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sábado, 9 de octubre de 2010

Que poseen en común la medicina y la psicologia

Punto de vista médico en el año 1962.
Por Allan Gregg y Franz Alexander.

QUÉ POSEEN EN COMÚN LA MEDICINA Y LA PSICOLOGÍA

Y ahora, habiendo destacado lo que la medicina y la psicología pueden ofrecerse recíprocamente, veamos; lo que tienen en común.
Como varias ramas de la medicina que comenzaron como ciencias meramente descriptivas, para luego interesarse por la etiología y los problemas de las causas, dirigiéndose por fin a lo que yo llamaría la síntesis —la utilización de todos sus conocimientos tanto para conservar la salud en sí como para prevenir o aliviar la enfermedad—, las diferentes ramas de la psicología están en ese camino, en lo que me parece un curso similar de su desarrollo. Haciendo efectivas las recomendaciones tendientes a la realización del año de práctica clínica, o internado, la psicología compartirá con la medicina el extraordinario estímulo de la experiencia de hospital. Por el volumen de trabajo, por su variedad, revelada en senpillas y constantes comparaciones, y por la multiplicidad de los problemas planteados, el hospital ha influido tremendamente en la enseñanza y el desarrollo de la medicina y ha contribuido a su apoyo popular. Yo pronosticaría un resultado similar para el año de internado en la profesión de psicólogo e, inclusive, el misino apoyo y popularidad. No se puede afirmar que todo lo que tengamos en común sea satisfactorio. También compartimos ciertos defectos. Tanto la medicina como la psicología descuidan la genética; es decir, parecen pen¬sar que la herencia es el estudio de los inasibles antepasados, cuando en realidad es uno de los pocos campos que ofrecen un control digno de crédito sobre la descendencia. Nuestra falta de comprensión de los acontecimientos de Europa se debe, en parte,. al hecho de que pocos en nuestro país parecen entender que las mayores pérdidas de las dos últimas guerras son genéticas. Tales pérdidas no afectan al pasado. Afectan al presente y al futuro. ¿Cuándo se prestará la atención debida a los aspectos de la conducta determinados por la genética? En mi opinión menospreciamos groseramente la importancia de los factores hereditarios tanto en la conducta humana como en la medicina humana. Y con toda humildad debemos admitir una falla común y general. La medicina y la psicología deberían aceptar su parte en ese pecado de la mente científica, tan criticado, consistente en creer que la ecuación que se formula para representar la realidad contiene todos los factores inherentes. Pienso que la ecuación A más B — C debería ser escrita A (más x ó menos y) más B (más a menos r) = C (más q ó menos x)r. O, én términos más literarios y familiares: "Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que lo que tú has soñado con tu filosofía". En resumen, desde hoy en adelante debemos mantenernos siempre alerta contra los factores ocultos que puedan existir en nuestras ecuaciones. Necesitamos tener la noción de contexto.
Por último, tanto la psicología como la medicina deben percatarse de esta secuencia inevitable: el estudio hace aflorar el conocimiento, el conocimiento trae el poder, el poder entraña responsabilidad, y la responsabilidad debe estar preparada para sobrevivir al halago o al reproche, a la dependencia o al ataque apasionado. Se puede ver esta secuencia en la historia de la física, desde Arquímedes hasta la bomba atómica: estudio, conocimiento, poder, responsabilidad. Si ésta es la secuencia obligada en nuestro conocimiento del mundo físico, ¿debemos esperar que la historia de la psicología siga un curso diferente? Pienso que no. Puede ser una historia trágica o magnífica. Mas, cualquiera sea su futuro, tarde o temprano la psicología enfrentará la responsabilidad que proviene del poder.

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