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martes, 25 de mayo de 2010

Reacciones emocionales en el paciente oncológico

LA CÓLERA: Una reacción emocional más en pacientes con cáncer.

Fuente: Mg. Luana Vásquez Samalvides

Cuando nos vinculamos con la problemática del cáncer, entramos en un terreno donde se combinan amenazas a la integridad corporal, a las incapacidades, tratamientos impactantes, hospitalización, miedos, dolor, entrelazados inevitablemente con el tema de la muerte.

La persona que padece cáncer durante el periodo comprendido entre la comunicación del diagnóstico y las sesiones de tratamiento puede experimentar diferentes reacciones emocionales, no sólo frente a una enfermedad que amenaza su vida; sino también frente al tratamiento prolongado y al ambiente médico desconocido.  Además, tendrá que ir aceptando el diagnóstico de cáncer en su máxima amplitud; es decir, no sólo las características médicas sino también a todo el conjunto de demandas creadas por la propia enfermedad, así como las diversas y cambiantes situaciones emocionales que la acompañan.

Las reacciones emocionales que pueden vivenciar los pacientes con cáncer pueden incluir: conmoción, tristeza, depresión, ansiedad, culpa, incredulidad, incertidumbre, confusión; así como sentirse desvalidos, fatigados frente al tratamiento, entre otras. Estas emociones se van agravando aún más si se añaden características socioculturales como ser padres o madres de familia, tener hijos pequeños, no tener un trabajo estable, por mencionar algunas. Cada una de estas emociones son importantes para entender el proceso por el que está atravesando el paciente y poder complementar la evaluación para que pueda recibir un tratamiento integral.

Una de las áreas que hay veces, se deja de lado en el momento de la evaluación es la cólera; sin embargo, nosotros consideramos que no debe pasar desapercibida.
Muchas personas acuden a psicoterapia, al menos en parte, debido a la cólera que hay en sus vidas.  La cólera perturba sus relaciones interpersonales y familiares, tiene un impacto sobre su desempeño en el trabajo o en los estudios, les lleva a decir cosas de las que se sienten culpables o avergonzados, disminuye su autoestima o les hace sentirse sin control emocional.  Si la emoción principal fuera la ansiedad o la depresión podrían servir las categorías diagnósticas de trastornos establecidos.  Sin embargo, si la emoción fundamental es la cólera, no existe un diagnóstico similar.

El DSM–IV define varios trastornos de adaptación por la influencia del estado de ánimo, por ejemplo, trastorno de adaptación con estado de ánimo ansioso, con estado de ánimo deprimido o con características emocionales mezcladas. No obstante, si el individuo se encuentra básicamente enfadado, sin problemas de conducta, no se considera un trastorno de adaptación con estado de ánimo enojado.  Muchos individuos que están pasando por la situación de tener cáncer o cualquier otra  enfermedad o alteración emocional, a menudo se encuentran intensamente enojados e irritables, lo que nos hace deducir que la cólera pasa por alto a la hora del diagnóstico (Deffenbacher y Lynch, 1998).

En la última década y media se han realizado un gran número de investigaciones acerca de la expresión de la cólera y la hostilidad como reacciones emocionales dentro de los efectos sobre la salud, y se ha considerado la necesidad de distinguir entre dichos sentimientos y las diferencias individuales en términos de propensidad a la cólera como rasgo de personalidad.  Por otro lado, se ha podido demostrar que la expresión de la cólera debe ser distinguida de manera conceptual y metodológica de la experiencia de la misma. También se ha observado que la tendencia a expresar la cólera o de otra manera, contener la cólera, es decir su supresión, son rasgos psicológicos independientes no correlacionados (Spielberger y Moscoso, 1995).

Mientras mucho se ha escrito acerca del impacto negativo de la cólera y la hostilidad sobre la salud y el bienestar psicológico de las personas, las definiciones de estos términos son bastante ambiguos y muchas veces contradictorios. Debido sustancialmente a que los términos de la cólera, hostilidad y la agresión son usados de manera frecuente en forma intercambiable, así como también la variedad de procedimientos operacionales utilizados para medir estos conceptos (Spielberger y Moscoso, 1995 et. al.).

