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lunes, 12 de octubre de 2009

3- ENFERMEDADES DEL ESTOMAGO




Como ya se mencionó, los cálculos biliares y sus subsecuentes problemas digestivos pueden producir una regurgitación de los ácidos y sales biliares hacia el estómago. Dicho evento cambia negativamente la composición de la mucosa generada en el estómago. La mucosa se
encuentra ahí para proteger el revestimiento estomacal de los efectos destructivos del ácido clorhídrico. La condición donde este ‘escudo’ protector se revienta o es disminuido se conoce como gastritis.
La gastritis puede ocurrir de forma aguda o crónica. Cuando las células de la superficie (epiteliales) del estómago son expuestas al ácido jugo gástrico, las células absorben iones de hidrógeno. Esto aumenta su acidez interna, desequilibra sus procesos metabólicos básicos y causa una
reacción inflamatoria. En los casos más severos, se puede presentar una inflamación de la mucosa (úlcera gástrica o péptica), sangrado, perforación de la pared estomacal y la peritonitis, una condición que surge cuándo una úlcera erosiona totalmente el grosor del estómago o duodeno y
su contenido entra en la cavidad peritoneal. Las úlceras del duodeno se desarrollan cuando el ácido que abandona el estómago erosiona el revestimiento duodenal. En algunos casos, la producción de ácido es inusualmente alta. Comer demasiadas comidas que requieran fuertes secreciones ácidas, así como el combinar comida inadecuada (para más detalles, vea “Los Eternos Secretos de la Salud y el Rejuvenecimiento”, del mismo autor), frecuentemente alteran la balanceada producción de
ácidos. El reflujo en el esófago, comúnmente conocido como acidez, es una condición en la cual el ácido del estómago inunda el esófago y causa la irritación de los tejidos revestidores del esófago.
Hay mas causas de la gastritis y la acidez estomacal. Estas incluyen, el comer de más, el excesivo consumo de alcohol, el fumar demasiado, tomar café diariamente y el comer grandes cantidades de proteínas y grasas animales, la radiación de rayos X, las drogas citotóxicas (o agentes de
quimioterapia), la aspirina y otros desinflamatorios, el envenenamiento por comida, comidas muy picantes, la deshidratación, el estrés emocional, etc. Todas éstas también causan cálculos en el hígado y la vesícula, desatando un círculo vicioso y agregando mayores complicaciones a lo largo del tracto gastro-intestinal. El evento final puede ser la formación de tumores estomacales malignos.
La mayoría de los doctores piensan que un ‘bicho’ es el causante de las úlceras estomacales. El combatir al bicho con antibióticos usualmente resulta en el alivio y el paro de la úlcera. A pesar de que estos medicamentos no previenen a la úlcera de reaparecer una vez que se haya
descontinuado su uso, hay una alta tasa de ‘recuperación’. Pero tal recuperación, por lo general viene acompañada de efectos secundarios.
La infección de estos bichos es posible porque ya existe una gran cantidad de tejido dañado en el estómago. En un estómago saludable, el mismo bicho resulta inofensivo. Como se mencionó anteriormente, los cálculos en el hígado y la vesícula conducen al retorno de bilis al estómago, causando daño a un creciente número de células estomacales.
Los antibióticos destruyen la flora estomacal natural, incluyendo las bacterias que normalmente ayudan en el desecho de las células dañadas.
Es por esto que, a pesar de que el enfoque antibiótico resulta en un rápido alivio de los síntomas, también disminuye permanentemente la eficacia del estómago, colocando al cuerpo en desventaja al momento de enfrentarse a retos más severos que simplemente tratar una úlcera1. El tomar atajos
hacia el alivio raramente funciona. Por otra parte, la mayoría de los malestares estomacales desaparecen espontáneamente cuando todos los cálculos biliares se remueven y se mantiene una dieta saludable y un estilo de vida balanceado.

viernes, 9 de octubre de 2009

2- LA IMPORTANCIA DE LA BILIS




Una de las funciones más importantes del hígado es el producir bilis, aproximadamente entre 1 y 1 ½ cuartos de galón al día. La bilis es un fluido amarillento y viscoso que es alcalino (contra ácido) y tiene un sabor muy amargo. La mayoría de la comida no puede ser digerida sin la bilis. Por ejemplo, para permitir que el intestino delgado absorba grasas y calcio de la comida ingerida, la comida debe primero mezclarse con bilis.
Cuando las grasas no se absorben correctamente, significa que la secreción de bilis no es suficiente. La grasa no digerida continúa en el tracto intestinal. Cuando la grasa llega al colon, junto con el resto de los conductos de desecho, las bacterias la simplifican en componentes de ácidos grasos, o se evacua en las heces fecales. Dado que la grasa es más ligera que el agua, las heces pueden flotar en el inodoro. Si no se absorbe la grasa, entonces el calcio tampoco se absorbe, dejando a la sangre con un déficit. La sangre posteriormente toma el calcio restante de los huesos. La
mayoría de los problemas de densidad ósea son propiamente el resultado de la insuficiente secreción de bilis y la pobre digestión de grasas más que de no consumir el suficiente calcio.

Aparte de procesar las grasas contenidas en la comida, la bilis también remueve toxinas del hígado. Una de las funciones menos conocidas pero no menos importantes de la bilis es el de-acidificar y limpiar los intestinos.
Si los cálculos biliares en el hígado o la vesícula han impedido críticamente el flujo de bilis a los intestinos, el color de las heces será de color tostado, amarillo-naranja o pálido como la arcilla, en lugar de su color café-verdoso. Los cálculos biliares son uno de los resultados de una dieta y estilo de vida poco saludable. Si los cálculos biliares todavía se encuentran en el hígado aún después de haber eliminado al resto de factores provocadores de enfermedades, ellos continúan siendo un riesgo de salud considerable y pueden causar enfermedades o envejecimiento prematuro. Por esta razón, el tema de los cálculos biliares se ha incluido como un severo factor de riesgo o causa de enfermedad. Las siguientes secciones describen algunas de las principales consecuencias que los cálculos biliares en el hígado producen en diferentes órganos y sistemas en el cuerpo. Al remover estas piedras, el cuerpo entero puede reanudar sus actividades normales y saludables.

DESORDENES DEL SISTEMA DIGESTIVO

Hay cuatro principales actividades en el tracto alimentario de nuestro sistema digestivo: Ingestión, Digestión, Absorción y Eliminación. El canal alimentario comienza en la boca, pasa por el tórax, el abdómen y la región pélvica, para terminar en el ano (vea Figura 2).
Cuando la comida se ingesta, una serie de procesos digestivos comienzan a ocurrir. Estos pueden dividirse en el proceso mecánico de la comida a través de la masticación y el proceso químico de la comida por medio de enzimas.
Estas enzimas están presentes en las secreciones producidas por glándulas del sistema digestivo.

Figura 2: El sistema digestivo






Las enzimas son pequeñas sustancias químicas que causan o aceleran los cambios químicos en otras sustancias sin que ellas cambien. Las enzimas digestivas se contienen en la saliva de las glándulas salivales de la boca, los jugos gástricos del estómago, el jugo intestinal en el intestino delgado, el jugo pancreático en el páncreas y la bilis en el hígado.
La absorción es el proceso durante el cual diminutas partículas de nutrientes pasan por las paredes intestinales hacia la sangre y los vasos linfáticos para ser distribuidas a las células del cuerpo. Las entrañas eliminan en forma de heces cualquier sustancia comestible que no puede ser digerida o absorbida. Las heces fecales también contienen bilis, la cual lleva los desechos resultantes de los procesos (catabolismo) de los glóbulos rojos. Además, una tercera parte del desecho excretado esta compuesto de bacterias intestinales. El cuerpo puede funcionar suave y eficientemente si las entrañas remueven el desecho diario acumulado todos los días.
La salud es el resultado natural del funcionamiento balanceado de cada una de estas actividades en el sistema digestivo. A su vez, las enfermedades surgen cuando una o más de estas funciones están inhabilitadas. La presencia de cálculos biliares en el hígado y vesícula tiene una fuerte influencia perjudicial en la digestión y absorción de comida, así como en la eliminación de desechos.

ENFERMEDADES DE LA BOCA

Los cálculos biliares en el hígado y la vesícula pueden ser los responsables de la mayoría de las enfermedades de la boca. Las piedras interfieren con la digestión y absorción de comida, lo que a su vez provoca que los conductos de desecho destinados a la evacuación permanezcan en el tracto intestinal. Las infecciones bacterianas (candidiasis) y las infecciones virales (herpes) en la boca se producen sólo cuando componentes de desecho se descomponen y se vuelven una fuente de toxicidad en el cuerpo. Las toxinas atrapadas constantemente irritan partes del revestimiento gastro-intestinal (el cual comienza en la boca y termina en el ano) hasta que se da la inflamación o ulcerización. Los tejidos celulares dañados ‘invitan’ a más microbios a la escena de la herida para ayudar a limpiar los restos celulares. Este es un fenómeno normal visto en la naturaleza dondequiera que haya algo que necesita de la descomposición. Las bacterias nunca atacan, esto es, no infectan algo que esta tan limpio, vital y saludable como una fruta colgando de un árbol.
Sólo cuando la fruta madura cae al suelo es que la bacteria comienza su trabajo de limpieza. Las toxinas se generan en el momento que la bacteria comienza a descomponer comida o tejido. Estas toxinas pueden reconocerse por su olor desagradable y naturaleza ácida. Si se generan en el cuerpo, es natural que los síntomas de enfermedad aparezcan.
La candidiasis indica la presencia de grandes cantidades de bacteria que se han extendido a lo largo del tracto intestinal, incluyendo el área de la boca. Se presenta en la boca, porque el revestimiento mocoso ahí localizado ya no es lo suficientemente resistente para mantener a las células en buen estado. Dado que la parte principal del sistema inmunológico se encuentra en el revestimiento mocoso del tracto intestinal, la candidiasis indica una seria debilidad del cuerpo en general en su inmunidad contra las enfermedades.
El herpes, considerado como una enfermedad viral, es parecido a la candidiasis, con la excepción de que, a diferencia de las bacterias que atacan el exterior de la célula, los materiales virales atacan el interior o núcleo celular. En ambos casos, los atacantes se enfocan en células débiles o no saludables, aquéllas que ya están dañadas o son disfuncionales.
Sumándose al dilema, los cálculos biliares albergan bastantes bacterias y virus, las cuáles escapan del hígado a través de la bilis secretada infectando aquellas partes del cuerpo que les oponen la menor resistencia.
Los cálculos biliares conllevan otros problemas en la boca. Inhiben propiamente la secreción de bilis, lo que a su vez reduce el apetito y la secreción de saliva en las glándulas salivales en la boca. Se requiere de la saliva para limpiar la boca y mantener sus tejidos suaves y flexibles. Al no haber la suficiente saliva presente, la bacteria destructiva puede iniciar su invasión de la cavidad bucal. Esto resulta en deterioro dental y otros problemas relacionados con la dentadura. Pero, de nueva cuenta, la bacteria no produce este deterioro dental; los gérmenes son atraídos solamente hacia aquellas áreas de la boca que ya están desnutridas y tóxicas.
Un sabor amargo en la boca se causa por la bilis que se ha regurgitado hasta el estómago, y de ahí, a la boca. Esta condición es el resultado de una severa congestión intestinal. En lugar de avanzar hacia abajo, algunas partes del contenido intestinal son retrocedidas hacia arriba, llevando consigo gases y otras sustancias irritantes hacia las partes superiores del tracto gastro-intestinal. La bilis en la boca drásticamente altera el valor del pH (balance ácido-alcalino) de la saliva, inhibiendo sus propiedades limpiadoras y haciendo que la boca se vuelva susceptible de enfermedades.

