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domingo, 27 de diciembre de 2009

HIPÓTESIS, MÉTODO, LEY Y TEORÍA -4-


A. HIPÓTESIS

Del griego hypothesis es el enunciado o conjunto de enunciados que puede ser puesto a prueba. La característica de la hipótesis es que no incluye una garantía de verdad ni la posibilidad de una confirmación directa. Una hipótesis puede ser cierta, pero su certeza puede resultar sólo de la confirmación empírica de sus consecuencias.


 “El término hipótesis significa literalmente "algo puesto debajo", considerando que lo puesto debajo es un enunciado y lo que se coloca "encima" de él es otro enunciado o una serie de enunciados. En tal sentido, la hipótesis es un enunciado o serie articulada de enunciados, que antecede a otros constituyendo su fundamento.


Por tanto, la hipótesis es la tentativa de explicación provisional mediante una suposición o conjetura verosímil, formulada teóricamente y destinada a guiar la investigación; pues debe ser abandonada (refutación), rectificada (corrección) o mantenida (verificación) después de ser sometida a la verificación empírica. Es uno de los elementos básicos del método científico y funciona como primer nivel de una teoría,  nivel que por la verificación empírica se transforma en ley o teoría, una vez comprobada.


 En este contexto, una hipótesis siempre mira hacia adelante, porque es una proposición que puede ser puesta a prueba para determinar su validez y algunas veces puede ser contraria al sentir común, o estar de acuerdo con él, o simplemente darse el caso de ser correcta o incorrecta. La hipótesis siempre es una pregunta formulada de tal manera que se puede prever una respuesta de alguna especie.” (R. Abarca en Proceso del Conocimiento, Gnoseología o Epistemología, 1991).


 En las ciencias naturales la hipótesis es una suposición que se hace con el fin de explicar los hechos observados. Así, la hipótesis posee un valor heurístico si conduce al descubrimiento de leyes y establecimiento de teorías. Pero cuando una hipótesis no proporciona explicación alguna exenta de contradicción, y por lo tanto, es indudablemente falsa, puede, sin embargo, seguir existiendo como hipótesis de trabajo, en caso de ser útil para encontrar la verdad.


 En consecuencia, mientras se trata únicamente de hipótesis, se da solamente un grado de mayor o menor probabilidad, no existe todavía la certeza, porque el mismo estado de cosas permite a veces ser interpretado de varias maneras.


Con la verificación, es decir, con la comprobación, directa o indirecta, la probabilidad existente puede aumentar y conducir, finalmente, a la certeza al excluir cualquier otra clase de explicación; entonces la hipótesis se convierte en una ley y luego en teoría; ejemplo, la hipótesis atómica se convirtió en teoría atómica después de múltiples comprobaciones independientes entre sí, de suerte que la existencia de átomos no es ya una suposición, sino un hecho explicado.


 “Las hipótesis constituyen un puente entre la teoría y la investigación empírica, y, por esta relación contribuyen al desarrollo de la ciencia. Por lo que, para su formulación correcta, las hipótesis deben:


a.    Ser expresadas en forma objetiva.

b.    Tener conceptos claros y precisos.

c.    Referirse a un campo específico de la realidad.

d.    Sustentarse en conocimientos comprobados.

e.    Relacionar por lo menos dos variables.

f.    Ser predictivas.


Las fuentes para la formulación de hipótesis son:


a.    La observación de los hechos.

b.    La información empírica.

c.    Las teorías científicas.


Las hipótesis que no se sustentan en datos empíricos, es decir, en hechos observables, dejan de ser hipótesis. Las hipótesis son planteadas, comprobadas y demostradas relacionando: a) la observación de los hechos, b) la experiencia del investigador y c) las teorías científicas y datos estadísticos con el propósito de establecer los hechos y la solución de los problemas.


