Con esta introducción al mundo del autismo no pretendemos dar ningún dato especialmente relevante, tan sólo nos limitaremos a aclarar algunas ideas erróneas, que envuelven este tema, a exponer varias curiosidades y a facilitar algunos datos básicos.
El autismo constituye una de las alteraciones más dramáticas del desarrollo humano. Ha llegado a convertirse en un enigma científico y terapéutico que ha impulsado muy variados esfuerzos por comprenderlo y curarlo. La psicología, la psiquiatría y la medicina lo han convertido en objeto de disputas teóricas y prácticas y la extraña fascinación que ejerce ha llegado incluso al gran público.
Pero ¿qué sabemos realmente sobre la naturaleza de este trastorno y las personas que lo padecen?
Hemos realizado una encuesta a la gente de la calle, y después de un estudio estadístico, hemos llegado a la conclusión que la gente tiene una vaga idea de lo que es el autismo a muy grandes rasgos, pero entre las personas encuestadas encontramos a bastantes que tenían ideas muy confusas sobre el trastorno autista.
Así que esta introducción, lo que pretende es servir como aclaración de algunas de esas dudas.
Antes de empezar con la redacción del trabajo en sí, quisiéramos aclarar un mito que todavía se acerca a la mente de las personas que conocen poco el tema. A continuación lo expondremos ya que nos parece muy importante; es el de la "madre refrigeradora", que durante mucho tiempo, se definía como la principal causa del trastorno.
Es fácil pensar que una madre despegada e intelectual, que se sirve de libros para ayudarse en la crianza de su hijo, en vez de confiar en sus instintos, y por lo tanto se olvida de la importancia del corazón, superior a la del intelecto, tenga como resultado un niño deprivado emocionalmente, que huya de un mundo que no le proporciona ningún tipo de satisfacción.
Pues bien, esto es falso, ni la madre, ni la falta de afectividad son los causantes del
trastorno. Está comprobado que un niño autista puede proceder de cualquier tipo de madre, tanto si es fría como afectiva.
Aunque no negamos que el desarrollo de un niño, al lado de una madre que se muestra fría con él, nunca será igual al del que se ve envuelto de afectividad.
Otro punto que nos puede resultar curioso; es la relación ente el autismo y la literatura, desde tiempos en los que todavía no se habían iniciado los estudios psicológicos, han aparecido diversos personajes que mostraban una cierta cercanía con el autismo.
Así que se podría decir que el autismo ha presentado una fuerte influencia en la literatura, aunque de una manera indirecta o involuntaria. Dejando a su paso infinidad de obras de gran valor literario.
Un gran ejemplo de esto, son: "Las florecillas de San Francisco" y "Sherlock Holmes "
.
La primera obra mencionada es una colección de leyendas escrita en el siglo XIII, mucho antes de que se descubriese el autismo, que tienen un gran valor histórico ya que representan tradiciones orales de la 1ª y 2ª generación de franciscanos. Entre ellas aparece una sección, que comprende 14 leyendas, en la que se relatan las historias más curiosas, las de un hermano con un comportamiento bastante peculiar llamado Junípero. Pero si se analiza desde el punto de vista actual, el comportamiento de este individuo no es tan peculiar, y encaja perfectamente en la vida de un individuo autista. A continuación expondremos una de las leyendas que protagoniza fray Junípero:
"Fray Junípero corta un pie a un cerdo para ofrendarlo a un fraile enfermo"
En esta leyenda, Fray Junípero va a visitar a un fraile enfermo; y éste le dice que si pudiera llevarse a la boca una patita de cerdo, se sanaría de toda enfermedad (ésto lo dice de manera figurada y sin intención de que en verdad, Fray Junípero se la lleve). Enseguida corre, Fray Junípero hacía una un campo donde pacen algunos cerdos, y con el cuchillo que lleva en la mano le corta el píe a uno, dejándolo cojo. Así que no es difícil imaginar el lío que se genera cuando el campesino encuentra a su cerdo, y enseguida va a pedir explicaciones a San Francisco.
Según cuenta la leyenda a San Francisco esto no le impresionó porque no era la primera vez que cerca de Fray Junípero ocurría una anécdota similar; y cuando le preguntó a éste el porqué de su acción, Fray Junípero tan solo dijo la verdad, quería salvar la pobre salud del fraile enfermo.
Ya veremos más adelante que éste tipo de comportamiento es propio de autistas, la comprensión literal de los mensajes es una característica muy específica de su comportamiento.