Una úlcera bucal en el labio inferior indica un proceso inflamatorio simultáneo en el intestino grueso. La repetida aparición de úlceras en cualquier esquina de la boca señala la presencia de úlceras duodenales (vea la siguiente sección Enfermedades del estómago). Las úlceras en la lengua, dependiendo de su ubicación, indican procesos inflamatorios en las correspondientes áreas del canal alimentario, como el estómago, el intestino delgado, el apéndice o el intestino grueso.

jueves, 8 de octubre de 2009

1- LA SORPRENDENTE LIMPIEZA HEPÁTICA Y DE LA VESÍCULA

 Andreas Moritz

INTRODUCCION

Mucha gente piensa que los cálculos biliares sólo se encuentran en la vesícula. Ésta es una común y errónea suposición. La mayoría de los cálculos biliares se forman en el hígado y comparativamente pocos ocurren en la vesícula. Esta declaración es fácilmente verificable si usted lleva a cabo una limpieza de su hígado. No importa mucho si usted es un laico, un médico, un científico, o alguien que ya no tiene vesícula. Los resultados de la limpieza del hígado hablan por si solos. No hay cantidad de pruebas científicas o explicaciones médicas que los hagan más valiosos de lo que ya son. Una vez que vea los cientos de cálculos biliares de color verde o crema flotando en su inodoro durante su primer desagüe del hígado, usted intuitivamente sabrá que ha descubierto algo importante para su vida. Para satisfacer su curiosidad, usted podrá decidir llevar los cálculos a un laboratorio para que los analicen químicamente o preguntarle a su médico qué opina de todo esto. Lo más importante de esta experiencia es el hecho de que usted tome una activa responsabilidad por su salud,
probablemente por primera vez en su vida.

No todos son tan afortunados como usted. Aproximadamente un 20% de la población global desarrollará cálculos biliares en su vesícula en algún momento de sus vidas. Sin embargo, esta cifra no incluye a la gran cantidad de gente que desarrollará cálculos biliares en su hígado o que
incluso ya los tiene. Durante mis treinta años de practicar la medicina naturista he tratado a miles de personas con igual cantidad de enfermedades. Puedo documentar que cada persona, sin excepción, ha tenido una cantidad considerable de cálculos biliares en el hígado.

Sorprendentemente, sólo relativamente pocos de ellos han reportado una historia de cálculos biliares en su vesícula. Los cálculos biliares en el hígado son, como se verá en este libro, el principal obstáculo para adquirir y mantener la buena salud, la juventud y la vitalidad. En realidad, son una
de las principales razones por las que la gente se enferma y tiene dificultades de recuperación de la enfermedad.

El fallar en reconocer la incidencia de la formación de cálculos biliares en el hígado bien puede ser el mayor y desafortunado descuido que se haya realizado en el campo de la medicina, tanto ortodoxa como complementaria. El confiar tanto en pruebas sanguíneas con propósitos de
diagnóstico, como lo hace la medicina convencional, puede estar en desventaja al momento de estimar la salud hepática. La mayoría de la gente que sufre algún tipo de problema físico tiene niveles de enzimas hepáticas perfectamente normales, a pesar de sufrir congestión hepática.
La congestión y el estancamiento hepático se encuentran entre los problemas médicos más comunes, y sin embargo, la medicina convencional no hace referencia de ellos, así como tampoco tiene forma
de diagnosticar estas condiciones. Los niveles de enzimas hepáticas en la sangre se elevan cuando hay un avanzado nivel de destrucción celular, como sucede, por ejemplo, en el caso de la hepatitis o inflamación del hígado. Las células hepáticas contienen una gran cantidad de enzimas.

Cuando se revientan, las enzimas entran en la sangre y señalan la anormalidad hepática. Pero para entonces, el daño ya sucedió. Tomará varios años de congestión para que tal evento sea posible. Por lo tanto, las típicas pruebas clínicas no son la manera confiable de detectar piedras en el hígado.

Al entender cómo los cálculos biliares en el hígado contribuyen a la aparición de prácticamente cualquier tipo de enfermedad, y al tomar algunos simples pasos para removerlos, usted estará tomando el control de la restauración de su propia salud y vitalidad de manera permanente. Las
implicaciones en la aplicación de la limpieza hepática, ya sea para usted, o sus pacientes, si es un trabajador de la salud, son realmente satisfactorias.

El tener un hígado limpio es como tener una nueva oportunidad de vivir.
El hígado tiene control directo sobre el crecimiento y el funcionamiento de cada célula en el cuerpo. Cualquier tipo de falla en el funcionamiento, deficiencia o patrón de crecimiento anormal en las células se debe en gran parte a un pobre desempeño hepático. Gracias a su extraordinario diseño,
el hígado usualmente ‘parece’ funcionar adecuadamente (valores sanguíneos equilibrados), aun hasta después de perder hasta el 60% de su eficiencia original. A pesar de ser engañoso para el paciente y su médico, el origen de la mayoría de las enfermedades pueden ser fácilmente
rastreadas al hígado.
Todas las enfermedades o los síntomas de mala salúd  son causados por algún tipo de obstrucción. Si un vaso sanguíneo se obstruye y por lo tanto no puede proveer oportunamente el vital oxígeno o nutrientes a un grupo de células, las células tendrán que activar medidas específicas de emergencia para poder sobrevivir. Por supuesto, muchas de las células afectadas no sobrevivirán la ‘hambruna’ y simplemente morirán. Pero otras células, más resistentes, aprenderán a adaptarse a la situación adversa (mutación celular) y a vivir a partir de productos tóxicos de deshechos metabólicos.
A pesar de que en realidad, este tipo de respuesta de supervivencia ayuda a prevenir la inminente muerte del cuerpo por envenenamiento séptico, tendemos a etiquetarlo cómo enfermedad. En este caso, la etiqueta es conocida cómo cáncer.
Hay otras obstrucciones, más aparentes, que pueden irrumpir en nuestro bienestar. Un colón constantemente constipado impide al cuerpo eliminar los productos de deshecho contenidos en las heces fecales.

El retener productos tóxicos en la parte baja del los intestinos conduce a un colon tóxico y, si la situación no se resuelve, a un cuerpo tóxico. La infección renal sucede a partir de una obstrucción del flujo de orina en los riñones o la vejiga por una piedra calcificada. La retención de residuos
minerales en el sistema urinario puede provocar la retención de líquidos y el aumento de peso. Si mucosa endurecida obstruye los conductos de aire de sus pulmones, usted literalmente se queda sin aliento. La mala audición puede ser el resultado de mucosa pegajosa que ha entrado en los conductos que unen su garganta con los oídos. De la misma manera, un engrosamiento de la sangre causado por comidas o bebidas altamente creadoras de ácidos puede restringir su flujo por los capilares y arterias, y puede terminar en numerosos problemas en el cuerpo, desde la simple
irritación de la piel a la artritis, un ataque cardiaco o un derrame cerebral.

Obstrucciones como éstas o similares en el cuerpo son directamente e indirectamente ligadas al restringido desempeño hepático –en particular, al punto muerto causado por los cálculos biliares en el hígado y la vesícula.
La presencia de pedazos de bilis coagulada (cálculos biliares) en estos órganos interfiere de gran manera en procesos vitales como la digestión de comida, la eliminación de desechos y la neutralización de sustancias dañinas en la sangre. Al descongestionar los conductos biliares en el
hígado y la vesícula, los 60-100 trillones de células en el cuerpo podrán ‘respirar’ más oxígeno, recibir suficiente cantidad de nutrientes, eliminar eficazmente sus productos de desecho metabólico y mantener perfecta comunicación con el sistema nervioso, endocrino y con el resto de las
partes del cuerpo.

Casi todos los pacientes que sufren enfermedades crónicas tienen cantidades excesivas de cálculos biliares en el hígado. Esto puede verificarse fácilmente haciendo una limpieza de hígado a los enfermos crónicos. Pero hasta que se determina una enfermedad hepática específica, este vital órgano es raramente considerado como el culpable de otras enfermedades. La mayoría de los cálculos biliares en el hígado y la vesícula consisten de los mismos ‘inocuos’ componentes contenidos en la bilis líquida de siendo el colesteról el principal ingrediente.  Esto las hace prácticamente ‘invisibles’ a las tecnologías de rayos X y de ultrasonido.
La situación es distinta en lo que se refiere a la vesícula, donde algunos de los cálculos, usualmente alrededor del 20% del total de las piedras, están constituidos principalmente de minerales, principalmente de sales de calcio y pigmentos biliares. Las modernas herramientas de diagnóstico
pueden detectar fácilmente estas duras y relativamente grandes piedras, pero tienden a no ver las piedras más suaves y no calcificadas en el hígado. Sólo cuando hay una cantidad excesiva de piedras a base de colesterol (95% colesterol) obstruyendo los conductos biliares del hígado
es que el ultrasonido revela lo que se conoce como un hígado graso. En tales casos, las imágenes del ultrasonido muestran un hígado que se ve casi completamente blanco (en lugar de verse negro). Un hígado graso puede almacenar hasta 20,000 piedras antes de sucumbir a la asfixia y dejar de funcionar.

Si usted tuviese un hígado graso y acudiera con su médico, él le diría que usted tendría ‘estructuras grasas’ en su hígado. Sin embargo, es poco probable que le dijera que también tiene piedras intra-hepáticas (piedras que obstruyen los conductos biliares del hígado). Como se mencionó anteriormente, la mayoría de las piedras intra-hepáticas no son detectables mediante una revisión con un ultrasonido. Sin embargo, un cuidadoso análisis de las imágenes del ultrasonido por especialistas puede mostrar si los pequeños conductos biliares en el hígado se han dilatado a causa de una obstrucción. Algunas de las piedras más grandes son visibles. Sin embargo, a menos de que exista una indicación de un problema hepático serio, los médicos raramente buscan estas piedras intra-hepáticas.

Aun si en la fase temprana de un hígado graso o piedras en los conductos biliares se pudieran reconocer y diagnosticar fácilmente, en las instalaciones médicas no hay métodos para aliviar a este vital órgano de la pesada carga que tiene que acarrear. El hecho es que muchas personas han
acumulado cientos, y en muchos casos, miles de depósitos biliares endurecidos en el hígado. Estas piedras continuamente obstruyen sus conductos biliares. En vista del adverso efecto que estos cálculos tienen en el desempeño hepático como tal, es irrelevante el que su composición sea de suaves trozos de colesterol o de sales minerales duras y cristalizadas.
Aun cuando nuestros médicos o nosotros mismos les consideremos como cálculos biliares convencionales, depósitos de grasa y coágulos compuestos de bilis endurecida, el efecto donde previenen a la bilis de fluir a través de los conductos biliares es común para las tres acepciones.
La principal pregunta es, ¿cómo una cosa tan simple como la obstrucción del flujo de bilis puede causar problemas tan complejos como la insuficiencia cardíaca congestiva, la diabetes o el cáncer?
La bilis, la cual es un líquido verdoso y alcalino, tiene múltiples funciones. Cada una de éstas afecta la salud de cada órgano y sistema en el cuerpo. Aparte de ayudar en la digestión de grasas, calcio y comidas proteínicas, la bilis es necesaria para mantener los niveles de grasa en la sangre, remover toxinas del hígado, ayudar a mantener el equilibrio ácido/alcalino del tracto intestinal y asistir al colon a evitar el desarrollo de microbios dañinos. Para mantener un sistema digestivo sano y fuerte y alimentar las células del cuerpo con la correcta cantidad de nutrientes, el hígado tienen que producir entre 1.1 y 1.6 litros de bilis al día. Una cantidad menor implicaría problemas con la digestión de comida, la eliminación de desechos y el constante esfuerzo del cuerpo por desintoxicar la sangre. Mucha gente produce solamente el equivalente a una taza o menos.
Las personas con enfermedades crónicas usualmente tienen al es de cálculos biliares congestionando los conductos biliares del hígado. Algunas de estas piedras pueden haber afectado a la vesícula. Al remover estas piedras a través de varias limpiezas del hígado, y mantener una dieta y estilo de vida balanceados, el hígado y la vesícula podrán restaurar su eficiencia natural, y las mayoría de los síntomas de incomodidad o enfermedad en el cuerpo empezarán a ceder. Las alergias se disminuirán o desaparecerán, el dolor de espalda se disipará, y la energía y el bienestar se mejorarán dramáticamente. El limpiar los cálculos de los conductos biliares es uno de los procedimientos más importantes y poderosos para recuperar o mejorar su salud.

