le aprendí a Henry Román, mi maestro en motivación, que uno en la vida debe ser: caballo o jinete.
Cuando uno es caballo, la vida se le monta y le coloca en los ojos las mismas anteojeras que llevan los caballos de las carrozas, de tal forma que solamente se puede ver hacia adelante, sin la mínima posibilidad de observar hacia los lados.
Esto hace que la vida lo maneje, lo conduzca por donde ella quiere, poniéndolo a saltar obstáculos innecesarios. Pero cuando se es jinete... uno es el que se monta encima de la vida y por la tanto es uno el que la maneja y la lleva por donde quiere. No es que los obstáculos no existan, sino que se observan mejor y se pueden afrontar y superar de un forma adecuada.
Hay que aprender a SER, porque cuando uno ES en la vida, el HACER y el TENER, le llegan por añadidura; el único camino que conozco para llegar a SER, es sirviendo realmente a la humanidad, ayudando a que la gente progrese, a que traten de ser cada día mejor en todos los aspectos; pero este sentimiento debe ser sincero, de corazón, alegrándose sinceramente por el progreso de los demás, no como comúnmente lo hacen algunos, que por fuera, parecen muy alegres, pero por dentro, están sufriendo.
Como lo decía anteriormente, cuando hablaba de la espiritualidad, hay personas que poseen muchas cosas, cantidad de propiedades y de objetos, pero en el fondo son pobres, tan pobres que no tienen sino dinero.
Por eso, vuelvo aquí a citar a Cabral: "La humanidad es una grandiosa empresa, en la que todos se benefician, principalmente los que comprenden que para vivir mejor, hay que SER; que quien más siembra, es quien más cosecha y quien más busca, es quien más encuentra; ni la pobreza, ni la riqueza, sino la inteligencia y el amor equilibrados que son la sabiduría...nos hacen Verdaderamente ricos...porque nos acercan a todos", "y solo cuando se purifique el cada uno que hay en cada cual, la humanidad se salvará".
Aquí recuerdo las palabras que pronunciaba don Manuel Patarroyo (q.e.p.d.), a su hijo Manuel Elkin, cuando estaba en su etapa de formación:
"Tienes que ser sobresaliente... ¡El mejor!...pero siempre con el criterio fundamental de servirle a la humanidad; el dinero y el prestigio, vendrán después" .
Estas palabras nos explican el comportamiento de nuestro científico, quien no solo ha dedicado toda su vida a servirle a la humanidad, evitando más muertes causadas por enfermedades como la malaria, sino que nos dio uno de los ejemplos más grandes de evangelización, ya que una vez se demostró científicamente que la vacuna servía, un prestigioso laboratorio internacional se ofreció a comprarla y seguramente, cualquiera de nosotros, la hubiese vendido, pero el Dr. Patarroyo, no quiso venderla: la obsequió a la Organización Mundial de la Salud.
"Toda vida sin más estímulo que el de reunir dinero... es muy triste"
Este es un gran ejemplo para todos los colombianos, y nos demuestra como en la vida, es mejor SER
que TENER.
No siempre los que tienen han servido a la humanidad. Pero siempre, los que han servido a la humanidad... tienen.
Desarrollarse económicamente significa:
Comenzar a ganar dinero con la gente, en lugar de hacerlo de la gente.
Con todas las personas que usted se encuentre por la vida, debe asumir una actitud de entrega, de servicio; brinde algo a la gente, no necesariamente dinero.
Una sonrisa, por ejemplo, una actitud de comprensión y tolerancia, un sentimiento de perdón, de estímulo, de valoración. Toda causa, genera un efecto, toda acción, genera una reacción. Cuando una persona da, tarde o temprano, recibe algo en compensación. Si quiere tener dinero, busque la forma de dar algo de dinero, pero siendo prudente al respecto. Por ejemplo:
obséquiele un mercado a una persona pobre, sin que nadie sepa de tal comportamiento, porque le restará energía al hecho. Poco a poco, su vida se transformará, no lo dude; es una ley del éxito.
Antes de seguir adelante, y como anteriormente lo escribí, deseo discurrir un poco acerca del dinero. Este tema es delicado, porque siempre que de él se menciona cualquier cosa, los condicionamientos brotan sin análisis. Tradicionalmente muchas personas consideran que el afán por las riquezas materiales, mancha el espíritu de quien las acumula o las desea.