También habíamos hablado de Sherlock Holmes, y como no, tampoco vamos a dejar de comentar algo, sobre este popular detective, del que en más de una ocasión alguna de sus historias nos ha llenado de intriga. Éste protagonista, Sherlock Holmes, encaja dentro de los cánones del comportamiento de las personas autistas más inteligentes. Su extravagancia es similar a la de ese tipo de autistas: una extravagancia que implica la buena posesión de capacidades de observación y deducción, que no están contaminadas por las emociones cotidianas de las personas comunes. Gracias a esa mentalidad fría y totalmente lógica es capaz de encontrar solución a todos los misterios que le visitan, en cada una de sus historias. Y también presenta el mismo tipo de comportamiento obsesivo hacia alguna cosa, en su caso, guardaba una monografía sobre las cenizas de 140 variedades diferentes de tabacos de pipa, puro y cigarrillo.
Hemos mencionado a Holmes, pero no es el único detective que muestra ese tipo de comportamiento, Hércules Poirot y Nero Wolfe son otros dos claros ejemplos de personajes, detectives en este caso, con rasgos claramente parecidos a los de los autistas de mayor capacidad. Al igual que Holmes éstos poseen sus propias obsesiones, en el caso de Poirot, éste mantenía una incesante obsesión por las orquídeas y por sus rígidas rutinas; Wolfe en cambio estaba obsesionado por la limpieza y rectangularidad en todos los aspectos (tan sólo comía bollos de pan cuadrados, y no los corrientes bollos redondeados).
Los autistas de mayor capacidad también han sufrido otras comparaciones, en éste caso hablaremos de la comparación "autista-robot", se puede decir que los robots sirven bastante bien como metáforas del autismo en varios aspectos.
La marcha rígida, característica de los adultos autistas, sigue el modelo de ejecución de movimientos de los "seres" de metal. Además, los robots realizan actividades para las que están especializados, con precisión y, sobre todo, manteniendo rutinas invariables. Pues bien, como ya hemos dicho, cuando hablábamos de los populares protagonistas de las historias de intriga, éste tipo de conducta mecánica, recuerda en muchos aspectos la conducta autista: en ella se ven reflejados los mismos movimientos de carácter repetitivo, estereotipados y la falta de expresión emocional.
Así pues, la metáfora del robot capta, de forma simbólica, el fuerte contraste, presente en algunos autistas, entre los importantes logros intelectuales y la capacidad insuficiente, en las relaciones personales.
Los mitos y leyendas anteriormente citados, tan sólo son eso; es cierto que son reales y que se encuentran en el autismo, pero el número de individuos autistas con semejantes capacidades es mínimo. La gran mayoría presentan un retraso del desarrollo grave y por tanto en ellos no se ven reflejadas estas capacidades tan asombrosas.
Después de diferentes estudios, se ha establecido que la población autista viene a ser unos 4,5 por 10000, en la población de ocho a diez años, entre los cuales son más numerosos los niños, 2,6 niños por cada niña. Y en esta población autista, tres de cada cuatro individuos presentan retraso mental. Con lo que se afirma que tan solo una pequeña proporción encaja dentro del marco de los mitos...
Un factor que tan sólo hemos mencionado y en el que deberíamos hacer un mayor hinca pié, es el hecho de que el número de autistas varones sea mayor. Las pruebas, como ya hemos dicho, indican que aproximadamente hay tres niños por cada niña, pero otro dato curioso es que, por término medio, las niñas autistas presentan una mayor deficiencia que los niños. Estas también, suelen obtener peores resultados cuando se miden las habilidades para la vida diaria, y peores en lenguaje y pruebas perceptivas . Sin embargo, en términos de juego y capacidad afectiva, o en su capacidad para relacionarse con las personas, las niñas presentan el mismo tipo de incompetencia que los niños.
Por último aclarar que un niño autista puede proceder de una familia de cualquier clase social, y volvemos a remarcar que el tipo de afectividad que muestre la madre con el niño, no es la causa del autismo.
Aunque es bien cierto que la procedencia social es aleatoria, en muchos estudios se ha demostrado que hay mayor número de autistas de clases sociales altas. Pero esto tiene una sencilla explicación, los padres de clases sociales superiores pueden tener más conocimientos acerca del autismo, mayores probabilidades de tener los contactos adecuados para su diagnóstico, y suelen contar con los medios necesarios para realizar largos viajes a los mejores centros psiquiátricos, con expertos en autismo.
Para concluir esta pequeña introducción al mundo autista, quisiéramos pedir prestado a Jorge Luís Borges, un fragmento de su relato "Funes el memorioso" , que creemos que es una, aunque reducida, perfecta descripción de un individuo autista.
"Dos veces lo vi atrás de la reja, que burdamente recalcaba su condición de eterno prisionero: una, inmóvil, con los ojos cerrados: otra, inmóvil, también, absorto en la contemplación de un oloroso gajo de sontonina."
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