El tamaño de las piedras varía desde el tamaño de una cabeza de alfiler hasta el de una pequeña nuez. El descargue del hígado en sí, toma un tiempo de menos de 14 horas y puede hacerse convenientemente durante un fin de semana en casa.

CAPITULO 1

Cálculos biliares en el hígado –

Un severo riesgo para la salud

Piense en el hígado como una ciudad grande, con miles de casas y calles. Hay tuberías subterráneas para distribuir agua y gas. Los sistemas de drenaje y los camiones de basura se encargan de los desperdicios. Las líneas eléctricas distribuyen energía a los hogares y negocios. Fábricas, sistemas de transporte y comercios cubren las necesidades diarias de sus habitantes. La ciudad está organizada de tal forma que provee todo lo necesario para la subsistencia de su población entera. Sin embargo, si la vida en la ciudad se paraliza como resultado de grandes huelgas, fuentes de energía en deterioro, un masivo acto terrorista o un devastador terremoto, la población comenzará a sufrir serias carencias en todos estos sectores.

El hígado tiene cientos de funciones diferentes y está conectado a todas las partes del cuerpo. Durante todo el día, se ocupa de crear, procesar y proveer grandes cantidades de nutrientes. Estos nutrientes alimentan entre 60 y 100 trillones de habitantes (las células) del cuerpo. Cada célula es, en sí misma, una microscópica ciudad de complejidad inmensa, con billones de reacciones químicas por segundo. Para sostener las increíbles y diversas actividades de todas las células del cuerpo sin interrupción, el hígado debe proveerlas con una corriente constante de nutrientes y hormonas. Con su complejo laberinto de venas, conductos y células especializadas, el hígado necesita estar libre de cualquier obstrucción para poder mantener una línea de producción sin problemas y un sistema de distribución de nutrientes y hormonas libre de fricciones en el cuerpo.

El hígado es el principal órgano responsable de procesar, convertir, distribuir y mantener las necesidades de ‘combustible’ del cuerpo.
Algunas acciones involucran la simplificación de químicos complejos; otras, también importantes, involucran la síntesis, particularmente la manufactura de moléculas proteínicas. El hígado funciona como una estación de limpieza, desactivando hormonas, alcohol y drogas. En todos los casos, es la función del hígado el modificar estas sustancias biológicamente activas para que pierdan su potencial efecto dañino –un proceso llamado desintoxicación. Las células especializadas en los vasos sanguíneos del hígado (células de kupffer) atacan a los elementos dañinos y a los organismos infecciosos que llegan al hígado desde el intestino. El hígado secreta los materiales de desecho resultantes de estas acciones a través de sus conductos de bilis. Para asegurar que todo esto suceda de manera eficiente, el hígado recibe y filtra tres pintas de sangre por minuto y produce dos y cuarto de pintas de bilis diariamente. Los cálculos biliares obstructivos pueden mermar en gran manera la capacidad del hígado para detoxificar todas estas sustancias proveídas externamente o internamente generadas en la sangre; también previenen al hígado de entregar la cantidad adecuada de nutrientes y energía a los lugares precisos del cuerpo en el momento justo. Esto puede afectar el delicado equilibrio del cuerpo, llamado ‘homeostasis’, resultando en un mal funcionamiento de sus sistemas y órganos.

El ejemplo perfecto de tal desequilibrio es el incremento en la concentración de hormonas endócrinas estrógeno y aldosterona en la sangre. Estas hormonas, producidas en hombres y mujeres, son responsables del grado correcto de la retención de agua y sal; cuando no se desintoxica, como ocurre en la congestión de la vesícula y los conductos biliares, su excesiva concentración en la sangre produce la inflamación del tejido y la retención de agua. Los altos niveles de estrógeno son considerados como la primordial causa del cáncer de seno en las mujeres.
En los hombres, los altos niveles de esta hormona pueden causar el desarrollo de tejido en los senos. Casi un 60% de la población norteamericana tiene sobrepeso u obesidad; esto es, sufren de retención de líquidos (con comparativamente poca acumulación de tejido adiposo o grasa). La retención de fluidos en los tejidos obliga a otros materiales de desecho a ser depositados en varias partes del cuerpo. En cualquier momento que la capacidad de almacenaje de toxinas se agota, los síntomas de enfermedad aparecen.
Limpiar el hígado y la vesícula de todos los cálculos acumulados ayuda a restaurar la homeostasis, a balancear el peso y a preacondicionar al cuerpo para que se cure automáticamente; es también una de las mejores precauciones que uno puede tomar para protegerse contra enfermedades en el futuro (vea las figuras 1a y 1b: cálculos biliares desechados del hígado y la vesícula).
Si usted sufre alguno de los síntomas presentados a continuación, o alguna condición similar, probablemente tenga un gran número de cálculos biliares en su hígado y su vesícula:

.. Impotencia
.. Problemas urinarios
.. Problemas de visión
.. Manchas del hígado, especialmente aquéllas en la parte anterior de las manos y la cara
.. Exceso de peso o debilitación
.. Color oscuro debajo de los ojos
.. Escoliosis
.. Cuello rígido
.. Problemas dentales o de encías
.. Adormecimiento o parálisis de las piernas
.. Osteoporosis
.. Enfermedades renales
.. Mal de Alzheimer
.. Cabello grasoso o pérdida del cabello
.. Pesadillas
.. Desórdenes digestivos
.. Heces Fecales de color arcilla
.. Hemorroides
.. Cirrosis hepática
.. Alto colesterol
.. Desórdenes cerebrales
.. Una personalidad molesta o ‘biliosa’
.. Otros problemas sexuales
.. Desequilibrios hormonales
.. Ojos hinchados
.. Mareos y episodios de desmayos
.. Fuertes dolores en la espalda y hombros
.. Impotencia
.. Problemas urinarios
.. Gota
.. Asma
.. Ojos y piel amarilla
.. Obesidad
.. Extremidades frías
.. Dureza de las articulaciones y
músculos

Las figuras 1a y 1b: cálculos biliares desechados del hígado y la vesícula:


EL UNIVERSO HOLOGRÁFICO ¿EXISTE LA REALIDAD OBJETIVA?


        Por Brian Steensma

En 1982 tuvo lugar un acontecimiento notable. En la Universidad de París, un equipo de investigación dirigido por el físico Alain Aspect realizó el que podría ser uno de los experimentos más importantes del siglo XX. Ustedes no oyeron hablar de ello en las noticias. De hecho, a menos que tengan la costumbre de leer prensa científica probablemente no habrán oído mencionar a Aspect, pese a que muchos creen que su descubrimiento podría cambiar la faz de la ciencia.

Aspect y su equipo descubrieron que, bajo ciertas circunstancias, partículas subatómicas como los electrones son capaces de comunicarse instantáneamente entre sí independientemente de la distancia que las separe. No importa si se están separados 10 pies o 10 mil millones de millas.

De alguna manera, una partícula parece saber siempre lo que está haciendo la otra. El problema que hay con este hecho, es que viola el principio de Einstein, tanto tiempo mantenido de que ninguna comunicación puede viajar más rápido que la velocidad de la luz. Como viajar más deprisa que la velocidad de la luz equivale a romper la barrera del tiempo, tan intimidante panorama ha originado que, algunos físicos, intenten salirle al paso con elaboradas maneras de explicar algunos de los hallazgos de Aspect. Pero ha inspirado a otros a ofrecer explicaciones aún más radicales.

El físico de la Universidad de Londres David Bohm, por ejemplo, cree que los hallazgos de Aspect implican que la realidad objetiva no existe y que, a pesar de su aparente solidez, el universo es un fantasma de corazón, un holograma gigante espléndidamente detallado.
Para comprender por qué Bohm hace tan sorprendente aseveración, primero hay que saber un poco de hologramas. Un holograma es una fotografía tridimensional hecha con la ayuda de un láser.

Para hacer un holograma, el objeto a fotografiar primero es bañado por la luz de un haz láser. Después, se hace rebotar un segundo haz láser reflejando la luz del primero y el patrón de interferencia resultante (la zona en la que confluyen ambos haces láser) es captado sobre una película.
Cuando se revela la película, parece una maraña de luz y líneas oscuras desprovista de significado. Pero tan pronto como se ilumina la película revelada mediante otro haz láser, aparece una imagen tridimensional del objeto original.

La tridimensionalidad de tales imágenes no es la única característica notable de los hologramas. Si se corta por la mitad el holograma de una rosa y después se lo ilumina con un láser, se observa que cada una de las mitades sigue conteniendo la imagen entera de la rosa.
Además se observa que, aunque se vuelvan a dividir esas mitades, cada fragmento de la película siempre contendrá una versión más pequeña pero intacta de la imagen original. A diferencia de las fotografías convencionales, cada parte de un holograma contiene toda la información que posee el todo.

Esa naturaleza del “todo en cada parte” del holograma nos proporciona una manera completamente nueva de entender la organización y el orden. Durante la mayor parte de su historia, la ciencia occidental ha trabajado bajo el condicionamiento de que la mejor manera de entender un fenómeno físico, ya se trate de un átomo o de una rana, es diseccionarlo y estudiar sus partes respectivas.
El holograma nos enseña que algunas cosas del universo, posiblemente no permiten ese enfoque. Si intentamos dividir algo construido holográficamente, no obtendremos las piezas de las que se compone, sólo obtendremos “todos” más pequeños.

Este convencimiento indicó a Bohm otra manera de entender el descubrimiento de Aspect. Bohm cree que la razón por las que las partículas subatómicas son capaces de permanecer interconectadas, independientemente de la distancia que las separe, no se debe a que se emita y reciba alguna clase de misteriosa señal, sino a que su separación es una ilusión. Alega que, en algún nivel más profundo de la realidad, tales partículas no son entidades individuales, sino que en realidad son extensiones del mismo “algo” fundamental.

Para permitir que se visualice mejor lo que quiere decir, Bohm brinda la siguiente explicación:

Imagínense un acuario que contuviese un pez. Imaginen que, además, son incapaces de ver el acuario directamente, por lo que su conocimiento acerca de él proviene de dos cámaras de televisión, una situada de frente al acuario y la otra tomándolo de costado.

Como atienden a dos pantallas de televisión, podrían asumir que los peces que ven en cada pantalla son dos entidades separadas. Después de todo, como las cámaras están colocadas en ángulos diferentes, cada una de las imágenes será ligeramente diferente. Pero si siguen observando los dos peces, terminarán por darse cuenta de que hay cierta relación entre ambos.

Cuando uno se da vuelta, el otro a su vez también hace algo levemente distinto, pero que se corresponde; cuando uno mira de frente, el otro siempre mira de costado. Aunque no se perciba todo el panorama de la situación, se podría llegar a concluir que los peces deben estar comunicándose instantáneamente, pero está claro que no es el caso.

