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lunes, 30 de noviembre de 2009

LA MEDICINA DE LA ENERGIA: Iniciar el viaje hacia el poder individual y simbólico


Todos comenzamos nuestra vida saturados de creencias tribales o de grupo, empezando por las de nuestra tribu biológica. Las creencias tribales, debido a su naturaleza, son asimiladas por el grupo; algunas son reconocidas universalmente como verdades, como la de que asesinar no está bien, mientras que otras son exclusivas de un determinado grupo, como la creencia de que «la nuestra es la única religión verdadera». Incluso antes de que alcancemos la edad de la ratón (hacia los siete años), nuestros circuitos energéticos han sido conectados a las creencias tribales por medio de la influencia de nuestros mayores tribales (padres, maestros, líderes religiosos y políticos), comenzando con las creencias que están alineadas con nuestro primer chackra, y continuando con los patrones inherentes a nuestros segundo y tercer chakras. Cuando cumplimos cuatro años, los tres chakras ya se hallan plenamente activos. (Más adelante, cuando desarrollamos nuestro poder individual, se activan el cuarto, quinto y sexto chakras. El séptimo chakra se activa cuando aprendemos a contemplar los acontecimientos de nuestra vida a través de la visión simbólica, reconociendo los patrones arquetípicos que constituyen la base de muchas de nuestras acciones.)
Comenzamos a emerger de la mentalidad tribal y adquirir poder individual (y posteriormente poder simbólico) cuando empezamos a formularnos preguntas sobre nuestra relación con el resto del universo: «¿Cómo encajan mis necesidades en las obligaciones que tengo? De hecho, ¿cuáles son mis necesidades?» Este proceso se inicia de un modo sutil, al igual que uno pierde interés en una afición o un cierto upo de comida, y adopta otras aficiones y otra dieta. Por supuesto, un cambio en la percepción sobre el lugar que ocupamos en el universo es mucho más serio que abandonar una afición. Cambiar tic criterio sobre la vida y todo lo que comprende es un proceso complicado e inquietante.
Quizá le consuele saber que es inevitable alejarse de la mentalidad tribal para adquirir poder individual. La mayoría de nosotros llegamos a un punto en nuestra vida en que el mundo con el que estamos familiarizados ya no nos satisface. En el caso de algunas personas, ocurre más de una vez. Debemos superarnos a nosotros mismas; no podemos evitar esta evolución del mismo modo que no podemos frenar nuestro proceso de envejecí miento. La cuestión es cómo completar esta transición de un modo airoso y saludable. A veces, el catalizador es una crisis emocional o interior, otras es la elección que hacemos la que nos conduce en una dirección imprevista. Inevitablemente, todos llegamos a una etapa en que el lugar que ocupábamos y en el que nos sentíamos cómodos se vuelve tan incómodo como si nos estuviéramos asfixiando con el aire enrarecido de nuestro pasado.
La propia exploración es un componente importante y enriquecedor en nuestra evolución espiritual. Pero, con frecuencia, la posibilidad de conocemos a nosotros mismos nos aterroriza porque, como hemos visto en el segundo mito sobre la curación, asociamos la búsqueda de nuestro yo interior con la soledad. Somos tribales por naturaleza, sin duda, pero debemos comprender que todo en la vida constituye una extensión de nuestra tribu, no sólo las personas relacionadas con nosotros genéticamente ni las que están unidas a nosotros por lazos de amistad o de amor.
Tomar conciencia significa comprender que todos formamos parte de un potente sistema energético. Esto lo aprendemos conociéndonos a nosotros mismos fuera de las circunstancias familiares, que nos ofrecen una segundad ilusoria, como creer que siempre tendremos a alguien que nos cuide y decida por nosotros. Vivir con esas creencias nos impide descubrir el contenido de nuestra mente y nuestro corazón, por lo que no se nos deja vivir siempre a través de la mente de otra persona. Asimismo, no podemos interferí r siempre en las necesidades de otra persona ni con su derecho de penetrar en su interior, para separar e individuar, ya se trate de nuestro cónyuge, hijo o amigo.
Debemos conocer el poder de nuestros pensamientos y sentimientos y descubrir la inmensa capacidad de elección inherente a ese poder. La elección es fruto de polaridades opuestas: los dos peces de Piscis. Activa nuestras experiencias, individuales y espirituales, y expresa nuestras creencias. Podemos elegir ser bondadosos o crueles, indulgentes o vengativos, generosos o mezquinos, compasivos o intolerantes, lisas elecciones asumen un mayor significado cuando comprendemos que sus consecuencias van mucho más allá de nosotros mismos y nuestros allegados, y que esas consecuencias afectan a nuestra biología. Cada elección que hacemos, tanto si la expresamos verbalmente como si no, influye en la atmósfera de la habitación donde nos hallamos o en la casa en la que hemos entrado o de la que hemos salido. Incluso es posible que nuestras elecciones incidan en las variaciones meteorológicas. La cultura occidental hace poco que ha empezado a tomarse en serio el poder de la elección, que las prácticas hindúes y budistas nos enseñan como pensamientos justos, expresiones justas y acciones justas.