 Son elementos exigentes de la hipótesis:


a.    La unidad de análisis, pues son los fenómenos u objetos de investigación individual o grupal.

b.    Las variables o propiedades de las unidades de análisis, dado que indican los aspectos esenciales del problema y  a través de las que se realizará la investigación.

c.    Los procesos lógicos a través de los cuales se visualiza lo que debe investigarse y la coherencia lógica de las variables”. (Ramón Abarca, Vocabulario del Nuevo Enfoque pedagógico, 2000)


La capacidad de abordar una hipótesis sirve para medir el grado de espíritu inventivo de una persona. En ciencia, se distingue entre hipótesis-ley, o hipótesis menor (que se define como la anticipación de la ley) y la hipótesis mayor o hipótesis-teoría. Esta última propone una explicación del conjunto del universo: de su nacimiento y de su formación (Pedro Simón marqués de Laplace, 1749-1827); de la naturaleza de la materia (atomismo, etc.). Lo que es "hipotético" se opone a lo que es "real", así como lo "probable" se opone a lo "cierto".


Toda hipótesis es una conjetura de la que parte el investigador y le sirve de guía en su trabajo: “Si p, entonces q” (“siempre que sucede tal cosa, sucede tal otra”). Si sucede q, entonces puede aceptarse como válida la hipótesis; no sucede q, entonces hay que desechar la hipótesis. Las hipótesis adquieren rango de ley científica después de haber sido verificadas experimentalmente.


B. MÉTODO


 “El término método proviene de dos voces griegas "????" (junto a) y "????" (camino); por tanto, el método es el camino seguido para construir y alcanzar un objetivo. El vocablo método tiene dos significados fundamentales: 1) toda investigación u orientación de la investigación; 2) una particular técnica de la investigación. El primer significado no se distingue del de "investigación" o "doctrina". El segundo significado es más restringido e indica un procedimiento de investigación ordenado, repetible y autocorregible, que garantiza la obtención de resultados válidos.


A este último significado se refieren las expresiones tales como "el método deductivo", el método inductivo", "el método silogístico", "el método de los residuos" y en general las que designan procedimientos de investigación o de control particulares. En el uso moderno y contemporáneo prevalece este último significado.


En este contexto, la  mayoría de los autores distinguen el “método” de los “métodos”. Los norteamericanos utilizan el término "procedimientos" en el sentido que nosotros empleamos la palabra "métodos" (en plural);  pero esta sustitución no añade claridad alguna. Por ejemplo C. Mc. Kinney distingue cinco procedimientos que integran la metodología de las ciencias: el procedimiento estadístico, experimental, tipológico, histórico y el estudio de los casos. Pero esta no es completa ni homogénea. ¿Cómo situar en el mismo plano la estadística, el método experimental y el método de los casos?.” (R. Abarca en El trabajo intelectual una metodología, 1997)


La ciencia reconoce como conocimientos científicos los que han sido logrados en forma metódica, pues constituyen la obra intelectual de percepción, descripción, interpretación, experimentación y aplicación.


Consecuentemente, el método científico necesariamente exige un objeto empírico o qué analizar. Por ello A. P. Kuprian afirma que “el  método científico es la cadena de pasos (o acciones) basadas en un aparato conceptual determinado  y en reglas que permiten avanzar en el proceso de conocimiento desde lo conocido hasta lo desconocido”. Al ser un proceso, exigentemente requiere de unos pasos a seguir:


a.    Percibir: es la recepción de los informes que nos presenta la realidad. Tal percepción se da mediante la observación y la experimentación exploratoria.

b.    Describir: constituye el segundo paso de la investigación, es decir, el de la codificación y cuantificación de los datos que deben ser medidos y clasificados, para luego ordenarlos y constituirse en datos de primera mano.

c.    Experimentar: el experimentar incluye el diseño y la realización de las experiencias mediante las cuales se sustentará o refutará las tentativas surgida en el paso anterior.

d.    Aplicar: este paso se da mediante la interpretación verificada a través de la experimentación en el campo específico.