Según Bohm, esto es precisamente lo que pasa entre las partículas subatómicas del experimento de Aspect. Lo que nos está señalando la conexión entre partículas subatómicas, aparentemente más rápida que la velocidad de la luz, es que hay un nivel de realidad más profundo del que no estamos exentos, una dimensión más compleja que la nuestra, análoga al acuario. Además, consideramos separados a objetos como las partículas subatómicas porque sólo estamos observando una porción de su realidad.

Estas partículas no son “partes” separadas sino facetas de una unidad más profunda y fundamental que, en última instancia, es tan holográfica e indivisible como la rosa antes mencionada. Además, dado que todo lo que hay en la realidad física está compuesto por estos “espectros”, el propio universo en sí mismo es una proyección, un holograma.
Además de esa naturaleza espectral, un universo como ese poseería otros rasgos más que perturbadores. Que la aparente separación entre las partículas subatómicas sea ilusoria supone que, en un nivel más profundo de la realidad, todas las cosas que hay en el universo están infinitamente interconectadas.

Los electrones de un átomo de carbono de cualquier cerebro humano están conectados con las partículas subatómicas que componen cada salmón que nada, cada corazón que late y cada estrella que centellea en el cielo.
Todo lo ínter penetra todo y, pese a que la naturaleza humana pueda pretender categorizar, caracterizar y subdividir los diversos fenómenos del universo, todas las clasificaciones son necesariamente artificiales porque al final lo único que existe en la naturaleza es una red sin fisuras.

En un universo holográfico ni siquiera el tiempo o el espacio pueden seguir siendo considerados como algo básico. En un universo en el que, en realidad, nada está separado de ninguna otra cosa, conceptos tales como la localización se quiebran; el tiempo y el espacio tridimensional, al igual que las imágenes del pez en las pantallas de TV, también deberían ser considerados proyecciones de un orden más profundo.En su nivel más profundo, la realidad es una especie de súper holograma en el que tanto pasado como presente y futuro coexisten simultáneamente. Esto sugiere que, contando con las herramientas adecuadas, debería ser posible incluso que algún día se accediese a un nivel súper holográfico de la realidad del que se obtuviesen escenas de un pasado remoto.

La pregunta de qué más contiene el súper holograma tiene un final abierto. Admitido en interés del argumento que el súper holograma sea la matriz de la que ha surgido todo lo que existe en nuestro universo, y que, por lo menos, contendrá a todas las partículas subatómicas que hayan existido o existirán, contendrá todas las configuraciones posibles de materia y energía, desde los copos de nieve a los quásares, desde las ballenas azules a los rayos gamma. Debe ser considerado como una especie de almacén cósmico de “Todo Lo Que Es”.

Pese a que Bohm concede que no tenemos manera de saber qué más pueda yacer oculto en el súper holograma, se aventura a decir que no tenemos razón alguna para asumir que no contenga todavía más. O, como propone, quizás el nivel súper holográfico de la realidad sea una “mera fase” más allá de la cual subyacería “una infinidad de desarrollo ulterior”.

Bohm no fue el único investigador que encontró evidencia de que el universo es un holograma. Trabajando de manera independiente en el campo de la investigación cerebral, el neurofisiólogo de Stanford Karl Pribram también está convencido de la naturaleza holográfica de la realidad.
Pribram fue atraído al modelo holográfico por el enigma de cómo y dónde se almacenan los recuerdos en el cerebro. Durante décadas, numerosos estudios han venido demostrando que los recuerdos, más que estar confinados en una localización específica, se encuentran dispersos por todo el cerebro.

En una serie de experimentos realizados en los años 20 del siglo XX que marcaron hitos en esta investigación, el científico del cerebro Karl Lashley descubrió que, independientemente de qué parte del cerebro de una rata extirpase, le era imposible impedir que ésta recordase cómo realizar tareas complejas que había aprendido con anterioridad a la cirugía. El único problema era que nadie podía presentar un mecanismo capaz de explicar esta curiosa naturaleza del almacenamiento de memoria del “todo en cada parte”.

Ya en los 60, Pribram descubrió la holografía y se dio cuenta de que había encontrado la explicación que los científicos del cerebro habían estado buscando. Pribram cree que los recuerdos no están codificados en las neuronas ni en pequeñas agrupaciones de éstas, sino en patrones de impulsos nerviosos que van entrecruzándose por todo el cerebro de la misma manera que la interferencia de los patrones de luz láser van entrecruzándose por toda la superficie de un fotograma que contenga una imagen holográfica. En otras palabras, Pribram cree que el propio cerebro es un holograma.

La teoría de Pribram también explica que el cerebro humano pueda almacenar tantos recuerdos en tan poco espacio. Se estima que el cerebro humano tiene la capacidad de memorizar del orden de 10 mil millones de bits de información durante una vida humana promedio (lo que equivale a la cantidad de información contenida en cinco colecciones completas de la Enciclopedia Británica).

En la misma línea se ha descubierto que, aparte de sus restantes propiedades, los hologramas poseen una asombrosa capacidad para almacenar información; simplemente con cambiar el ángulo con el que chocan dos láseres en un fotograma de película fotográfica, es posible grabar muchas imágenes diferentes sobre la misma superficie. Está demostrado que un centímetro cúbico de película puede contener aproximadamente 10 mil millones de bits de información.

Nuestra habilidad prodigiosa para recuperar con rapidez cualquier información que nos haga falta del gigantesco almacén de nuestros recuerdos sería más comprensible si el cerebro funcionase según principios holográficos. Si un amigo te pide que le digas lo que te venga a la mente cuando dice la palabra “cebra”, no necesitas transitar por intrincados atajos para recorrer algún tipo de gigantesco archivo alfabético cerebral a fin de llegar a una conclusión. En lugar de esto, saltan a tu mente de manera instantánea asociaciones como “rayas”, “equino” o “animal nativo de África".

Verdaderamente una de las cosas más asombrosas relativas al proceso del pensamiento humano es que cada fragmento de información parece establecer de manera instantánea una correlación con algún otro (es decir, con todos los demás fragmentos de información), en lo que constituye otro rasgo intrínseco del holograma. Esto se debe a que cada parte de un holograma está infinitamente interconectada con cualquier otra parte del mismo, en lo que quizás sea el ejemplo supremo de la naturaleza de un sistema correlativo.

El almacenamiento de memoria no es el único enigma neurofisiológico que se hace más abordable a la luz del modelo holográfico del cerebro de Pribram. Otro es cómo es capaz el cerebro de traducir la avalancha de frecuencias que recibe a través de los sentidos (frecuencias de luz, de sonido, etc.) en el mundo concreto de nuestras percepciones. Precisamente lo que mejor hace un holograma es codificar y decodificar frecuencias. De la misma manera en que el holograma funciona como una especie de lente, un dispositivo de traducción capaz de convertir un borrón de frecuencias, en apariencia carente de significado, en una imagen coherente, Pribram cree que el cerebro también contiene una lente y que utiliza principios holográficos para convertir matemáticamente las frecuencias que recibe a través de los sentidos en el mundo interior de nuestra percepciones.
Un cuerpo de evidencia impresionante respalda el uso por parte del cerebro de principios holográficos para realizar sus operaciones. De hecho, la teoría de Pribram ha ido ganando un apoyo creciente entre los neurofisiólogos.

El investigador ítalo-argentino Zucarelli extendió recientemente el modelo holográfico al mundo de los fenómenos acústicos. Intrigado por el hecho de que los humanos sean capaces de localizar la fuente de los sonidos sin mover la cabeza, aunque sólo tengan un oído, Zucarelli descubrió que los principios holográficos pueden explicar esta habilidad.
Zucarelli también ha desarrollado la tecnología del sonido holofónico, técnica de grabación capaz de reproducir situaciones acústicas con un realismo sobrecogedor.

La creencia de Pribram de que nuestros cerebros construyen una realidad matemáticamente “sólida” porque confían en los impulsos procedentes de un dominio de frecuencias dado también ha recibido una importante cantidad de apoyo experimental.Se ha descubierto que cada uno de nuestros sentidos es sensible a un rango de frecuencias mucho más amplio de lo que previamente se sospechaba.

Los investigadores han descubierto, por ejemplo, que nuestros sistemas visuales son sensibles a las frecuencias de sonido, que nuestro sentido del olfato es una parte dependiente de lo que ahora se denominan “frecuencias cósmicas”, y que hasta las células de nuestro cuerpo son sensibles a un amplio rango de frecuencias. Tales hallazgos apuntan a que sólo en el dominio holográfico de la conciencia tales frecuencias son fragmentadas y clasificadas en percepciones convencionales.

Pero el aspecto del modelo holográfico del cerebro de Pribram que más nos hace hervir la mente es lo que sucede cuando se lo conjuga con la teoría de Bohm. Porque si la concreción del mundo no es sino una realidad secundaria y en realidad lo que está “ahí” es un borrón holográfico de frecuencia y, si el cerebro también es un holograma que selecciona y extrae de ese borrón sólo algunas de esas frecuencias, transformándolas matemáticamente en percepciones sensoriales, ¿en qué se convierte la realidad objetiva?

Por decirlo con sencillez, deja de existir, Como han señalado tradicionalmente las religiones orientales, el mundo material es maya, una ilusión y, pese a que podamos pensar que somos seres físicos que se mueven por un mundo físico, esto también es una ilusión.En realidad somos "receptores" que van flotando por un mar caleidoscópico de frecuencia lo que extraemos de ese mar y transcribimos como una realidad física no es sino un canal más de los muchos extraíbles del super holograma.

Esta nueva y chocante imagen de la realidad, síntesis de las perspectivas de Bohm y Pribram, constituye lo que se ha dado en llamar el paradigma holográfico y, pese a que muchos científicos lo hayan recibido con escepticismo, ha galvanizado a otros. Un grupo pequeño pero creciente de investigadores creen que este modelo de la realidad podría ser más exacto que el que hasta ahora nos ha aportado la ciencia. Es más, algunos creen que podría resolver algunos misterios que nunca antes pudieron ser explicados por la ciencia, instituyendo incluso lo paranormal como parte de la naturaleza.
Numerosos investigadores, incluyendo a Bohm y a Pribram, han reparado en que numerosos fenómenos parapsicológicos resultan mucho menos incomprensibles bajo los términos del paradigma holográfico.

En un universo en el que los cerebros individuales en realidad son partes indivisibles de un holograma superior y en el que todo está infinitamente interconectado, la telepatía consiste sencillamente en acceder a nivel holográfico.
Obviamente así es mucho más fácil entender cómo puede viajar la información desde la mente de un individuo “A” a la de otro individuo “B” que esté en un punto muy distante y ayuda a comprender numerosos enigmas de la psicología pendientes de resolución. En particular, Grof opina que el paradigma holográfico brinda un modelo para entender muchos de los fenómenos más sorprendentes que experimentan los individuos durante los estados alterados de conciencia.



AUTOESTIMA


Un Discípulo se acercaba a su joven maestro con estas palabras:

-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. Como puedo mejorar?
Que puedo hacer para que me valoren mas?

El maestro sin mirarlo, le,dijo:

-Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agrego- si quisieras ayudarme tu a mi, yo podría resolver este problema con mas rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-E…encantado, maestro- titubeo el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.

-Bien, asintió el maestro. Se quito un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agrego- toma el caballo que esta allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por el la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo mas rápido que puedas.

El joven tomo el anillo y partió.
Apenas llego empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y solo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenia instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazo la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado- mas de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuanto hubiera deseado el joven tener el mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado el mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.
-Maestro- dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Que importante lo que dijiste, joven amigo!- contesto sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo ante de pedir nada por el, ¿no crees?. Vuelve pues a montar y vete al joyero, porque. ¿Quien mejor que el para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por el. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examino el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle mas que 58 monedas de oro por su anillo.