El tornar conciencia significa aceptar nuestro poder individual y el hecho de que el poder de nuestros pensamientos y acciones tiene unos efectos incalculables. Mientras permanezcamos bajo el in flujo de! poder tribal, nuestra facultad de elegir y de asumir responsabilidades es limitada. Bajo la mentalidad tribal, no nos percatamos de las complejas fuerzas psicológicas y emocionales que inciden en nuestras decisiones. Solemos tomar decisiones por reacción o costumbre. Pero cuando empezamos a explorar nuestro interior, ampliamos la forma en que nos definimos a nosotros mismos y mies tro papel en la vida. A medida que asumimos la responsabilidad de nuestras acciones externas, y de nuestros pensamientos y actitudes, comenzamos a ver nuestras conexiones energéticas con los demás y con la propia fuerza vital.
En bien de nuestra evolución personal, debemos librarnos del poder tribal, penetrar y analizar nuestra psique, y tomar contacto con nuestro lado oscuro. Las polaridades de Piscis y del poder individual simbolizan la falta de respuestas sencillas; toda virtud tiene su lado oscuro. Tal como dijo el Señor a Isaías hacia el final de la era de Aries: «Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la felicidad y creo la desgracia. Yo, Yahvéh, he creado todo» (Isaías, 45: 7). Asimismo, cada decisión de actuar de una determinada manera elimina la posibilidad de otro tipo de acción, pero debemos aceptar el hecho de que, con frecuencia, no existe una decisión ideal. Lo importante no es la elección en sí misma, sino la razón por la cual la hemos hecho. Si elegimos hacer algo por temor, el resultado de nuestra acción será insatisfactorio e inestable; si elegimos hacer algo inspirados por nuestra fe, las consecuencias de nuestra acción nos conducirán por la senda que debemos tomar, aunque demos varios rodeos.
Nuestra vida cambia externamente a medida que nosotros cambiamos internamente. Lo uno es consecuencia de lo otro, y, por más que nos esforcemos, no podemos detener esa dinámica. A menudo tratamos desesperadamente de llevar con nosotros a las personas que queremos, o de dominar los componentes externos de nuestra vida, al mismo tiempo que, en nuestro interior, arden fuegos que amenazan con devorarnos. Tratamos de describir a nuestra familiay a nuestros amigos lo que experimentamos, confiando en que ellos también lo experimenten, o bien hallen el paisaje que exploramos dentro de nosotros lo bastante atractivo para sumergirse en el mundo que reside detrás de sus ojos. En ocasiones lo conseguimos; otras no. Debemos emprender nuestro viaje personal motivados por nuestra fe, no en función de quién decida acompañarnos. Como suele decir el psicólogo y teólogo Sam Keen, dos de las preguntas más importantes de nuestro viaje personal son: «¿Adonde me dirijo?» y «¿Quién me acompañará?». Y es muy importante que nos las formulemos por este orden.
Conviene tener presente que el instinto de la tribu es disuadir a sus miembros de alejarse demasiado del terreno conocido. Con frecuencia, cuando emprenda el viaje de exploración interior topará con oposición. No debe tomárselo personalmente, pues se trata de un acto de amor tribal, o cuando menos de lealtad tribal, porque las tribus, por definición, se esfuerzan en mantener a sus miembros unidos.
Sus amigos y familiares no siempre pueden satisfacer su deseo de que su experiencia personal sea justificada y tenida en cuenta por ellos, porque no experimentan lo mismo que usted. Les cuesta comprender su afán de aislamiento porque ellos aún están rodeados por las personas que aman; no sienten la necesidad de profundizar en el significado de sus vidas cuando se sienten felices viviendo en la superficie.
I Muchos de nosotros, al principio, tememos emprender esa búsqueda porque sabemos instintivamente que comporta unos cambios radicales. De hecho, dudo de que quienes hemos emprendido esa búsqueda lográramos avanzar si conociéramos de antemano las dificultades con las que tendremos que enfrentarnos.
Es posible que su viaje de exploración interior haya comenzado sin que usted haya reparado en ello. Las señales no son difíciles de encontrar, una vez que sepa lo que está buscando. A continuación, enumero algunas de las señales más comunes y reveladoras.
Las señales que indican que ha iniciado la exploración interna:
•   Una creciente incomodidad en su medio familiar, que se manifiesta como una insatisfacción con su trabajo o con las personas próximas a usted.
•   La incapacidad de identificar el motivo por el que se siente deprimido o agotado.
•   Una profunda sensación de soledad, a menudo acompañada por el temor de que su aislamiento no concluirá nunca.
•   La certeza de que algo ha cambiado en su vida, y de que, aunque no sepa lo que el futuro le reserva, no puede volver atrás y vivir como hasta ahora.
