LOS ILLUMINATI EN ARGENTINA
Escribe Gustavo Fernández
“Estos mismos países están ahora en pleno vigor de la juventud y comienzan a ocupar su verdadero puesto en el mundo; los juguetes de la infancia y las pedanterías de la adolescencia han sido ya dejados de lado para siempre, y sus pueblos, una sola raza, aunque separados por fronteras políticas, adquirirán, inevitablemente, conciencia de unidad. La grandeza que les espera está sólo un poco más allá del horizonte, si no se encuentra ya ante nuestra vista”.
Sir Percy H. Fawcett
Seguramente no es casual que sea precisamente un buscador de civilizaciones perdidas quien escribió estas palabras que sirven admirablemente a los fines de este artículo, toda vez que cuando las naciones puedan sacudirse el yugo de los Poderes en las Sombras se les revelará su inexorable destino de grandeza.
Argentina es, en ese sentido, un caso paradigmático, y fue precisamente reflexionando sobre el sino absurdo que parece regir nuestra Historia que comencé a vislumbrar la sospecha creciente de la presencia Illuminati en la “línea de vida” de nuestro país. Evitaré en este trabajo, entonces, caer en los lugares comunes, no por comunes necesariamente erróneos sino para ahorrar a mis pacientes lectores re-correr caminos ya transitados.
Evitaré, entonces, cansinas introducciones al problema Illuminati. A quien interese, recomiendo la lectura de mi análisis “El Poder Secreto detrás de la Historia ”, no sólo publicado en nuestra revista digital sino repetido en numerosos sitios de la Internet. Asimismo , evitaré también entusiasmarme con el costado esotérico mostrado en ocasiones por los gobernantes argentinos, toda vez que ello ya ha sido explicitado en “Esoterismo y poder político en Argentina”.
No es redundante, sin embargo, recordar porqué aquí esta necesaria, aparentemente, conexión entre lo “esotérico” y lo “Illuminati”. Supe en alguna ocasiòn formularlo así: ese Poder en las Sombras no responde a nacionalidades, credos o ideologías. Los une, sin embargo, lazos sanguíneos y alianzas matrimoniales, lo que conforma más que una “oligarquía” una “monarquía” que se transmite por encima de las fronteras a través de los siglos. Pero al mismo tiempo, quienes no se encuentren emparentados pertenecen a ese grupo a través de su afiliación a ciertas sociedades secretas, que ya no son las que han trascendido (como “Skull & Bones”) porque, precisamente, son secretas. Y en su seno, se comparten prácticas esotéricas. Una sociedad secreta y esotérica es, por definición, probacionista e iniciática. Y a los amos del mundo se les puede achacar cualquier cosa, menos ser crédulos ingenuos que pierdan sus tiempos, sus recursos y se expongan a tonterías. Por consiguiente, si acuden a prácticas espiritualistas, es porque saben que dan resultado.
O, para decirlo de otra forma, los Illuminati (es obvio que sigo empleando ese término porque será de común comprensión a qué me refiero, aunque sin duda hace rato que lo han abandonado) se han encaramado y sostenido en el poder con el empleo de todos los recursos de manipulación, coerción, corrupción y negociación lícitos e ilícitos a su alcance, y también gracias a técnicas de tipo espiritualista y esotérico. Ya en otra oportunidad he explicado una de ellas, los llamados “Ciclos de Vida” que les permite aprovechar los mejores momentos vibratorios para realizar sus acciones sobre el entorno.
Pero en alguna ocasiòn, también, he señalado la vinculaciòn de los Illuminati a entidades no humanas. Esto me ha quitado alguna seriedad, claro. Existen muchos interesados en el tema Illuminati en el planeta que hacen un gesto de disgusto cuando, en vez de reducir la cuestiòn a un debate histórico – filosófico – político – socioeconómico, comenzamos a darle matices extraterrerstres. Y allí aparece David Icke afirmando sin miramientos que los reptilianos están en los más altos puestos de poder, sí, en Inglaterra mismo, bajo la máscara humana de la Reina , el Primer Ministro, o en USA, detrás del rostro texano de los Bush. Pareciendo olvidar que Icke comenzó sugestivamente a proponer esta especie unos años después del estreno televisivo mundial “V, Invasiòn Extraterrestre”, muchos entusiastas adscriben a esa teoría, sin otro fundamento que las complicadas elucubraciones de su autor. Pero por carácter transitivo, la ridiculización mediática de la tesis de Icke conllevó también que toda posible vinculaciòn no humana de los popes del poder sea visto con igual escarnio. Cuando escribí “¿Hollywood aliado de los Illuminati?”, pensaba en esto.