-58 MONEDAS!!!!!!!!!!!!!!!!! Exclamo el joven.

Si, replico el joyero- yo se que con tiempo podríamos obtener por el cerca de 70 monedas, pero no sé…si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo, y mientras se colocaba de nuevo su anillo en su dedo dijo- discípulo mío, tu eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, solo puede evaluarte verdaderamente un experto.

¿Qué haces andando por la vida y pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?





miércoles, 7 de octubre de 2009

LA VERDAD DETRAS DE TUS ALIMENTOS


¿Abriría usted su refrigerador, sacaría veinte platos de pasta y los botaría en el tarro de la basura, y entonces, sólo se come un plato de alimento? ¿Que tal nivelar cincuenta y cinco pies cuadrados de bosque lluvioso para un almuerzo o descargar dos mil quinientos galones de agua bajo el desaguadero? Por supuesto usted no lo haría. Sin embargo, comer apenas la mitad de un kilo de carne causará esto. Comer carne causará el uso y la destrucción ineficaz de nuestros recursos y del ambiente, causa un sufrimiento inmenso al animal, y tendrá efectos perjudiciales en nuestra salud. ¿Así, si asar a un perro para complementar su puré de papa le perturba, entonces por qué asa cualquier otro animal apacible?

Laguna de desperdicio:

El Círculo Cuatro Granjas, un productor de cerdo con base en Utah, alberga tres millones de galones de una laguna del desecho. Cuando lagunas como éstas se derraman en ríos y en lagos como sucedió en Carolina del Norte en 1995, el resultado puede ser ambientalmente catastrófico.

Un informe de las NU ha identificado que "las vacas sin coches, son la primera amenaza a nuestro ambiente". Esto da una evidencia que el rápido crecimiento en el mundo de manadas de ganado son la amenaza más grande al clima, los bosques y la fauna. Los animales en granja producen ciento treinta veces más de excremento que la población humana entera de los Estados Unidos y estas heces concentradas terminan contaminando el agua, destruyendo la tierra principal y contaminan nuestro aire. Además, su gas y estiércol corporal emiten más de la tercera parte del metano, el cual calienta el mundo veinte veces más rápido que el bióxido de carbono. Los carnívoros son responsable de la producción del cien por ciento de estos desechos que son como de ochenta y seis mil libras por segundo. Pero, renunciando a los productos animales, usted no será responsable de nada de esto.

Además, nuestro gusto por la carne toma una cuota de nuestro suministro de recursos no renovables. Unos pasmosos dos mil quinientos galones de agua son necesitados para la producción de cada libra de carne de vaca, pero, por el contrario, toma sólo veintinueve galones para producir una libra de tomates y ciento treinta y nueve galones para una libra de pan integral. La mitad del agua, el ochenta por ciento del terreno en los Estados Unidos, casi toda la cosecha de frijol de soja y alrededor de la mitad del grano del mundo es utilizado para criar animales para el alimento. Mientras hacemos esto, un billón de personas sufren de hambre y desnutrición y veinticuatro mil niños mueren cada día a lo largo de los campos de grano destinado para el ganado del Oeste. Sin embargo, el hambre del mundo sería eliminado si nuestros escasos recursos fueran utilizados eficientemente convirtiendo la tierra para aumentar las cosechas para alimentar a las personas.

 
Víctimas somalíes de la hambruna:

Las víctimas somalíes del hambre forman fila para la distribución de alimento. Producir una libra de carne de vaca requiere 4,8 libras de grano, y los críticos de nuestro sistema agrícola moderno dicen que la extensión de dietas basadas en carne agrava el hambre de mundo.

¿Está usted enterado que ciento treinta millones de animales son asesinados anualmente en Nueva Zelanda? La mayoría de los animales son criados en granjas de cría intensiva, el sistema que se esfuerza por llevar al máximo la producción con costos mínimos. Como resultado, los animales sufren el inmenso dolor mental y físico cada segundo de sus vidas. Ellos son metidos en sistemas sin ventanas mugrientas confinados y nunca criarán sus familias, hurgarán la tierra ni harán nada que sea natural a ellos. Ellos ni siquiera sentirán el sol en sus espaldas o respirarán aire fresco hasta el día que sean cargados en camiones, destinado para ser matados. Alrededor de noventa millones de animales en Nueva Zelanda sufren estas condiciones y muchos permanecen conscientes cuando sus gargantas son cortadas, entonces, dejan de sangrar hasta la muerte.


Otra práctica cruel de los granjeros que a menudo llevan a cabo es, la privación de alimento a las aves con el fin de conmocionar durante catorce días sus cuerpos para que coloquen más huevos para el consumo humano. Y, porque los polluelos masculinos son inútiles en la industria cárnica, cada año cien millones de ellos son pulverizados vivos o tirados en bolsas para asfixiarlos. Además, en el matadero, las gargantas de los pollos son cortadas, y son sumergidos en agua muy caliente para quitar las plumas mientras muchos están todavía vivos.


Aún actualmente, para marcar vacas para la identificació n, los rancheros empujan utensilios de chimenea calientes en la carne mientras ellas braman de dolor. Consecuentemente, las quemaduras de tercer grado ocurren y los testículos masculinos de los terneros son rasgados de sus escrotos todo sin ningún alivio contra el dolor. Para añadir a su sufrimiento, la tierra en la cual pastan tiene el aire saturado con sustancias químicas y estos vapores causan problemas respiratorios crónicos, por lo que provocan una respiración dolorosa.

    
Las vacas utilizadas para leche son preñadas en repetidas ocasiones y sus bebés son llevados para que los humanos puedan beber la leche destinada para los terneros. Ellas son conectadas a máquinas varias veces al día y utilizan la manipulación genética, las poderosas hormonas, y el ordeño intensivo, donde son forzadas a producir diez veces más leche que lo que ellas producen naturalmente. Esto contribuye a la inflamación inmensamente dolorosa de su ubre la cual sufren hasta el cincuenta por ciento de las vacas lecheras.

Los animales en las granjas de cría intensiva actuales no tienen protección legal a la crueldad, que sería ilegal si fuera infligida en los animales favoritos de casa: el descuido, la mutilación, la manipulación genética, y los programas de droga que causan dolor crónico y parálisis y, una matanza violenta. Robert Louis Stevenson, un novelista y poeta dijo, "consumimos las reses muertas de criaturas como apetitos, de pasiones y los órganos con nuestros propios". Aún, los animales de granja no son menos inteligentes ni capaces de sentir el dolor como lo son los perros y los gatos que abrigamos como compañeros.

Esto es demostrado por los informes frecuentes de vacas que saltan por encima de una cerca de seis pies para escapar de un matadero, andan siete millas para reunirse con un becerro y atraviezan a nado un río para la libertad. Los cerdos, también, son animales intuitivos como descubrió el Dr. Donald Broom, consejero científico del gobierno inglés - “[Los cerdos] tienen la habilidad cognoscitiva para ser bastante sofisticados. Aún mayor que los perros y ciertamente de tres de años."

El paso más importante que usted puede tomar para salvar nuestro planeta y disminuir ambos sufrimiento humano y animal es ser vegetariano. Una dieta libre de carne rica en carbohidratos complejos, proteína, fibra, omega-tres, vitaminas y minerales proporcionan nutrición óptima, formando la base para los hábitos dietéticos que sostienen una vida de buena salud. La evidencia compulsiva puede ser encontrada en el libro "El Estudio de China" por el Profesor T. Colin Campbell que dice, "en los próximos diez años, una de las cosas que usted tiene que oír es que esa proteína animal es uno de los alimentos nutritivos más tóxicos de todo… riesgo ya que la enfermedad sube dramáticamente cuando aún una pequeña proteína animal es añadida a la dieta". Los estudios han mostrado que los niños vegetarianos tienen un coeficiente intelectual más alto que sus compañeros de clase y los vegetarianos viven, en el promedio, de seis a diez años más que los carnívoros. Además de esto, ellos tienen cincuenta por ciento menos probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas y cáncer, además, los carnívoros tienen nueve veces más probabilidades de ser obeso que los vegetarianos. Los alimentos vegetarianos nos proporcionan todos los nutrientes que necesitamos, menos la grasa saturada, menos el colesterol, y menos los contaminantes.

Opuestamente, muchos discuten que las plantas están vivas también. Esto es verdad, pero las plantas tienen sólo conocimiento del diez por ciento mientras que los animales tienen el equivalente al conocimiento humano. Dado que las plantas no tienen locomoción, la sensación de experimentar el dolor sería superfluo. Así, las plantas difieren completa y fisiológicamente de los mamíferos. Si usted corta una rama o las hojas de un árbol, prosperará y crecerá más. Por otro lado, los animales no desean una poda regular. ¿Puede cortar usted una pierna de una vaca y esperar a que crezcan cuatro piernas más?

Criar animales para el alimento estropean la Tierra. El ambiente, los recursos y nuestra salud empeoran y aunque la mayoría de nosotros no tolere activamente la matanza, los humanos han desarrollado el hábito, sostenido por la sociedad, de comer carne sin ningún conocimiento verdadero de lo que se le hace a los animales que comemos. Se dice que, "una visita a un matadero lo hará un vegetariano de por vida. Porque somos nosotros quienes creamos sus gritos de dolor y el temor". Así, si usted decide nunca asar un animal apacible otra vez…recuerde que usted consume la carne equivalente a sus animales favoritos más adorados. Pero, la única diferencia es que este animal fue atormentado.

    

LA MEMORIA VS. GOOGLE


Luego de un estudio profundo realizado por el biofísico uruguayo Eduardo Mizraji y su equipo de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, en Uruguay. El biofísico quien ganó el premio a mejor artículo de 2008 de la revista británica especializada International Journal of General Systems: Llegó a la conclusión que los buscadores de páginas Web rastrean información de igual forma que lo hacen las neuronas en el cerebro.

La investigación estudió cómo los buscadores de la Web funcionan de la misma manera en que lo hace el cerebro. Abordaron dos temas: uno neurocientífico y otro tecnológico y, por casualidad, vieron que existía un paralelismo.

Primero comenzaron estudiando cómo las redes de neuronas son capaces de engendrar las operaciones cognitivas del cerebro: pensar, idear, imaginar, razonar, enfocándose en las habilidades lingüísticas. “Nos ha interesado estudiar cómo la memoria es capaz de empaquetar información por áreas temáticas; cómo es capaz de informarnos de qué tema está hablando una persona cuando escuchamos una conversación”.

“Eso lo podemos hacer porque en nuestro cerebro tenemos algún sistema de información que logra identificar las palabras por áreas temáticas: están hablando del clima, de un tema de ciencias, de un tema político. La capacidad de clasificar temáticamente nuestro cerebro reside en nuestras memorias y ése es el tema central de nuestra investigación”.

¿Cómo buscan los buscadores?

El biofísico explicó que como usuario de la red de redes, le llamó la atención investigar hacia dónde evolucionarán los buscadores web.

Mizraji estudió cómo las redes de neuronas son capaces de engendrar las operaciones cognitivas del cerebro. “Un buscador captura documentos en función de lo que a usted le interesa saber, de las palabras que usted pone. El desafío para los ingenieros es cómo emparentar palabras que son sinónimos. Por ejemplo, si usted pone “ser humano” y “persona” puede ser que los documentos vinculados a uno y otro sean documentos emparentables, a pesar de que las letras que componen ambas palabras sean distintas”.