¡No! Hay que vivir en abundancia, la riqueza no es mala, siempre y cuando el dinero no sea el fin primordial de nuestra existencia. El dinero debe ser un medio para llegar a un fin, que es la felicidad.
Como sucede con cualquier otro símbolo de poder, hoy más que nunca los sentimientos, con relación
al dinero, se ven afectados por una profunda ambivalencia.
La mayor parte de nosotros, mantenemos con él, una de esas típicas relaciones odio-amor. En los últimos tiempos, ha comenzado a insinuarse una nueva actitud llamada "Mística del Dinero"; el dinero se entiende como un medio de cambio, que nos libera de tener que hacer trueques con nuestros bienes y servicios.
La cantidad de dinero que uno consigue acumular, es la medida del servicio que damos a los otros.
Simplificando: Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Si el dinero es un fin para la persona, no logrará nada; si es un medio, va por buen camino. Es bueno desear dinero, pero si la motivación de sus actividades se la proporciona solo el dinero, entonces usted no hallará ninguna satisfacción; busque desarrollar una actividad de servicio para los demás; ámela y siéntala, solo así ya no será un trabajo.
"No canto para ser feliz, soy feliz porque canto"
William James
Proporcione un servicio de calidad y pida el precio justo. El dinero no es un fin en si mismo, es como
la medida de lo bien que hacemos las cosas. Ganar dinero no es el éxito total, es un subproducto de él. Aunque usted piense que busca la riqueza, en realidad está buscando la felicidad. La riqueza es la recompensa por alcanzar el objetivo. La fe es el punto de partida para esto y suprime toda limitación. Las seis etapas básicas para vivir en abundancia, según el notable escritor, Napoleón Hill, son:
1. Fijar mentalmente la cantidad exacta del dinero que desee.
2. Determinar qué estamos dispuestos a dar a cambio.
3. Establecer la fecha concreta, en la cual tomaremos posesión de esa cantidad.
4. Estructurar un plan definido para conseguirlo.
5. Poner todo ello por escrito.
6. Leer dicha declaración al levantarse y al acostarse.
El simple hecho de creer que uno es merecedor de hacerse rico, es vital para lograrlo, pero puede ser mucho más difícil de lo que parece. Debemos eliminar todo pensamiento negativo hacia el dinero; es como si nos dijéramos a nosotros mismos: Yo no soy digno de ser rico; no me lo merezco. Para obtener resultados sorprendentes, procure que trabaje para usted, la parte más profunda de su mente. Tan pronto como desarrollemos una conciencia de éxito, la mente creativa nos dirigirá, en pensamiento y acción, hacia él. Tres elementos son básicos en la adquisición del dinero: energía, perseverancia y resolución. La gente que triunfa, no se queda quieta esperando que se presenten las oportunidades, va en busca de ellas, define metas y objetivos, teniendo como base sus sueños.
Hay una visión de las oportunidades y existe el afán, el entusiasmo y la voluntad de verlas cuando lo hacen.
Recibimos en la misma proporción en que damos.
Mientras más dispuestos estamos para hacer prosperar a los demás, más dispuestos están los demás para darnos prosperidad.
Si usted puede mejorar la vida de los demás y hacerlos partícipes de ello, se sentirán atraídos hacia usted y logrará una vida de abundancia. Hill afirma la existencia de una fuerza, o de una primera causa, o una inteligencia que abraza cada átomo de la materia, y que puede, mediante los principios de esta filosofía, ser inducida a ayudar en la transmutación de los deseos a su forma material. Esta fuente de energía, o como quiera uno llamarla, siempre está aquí, velando por su crecimiento espiritual. El dueño de toda riqueza es Dios y si la desea, pídasela a El. No hay otro secreto. Como hijo de Dios, usted tiene derecho a disfrutar de la herencia paterna: Ser rico y próspero, no es ningún pecado. El pecado es basar nuestra riqueza, sobre la pobreza de los demás.
El que, bajo el pretexto de pobreza, entierra el dinero que ha recibido, no lo merece. No merece más y por lo tanto no conseguirá más; él está desobedeciendo una ley del universo, la ley de la abundancia.
El dinero tiene que flotar libre, para que se multiplique.
Todo esto se fundamenta en el desarrollo espiritual, que permite llegar a SER y no sólo a TENER.
Cuando una persona trasciende esta barrera, su verdadero YO comienza a crecer, y cuando crece, lo hace en todas sus formas.
