CAPITULO XXVIII.
Regocijaos siempre con los ángeles de Dios, en su Mesa Real, porque ésto agrada al corazón del Señor. Y vuestra vida se alargará sobre la tierra, porque el más precioso de los ángeles de Dios os servirá todos vuestros días: el Angel del Regocijo.
Y no olvideis que cada séptimo día es santo y consagrado a Dios. Por seis días alimentad vuestro cuerpo con los presentes de vuestra Madre Tierra. Mas el séptimo día, santificad vuestro cuerpo para vuestro Padre Celestial. Y no comais el séptimo día alimento terrenal, mas vivid solo de la palabra de Dios. Y pasad todo el día con los ángeles del Señor, en el reino del Padre Celestial.
Y al séptimo día, permitid que los ángeles del Señor edifiquen el Reino de los Cielos en vuestro cuerpo, como vuestros trabajos duran seis días en el reino de la Madre Tierra. Y no permitais que los alimentos turben la obra de los ángeles en vuestro cuerpo, durante el séptimo día.
Y Dios os dará una larga vida sobre la tierra, para que en el reino de los cielos tengais vida eterna. En verdad os digo, que no vereis más enfermedad sobre la tierra, vivireis en el Reino de los Cielos para siempre.
Y Dios os enviará –cada mañana, el Angel del Sol para que os despierte de vuestro sueño. Por lo tanto, obedeced el llamado de vuestro Padre Celestial y no os quedeis perezosos en vuestra cama porque los ángeles del Aire y del Agua os atenderán siempre.
Y trabajad todos los días con los ángeles de la Madre Tierra a fin de que los conozcais más y más en sus obras. Pero cuando el sol se ponga y vuestro Padre Celestial os envíe su más precioso ángel, el Angel del Sueño, descansad y pasad la noche con el Angel del Sueño.
Y entonces vuestro Padre Celestial os enviará sus ángeles durante la noche. Y los ángeles desconocidos del Padre Celestial os enseñarán muchas cosas concernientes al reino de Dios, como los ángeles de la Madre Tierra, que vos conoceis os enseñarán las cosas de su Reino.
En verdad os digo, sereis cada noche huéspedes del Reino de vuestro Padre Celestial, si cumplis sus mandamientos. Y cuando desperteis en la mañana, sentireis el poder de los ángeles desconocidos. Y vuestro Padre Celestial los enviará cada noche, a vos, para que edifiqueis vuestro espíritu así como cada día la Madre Tierra envía sus ángeles para que visiten vuestro cuerpo, porque en verdad os digo, si en el día vuestra Madre Tierra os estrecha en sus brazos, y en la noche vuestro Padre Celestial sopla su aliento sobre vos, entonces los Hijos de los Hombres llegarán a ser los Hijos de Dios.
Resistid día y noche las tentaciones de satanás. No desperteis en la noche, ni durmais de día,no sea que los ángeles de Dios os abandonen.
Regocijaos siempre con los ángeles de Dios, en su Mesa Real, porque ésto agrada al corazón del Señor. Y vuestra vida se alargará sobre la tierra, porque el más precioso de los ángeles de Dios os servirá todos vuestros días: el Angel del Regocijo.
Y no olvideis que cada séptimo día es santo y consagrado a Dios. Por seis días alimentad vuestro cuerpo con los presentes de vuestra Madre Tierra. Mas el séptimo día, santificad vuestro cuerpo para vuestro Padre Celestial. Y no comais el séptimo día alimento terrenal, mas vivid solo de la palabra de Dios. Y pasad todo el día con los ángeles del Señor, en el reino del Padre Celestial.
Y al séptimo día, permitid que los ángeles del Señor edifiquen el Reino de los Cielos en vuestro cuerpo, como vuestros trabajos duran seis días en el reino de la Madre Tierra. Y no permitais que los alimentos turben la obra de los ángeles en vuestro cuerpo, durante el séptimo día.
Y Dios os dará una larga vida sobre la tierra, para que en el reino de los cielos tengais vida eterna. En verdad os digo, que no vereis más enfermedad sobre la tierra, vivireis en el Reino de los Cielos para siempre.
Y Dios os enviará –cada mañana, el Angel del Sol para que os despierte de vuestro sueño. Por lo tanto, obedeced el llamado de vuestro Padre Celestial y no os quedeis perezosos en vuestra cama porque los ángeles del Aire y del Agua os atenderán siempre.
Y trabajad todos los días con los ángeles de la Madre Tierra a fin de que los conozcais más y más en sus obras. Pero cuando el sol se ponga y vuestro Padre Celestial os envíe su más precioso ángel, el Angel del Sueño, descansad y pasad la noche con el Angel del Sueño.
Y entonces vuestro Padre Celestial os enviará sus ángeles durante la noche. Y los ángeles desconocidos del Padre Celestial os enseñarán muchas cosas concernientes al reino de Dios, como los ángeles de la Madre Tierra, que vos conoceis os enseñarán las cosas de su Reino.
En verdad os digo, sereis cada noche huéspedes del Reino de vuestro Padre Celestial, si cumplis sus mandamientos. Y cuando desperteis en la mañana, sentireis el poder de los ángeles desconocidos. Y vuestro Padre Celestial los enviará cada noche, a vos, para que edifiqueis vuestro espíritu así como cada día la Madre Tierra envía sus ángeles para que visiten vuestro cuerpo, porque en verdad os digo, si en el día vuestra Madre Tierra os estrecha en sus brazos, y en la noche vuestro Padre Celestial sopla su aliento sobre vos, entonces los Hijos de los Hombres llegarán a ser los Hijos de Dios.
Resistid día y noche las tentaciones de satanás. No desperteis en la noche, ni durmais de día,no sea que los ángeles de Dios os abandonen.

No hay comentarios:
Publicar un comentario