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domingo, 20 de junio de 2010

Donde se aplica el condicionamiento clásico

APLICACIONES DEL CONDICIONAMIENTO CLÁSICO.

El escritor Malaparte cuenta en su libro Kaputt que él mismo pudo ver en la llanura de Kiev, durante la segunda guerra mundial, cómo perros que habían sido condicionados a buscar comida debajo de los tanques acometieron a los tanques alemanes comandados por el general Schobert, los que tuvieron que retirarse ya que los perros llevaban a su espalda cargas explosivas y una varilla que sobresalía sobre el perro y que hacía saltar los tanques cuando entraba en contacto con el metal.

Por supuesto no sólo de este tipo son las múltiples aplicaciones que ha tenido el condicionamiento clásico. Tal vez una de las más importantes ha sido la extensión de los principios pavlovianos al proceso del parto, con el objetivo de hacerlo menos doloroso y traumático. También el tratamiento de fobias neuróticas u otros tipos de temores que reflejan inadaptación, es un ejemplo de aplicaciones exitosas del condicionamiento clásico.

Aplicación de los principios del condicionamiento clásico al proceso del parto
Un poco más adelante examinaremos los avances que ha tenido el estudio del condicionamiento después de la muerte de Pavlov en 1936. Por ahora, sólo adelantaremos que el aspecto de la teoría pavloviana que ha tenido mayor desarrollo es el estudio de la forma en que funciona el segundo sistema de señales (pensamientos y palabras).
 
Además de condicionar a una persona usando palabras como estímulos condicionados (como, por ejemplo, cuando se dice “¡vuelta a la izquierda!”) también puede condicionarse el significado de las palabras. A este tipo de condicionamiento se le llama condicionamiento semántico.
 
También ha podido comprobarse que es posible condicionar el funcionamiento de los órganos internos e incluso del sistema circulatorio, utilizando estímulos condicionados externos, ya sean palabras o estímulos físicos convencionales. Este tipo de condicionamiento en el que un estímulo externo provoca un reflejo interno, se llama condicionamiento extero-interoceptivo. Es sabido que un shock produce un alza de la presión sanguínea (el shock es un EI, que produce la RI de elevación de la presión). Ahora bien, si decimos la palabra "shock" (que es, en principio, un estímulo neutro) en voz alta cada vez que producimos un shock al individuo, después de un cierto número de apareamientos, bastará decir “shock” para que se eleve la presión sanguínea del sujeto de nuestro experimento.
 
Swenson cita un experimento realizado por Chertok en el cual un tubo que tenía agua calentada a 63º C (temperatura dolorosa) que era aplicado a la piel, con lo que se producía vasoconstricción. Aquí el estímulo incondicionado (EI) es el agua caliente que produce un reflejo incondicionado (RI) que es la vasoconstricción. Luego, antes de aplicar el tubo con agua, se hacía sonar una campana, la que provocaba, luego de varios apareamientos, el reflejo condicionado (RC) de vasoconstricción y la experiencia de dolor. Posteriormente en el mismo experimento, al decir las palabras “hago sonar”, se producía el dolor y la vasoconstricción.
 
Es decir que, siguiendo los principios expuestos por Pavlov al estudiar el funcionamiento del segundo sistema de señales, las palabras pueden provocar estados internos de dolor. Los continuadores de la teoría pavloviana examinaron la interacción entre la corteza cerebral y los receptores y músculos ubicados en el útero y llegaron a demostrar la existencia de reflejos condicionados en el útero.
 
A partir de esta concepción, según la cual era el segundo sistema de señales (palabras y pensamientos) el responsable del dolor en el parto, que correspondería sólo a los temores condicionados de la madre, se desarrolló en la Unión Soviética un amplio movimiento destinado a elaborar y aplicar métodos hipno-sugestivos para obtener analgesia en el parto. Ello, partiendo de la concepción de Pavlov en el sentido de que la hipnosis era resultado de una inhibición cortical.
 
Sin embargo, algunos científicos rusos no compartían esta teoría y postularon que los dolores del parto eran “dolores mixtos” en los que había tanto componentes semánticos (de los que era responsable el segundo sistema de señales), como componentes viscerales de dolor, es decir, reflejos incondicionados originados en los receptores ubicados en el útero.
 
Como muchas veces ocurre (para bien de la ciencia), la controversia llevó a las autoridades científicas soviéticas a organizar en Leningrado el año 1951 una Conferencia sobre Analgesia en Obstetricia. En dicha conferencia fue aceptado el método de Velvovski de prevención de los dolores del parto mediante métodos psicológicos. Este método se denomina “psicoprofilaxis” y fue aprobado oficialmente por el Estado soviético. 
 
El método estaba encaminado a evitar que los estímulos verbales o de pensamiento provocaran reacciones de dolor. Se suponía que las sugerencias verbales que inculcaban a la embarazada la creencia de que el parto no es necesariamente doloroso, determinaban directamente una disminución del dolor.
 
El método psicoprofiláctico clásico aplicado en la Unión Soviética conseguía resultados tan exitosos como por ejemplo la disminución de los partos con fórceps del 127% al 8,6% y el número de niños nacidos muertos del 2,1% al 0,6% (Chertok, citado por Swenson, 1991). Grantly Read, médico inglés, y el francés Fernand Lamaze, idearon sendos métodos de disminución del dolor en el parto, que pueden ser entendidos como modificaciones del método psicoprofiláctico soviético.
 
En la actualidad, al menos en Chile, y de acuerdo a la información suministrada al autor por una profesional matrona, el método psicoprofiláctico prácticamente no se utiliza. Ello se debería al alto grado de efectividad alcanzado por los medicamentos anestésicos. Cabe preguntarse qué otros factores de presión pueden influir para que un método probado y basado en la palabra, sea lamentablemente descartado en beneficio del uso de medicamentos.

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