Jesús decía: "Todo lo que pidáis al padre en mi nombre os lo concederá"
Entonces pidan en todo aspecto: social, económico, de salud, etc. Pidan sin temor, todo hijo de Dios,
debe vivir en abundancia.
¿USTED ES CABALLO O JINETE?
Le aprendí a Henry Román, mi maestro en motivación, que uno en la vida debe ser: caballo o jinete.
Cuando uno es caballo, la vida se le monta y le coloca en los ojos las mismas anteojeras que llevan los caballos de las carrozas, de tal forma que solamente se puede ver hacia adelante, sin la mínima posibilidad de observar hacia los lados.
Esto hace que la vida lo maneje, lo conduzca por donde ella quiere, poniéndolo a saltar obstáculos innecesarios. Pero cuando se es jinete... uno es el que se monta encima de la vida y por la tanto es uno el que la maneja y la lleva por donde quiere. No es que los obstáculos no existan, sino que se observan mejor y se pueden afrontar y superar de un forma adecuada.
BUSQUE CABALLITOS
No solo hay que montarse en la vida, sino que también hay que buscarse varios "caballitos" que contribuyan a aligerar el viaje y a hacerlo menos difícil.
En estos momentos, usted tiene un trabajo determinado; ese es un caballito, cabalgúelo hasta cuando el noble cuadrúpedo lo soporte; cuando usted sienta que ese caballo ya no puede cargarlo y que se enfermó de gravedad, usted debe bajarse y conseguir otro, y así sucesivamente, creciendo durante el trayecto, acumulando experiencias y conocimientos, aprendiendo de la vida, pero sin temor a cambiar de caballo. Si el caballito fallece, usted no va a quedarse al lado del animal, dolorido, lloroso, decidido a no continuar su viaje; sería una locura, esperar su propio fallecimiento al lado del cadáver del animal. Por el contrario: continúe su viaje; pero en la vida cotidiana existen personas, que pierden su vida lamentándose al lado de un caballito muerto. Hay otras, que se montaron hace 25 años en el primero que encontraron, el caballo paró hace 20 y aún no se han dado cuenta. Bájese a tiempo; el secreto consiste en saber cuando el caballito está debilitándose, incapacitándose para tenernos sobre su lomo. No le tema a cambiar de caballo. ¡Tome decisiones! Sepa cuando debe renunciar a ese trabajo que no funciona, que no produce lo suficiente, y busque otro. Alguna vez, dictando una conferencia de motivación en una oficina gubernamental, pregunté a uno de los empleados que aparentaban mayor tiempo en su labor: "Señor, ¿Cuánto tiempo lleva trabajando con esta entidad?" el hombre me respondió con cierta amargura reflejada en su semblante: "Veintitrés años, amigo". "¿Cuánto gana?" Me respondió: "Un poco más del mínimo". "¿Le alcanza para-vivir con eso?" Con un desgano absoluto, me contestó: "Toca". ¿Y sabe usted porqué este hombre ha transcurrido todo ese tiempo allí?... porque no supo bajarse a tiempo del caballito. Se apegó a uno que no iba a ninguna parte. Esa persona se anuló en lo mental y no supo despertar habilidades para realizar algún otro oficio, que le representara más dinero. Por tanto considero que los trabajos fijos, anulan a las personas.
Cuando un individuo no posee un trabajo estable, no depende de nadie, no tiene horario ni sueldo fijo, debe ser dinámico, moverse para vivir con holgura, para satisfacer sus necesidades y sus gustos; al buscar posibilidades, se reactiva su mente. Maneje usted su vida diaria con este criterio, que es una ley del éxito, del triunfo. Utilice el caballito solo hasta cuando le sirva. Cuando no le produzca ningún beneficio, sin dudarlo, desmonte y busque otro. Todo cuanto el ser humano se propone, lo consigue en la vida. Piense siempre en esto. Pero para albergar pensamientos positivos, es vital quererse y valorarse a sí mismo, generando comprensión, aceptación y compromiso. Por lo tanto, amigo lector, COMPROMÉTASE a hacer de su existencia diaria, algo que valga la pena.
COMPROMÉTASE a salir del montón. COMPROMÉTASE a dejar una huella, un sendero donde quiera que la vida lo ponga. COMPROMÉTASE a que el día de mañana, sus hijos y sus nietos, relaten con orgullo su historia.
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