En su investigación, el científico comprendió que los ingenieros hallaron la forma de resolver ese problema de la misma manera en que lo hace el cerebro.

La importancia de esta investigación es que colabora en la comprensión de cómo funcionan los colectivos de neuronas, cómo éstas se comunican entre sí.

Servirá para mejorar los motores de búsqueda en la red

Un buscador captura documentos en función de lo que a usted le interesa saber, de las palabras que usted pone. Eduardo Mizraji dijo, que su investigación culmina con la especulación de que pueda existir una interacción entre las ciencias básicas y el diseño de buscadores crecientemente eficientes y que “lo que los ingenieros están diseñando puede ayudar a mejorar las intuiciones que tenemos los biólogos sobre cómo funcionan los procedimientos de búsqueda de información en las memorias”.

Señala que en los ambientes industriales, en las empresas, estos temas seguramente ya están siendo estudiados porque el problema de la Web es que ha tenido un crecimiento tan desmesurado que losbuscadores necesitan encontrar la forma de ser cada vez más eficientes.

La investigación demuestra que la relación ideal entre Ciencia y Tecnología es de simbiosis, donde la vida de cada uno ayuda al otro. Los tecnólogos nos suministran instrumentos e ideas que los científicos básicos aprovechamos enormemente, y viceversa.

Esther Belmonte

LAS MENTES DEL FUTURO


Howard Gardner (66) apenas tiene tiempo para contestar su correo electrónico. Es uno de los psicólogos más importantes de Estados Unidos. Su día transcurre entre clases, charlas, viajes y reuniones en la Universidad de Harvard. Tras años de estudios e investigaciones, ha puesto en jaque todo el sistema de educación escolar de su país. En 1983 presentó el libro que lo hizo famoso:  Frames of mind: the theory of multiple intelligences (Fórmula de la mente: la teoría de las inteligencias múltiples).

Después escribió 16 libros más, siempre relacionados con el origen del pensamiento y los engranajes de la mente humana. El último de ellos fue Five minds for the future (Cinco mentalidades para el futuro) , en el que explica las cinco capacidades que debería tener el ser humano para enfrentar el siglo XXI. Su teoría hoy está en boca de todo el mundo y es analizada en distintas universidades. Esta es la clasificación de Gardner:

Mentalidad disciplinada

“En la mayoría de los colegios se enseñan sólo contenidos que se deben aprender de memoria”, critica Gardner. Es decir qué rey siguió a qué reina, qué año pasó tal cosa, cuántos planetas hay en el sistema solar. ¿Eso es el pensamiento disciplinado? No, responde el psicólogo en su libro.

Piensa que a los jóvenes no se les enseña a pensar de una manera disciplinada. Para lograr eso, dice, los educadores deben hacer que el niño o el adolescente entiendan lo que se les está enseñando. Y hacerlos practicar.

Como los contenidos son invenciones del ser humano, el cerebro no está preparado para aprenderlos de manera intuitiva. Por ello, las mediciones internacionales carecen de sentido. Algunos tests o pruebas, escribe Gardner, cuanto más se centren en memorización de contenidos y lejos de una forma de pensar disciplinada, más anacrónicas serán.

Para él, en esta era digital donde la información es infinita, la formación de una mente disciplinada se hace más importante y necesaria. Ello, porque los estudiantes con conocimientos sobre una disciplina serán capaces de buscar qué es importante y descartar lo que no resulte importante dentro de la gran cantidad de información disponible en la Red.

Mentalidad sintetizadora

La síntesis es necesaria para unir cosas que se encuentran dispersas, pero que una vez juntas cobran un sentido desconocido. Howard Gardner pone un ejemplo: uno de los mayores sintetizadores de la historia fue el naturalista inglés Charles Darwin. “Su mentalidad es la que necesitamos hoy. Y es una de las mentalidades más importantes que necesitaremos para el futuro.”

La mentalidad sintetizadora se da cuenta de que hoy en día estamos inundados de información. Gardner señala que si se busca la palabra “evolución” en Internet se puede pasar toda la vida leyendo fuentes secundarias, muchas de ellas de cuestionable valor, por lo que se necesita de un criterio formado para decidir a qué poner atención y qué ignorar. Para poder sintetizar la información, ésta se debe unir de la forma más coherente para que tenga sentido y pueda ser transmisible hacia otras personas.

En una de las charlas que Gardner ha dado al respecto, un docente entre el público levantó la mano y preguntó: “¿No es acaso sintetizar lo que han hecho los profesores desde siempre?” “Creo, al igual que usted, que hemos estado en el negocio de sintetizar por años, pero no nos hemos dado cuenta ni nos hemos puesto a pensar de lo importante que es y de cómo podemos ayudar a otras personas a convertirse en mejores sintetizadores”, contestó.

Mentalidad creativa

Esta mentalidad, según el autor, está personificada por Einstein en las ciencias, y por Virginia Woolf en las artes. Las personas creativas son aquellas a quienes se les ocurren cosas nuevas, las cuales con el tiempo son aceptadas. Gardner dice que si una idea o un producto son fácilmente aceptados, entonces no son creativos.

Cree también que no se puede ser creativo sin dominar al menos una disciplina, arte u oficio, “y la ciencia cognitiva nos enseña que, en promedio, toma alrededor de 10 años dominar un oficio”. Si bien Mozart escribió música excelente a los 15 años, explica, fue porque comenzó cuando tenía cuatro o cinco. La misma historia ocurrió con Picasso.

Gardner escribe que las personas que son creativas toman oportunidades, asumen riesgos, no tienen miedo a caerse y son ellas mismas las que se levantan y se preguntan: ¿qué puedo aprender de esto?

Dice que muchas veces le han preguntado cómo hacer para que las personas sean creativas. Su respuesta es siempre la misma: “Es mucho más fácil prevenir que alguien sea creativo, a hacer que alguien lo sea”. ¿Cómo se previene?, se pregunta: “Diciéndoles a los niños, a los jóvenes, que hay sólo una respuesta correcta y castigando al alumno si es que contesta la respuesta incorrecta. Eso nunca fomenta la creatividad”.

Las personas creativas, dice, cambian con sus trabajos la forma de pensar y de actuar de quienes los rodean.

Mentalidad respetuosa

Gardner señala que ésta es una de las mentalidades más fáciles de explicar, pero ello no significa que sea fácil de lograr. Dice que en esta mentalidad, la misión más grande recae en los educadores, puesto que si se pretende enseñar a personas a que respeten a su prójimo, se deben proveer modelos y ofrecer una educación que fomente una postura favorable al respecto. Ello, sobre todo, cuando el poder de las relaciones es asimétrico.

En el mundo complejo en el que vivimos, dice el psicólogo, deberíamos, siempre que sea posible, dar prioridad al respeto por esas personas que tienen un origen y creencias distintas de nosotros y esperar que ellas devuelvan la misma actitud.

Mentalidad ética

Esta mentalidad requiere de un nivel de abstracción mayor que todas las anteriores. Estar en el mundo implica un gran trabajo de pensamiento.

“Una mentalidad ética no dice: ¿cómo debe comportarse Howard Gardner con otras personas? Lo que sí dice es: Yo soy un trabajador, en mi caso un profesor, escritor, científico y soy un ciudadano, en mi caso de mi universidad, de mi comunidad, de mi nación, de todo el mundo. Entonces, ¿cómo debería comportarme?”

De esta manera, la mentalidad ética se refleja en distintos roles que llevamos a cabo y cómo los resolvemos. El buen trabajo encarna la excelencia, el compromiso y la ética.

El desafío radica en unir estos tres conceptos. Sobre todo hoy, cuando las cosas cambian rápido, cuando nuestro sentido del tiempo y del espacio se ve muchas veces alterado por la tecnología, cuando los mercados son muy poderosos y no existen fuerzas capaces de moderarlos. Es ahí donde recae el desafío del “buen trabajo”.

Por Macarena Peri


EL CEREBRO Y LOS MUSCULOS


Las investigaciones realizadas, podrían explicar que aún daños menores en el sistema muscular afectarían las habilidades manuales.

Francisco Valero-Cuevas del Laboratorio de Dinámica Cerebro-Cuerpo en la Universidad de California del Sur, dirigió la investigación. El llamado problema de la “redundancia muscular” (tener que controlar demasiados músculos y articulaciones) podría no ser el único desafío que el cerebro afronta cuando controla nuestros cuerpos. Más bien, parece que tenemos aproximadamente tantos músculos como necesitamos, y no demasiados como otros investigadores habían propuesto en el pasado.

Desde hace mucho tiempo, ha habido una aparente contradicción entre los resultados de unos estudios y los de otros. La nueva investigación comienza a resolver la paradoja. En tanto que los resultados de muchos estudios neurológicos y biomecánicos han sugerido que los músculos y las articulaciones son, en teoría, redundantes y proporcionan numerosas soluciones alternativas para tareas simples, en el ámbito clínico es común encontrar pacientes que requieren tratamientos médicos para discapacidades en las manos causadas por afecciones relativamente leves como por ejemplo las típicamente asociadas al envejecimiento.

La nueva investigación prosigue la línea que se abrió en experimentos anteriores que sugirieron que nuestro cerebro y nuestra musculatura compleja apenas pueden responder a los requerimientos planteados por nuestra anatomía y la mecánica asociada a tareas incluso cotidianas, como frotar una superficie con un dedo. Las conclusiones comienzan a explicar por qué incluso daños menores sufridos por el sistema neuromuscular pueden causar claras mermas en las habilidades manuales.

La nueva investigación se ha centrado en la fuerza y el movimiento de dedos presionando o frotando una superficie, a velocidades definidas pero variables.

Conociendo las propiedades musculares (productoras de fuerza), los investigadores esperaban que el movimiento de fricción evidenciara una menor fuerza hacia abajo cuando la velocidad del movimiento se elevara. Sorprendentemente, tanto si frotaban despacio la superficie o a un ritmo 36 veces más rápido, la velocidad tenía muy poco efecto sobre la fuerza hacia abajo que los voluntarios podían producir.

Valero-Cuevas y sus colaboradores Kevin G. Keenan de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, Veronica J. Santos de la Universidad Estatal de Arizona, y Madhusudhan Venkadesan de la Universidad Harvard, interpretan los resultados como una indicación de que el cerebro está lo bastante ocupado por las demandas físicas de combinar movimientos y fuerzas, así que las propiedades musculares no son los factores restrictivos para la cantidad de fuerza que los dedos pueden ejercer.

“Esto empieza a explicar la realidad clínica de que cuando algo en el sistema está deteriorado, ya sea en el cerebro o en el cuerpo, se dan pérdidas de funcionalidad”, resume Valero-Cuevas. “No somos tan “redundantes” como creíamos”.

 MEJOR COMUNICACION CON EL OIDO DERECHO


La reciente investigación de la Universidad «Gabriele d’Annunzio» de Chieti-Pescara (Italia) confirma un predominio del hemisferio izquierdo y el oído derecho en una comunicación verbal.

Esta investigación es parte del proyecto EDCBNL («Evolución y desarrollo de la lateralización cognitiva, conductual y neural»), financiado con 2,49 millones de euros procedentes de los fondos comunitarios a través del programa «Integración y fortalecimiento del Espacio Europeo de la Investigación».

Tras realizar tres estudios, el Dr. Luca Tommasi y el Sr. Daniele Marzoli de la Universidad «Gabriele d’Annunzio» de Chieti-Pescara (Italia) demostraron que a diario se manifiesta en el comportamiento humano una preferencia lateral natural.

Diversos estudios anteriores han demostrado que el oído derecho es el dominante en los humanos en lo referente a los estímulos verbales. A este respecto, los investigadores han aventurado que se debe a la superioridad que tiene el hemisferio izquierdo del cerebro a la hora de procesar información verbal. Esta última investigación refuerza lo que los investigadores ya daban por sentado desde hace tiempo.