•   Una creciente curiosidad por averiguar cuáles son sus necesidades personales y un intenso deseo de que alguien que comprenda lo que usted experimenta se lo ratifique. La profunda soledad que puede acompañar a cualquier despertar requiere cierto grado de validación, sobre todo si no está usted rodeado por personas que comprenden lo que usted experimenta. (En tal caso, buscar la compañía de un grupo de apoyo o asistir a talleres sobre esos temas puede ser muy útil.)
•   La aparición de unas dotes que usted ignoraba que poseía, como la capacidad de sanar o aconsejar a otros, y un cambio en su percepción de la realidad. Esto comporta a menudo una mayor sensibilidad hacia la energía o vibraciones que transmiten las personas y situaciones. Pasa de relacionarse con el mundo externo a través de sus cinco sentidos a tomar conciencia de sus dotes multisensoriales e intuitivas. Aunque la intuición de supervivencia, o el instinto visceral, está siempre activo, esta nueva sensibilidad refleja la emergencia de una capacidad intuitiva mucho más profunda y puede convertirse en el tipo de sensibilidad que se necesita para sanar mediante, por ejemplo, el Toque Terapéutico o la acupuntura, o simplemente le ayudará a convertirse en un individuo mucho más perceptivo.
Un cambio en su relación con el tiempo. Para el poder tribal, el tiempo es una fuerza externa y lineal que nos hace avanzar a través de las etapas de la vida, desde la juventud hasta la vejez. Lo que usted consiga y la rapidez con que lo consiga está calibrado por la velocidad tribal. Si la tribu cree que después de un año de tratamiento y cinco años de buena salud se puede considerar a alguien curado de un cáncer, ése es el tiempo que un creyente en la tribu pensará que tardará en curarse. Para el poder individual, el tiempo se va haciendo cada vez más relativo, a medida que usted descubre el poder de su mente consciente. Ya no precisa estar controlado por el tiempo del grupo, sino que tiene la opción de comprobar cómo el poder personal y la sanación de suyo interno influyen en la velocidad a que sana su cuerpo. Este sentido del tiempo se aplica también a la rapidez con que usted puede crear algo nuevo para usted mismo. En lugar de pensar «soy demasiado viejo para empezar otra vez», convénzase de que la edad no tiene nada que ver con la creatividad, el amor o el goce de la vida. Un aumento en la sensibilidad hacia ciertos alimentos, tejidos, toxinas ambientales y medicamentos como la aspirina y remedios contra el resfriado. Es posible que desarrolle alergias a sustancias que antes no afectaban a su organismo, como el trigo, los productos lácteos o la cafeína.
•   Una creciente curiosidad sobre temas relacionados con la evolución propia, bien por elección o por necesidad.
•   La sensación de una nueva identidad, que puede incluir nuevas aspiraciones o el deseo de cambiar de estilo de vida. Quizá decida renunciar a la vida urbana e irse al campo, o negociar una reducción de salario a cambio de más tiempo libre y dedicarse a nuevas aficiones.
•   Unas sensaciones de liberación que jamás había experimentado, como si hubiera roto unas cadenas invisibles que le sujetaban a unas formas de conducta repetitivas que ya no satisfacían a su espíritu.
•   La necesidad de estar más en contacto con la naturaleza o de disponer de más tiempo para estar solo.
•   Una creciente insatisfacción con la religión institucional y una búsqueda déla espiritualidad. Quizás empiece a vivir experiencias espirituales, tales como estados de meditación profunda, el anhelo de emprender un nuevo camino en la vida o un despertar a místico.
“Un infinito aburrimiento y pérdida del gusto por todo aquello que antes le procuraba satisfacción y alegría.
•   El desarrollo de una enfermedad que no se cura con tratamientos médicos alopáticos.
Todos los que emprendan el camino hacia el poder individual experimentarán al menos una de esas señales o estadios y algunos pueden experimentar varios o todos ellos. Cada uno representa un desafío: bien sea en forma de una nueva irritación o incomodidad que necesitamos aliviar, o en forma de una nueva orientación, o una facultad o poder que deseamos utilizar. Nuestro viaje personal se caracteriza por la necesidad de afrontar y resolver esos desafíos, y es, a menudo, descrito como «la experiencia del desierto» o de la «noche oscura del alma». El comienzo de esta noche oscura del alma puede parecemos terrible, y disuadirnos de nuestro empeño, pero para desarrollar nuestro poder individual debemos soportar necesariamente cierto dolor y sufrimiento. Al mismo tiempo, nos ofrece la oportunidad de alcanzar un elevado grado de dominio y satisfacción. Al igual que cuando nos mudamos de casa, cambiamos de trabajo o entablamos una nueva relación, las dificultades a las que debemos hacer frente al iniciar nuestro viaje encierran la posibilidad de gozar de una mayor satisfacción y dicha.
Examinemos algunas de las formas que asume el desafío a nuestra antigua forma de conducta tribal, y veamos cómo podemos transformarla en un nuevo comienzo.

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