Recuerdo la desilusión de un conocido periodista mexicano cuando, entusiasmándose por mis observaciones y acotaciones sobre el accionar Illuminati, me preguntaba porqué tenía que vincularlos con extraterrestres.
Aclaro, como aclaré en ese entonces, que el hilo de mis reflexiones me ha llevado, inevitable y necesariamente, a vincularlos, no sé si forzosamente con “extraterrestres”, pero cuando menos con “no humanos”. Y la deducciòn es muy sencilla: probado como está que los Illuminati pertenecen a sociedades esotéricas, toda sociedad esotérica, probacionista e iniciática existe en tanto y en cuanto compartan sus miembros un conocimiento común y arcano, cuyo sustrato es espiritualista. Si es espiritualista, exige aceptar y trabajar sobre el aspecto no material, no físico, de la Realidad. Un aspecto donde per se se acepta la presencia de entidades no físicas. Dado que los Illuminati no acuden a esos arcanos con el propósito de un crecimiento personal y desinteresado sino funcional a sus intereses, acudirán por igual a todo recurso que les sea útil a sus fines, como, en este caso, el trabajo con, la relaciòn con, la intercesión de, entidades espirituales que puedan propender a sus fines.
Pero esas entidades que con tal desapego se subordinan a los intereses egoístas y concentradores de poder de un grupo dado, no serán, por definición, las que podríamos denominar de “mayor nivel evolutivo”. Y, por ende, nada harán a cambio de nada. Ahora bien, ¿qué es lo que los Illuminati, con todo su poder, su dinero, podrán darles que les sea útil?. Déjenme decirlo así: aquello que alimentaría a tales entidades: dolor, sufrimiento, miedo, angustia. No de sí mismos, obvio. Ni por elecciòn y además, sería una veta exigüa numéricamente. No. Pero allí hay una masa humana que a través de los siglos, habiendo tenido ya en numerosos tramos de su Historia –como éste- recursos, ideas, individuos como para generar felicidad, comodidad, salud, armonía, sólo concentra tales prebendas en unos pocos, reservando para las más dolor, sufrimiento, pobreza, dependencia, angustia…. Tengo la fuerte sensación que esta humanidad es apacentada y ordeñada periódicamentre para algún amo cósmico por unos peones, unos tamberos subordinados que a cambio viven allí, en la pequeña y cálida cabaña con electricidad y TV a la entrada de la estancia donde, claro, las vacas no viven….
En plan de especular, permítanme señalar un detalle. Siempre me he preguntado qué lleva a algunas personas a acumular más y más poder, más y más riquezas, hasta límites que trascienden las fantasías más despilfarradoras de sus próximas generaciones. Además, yo puedo desear tener poder y dinero sin límites para mí, para mis hijos y hasta para mis nietos, pero convengamos que nadie siente afecto y preocupación por los tataranietos o los choznos. Y sin embargo, el accionar de estos grupos trasciende las generaciones, planifican y trabajan duramente en funciòn de los próximos cincuenta, cien, trescientos años. Hoy se cumplen directivas ya pautadas a fines del siglo XIX, por ejemplo. Y si un humano trabaja en funciòn de programáticas que trascienden los siglos, es porque obedece a órdenes que trascienden los siglos, de entidades que trascienden los siglos.
La otra opciòn es que exista algún tipo de “enfermedad espiritual” que, como obsesiòn compulsiva o vicio maníaco, lleve a acumular más y más. Y por qué no, suponer que algunos individuos pueden contraer ese “virus espiritual” por contagio. Sería interesante, alguna vez, redactar un “vademécum” de enfermedades espirituales.
En todo esto pensaba cuando enfocaba mi atención a la posible presencia Illuminati en tierras argentinas. Una búsqueda que comenzó con un interrogante que expondré a continuación antes de ahondar en nombres y apellidos. Lo que supe preguntarme fue: ¿hay una programática, un “memo” inasible detrás del sino trágico de este país, donde tras situaciones sociales, económicas y políticas casi desastrosas resurgimos con ímpetu para inexorablemente volver a caer en un puñado de años, o es sólo ineptitud?.