El Dr. Tommasi y el Sr. Marzoli centraron su investigación en la preferencia de un oído sobre el otro en interacciones sociales en discotecas. En el primer estudio se observó a un total de 286 personas en estos locales y se constató que el 72% de las interacciones (charlas mantenidas mientras sonaba música de fondo a gran volumen) se producían en el oído derecho.

En lo que respecta al segundo estudio, un colaborador del equipo al tanto de la investigación pero desconocido para los sujetos, habló con un total de 160 personas (80 mujeres y 80 hombres). De cara a los sujetos y manteniendo un contacto visual directo con ellos, el miembro del equipo masculló sonidos sin sentido e inaudibles como «babababa». Además, preguntó a los sujetos que no se encontraban fumando «¿Tienes un cigarrillo?». Los resultados mostraron que el 58% de ellos giraban la cabeza para escuchar con el oído derecho mientras que el 42% lo hacía con el izquierdo. A este respecto, las mujeres en particular mostraron preferencia por el oído derecho. No se encontró ninguna relación entre el número de cigarros que se consiguieron y el oído por el que los sujetos escucharon la pregunta.

En el tercer estudio, el experimentador se acercó a 176 personas y les pidió un cigarro acercándose a la oreja derecha o a la izquierda indistintamente. Los resultados mostraron que al pedir el cigarro por el oído derecho se consiguieron más cigarros que cuando se realizó en el izquierdo.

«En el estudio anterior no se apreció influencia alguna del oído por el que se escuchaba sobre la tendencia de [los] sujetos a dar o no el cigarro al experimentador», indicaron los investigadores. «Este hecho se podría deber a la particular situación en la que se encontraban los participantes: éstos podían elegir espontáneamente la oreja derecha o la izquierda para escuchar lo que se les pedía. Por eso, en el último estudio que realizamos en la discoteca, intencionadamente elegimos el oído por el que se iba a pedir el cigarro. Asumimos que una petición repentina de un extraño, realizada en [el] oído derecho o en el izquierdo, influiría en gran medida en su reacción.»

Según los investigadores, los resultados del primer estudio constituyen «una ilustración ecológica de lateralización sensomotriz durante situaciones de coordinación social y ponen de relieve una consecuencia en el comportamiento de la especialización del hemisferio izquierdo en el procesado del lenguaje.

En el segundo estudio, donde se empleó un diseño casi experimental, los investigadores también pudieron confirmar la preferencia por el oído derecho a la hora de escuchar. En lo que respecta el tercer estudio, donde hubo un acercamiento intencionado al oído derecho o al izquierdo para pedir un cigarro, parece que el resultado de la investigación está en consonancia con la teoría de valencias, «que sugiere una especialización diferencial de los hemisferios derecho e izquierdo para las emociones negativas y positivas respectivamente.»

En resumen, los resultados combinados confirman un predominio del hemisferio izquierdo y el oído derecho cuando se produce una comunicación verbal y una especialización clara de las dos mitades del cerebro correspondiente al comportamiento de aproximación o rechazo.

«Nuestros estudios corroboran la idea de una ascendencia común (en humanos y en otras especies) de un comportamiento lateralizado durante las interacciones sociales, no sólo para la comunicación vocal específica de las especies, sino también para las respuestas afectivas», afirmaron los investigadores.

AJEDREZ Y LITERATURA


Un viaje en compañía de escritores y ajedrecistas a través de la Historia. Secretos y significados de un juego que es una metáfora de la vida.

Cinco, casi seis de la tarde de un día de semana. Chalet de dos plantas y ladrillo a la vista, en las afueras de Buenos Aires. El que me hace pasar al jardín del fondo tiene aspecto de esquiador vitalicio, lleva remera blanca de cuello alto y mangas largas. No me escruta como a un rival -por cortesía; nunca podría haber sido su contrincante, ni en una partida a ciegas-, pero la mirada es de una cordialidad impiadosa. Su paso, el de un monarca retirado. Responde con demasiada paciencia en un castellano extranjero, encantador: fuerte, persuasivo. Me limito a tartamudear inexactitudes. Su mera presencia tiene la deferencia de colocar al interlocutor en otro plano (nunca el mismo). Su amabilidad, la falta de prisa atestiguan que si bien el ajedrez no permaneció del todo ajeno a los embates de la puerilidad y la aceleración -que parecen en las últimas décadas de rigor-, el juego y sus fieles mejor dotados han preservado un aura imposible de extinguir.

Por inverosímil que sea, estoy sentado frente al gran maestro danés Bent Larsen, vecino del barrio de Martínez desde 1982. Acabo de estrechar la mano que saludó a Bobby Fischer, unas veces victorioso; otras, derrotado; que saludó a Mijaíl Tal; que saludó a Botvinnik; que saludó a Alekhine; que saludó a... y en segundos uno cree rozar mágicamente el linaje del pasatiempo más insondable, tentado de imaginar que está siendo bendecido por un mero apretón de manos. El "Gran Danés" fue el primer occidental en batir a los rusos y es, según Boris Spassky, el último artista del ajedrez. Larsen pertenece a esa raza de figuras más enigmática que la de las celebridades. Ha sido un rey sin corona, que por motivos azarosos -azarosamente secretos- nunca alcanzó la consagración más pública, vulgar, con la que un ajedrecista sólo se convierte en genio, en loco, o en ambas cosas.

De esa visita hace ya unos años, pero a las frases de Larsen no las he olvidado hasta ahora y no creo que vaya a olvidarlas nunca: "Karpov hace buenas jugadas muy rápido, Korchnoi hace muy buenas jugadas despacio". O, con ironía, señalando cierta posición en el tablero: "Y ahora la partida es más tablas que antes de empezar". Pocos meses más tarde estaría tomando debida nota de sus lecciones en el Club Argentino, rincón mítico que potenciaba la resonancia de sus pasos y palabras: "Me gusta ganar pero no tengo miedo de perder". La rapidez y naturalidad con que disparaba esos epigramas sólo subrayaban su precisión -"con presión de tiempo un caballo es más peligroso que un alfil"- y la mera oportunidad de compartir unas horas con semejante coloso era un sueño realizado, claro que en compensación por el malogrado de convertirme en un distinguido jugador profesional.


Fuera de las casillas

El índice y el pulgar en el aire, a punto de tomar una pieza: golpe magistral o error fatal, a menudo no se sabe con certeza, aun siendo un destacado maestro. Una mínima oscilación en el ánimo y en milésimas una jugada tuerce el destino. ¿Pero qué es distracción y qué, falla de cálculo? Movimientos, celadas: el curso de un cerebro, pensamiento graficado. La atención, desde luego, es la llave, aunque concentrarse no siempre garantiza que las ideas vengan con naturalidad. Los dedos acarician o estrangulan las piezas que están fuera de juego. Torneo abierto. Silencio de biblioteca. Algunas de las partidas, de hecho, serán historia en futuras recopilaciones. (Ciertamente, un libro de ajedrez puede volverse una máquina de relatos: cada partida reproducida supone una narración, una fecha, una geografía y dos antagonistas.)

Hace siglos que expertos y amateurs han jugado para ser otros, para no ser nadie, para perderse en otra dimensión, en lo posible sin perder. Creando debilidades en la defensa del contrario, rogando que una movida cumpla varias funciones a la vez, que cada jugada implique una ofensa hacia el rival. Siglos procurando situarse en posiciones convenientes para el propio temperamento, recurriendo de urgencia al sacrificio como lance para romper con lo predecible. Intentando evitar la humillación, ante el adversario, ante los espectadores y, peor, ante uno mismo (ante la falsa imagen que uno se había hecho de sí como jugador). Siglos sentándose ante un tablero para ponerse a prueba: a ver qué tan lejos llega nuestra inteligencia sobredimensionada, nuestra audacia vacilante, nuestra capacidad de absorber el fracaso. "Los juegos constituyen una prueba continua de habilidad dentro de una confianza fluctuante: el rival percibe la humillación y la duda, y busca redoblarlas", apuntaba Adrian Stokes. Suele repetirse que el ajedrez enseña a saber perder, pero con excesiva frecuencia la derrota invita al mutismo, al olvido. Morder el polvo de lo irreversible no le era ajeno al holandés J. H.

Donner, que decía que "es precisamente su impiadosa falta de ambigüedad y su claridad lo que vuelve a una partida lo opuesto de la vida. La vida oculta nuestros errores". Según Donner, es justamente "la irreparabilidad de un error lo que distingue al ajedrez de otros deportes".

Se ha dicho del ajedrez, también, que enseña a anticiparse al otro, a leer su mente, a administrar el tiempo. Pero como me comentó Oscar Panno en una ocasión, "el reloj fue siempre un enemigo. El reloj es siempre un enemigo de la verdad".


A capa y espada

Analizada en retrospectiva, la Argentina podría ser considerada una Atlántida del ajedrez, un lugar donde sucedieron acontecimientos históricos que, vistos desde hoy, parecen pertenecer a otra era, hundida, borrada, apenas reivindicada por islotes de empeño y entusiasmo en clubes y jugadores tenaces. Los hitos incluyen las Olimpíadas de 1939 y de 1978. Los destierros del polaco Najdorf, el sueco Stahlberg, el alemán Eliskases. Figuras como Pilnik, Pleci, Grau, Jacobo y Julio Bolbochán, Sanguinetti, Rossetto y Panno, seguramente el argentino nativo que más lejos llegó. La visita en 1910 del entonces campeón Emanuel Lasker (que se preparaba para los torneos estudiando las fotografías de sus futuros oponentes). Los subcampeonatos en las Olimpíadas de 1950, 1952 y 1954. Los grandes matches en Buenos Aires, como Fischer-Petrosian en el Teatro San Martín en 1971. Los sucesivos magistrales de Mar del Plata. Sin olvidarnos de otro duelo legendario disputado aquí, Capablanca- Alekhine. Al primero se le caían losboletos de los bolsillos cuando venía de apostar en Palermo y según Cabrera Infante, fue un pionero entre los ajedrecistas interesados en las mujeres: "Se dice que la noche de la partida decisiva contra Alekhine estuvo bailando tango tras tango con una belleza local".

Regresa, entonces, la historia de mi abuela materna, repetida al infinito, contando que su padre había conocido y jugado con Capablanca, que visitó Buenos Aires en 1911, 1914, 1927 y 1939. Las peripecias de Capablanca -nombre predestinado- pueden rastrearse en la magnífica biografía de Edward Winter, autor también de misceláneas como Chess Explorations y Kings, Commoners and Knaves. Ya en 1925 Capablanca decretaba lo "mecánico" del juego de elite, augurando que "dentro de no más de diez años una media docena de jugadores será capaz, cuando lo desee, de hacer tablas a voluntad", algo que décadas más tarde Fischer buscó contrarrestar creando su Fischerandom, que sortea la posición inicial de las piezas mayores. Según Fischer, el conocimiento disponible hoy en día es tal que las partidas entre maestros sólo se ponen interesantes a partir de la jugada número 20. El papel que juega la memoria ha sido siempre central y lo es cada día más. Si recordar posiciones se asemeja al arte de la memoria tal como lo describe Frances Yates, el tablero se vuelve un teatro, los casilleros se convierten en las habitaciones de un palacio y pensar, al modo de Giordano Bruno, equivale a "especular con imágenes". A propósito de la memoria, Novela de ajedrez de Stefan Zweig cuenta un viaje en barco a Buenos Aires -como el que hicieron en 1938 Miguel Najdorf y un aficionado insigne, Witold Gombrowicz- y el protagonista, el gran maestro Mirko Czentovic, nunca es capaz de rehacer una partida de memoria, algo "que los del gremio criticaban tan ásperamente como si entre los músicos un eximio virtuoso o director de orquesta se hubiese mostrado incapaz de interpretar o dirigir una obra sin tener ante sus ojos la correspondiente partitura". El crítico argentino Federico Monjeau, dicho sea de paso, tiene una teoría: que el mejor modo de escuchar música es jugando al ajedrez.


