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lunes, 19 de octubre de 2009

30- PERDIDA DE PESO RAPIDA


Las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo para desarrollar cálculos biliares que las personas con un peso promedio. Es un hecho indiscutible que el perder peso trae consigo importantes beneficios a la salud. Mucha gente, por ejemplo, puede normalizar su presión sanguínea, el azúcar en la sangre y el colesterol simplemente bajando de peso.
Sin embargo, el bajar rápidamente de peso con dietas y programas que aconsejan una baja ingesta de calorías al día incrementa el riesgo de formación de cálculos biliares, tanto en el hígado como la vesícula.
Algunas dietas bajas en calorías puede no contener la suficiente grasa para permitir que la vesícula obtenga la cantidad suficiente para vaciar su bilis.
Una comida o tentempié que contenga aproximadamente 10 gramos (un tercio de onza) de grasa es necesaria para que la vesícula funcione normalmente. Si esto no sucede, la vesícula retiene la bilis, resultando en la formación de piedras.
La obesidad es asociada con el incremento en la secreción de colesterol en los conductos biliares, lo que aumenta el riesgo de desarrollar piedras de colesterol. Cuando personas obesas atraviesan por programas de pérdida de peso rápido o sustancial siguiendo una dieta desequilibrada, el cuerpo congestionado y desnutrido busca utilizar los nutrientes y las grasas de sus depósitos de reserva. Esto rápidamente eleva el nivel de grasa en la sangre e incrementa el riesgo de formación de cálculos biliares.
La repentina formación de cálculos biliares en las personas después de un programa de pérdida rápida de peso, parece ser el resultado del incremento en el colesterol y el decremento de las sales biliares en la bilis.
Los cálculos biliares también son comunes en aquellos pacientes que pierden mucho peso después de una cirugía de derivación gástrica. (En la cirugía de derivación gástrica, se reduce el tamaño del estómago, para evitar que la persona coma en exceso.) Un estudio encontró que más de una tercera parte (38%) de los pacientes que se sometieron a esta cirugía desarrollaron cálculos biliares en una etapa posterior. Los cálculos biliares suelen aparecer en los primeros meses después de la cirugía. Los resultados de las investigaciones, sin embargo, se refieren únicamente a cálculos biliares en la vesícula. El daño hecho al hígado con este procedimiento es probablemente mucho mayor que la simple producción de cálculos biliares en la vesícula.
Si la rápida o sustancial pérdida de peso incrementa el riesgo para desarrollar cálculos biliares, es obvio que este riesgo se reducirá con una pérdida de peso gradual. De hecho, este problema se resuelve cuando los depósitos de desperdicios tóxicos son removidos del cuerpo, incluyendo los cálculos biliares, y se establece una dieta apropiada y un estilo de vida balanceado. En estos casos, la pérdida de peso no incrementa el riesgo de enfermedades de la vesícula, sino que lo reduce. Al eliminar todas las piedras de su hígado y vesícula, una persona obesa puede mejorar dramáticamente sus funciones digestivas y obtener energía antes que desperdicios. Este enfoque elimina los efectos secundarios dañinos que pueden asociarse con la rápida pérdida de peso.



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