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viernes, 16 de octubre de 2009

12- POBRE CIRCULACIÓN-CRECIMIENTO DEL CORAZÓN Y EL BAZO-VENAS VARICOSAS-CONGESTIÓN LINFÁTICA-DESEQUILIBRIO HORMONAL

Cuando un conducto linfático se obstruye, también aparece una acumulación de linfa a cierta distancia de la obstrucción. En consecuencia, los nodos linfáticos localizados en tales áreas ya no pueden neutralizar o detoxificar adecuadamente los siguientes elementos: fagocitos vivos y muertos y los microbios que hubiesen ingerido, tejido celular desgastado, células dañadas por las enfermedades, productos de la fermentación, pesticidas en la comida, partículas tóxicas inhaladas o congestionadas, células de tumores malignos, y los millones de células de cáncer que cada persona saludable genera diariamente. La incompleta destrucción de estos elementos puede causar que los nodos linfáticos se inflamen, crezcan y se congestionen con sangre. El material infectado puede entrar al torrente sanguíneo, causando envenenamiento séptico y enfermedades agudas. En muchos casos, sin embargo, el bloqueo linfático ocurre lentamente, sin ningún síntoma, a parte de la hinchazón del abdomen, manos, brazos o tobillos, o hinchazón en la cara y ojos. Esto se conoce comúnmente como ‘retención de agua’, un precursor de enfermedades crónicas.
Una continua obstrucción linfática, generalmente conduce a condiciones crónicas. Casi todas las enfermedades crónicas resultan de congestión en la cisterna quili. Eventualmente, el conducto torácico, el cual drena la cisterna quili, se sobrecarga con el constante flujo de material tóxico y también se tapa. El conducto torácico esta ligado a otros, numerosos conductos linfáticos (ver figuras 9 y 10) que arrojan sus desperdicios al ‘drenaje’ torácico. Dado que el conducto torácico tiene que remover el 85% de los desperdicios celulares generados diariamente por el cuerpo, así como otros materiales tóxicos, cualquier bloqueo en esta área causa un reflujo de desechos hacia otras, más distantes partes en el cuerpo.
Cuando el desperdicio metabólico y celular generado diariamente no se remueve de alguna área del cuerpo durante cierto tiempo, los síntomas de las enfermedades comienzan a manifestarse. Las siguientes son unos pocos típicos ejemplos de algunos indicadores de enfermedades que resultan directamente de una congestión linfática crónica:
Obesidad, quistes en el útero y los ovarios, crecimiento de la próstata, reumatismo en las articulaciones, crecimiento de la parte izquierda del corazón, apoplejías, bronquios y pulmones congestionados, crecimiento del área del cuello, rigidez en el cuello y hombros, dolores de espalda, dolores de cabeza, migrañas, mareos, vértigo, sonido en los oídos, dolores de oído, sordera, caspa, gripes frecuentes, sinusitis, fiebre de heno, ciertos tipos de asma, crecimiento de la tiroides, enfermedades de los ojos, mala visión, hinchazón de los senos, cáncer del seno, problemas renales, dolores en la parte baja de la espalda, hinchazón de las piernas y los tobillos, escoliosis, desórdenes cerebrales, pérdida de memoria, problemas estomacales, crecimiento del bazo, síndrome del intestino irritable, hernias, pólipos en el colon, etc., etc.
El conducto torácico vacía su contenido en la vena subclaviana izquierda, en la base del cuello. Esta vena entra en la vena cava superior, la cual llega directamente al lado izquierdo del corazón. Además de bloquear el correcto drenaje linfático de varios órganos o partes del cuerpo, la congestión en la cisterna quili y el conducto torácico permite que materiales tóxicos lleguen al corazón a través de las arterias cardiacas.
Esto provoca estrés al corazón. [Esto] también permite que estas toxinas y agentes causantes de enfermedades entren a la circulación general y se extiendan hacia otras partes del cuerpo. Raramente existe una enfermedad que no sea causa de una obstrucción linfática. El bloqueo linfático, en la mayoría de los casos, tiene su origen en un hígado congestionado. En alguna eventualidad extrema, puede aparecer el linfoma o cáncer de la linfa, de los cuales, la enfermedad de Hodgkins es el tipo más común.
Cuando el sistema circulatorio comienza a funcionar incorrectamente, como resultado de la presencia de cálculos biliares en el hígado, el sistema endocrino también se afecta. Las glándulas endocrinas producen hormonas que pasan directamente de las células glandulares al torrente sanguíneo, donde ejercen su influencia sobre la actividad del cuerpo, su crecimiento y nutrición. Las glándulas afectadas más comúnmente por esta congestión son la tiroides, la para-tiroides, la corteza adrenal, los ovarios y los testículos. Las funciones circulatorias severamente interrumpidas, conducen al desequilibrio de las secreciones hormonales desde las Isletas de Langerhans en el páncreas, y las glándulas pineal y pituitaria.
La congestión sanguínea, la cual se caracteriza por el engrosamiento de la sangre, impide que las hormonas lleguen a sus destinos a lo largo del cuerpo a tiempo y en cantidades suficientes. En consecuencia, las glándulas entran en una fase de hiper-secreción (sobreproducción) de hormonas. Cuando el drenaje linfático de las glándulas es ineficiente, las glándulas, por sí mismas, se congestionan. Esto produce hipo-secreción (falta) de hormonas. Las enfermedades relacionadas a los desequilibrios de la glándula tiroides incluyen el bocio tóxico, la enfermedad de Graves, el cretinismo, mixoedema, tumores en la tiroides, hipo-paratiroidismo, el cual reduce la absorción de calcio y provoca cataratas, así como desórdenes de comportamiento y la demencia. La pobre absorción del calcio en sí misma es responsable de numerosas enfermedades, incluyendo la osteoporosis (pérdida de densidad del hueso). Si los problemas circulatorios interrumpen la secreción de cantidades equilibradas de insulina en las isletas pancreáticas de Langerhans, aparece la diabetes.