C. LEY


En acepción propia, la ley es la regla dada a una comunidad con carácter obligatorio, es decir, imponiendo un deber moral a los miembros de la misma. Pero al referirnos a leyes, en sentido amplio, significamos las observaciones que debe tenerse en cuenta para alcanzar determinados fines particulares; así:


-las que denotan un deber no moral: las leyes lógicas, gramaticales, las de las obras artísticas;


-en sentido figurado: la ley designa el deber (naturalmente necesario) regulador del obrar que se sustrae a la libertad: leyes naturales, leyes sicológicas.


Galileo Galilei (1564-1642) afirma que Dios nos ha dado sentidos, razonamiento e intelecto: por medio de ellos podemos llegar a "conclusiones naturales", obtenibles "a través de las sensatas experiencias o de las demostraciones necesarias".


Carlos de Secondat barón de Montesquieu (1689-1755) dio una idea exacta del término "ley" al afirmar que son "las relaciones necesarias que nacen de la naturaleza de las cosas" (Espíritu de la Leyes). Emmanuel Kant (1727-1804) manifiesta que lo peculiar de toda ley es la universalidad de su forma. No hay excepciones para las leyes.


El descubrimiento de las leyes de la física procede menos de la naturaleza que del laboratorio, y los hechos observados se someten a unas experiencias cada vez más alejadas de la realidad. Por eso la ley ya no aparece como un decreto de la Providencia, sino como una propiedad de la naturaleza. Sin embargo, aún secularizada (de su origen teológico) conserva un carácter sagrado, en especial para los cientificistas. Pero la ley no es más que un medio, una regularidad estadística, como afirma J. Ullmo "una ley natural es la expresión matemática de validez permanente deducida de una relación repetible, comprobada en los fenómenos naturales. Así, queda claro que las leyes se extraen de los fenómenos y que es una expresión defectuosa decir que los hechos se someten a unas leyes, cuando debe decirse que los hechos suponen unas leyes" (La pensée scientifique moderne, 1958).


Usualmente se distingue dos tipos de ley: ley natural (científica), que inexorablemente se cumple, y, ley moral (ética), que debe cumplirse pero puede no ser así. Por ello las leyes naturales se expresan en un lenguaje indicativo y las leyes morales en un lenguaje prescriptivo o imperativo. La ley natural, que rige en el reino de las causas, es la expresión de las relaciones constantes observadas en los fenómenos de la naturaleza, las llamadas regularidades naturales.


Dentro de la misma noción de ley natural (ley científica), frecuentemente se ha distinguido varios tipos de leyes. Por ejemplo, se habla de ley causal y ley estadística. La primera es considerada como el tipo de ley que rige en un sistema determinista; en cambio, la segunda puede admitir un indeterminismo, aunque no es necesario que lo haga. Con todo, debemos advertir que si bien esta distinción puede ser útil a ciertos efectos, puede también inducir a confusiones, ya que la llamada "ley estadística" no tiene por qué dejar de ser causal.


En la ciencia, el problema de la ley ha sido muy debatido por la epistemología contemporánea; en particular, la tesis de que la ley (en la ciencia natural) se refiere siempre al carácter de necesidad de un grupo de hechos, a la comprobación empírica de una regularidad, comprobación efectuada generalmente por inducción mediante el "paso del fenómeno a la ley" en la medida que la hipótesis propuesta ha sido verificada y comprobada plenamente.


Richard Braithwaite (1900- ) sostiene que "el concepto fundamental de la ciencia es el de la ley científica y la finalidad fundamental de una ciencia es el establecimiento de leyes. Para comprender de qué modo obra una ciencia y de qué modo suministra explicaciones de los hechos que investiga, es necesario comprender la naturaleza de las leyes científicas y el modo de establecerlas" (Scientific Explanation, 1953). Según él, la ciencia está constituida por un sistema jerárquico de hipótesis unidas deductivamente, en el que las generalizaciones o hipótesis a nivel más bajo se explican o deducen de las que ocupan el nivel más alto, como "átomos", "electrones" y "procesos mentales inconscientes", son conceptos "teóricos", los cuales no describen las propiedades de las cosas directamente observables, sino que se unen a los hechos mediante complejas relaciones lógicas.