Me disculparán si parto de una petición de principios: al poder se encarama uno con una cohorte de defectos: corrupción, traiciòn, oportunismo, demagogia, violencia, y con una cualidad: inteligencia. Pero quedan excluídas dos debilidades: idiotez e ineptitud. Nadie llega al pináculo del poder a fuerza de ser inútil. Sí, de negociar todo en el camino, de “transar”, de comprar y vender.
De resultas de lo cual, ¿nuestros presidentes son incapaces de sostener en el tiempo los esporádicos progresos y avances por incapaces o, por el contrario, porque desde algún lugar se imparte una indicaciòn expresa que este país, Argentina, no debe levantar demasiado vuelo?. Por si no se dieron cuenta; en retrospectiva, cada exactamente 6/7 años se produce alguna debacle: Si tomamos, por ejemplo, como punto de partida el desastre financiero y social de 2001, sumando siete tenemos 2008, en que alcanzamos un pico de PBI y exportaciones. Pero al año siguiente, crisis del gobierno con el campo, sequías nunca vistas….. Pero vayamos hacia atrás: 1995, la mini-hiperinflaciòn del segundo gobierno menemista. Antes, 1989, hiperinflación de Alfonsín. Más atrás, 1982, guerra de Malvinas. Antes, 1976, dictadura militar. 1969, Cordobazo y crisis sociales. 1963. Golpe de estado, “azules y colorados”. 1955, revoluciòn antiperonista….. Esa aproximación cíclica a “ondas” de 6/7 años me hace recordar a los ciclos de casi 4 años para señalar el surgimiento de “amenazas de pandemia”, y que tratara en mi trabajo sobre la Gripe AH 1N1 “Mutatis mutandis… o todo lo políticamente incorrecto de comentar” que, sobrentiendo, es también parte de la actividad y cronograma Illuminati.
Ahora bien, esta ciclicidad es sólo explicable por la ineptitud de nuestros gobernantes?. Insisto: nadie llega ahí por estúpido e incapaz. De modo que si la educación se deteriora de generaciòn en generaciòn y nadie hace nada por recuperarla, si la salud, la seguridad pública, la fortaleza de las instituciones democráticas, van por el mismo camino es porque eso es lo que se busca.
Es inevitable percibir que, si suponemos que ciertas crisis y hecatombes se deban a una confluencia de factores (codicia desmedida interna, intereses expoliativos, externos, etc.) la curva ascendente de una buena administración deba ser sistemáticamente “torpedeada” y más aún con esa periodicidad. Creo, firmemente, que la Argentina , al igual que muchos otros países, quizás que todos los países, tiene un destino de grandeza que debe ser boicoteado y para ello, se acuden a varias tácticas.
Una interesante de observar históricamente, es el solapado genocidio que en nuestro país se realizò sobre los pueblos originarios. En toda América ha ocurrido hasta cierto punto pero, cuando menos, grupos étnicos numerosos lograron sobrevivir, si bien sometidos y explotados, hasta conjugarse con su sociedad actual. Pero en Argentina, y con la excepciòn de minúsculos grupos perdidos en la cordillera, o los bosques, montes y selvas del norte del país, donde unos pocos wichis, tobas, matacos lograron sobrevivir, en un país de amplias planicies y fértiles llanuras el autóctono fue exterminado tanto él como su cultura. A diferencia de otras naciones, en Argentina no se experimenta como convencionalismo social prurito alguno por ser considerado “indio”, simplemente porque los “indios” no existen. La llamada Conquista del Desierto, iniciada con algunas batallas y muchas negociaciones por Rosas en 1845 y finalizada a puro Remington y cañones por el general Julio Argentino Roca en la década de 1870, dio cuenta de ellos. Con la excusa de “extender la civilización y pacificar las pampas”, enormes latifundios pasaron a manos de unos pocos terratenientes y se nos ha contado desde entonces que el Estado argentino llevó progreso, paz y civilización allí donde imperaba la barbarie.
Claro que, como siempre, se olvidan algunos hechos fundamentales. Más allá del obvio pero nunca bien recordado que todo este continente americano era por definición territorio de esos pueblos hasta la llegada de los conquistadores, ya en 1810 lo que se llamaría con el tiempo República Argentina tenía un límite sur bien definido, una clara línea que desde Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires, trazaba un amplio arco que pasaba por las localidades de Azul, Tandil, 9 de Julio, cruzaba el norte de la provincia de la Pampa , y desde Córdoba se dirigía a la ciudad de Mendoza. De allí hacia el sur, no sólo era territorio indígena: era una naciòn indígena que negociaba hasta entonces en paridad diplomática con las autoridades de Buenos Aires. Ese territorio, conocido con diversos nombres pero fuertemente unificado por el cacique Calfucurá, con su Imperio de Salinas Grandes y su capital en Chiloé resultaba, según las normas políticas de la época, un país sin ingerencia porteña en él. De modo que, en puridad, la Conquista del Desierto no fue una avanzada de “pacificación” y civilización: fue la invasión de un país limítrofe, violando expresos tratados bilaterales de amistad, cooperación y entendimiento que se habían firmado durante la primera mitad del siglo XIX.