Figura 10: Sistema linfático y nodo linfático.


Los cálculos biliares en el hígado pueden forzar a las células hepáticas a disminuir la síntesis de proteínas. La reducción en la síntesis de proteínas, a su vez, provoca que las glándulas adrenales produzcan cantidades excesivas de cortisol, una hormona que estimula la síntesis de proteínas. Demasiada cortisol en la sangre provoca el incremento en la atrofia del tejido linfático y de una respuesta inmunológica deprimida, lo cual se considera como la principal causa del cáncer y muchas otras enfermedades. Un desequilibrio en la secreción de hormonas adrenales puede causar una gran variedad de desórdenes, ya que conduce a una debilitada respuesta febril y a una reducida síntesis de proteínas. Las proteínas son los principales bloques de construcción de tejido celular, hormonas, etc. El hígado es capaz de producir diferentes hormonas. Las hormonas determinan que tan bien crece y se alivia el cuerpo.
El hígado también inhibe ciertas hormonas, incluyendo la insulina, el glucagon, el cortisol, la aldosterona, la tiroides, y hormonas sexuales. Los cálculos biliares en el hígado afectan a esta vital función, la cual puede incrementar las concentraciones hormonales en la sangre. El desequilibrio hormonal es una condición muy severa, que puede aparecer fácilmente cuando los cálculos biliares en el hígado han interrumpido las principales avenidas circulatorias que también son pasos hormonales.
Las enfermedades se ausentan de manera natural cuando los flujos sanguíneos y linfáticos son normales y no tienen restricciones. Ambos tipos de problemas, circulatorios y linfáticos, pueden ser eliminados exitosamente a través de una serie de limpiezas hepáticas y pueden prevenirse siguiendo un estilo de vida y una dieta balanceada.

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