El concepto de cólera se refiere a un estado emocional el cual consiste en sentimientos que varían de intensidad, desde una ligera irritación o molestia hasta furia intensa y rabia.  A pesar de que la hostilidad usualmente incluye sentimientos de cólera, este concepto lleva la connotación de un conjunto de actitudes complejas las cuales motivan conductas agresivas dirigidas hacia la destrucción de objetos o de daño físico hacia otras personas.  Mientras que la cólera y hostilidad se refieren a sentimientos y actitudes, el concepto de agresión, por lo general, implica una conducta punitiva o destructiva hacia otras personas y objetos (Moscoso, 1997).

La cólera es una reacción emocional primaria, producto de la evaluación cognitiva de amenaza. El estado de cólera consiste en sentimientos que pueden variar desde una ligera irritación o fastidio hasta una rabia intensa y furia, con una excitación del sistema nervioso autónomo equivalente a la intensidad de estos sentimientos de cólera. También se asume que la cólera varía en un periodo de tiempo como función de la percepción del afrontamiento, injusticia y/o frustración. Es natural que todos sintamos cólera de vez en cuando; sin embargo, existen diferencias significativas en cuanto a la frecuencia e intensidad al sentir esta emoción (Spielberger y Moscoso, 1995).

CONCLUSIÓN:
Es importante hacer una evaluación psicológica integral a los pacientes que presentan cáncer, ahondando sí, en aspectos como depresión, ansiedad y somatización, elementos que casi siempre se encuentran en estos pacientes; sin olvidar aspectos como la cólera-hostilidad que van a conformar una arista más de la totalidad del proceso evaluativo, al tomarlos en cuenta nos permitirán realizar un programa terapéutico evitando cualquier otro cuadro de morbilidad.

 
BIBLIOGRAFÍA
- Deffenbacher, J.L. y Lynch, R.S. (1998) Intervención Cognitivo-Conductual para el control de la cólera. En: Manual para el Tratamiento Cognitivo-Conductual de los Trastornos Psicológicos. Madrid. Siglo Veintiuno de España.
- Kaplan, H., Sadock, B y Grebb, J. (1996). Trastornos del Estado de Animo. En: Sinopsis de Psiquiatría. Ciencias de la Conducta. Psiquiatría Clínica. Madrid. Médica Panamericana.
- Moscoso, M.S. (1997). Estrés, Salud y Emociones: Estudio de la Ansiedad, Cólera y Hostilidad. Revista de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Vol. II, Nº 2, Julio.
- Sandín, B. (1995b). Trastornos Emocionales. En: A. Belloch, B. Sandín y F. Ramos (Eds.) Manual de Psicopatología. Madrid: Mc Graw-Hill.
- Silberfarb, P.M. y Greer, S. (1996). Psychological concomitants of cancer: Clinical aspects. Psychother 36.
- Spielberger, C.D. y Moscoso, M.S. (1995). La expresión de la cólera y hostilidad y sus consecuencias en el sistema caridiovascular. Revista de Psicología Contemporánea 2 (Inpress).
- Spielberger, C.D. y Moscoso, M.S. (1996). Reacciones Emocionales del Estrés: Ansiedad y Cólera. Avances en Psicología Clínica Latinoamericana. Vol 14.
- Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana. (1995). Cuarta Edición. Barcelona Masson

5 comentarios:

  1. muy buen comentario genral. Solo que falta abordar el tema de que enfermedad estamos hablando.
    saludos

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  2. Hola, el artículo está orientado hacia el cáncer en general.

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  3. el colera es una enfermedad que enloquece a la gente,pero como se puede combatir..efectivamente.

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  4. Aquí hablamos de una reacción emocional, entrar en cólera, irá compulsiva, enojo desenfrenado que en los enfermos terminales aparece como consecuencia obvia de su rechazo al estado de padecimento, que también se ha presentado, en mi experiencia, en pacientes amputados de algún miembro...por ejemplo.

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  5. Muy buen artículo!!!.
    Orientador indispensable para el equipo de salud que muchas veces confunde el estado emocional del paciente, con rasgos de personalidad,que en general les provoca rechazo.(Comentan entre ellos el "carácter difícil" que tiene ese "paciente hostil" y los tratan desde ese lugar, lo cual por supuesto; provoca más reactividad en el paciente, generándos un círculo vicioso de difícil resolución)

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