Y esos pueblos no fueron sometidos al vasallaje, a la esclavitud, a la aculturalizaciòn como ha ocurrido en otras naciones latinoamericanas. No. Fueron sistemáticamente exterminados, y de ese genocidio (eran públicos los avisos en las poblaciones prometiendo “diez patacones” –moneda de la época- por cada “par de orejas de indio” que se presentare a las autoridades) aún restan encontrar grandes fosas comunes perdidas en el desierto patagónico y pampeano.
¿Y qué relación tiene esto con los Illuminati?. Recuerden una observación que hice párrafos atrás: la agenda Illuminati se pone en evidencia en programáticas arrastradas a través de los siglos, cuando desde una época se hacen simbólicas y claras señales a generaciones venideras que, por compartir por ejemplo aquellas sociedades esotéricas de las que escribí, entenderán el mensaje. Y Roca, su papel en nuestra historia, es una señal. No sólo por haber llegado a Presidente de la República. Sino por signos y símbolos ocultos en el metalenguaje de las sociedades. Roca es el único personaje –me resisto a llamarlo “prócer”- cuya estatua, en la ciudad de Buenos Aires, mira hacia la Casa Rosada , asiento del gobierno nacional. En un mapa de catastro con las cotas de altura de la ciudad, se observa que su estatua está en el punto más alto de la urbe. Y su rostro ilustra el reverso del billete de cien pesos, el billete de papel moneda de más alta denominación en circulación. No San Martín (hablando de próceres en serio), Belgrano o siquiera Sarmiento, no. Roca, asesino de decenas de miles de indígenas, comparte esa peculiaridad en su bronce y en el papel moneda. Y no acepto que todo esto sea una “casualidad”.
Billete de cien pesos argentinos con la efigie de Roca
Sin duda, el lector podrá preguntar cuál es a mi parecer la relaciòn “illuminati” que existe entre indígenas y nuestra historia. Soy un convencido, por estudios que he reseñado en otras partes, que la raíz del conocimiento ancestral indigenista –y ni hablar de su presencia física- será determinante en años muy cercanos para motorizar cambios po9líticos y sociales contundentes en toda América. Miren a Bolivia, por ejemplo. Y esa concepción social y política, fuertemente ecológica, territorial, indigenista, ancestral, no es cara a los intereses de Estados Unidos, Inglaterra, toda Europa. Y no es para menos. Cuando escucho a algunos voceros del colonialismo comentar que existe un “sincero arrepentimiento” por los “errores” cometidos en el pasado, se me ocurre con una semi sonrisa que una buena manera de demostrar ese arrepentimiento estaría en que reintegraran, a una tasa sumamente baja, digamos, un 5 % anual, la totalidad del oro y plata que se llevaron hace cinco siglos…. Supongo que tienen las cifras: 180.000 kg de oro y cien toneladas de plata. Apunten un 5 % anual cumulativo durante 500 años y pásenme las cifras…. Actualmente estoy profundizando el análisis –y puesta en práctica- de los sistemas de organización cooperativistas de “ayllus” y “kalpullis”, y por cierto surge su enorme apego a la justicia y equilibrio en oposición al liberalismo de mercado o los sistemas autoritarias de corte comunista. Pero claro, si resurge el indigenismo más que como un “folklore”, y se reeditan sus estrategias, las multinacionales, las corporaciones, mascaradas de los Illuminati, verán seriamente afectados sus intereses. Así que no sólo hay que ridiculizar al conocimiento ancestral indígena, condicionando a las generaciones a verlo como “primitivo”, “supersticioso”, sino, si es posible, exterminarlo. Y en este proceso, aliada a los Illuminati estuvo ella, la Iglesia Católica. En este caso particular, ¡qué mejor escarnio que convertir primero y elevar a los altares después a Ceferino Namuncurá, nieto del bravo e indomable Calfucurá!.
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