La cuestión de la validez de la ley científica y, su necesidad, es entendida diversamente según la doctrina sustentada acerca de la realidad física. En general, mientras unos sostienen que la ley sólo expresa relaciones entre fenómenos o que tiene un valor estadístico, otros señalan que la necesidad de la ley se origina en el hecho de que se refiere a esencias o, si se quiere, a los "objetos formales".


Sin embargo, la necesidad de la ley no implica la necesidad de un fenómeno contingente; la ley indica que tal fenómeno ha de producirse según determinada ley, pero no que el fenómeno en cuestión (tal determinado fenómeno singular) haya de producirse forzosamente.


Lo que hoy preocupa, es analizar el significado de "hipótesis" en relación con el significado de otros términos usados en el lenguaje científico. Se trata, pues, de la lógica del concepto "hipótesis". A este respecto debe distinguirse dos puntos importantes:


Primero: se ha reconocido que dado un determinado enunciado teórico éste no es en sí mismo una hipótesis sino en relación con la teoría dentro de la cual se halla. La teoría tiene diversos niveles conceptuales como por ejemplo enunciados sobre medidas, leyes, principios, etc. Un determinado enunciado puede ser una hipótesis en un momento, y, en otro, una ley.


Segundo: teniendo en cuenta lo anterior se ha tendido a distinguir cuidadosamente entre la hipótesis, por un lado, y por otro, el principio, la ley, el fundamento, la causa, el postulado, la teoría, la síntesis, etc.. Las razones más usuales, en favor de esta distinción, son las siguientes: mientras la hipótesis (del griego hypothesis = base, suposición, hipótesis) es una anticipación de hechos ulteriormente comprobables; el principio (del latín principium = principio, aquello de donde procede algo; el concepto de principio es más amplio que el de causa) es un fundamento axiomático; el fundamento es un principio real; la causa es un antecedente invariable; la síntesis es una generalización inductiva; y la teoría (del griego theoría = visión, contemplación, especulación) es una síntesis de leyes.


Mientras una explicación, efectivamente exenta de contradicción en sí misma y respecto a los hechos, no excluye otra, no pasa de hipótesis más o menos probable.


Sólo cuando se demuestra que la explicación dada es la única que responde a los hechos, logra la categoría de tesis. La teoría se confirma sobre todo conduciendo al descubrimiento de nuevos hechos. Es de notar que, a menudo, lo comprobable en la experiencia no son las proposiciones aisladas de una teoría, sino ésta en conjunto.


D. TEORÍA


El significado primario del vocablo "Theoria" es contemplación. De ahí que se pueda definir la teoría como una visión inteligible o una contemplación racional, es decir, conocimiento puro; se le emplea en oposición a práctica que denota cualquier clase de actividad fuera del conocimiento mismo, especialmente la actividad orientada hacia el exterior.


Isaac Newton (1642-1727) formuló cuatro reglas para investigar las ciencias de la naturaleza:


1)      aceptar causas que sean verosímiles y suficientes;


2)      atribuir efectos semejantes a las mismas causas;


3)      considerar las propiedades de todos los cuerpos;


4)      en física experimental tener por exactas las conclusiones obtenidas por inducción.


Cuando ulteriormente se mejora y desarrolla una teoría, las primeras formulaciones de la misma no son falsas sin más, sino que únicamente se manifiestan como insuficientes frente a un experimento más amplio. Las partes de una teoría que son co-afirmadas (inadvertidamente o por prejuicio filosófico), pero que no son necesarias para la deducción de lo realmente observado, no son confirmadas por una teoría considerada cierta y válida.





Los filósofos de la ciencia han introducido interpretaciones muy diversas acerca de la naturaleza de las teorías científicas:



-Para unos, la teoría es una descripción de la realidad (descripción de percepciones o descripción de los datos de los sentidos).


