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domingo, 18 de octubre de 2009

26- LAS CAUSAS MAS COMUNES DE LOS CALCULOS BILIARES



La bilis consiste de agua, mucosa, pigmentos biliares (bilirrubina), sales biliares y colesterol, así como enzimas y bacteria esencial y benigna. Este líquido verdoso es producido por células hepáticas que la pasan por pequeños canales conocidos como canalículos biliares. Estos se unen para formar canales más grandes los cuáles a su vez conectan los conductos hepáticos derecho e izquierdo. Los dos conductos hepáticos se unen para formar el conducto biliar común el cual drena la bilis del hígado y suministra la vesícula con la correcta cantidad de bilis para una correcta digestión.
Cualquier cambio en la composición de la bilis afecta la solubilidad de sus componentes y, por lo tanto, provoca la formación de cálculos biliares.
Para hacerlo más simple, he clasificado a los cálculos biliares en dos tipos básicos: piedras de colesterol o pigmentos. Algunas piedras de colesterol están compuestas de por lo menos un 60% de colesterol y tienen un color amarillento. Otras tienen un color verde guisante y son generalmente suaves, como la arcilla (éstas pueden estar compuestas de por lo menos un 95% de colesterol). Las piedras de pigmentos son de color negro o café, de acuerdo a su alto contenido de pigmento de color (bilirrubina). Pueden estar calcificadas, siendo más duras y sólidas que las piedras de colesterol.
Sin embargo, las piedras de colesterol también pueden calcificarse y endurecerse. Las piedras calcificadas sólo pueden encontrarse en la vesícula.
La composición anormal de la bilis puede producirse de varias maneras. El colesterol se mantiene normalmente en forma líquida a través de la acción disolvente de las sales biliares y, por supuesto, la disponibilidad de cantidades suficientes de agua. Un incremento en la cantidad de colesterol en la bilis, vence la capacidad de disolución de las sales biliares, por lo tanto, promueve la creación de piedras de colesterol.
De igual manera, una disminución en la cantidad de sales biliares también conlleva a la formación de piedras de colesterol. La ingesta insuficiente de agua disminuye la fluidez de la bilis. Si esto ocurre, el colesterol no puede disolverse correctamente; reconstituyéndose en pequeñas piedras o guijarros de colesterol. Con el tiempo, estas pequeñas piedras gradualmente se convierten en grandes piedras.
Las piedras de pigmento se forman cuando el pigmento de la bilis, la bilirrubina, la cual es un producto de desecho resultado de procesar los glóbulos rojos, se incrementa en la bilis. Las personas con grandes cantidades de piedras de colesterol en el hígado sufren el riesgo de desarrollar cirrosis hepática, anemia de células falciformes y otras enfermedades sanguíneas. Cualquiera de estas complicaciones puede producir mayores concentraciones de pigmento de bilirrubina en la bilis, de ahí la formación de piedras de bilirrubina en la vesícula.
Cuando la composición de la bilis en el hígado no esta equilibrada, pequeños cristales de colesterol comienzan a combinarse con otros componentes de la bilis para formar pequeños coágulos. Estos pequeños coágulos obstruyen los aún más pequeños canalículos biliares. Esto disminuye aún más el flujo de bilis, e incrementa la cantidad de bilis en los coágulos. Eventualmente, estos coágulos llegan a un tamaño suficientemente grande como para ser llamados piedras. Algunas de estas piedras pueden pasar hacia los conductos biliares más grandes y agruparse con otras piedras, o crecer aún más. El resultado es que el flujo de la bilis se obstruye también en los conductos biliares más grandes. Toda vez que varios de los conductos biliares más grandes están congestionados, cientos de los conductos más pequeños también se ven afectados, provocando la creación de un círculo vicioso. Eventualmente, hasta los conductos hepáticos comienzan a obstruirse, reduciendo dramáticamente la cantidad de bilis disponible para los procesos digestivos.
Un flujo lento de bilis en el hígado altera aún más la composición de la bilis, lo que posteriormente afecta a la vesícula. Un pequeño coágulo de bilis en la vesícula puede tomar hasta ocho años en crecer lo suficiente para ser visto y convertirse en un serio riesgo de salud. Se sabe que uno de cada 10 norteamericanos tiene cálculos biliares en la vesícula. De éstos, 500,000 se deciden por operarse la vesícula anualmente. Lo que no se conoce, sin embargo, es que prácticamente toda persona con cualquier tipo de problema de salud tiene cálculos biliares en el hígado. Los cálculos biliares en el hígado pueden causar mayores enfermedades que los cálculos biliares en la vesícula. Para prevenir enfermedades y generar un avance genuino y duradero en el entendimiento y tratamiento de las enfermedades, necesitamos entender qué es lo que exactamente deshidrata los fluidos biliares, altera su flora natural, destruye sus enzimas, incrementa su contenido de colesterol y cambia la cantidad de pigmentos biliares. Las cuatro categorías siguientes dan más información sobre los factores comunes responsables de la formación de cálculos biliares.

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