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domingo, 20 de junio de 2010

Qué se aprende y cómo se lo aprende

CUESTIONES CLAVE PARA LA PSICOLOGÍA DEL APRENDIZAJE

Las interrogantes acerca de lo que se aprende y cómo se lo aprende, se remontan a los primeros filósofos griegos. Aristóteles, por ejemplo, postulaba que el aprendizaje se produce por asociaciones estrechas entre los elementos a ser aprendidos; es decir, un aprendizaje por contigüidad o por proximidad entre los elementos. Sostuvo que hay cuatro clases de conexiones o asociaciones que ayudan a la memoria: la contigüidad de una idea con otra, la sucesión de ideas en una serie, la similitud de ideas y el contraste de ideas.

La mayoría de los filósofos que se preocuparon por el tema del aprendizaje sostenían, sin embargo, posiciones opuestas a la de Aristóteles: suponían que el contenido del aprendizaje consiste en ideas o estructuras mentales, es decir cogniciones.
Dos posiciones absolutamente opuestas, que dan lugar a enfrentamientos teóricos entre los seguidores de la escuela conexionista (dado que la mayor parte de los psicólogos conexionistas proponen como objeto de la psicología las conductas manifiestas, esta escuela es también llamada conductista) y de la escuela cognitiva. Durante muchos años ambas teorías han dominado la escena de la interpretación del fenómeno “aprendizaje”; sin embargo, tanto en la escuela conexionista como en la cognitiva, hay numerosas variantes, de las cuales examinaremos solamente las principales.

Así, por ejemplo, los psicólogos conexionistas pueden dividirse entre aquellos que suponen como condición del aprendizaje el que los elementos aprendidos simplemente se conecten entre sí gracias a una proximidad o contigüidad (teorías de la contigüidad) y aquellos que suponen que las consecuencias agradables o desagradables que tenga la conducta serán las que determinen si ésta es aprendida o no (teorías del refuerzo).
 
Otro de los problemas principales a que se ven enfrentados los teóricos del aprendizaje es la cuestión de la importancia de la herencia y del ambiente en el aprendizaje. En general, los psicólogos conductistas opinan que es el ambiente quien produce fundamentalmente el aprendizaje. Así, por ejemplo, John Watson, creador de la escuela conductista en los Estados Unidos, planteaba que todas las diferencias humanas de capacidad así como de los rasgos personales, son producto del aprendizaje. En cambio, los teóricos de la Gestalt conceden una alta importancia al papel de los factores innatos o “naturales”.
 
Muchos de los experimentos que pretenden estudiar el aprendizaje han sido realizados en animales. Este es otro factor de discusión entre los psicólogos conductistas y los teóricos cognitivos. Los primeros opinan que las leyes básicas del aprendizaje son las mismas para los animales y los seres humanos; los psicólogos cognitivos, en cambio, plantean que el aprendizaje humano es cualitativamente distinto del aprendizaje animal.
También hay grandes diferencias en lo que respecta a la continuidad o discontinuidad del proceso de aprendizaje. La mayor parte de los conductistas piensan que el aprendizaje de conexiones es un proceso gradual y continuo y que el aprendizaje se establece con mayor fuerza cuanto más ensayos exitosos se realizan. Los psicólogos cognitivos, al menos en su gran mayoría, opinan que una cognición puede presentarse súbitamente en un momento determinado. Así, por ejemplo, el psicolingüista Karl Bühler define la “Experiencia del Ajá” como “Una experiencia placentera  y peculiar que aparece en el curso del pensamiento, presentándose como un conocimiento repentino de una relación hasta entonces desconocida”.
Por último, los psicólogos conductistas y los psicólogos cognitivos difieren en lo que respecta al determinismo de la conducta. Mientras los conductistas opinan que nuestra conducta está causada por sucesos que se presentan en nuestro ambiente, los teóricos cognitivos creen en la libertad del hombre para elegir voluntariamente sus actos.

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