-Para otros, la teoría es una verdadera explicación de los hechos.


-Algunos, sólo la identifican con un simbolismo útil y cómodo.



Karl Popper (1902- ) afirma que la teoría t1 es suplantada por t2: 1) t2 hace aserciones más precisas; 2) t2 tiene en cuenta más hechos y explica más hechos; 3) t2 describe o explica los hechos con más precisión; 4) t2 superó los controles que t1 no lo consiguió; 5) t2 ha sugerido nuevos controles experimentales no considerados por t1 y los ha superado; 6) t2 ha unificado varios problemas que no podían ser puestos en relación entre sí.



En Aristóteles y en forma parecida en Kant, los vocablos "praxis" y "práctico" se reservan para la acción moral de la voluntad, empleando los términos ????? y "técnico" para designar la actividad dirigida a objetos exteriores. Afín a teoría es la meditación (atención concentrada y, por lo mismo, acrecentada del conocer y del pensar) y la especulación.



En la moderna doctrina de la ciencia, el vocablo "teoría" se contrapone tanto al escueto establecimiento de hechos como a la hipótesis. En la ciencia natural, al establecimiento de los hechos (mediante la experiencia y el experimento) sigue la descripción unitaria de aquellos, exenta de contradicciones y, donde sea posible, matemática, así como su explicación por leyes y causas necesarias. La biología surge como ciencia el año 1802, gracias al trabajo que aisladamente realizaron Jean B. Lamark (1741-1828) en Francia y Gottfried Treviranus (1776-1837) en Alemania.



En la ciencia actual, el vocablo "teoría" no equivale exactamente al de "contemplación", pues designa una construcción intelectual que aparece como resultado del trabajo filosófico o científico. Los filósofos de la ciencia han introducido interpretaciones muy diversas acerca de la naturaleza de las teorías científicas. Para unos, la teoría es una descripción de la realidad (descripción de percepciones o descripción de los datos de los sentidos). Para otros, la teoría es una verdadera explicación de los hechos; pues las leyes científicas y explicativas están organizadas en una jerarquía, según la cual hay:



-Leyes primarias que explican hechos observados,


-Leyes secundarias (o leyes de leyes) que explican conjuntos de leyes primarias,


-Leyes terciarias (o leyes de leyes) que explican conjuntos de leyes secundarias y así sucesivamente.


-Finalmente, otros sólo la identifican con un simbolismo útil o cómodo.



Muchos autores han manifestado que el análisis de la naturaleza de la teoría plantea problemas epistemológicos, pero que se los puede soslayar sin excesivo daño para el análisis que debe limitarse a describir la estructura de la teoría.



Una concepción reciente unifica diversos conceptos habitualmente separados y aún contrapuestos: "Una teoría científica es un sistema deductivo en el cual ciertas consecuencias observables se siguen de la conjunción entre hechos observables y la serie de las hipótesis fundamentales del sistema".



En este contexto, para el racionalista, el criterio de la verdad no depende de nuestros sentidos; es intelectual. Las construcciones lógicas y los esquemas conceptuales forman los procesos de un pensamiento ante todo intuitivo, es decir, que arranca parte de lo general para aplicarse a lo particular. En efecto, el racionalismo se opone principalmente a la "revelación", a una cierta metafísica, revistiéndose de unas formas complejas y a veces aproximadas a un idealismo racionalista.



Por contraste, el empirismo afirma que el origen del conocimiento se encuentra en la experiencia. Cree en el valor de la conservación, o sea, en la sensación. Lo concreto se encuentra así aprehendido por lo sensible. Es lo contrario de la concepción platónica.



Nosotros consideramos que nuestro conocimiento sólo puede darse con el aporte de la experiencia y de la inteligencia que posibilita la abstracción de los datos alcanzados por los sentidos. Pues la verdad de una teoría consiste en su validez y su validez depende de su capacidad para cumplir las funciones a las que está llamada.



