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domingo, 18 de octubre de 2009

18- ENFERMEDADES DEL SISTEMA REPRODUCTIVO




Los sistemas reproductivos masculinos y femeninos dependen del suave funcionamiento del hígado. Los cálculos biliares en el hígado obstruyen el movimiento de la bilis a través de los conductos biliares, lo cual altera la digestión y distorsiona el marco de referencia estructural de los lóbulos hepáticos. Esto inhibe la producción hepática de sueroalbúmina.
El suero-albúmina es la proteína más común y abundante en la sangre y es responsable de mantener la presión osmótica del plasma en su nivel normal de 25mmhg, y los factores de coagulación, esenciales para la coagulación de la sangre. La presión osmótica insuficiente reduce el suministro de nutrientes a las células, incluyendo aquéllas de los órganos reproductivos. Esto puede conducir a un reducido drenaje linfático y, en consecuencia, a la retención de líquidos y edema, así como la retención de desechos metabólicos y el gradual impedimento de funciones sexuales.
La mayoría de las enfermedades del sistema reproductivo son el resultado de un mal drenaje linfático. El conducto toráxico (vea Enfermedades del sistema circulatorio) drena el líquido linfático de todos los órganos del sistema digestivo, incluyendo el hígado, el bazo, el páncreas, el estómago y los intestinos. Este largo conducto muchas veces se congestiona seriamente cuando cálculos biliares en el hígado conducen a la mala digestión y absorción de alimentos. Es obvio, pero pocas veces reconocido, que la congestión en el conducto toráxico afecta a los órganos del sistema reproductivo; ellos también necesitan vaciar sus productos de desecho linfático al conducto toráxico.
El mal drenaje linfático en el área pélvica de la mujer es responsable de inmunidad disminuida, problemas menstruales, PMT, síntomas menopáusicos, enfermedad inflamatoria de la pelvis, cervicitis, todas las enfermedades uterinas, distrofia de la vulva con el crecimiento de tejido fibroso, quistes y tumores en los ovarios, destrucción celular, deficiencias hormonales, la baja libido y mutaciones genéticas de células que terminan en cáncer. El bloqueo toráxico puede también resultar en la congestión linfática del seno izquierdo, dejando depósitos de sustancias nocivas que pueden causar inflamación, formación de bultos y hasta tumores. Si el conducto linfático derecho, el cual drena la linfa de la parte derecha del tórax, cabeza, cuello y brazo derecho se congestiona, las toxinas se retienen en el seno derecho, provocando problemas similares.
La continua restricción del drenaje linfático del área pélvica masculina causa el crecimiento, benigno y maligno, de la próstata, inflamación de los testes, el pene y la uretra. La impotencia es una probable consecuencia de este evento. El constante incremento de cálculos biliares en el hígado, un factor común entre los hombres de edad media en sociedades ricas, es una de las mayores razones para el bloqueo linfático en esta vital parte del cuerpo. Las enfermedades venéreas aparecen cuando hay un gran nivel de toxicidad en el área expuesta debido al bloqueo linfático, previo a la infección microbiana. El colapso de la capacidad del sistema linfático para repeler a los organismos invasores causa la mayoría de las enfermedades sexuales y reproductivas.
Al remover todos los cálculos biliares del hígado y recurrir a una dieta y estilo de vida saludables, la actividad linfática regresa a su normalidad.
El tejido reproductor recibe una alimentación mejorada y se vuelve más resistente. Las infecciones ceden, los quistes, tejidos fibrosos y tumores se reducen y desaparecen y las funciones sexuales se recuperan.


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