La distinción radical entre las ciencias naturales y las educativas es que el proceso educativo no es un proceso natural, sino humano, lo que significa que sobre las leyes que rigen los fenómenos de la naturaleza hay que añadir las que rigen los fenómenos vegetativos y sensitivos, y sobre todo, las que rigen los fenómenos específicamente humanos, porque a este tipo de fenómenos pertenece la educación. No puede ser una ciencia natural aquella que estudia un fenómeno humano.



D.B. Gowin enuncia los requisitos a los que se ajustaría la teoría educacional:



1)      el proceso educativo exige que el adulto (el educador) haga algo por, con y para otra persona;


2)      el adulto educador tiene una responsabilidad moral en el proceso educativo;


3)      la teoría educacional ha de considerar el acto educativo;


4)      para justificar este acto educativo, la teoría educacional ha de establecer la relación humana entre personas;


5) la teoría educativa ha de tener presente que el término del acto educativo es una persona en evolución y no una cosa con posibilidad de manipulación.  (Can educational theory guide practice, 1969)



*Según G. Stanley Hall (1844-1924) y G. Lindzey “una teoría no es más que una hipótesis puramente ideal o una especulación sobre una realidad no reconocida todavía con certeza como tal. En el momento que se confirma la teoría, ésta es un hecho ..., no se puede estar seguro de que las teorías sean verdaderas ... Una teoría no es nunca verdadera o falsa, aunque puedan resultar tales sus consecuencias”.



Y continúa, “una teoría es solamente útil e inútil y dichas cualidades se definen sobre todo en términos de eficacia en expresar previsiones y juicios sobre hechos que le atañen que se pueden verificar a continuación”.



En el momento en que la pedagogía se hace sierva de una teoría psicológica, no es el aspecto cognoscitivo cuanto el práctico-operativo el que predomina, si es cierto que una teoría es útil o no, es más o menos útil.



Es evidente que esto lleva pedagógicamente a proponer la pregunta ineliminable: ¿en relación a qué aspecto de la educación se puede hablar de utilidad?. Más aún, ¿es suficiente justificar la referencia a una teoría psicológica más bien que a otra sólo en relación con la utilidad que de ésta puede sacar la acción educativa?



Las teorías que se construyen para resolver nuestros problemas tienden a aumentar dentro de sistemas unificados. Nosotros  no somos estudiosos de ciertas materias, sino, de problemas. Y los problemas pueden pasar a través de los límites de cualquier materia o disciplina, sostenía Popper.



Pues, lo que importa son los problemas, y éstos se resuelven, como manifestaba Jorge Pasquali, con todos los medios teóricos y técnicos que están a disposición de una época determinada. Esto es cierto; pero también es cierto que existen las disciplinas, entendidas precisamente como racimos de teorías y técnicas de prueba orientadas a la solución de familias de problemas. De ahí la importancia de la interdisciplinariedad.


Por todo ello, Jean-Paul Richter (1763-1825) concluye: “una educación está bien llevada si puede demostrar la fuerza útil no sobre un niño aislado, sino sobre un cierto número de niños que trenzan juntos las raíces ... Que este ejemplo dé ánimo a todos los padres de hoy día ante un porvenir en cualquier caso hostil hacia el que éstos han de enviar a los propios hijos”. Pues la educación es un proceso típicamente humano, porque presupone capacidades exclusivas del hombre, tales como la inteligencia por la cual aprende y planea su perfeccionamiento, la libertad para autorrealizarse, el poder de relacionarse y comunicarse, la posibilidad de socializarse...


No podemos olvidar que educarse es autorrealizarse con la ayuda del adulto y, si el proceso educativo es comunicación, jamás podrá ser totalmente heterónomo ni totalmente autónomo. La madurez de la sociedad, de la política y del contexto general en que se produce la educación pondrá el acento unas veces en un extremo y otras en el diálogo educador-educando.

Por todo ello, nos inclinamos más por las propuestas pedagógicas o planteamientos educativos antes que por la noción de teoría educativa.








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