Ars combinatoria

Ha habido tantos intentos de definir el ajedrez como tentativas de agotar las contingencias del tablero. El arte de un jugador de ajedrez, declara el incomparable David Bronstein en Secret Notes, consiste en la habilidad "de encender una chispa mágica de la tediosa e insensata posición inicial". La mencionada novela de Zweig propone delimitarlo así:

    un pensamiento que no lleva a nada, una matemática que nada calcula, un arte sin obras, una arquitectura sin sustancia, y aún así más manifiestamente perenne en su esencia y existencia que todos los libros y obras de arte, el único juego que pertenece a todos los pueblos y todas las épocas y del que nadie sabe qué dios lo legó a la tierra para matar el hastío, aguzar los sentidos y estimular el espíritu.

El ensayista George Steiner, autor de The White Knights of Reykjavik, asegura que los problemas que plantea el ajedrez son a la vez muy profundos y completamente triviales. Y que el punto en común entre música, matemática y ajedrez "puede ser, finalmente, la ausencia de lenguaje". Ludwig Wittgenstein recurrió al ajedrez en diversas oportunidades para elaborar o ilustrar símiles, y escribió: "El uso de una palabra es como el uso de una pieza en un juego, y uno no puede comprender el uso de una dama excepto que comprenda los usos de las otras piezas". Son incontables las oportunidades en que la literatura y la filosofía asaltaron la torre del marfil del ajedrez. Robert Burton aludía a "ficciones geométricas". Borges intimaba con "mágicos rigores" y un "severo ámbito en que se odian dos colores", tan similar a la "lucha cuerpo a cuerpo entre dos laberintos" de André Breton. En otro plano, en un texto sobre Alfonso X el Sabio y Capablanca, Lezama Lima aventuraba: "El rey queriendo cerrar cuentas, sellando fijas minuciosidades. El rey queriendo pagar en exactos cuadrados... Una imaginación saludable engendra sus propias causas". Por su parte, E. H. Gombrich se detenía en el efecto visual de un tablero. Jugar con un tablero, para el autor de Meditaciones sobre un caballo de juguete, es replicar "la alternancia perceptiva entre figura y fondo... No en vano los pintores del renacimiento demostraron primero las leyes de la perspectiva por medio de un suelo ajedrezado". Para el cineasta Stanley Kubrick,

    el ajedrez es una analogía. Es una serie de pasos que uno da, uno por vez, y se trata de equilibrar los recursos contra el problema, que en el ajedrez es el tiempo y en el cine son el tiempo y el dinero? Grandes maestros a veces dedican la mitad del tiempo asignado a una sola movida porque saben que si no es correcta todo su juego se cae a pedazos.

Cuando Walter Benjamin y Bertolt Brecht disputaban partidas en Skovbostrand, Dinamarca, no se decían una palabra, pero cuando se ponían de pie "era como si hubieran terminado una conversación". No menos curiosas deben de haber sido las partidas que no consiguieron enemistar a Beckett y Giacometti, o a Beckett y Duchamp. El autor de Esperando a Godot -¿metáfora de la idea que nunca llega?- jugaba contra su hermano y su tío, que había vencido a Capablanca en unas simultáneas en Dublín. Para referirse a una jugada, en la novela Murphy se habla de la "ingenuidad de la desesperación". Las narraciones de Beckett se leen, indudablemente, como los devaneos de un ex prodigio y en cierta medida parecen copiar el modo y el método del ajedrez: las oraciones avanzan respondiéndose una a la otra, en estricta sucesión, como si hubiera en efecto dos rivales (y sólo dos) que únicamente pueden dar por terminada la narración cuando queden los dos reyes a solas -la escena absoluta- o por repetición de jugadas, típica circunstancia beckettiana. La defensa, de Vladimir Nabokov, es tal vez la ficción que mejor describe el aleteo del descubrimiento del ajedrez en un niño y las posteriores disfunciones de un gran maestro, aunque omite el salto de un punto a otro. Omisión que, presumamos, justifica el que se trate de un prodigio, para quien todo son atajos.

Fueron muchos los escritores que leconsagraron horas al ajedrez y lo tradujeron en sus páginas: Lewis Carroll, Raymond Roussel, Rodolfo Walsh, John Healy, Braulio Arenas, Juan José Arreola, entre otros. Científicos como Alan Turing, filósofos como Wittgenstein y Daniel Dennett. Una de las analogías que rige El sobrino de Rameau, de Diderot, es el ajedrez. Más cerca, Silvina Ocampo escribía: "El jugador de ajedrez, el matemático, el equilibrista, actúan limpiamente; mientras cumplen su trabajo no tiene tiempo de ser morbosos: cabría decir lo mismo de los autores de novelas policiales". En Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, leemos:

    En adelante Kublai Kan no tenía necesidad de enviar a Marco Polo a expediciones lejanas: lo retenía jugando interminables partidas de ajedrez. El conocimiento del imperio estaba escondido en el diseño trazado por los saltos espigados del caballo, por los pasajes en diagonal que se abren a las incursiones del alfil, por el paso arrastrado y cauto del rey y del humilde peón, por las alternativas inexorables de cada partida. El Gran Kan trataba de ensimismarse en el juego, pero ahora era el porqué del juego lo que se le escapaba. El fin de cada partida es una victoria o una pérdida: ¿pero de qué? ¿Cuál era la verdadera apuesta?

Naturalmente, la visión de los grandes maestros es más puntual. Para J. H. Donner, "hay un gran encanto en las partidas en las que uno de los oponentes no juega con sensatez y sin embargo gana... Es mucho más fácil ganar una posición un poco inferior que una de tablas clavada. Nadie piensa cuando va ganando. Sólo se piensa cuando algo va mal. Siempre ha sido muy difícil para mí liquidar a un adversario. ¿Para qué ganar si ya probaste ser el mejor de los dos?". Provocador, Donner señaló una vez que el ajedrez es en realidad un juego de azar: lo que hará el otro no se puede saber.

Con respecto a las virtudes pedagógicas del juego, Panno opina que "el ajedrez es una herramienta formidable, ayuda a razonar. Es una escuela de responsabilidad porque prepara a los chicos a tomar decisiones". Para Larsen, que un chico nunca llegue a conocer el ajedrez es una catástrofe, "algo tan malo como un niño que no conoce lo que es un caballo o un piano".


Vocaciones derrotadas

El de ser jugador de ajedrez es un sueño que me persiguió sigilosa, persistentemente, y que acaso todavía no he abandonado. Hubo un momento crítico, hacia los doce, trece años, en que habría querido torcer el destino (entonces, ahora) y dedicarme incondicionalmente al ajedrez. La decisión de hacerlo -el coraje para saltar al vacío- era lo que faltaba, porque a decir verdad, lo que faltaba era el talento prodigioso que anula la indecisión de antemano, sobrepasándola e imponiéndole un porvenir. No tenía la madurez -no veo otra palabra- con que hoy veo y estudio el ajedrez (distinto, por cierto, al nivel con el que lo juego). Siempre seré un jugador mediocre: ansío salir rápido de la apertura, confío demasiado en la combinatoria -sobre todo, de la mano de la pareja de caballos- y en el sacrificio atropellado. Sigo sin descifrar aquellas horas que recuerdo, en passant, en Villa Gesell, encorvado sobre un tablero en un chalet cerrado mientras toda la familia partía a la playa. Casi un verano entero jugando a solas, reproduciendo partidas, haciéndome pasar por este y aquel jugador, reviviendo torneos remotos en un teatro privado: un solo titiritero para treinta y dos marionetas. Cultivando una larga obsesión por los nombres extranjeros, no importa de qué origen. Húngaros como Lajos Portisch y Zoltan Ribli, holandeses como Max Euwe y Jan Timman. Ajedrecistas que alcanzaban la categoría de criaturas fantásticas, como el papirólogo y especialista en jeroglíficos Robert Hübner, o los encendidos precursores Tarrasch y Schlechter. Embobado con topónimos (tara que sigo puliendo), desde el balneario de Gesell extendía tentáculos invisibles a otros: Mar del Plata, Palma de Mallorca, Wijk aan Zee, Oostende, Eastbourne, Hastings. "Muchos balnearios he recorrido durante mi vida, pero ninguno tan extravagante, abrumador y decadente como Mar del Plata. En cuanto al ambiente, se parece en algo a nuestro Oostende, pero diez veces más grande", cuenta Timman, y confiesa que recobraba fuerzas nadando en el mar.

En sus Smoking Diaries, Simon Gray revela que las partidas contra su hermano terminaban con los dos rodando por el piso, pateándose, tirándose piñas, agarrándose del cuello, y que cuando jugaba contra su padre, intentaba hacer trampa, pero no calculaba las consecuencias de haber cambiado una pieza de lugar y volvía a perder. Del otro lado del Canal de la Mancha, a los cuatro años, un niño sonámbulo llamado Max Euwe se levantó de la cama y fue a despertar a su madre para decirle: "Mamá, al rey le dieron jaque mate". Ese pequeño holandés mal dormido se consagraría campeón del mundo.


Reyes sin corona

Frente a mí tengo al ganador de innumerables torneos en los años 60 y 70, de quien Donner decía:

    Tiene en abundancia una cualidad que es más inusual entre jugadores de ajedrez que lo que se supondría. Siente un gran placer al jugar al ajedrez. Es uno de los poquísimos jugadores que conozco para quienes ganar es menos importante que jugar. Y, es notable, jugadores así ganan con más frecuencia.

Bent Larsen me mira sin parpadear y responde: "Juego todas las posiciones, lo único que me disgusta es hacer tablas". Le pregunto qué es lo que hace a un gran maestro: "Probablemente algo en el carácter". Autor de un compendio excepcional, Larsen?s Selected Games, entre sus admiradores contó con Marcel Duchamp, que una vez le dijo "de todos los pintores, algunos son artistas, pero todos los jugadores de ajedrez lo son".

Holanda es el país al que Heine decía que, si el fin del mundo estuviera cerca, emigraría de inmediato, porque allí todo sucede cincuenta años más tarde. En ajedrez ha sido todo lo contrario; parece ser, incluso, el corazón secreto de su reloj. La pasión que despierta en ese país es comparable a la que provoca en Islandia (dos países que flotan) y se nota en la excelente revista y editorial New in Chess, en los cafés de Ámsterdam, en los torneos de Hoogeveen, Groningen y Wijk aan Zee. En Holanda se refugiaron, después de la Primera Guerra Mundial, Lasker, Reti, Maroczy. En la Olimpíada de Buenos Aires de 1939, Capablanca decía en el diario Crítica que "Holanda es un país en el que el ajedrez se ha desarrollado a un nivel que secunda sólo a la Unión Soviética, y si se tiene en cuenta que se trata de un país pequeño, perfectamente podría llamárselo la nación más ajedrecística del mundo". Esos territorios bajos, anegados, tal vez hayan dado al mejor escritor sobre ajedrez hasta la fecha, J. H. Donner, cuyos artículos se recopilaron en el extraordinario The King. En 1955 decía esto del argentino Panno:

    Su principal fortaleza es saber que una partida se juega sobre el tablero, entre dos jugadores, y que la voluntad de ganar es más importante que las ideas brillantes, la voluntad de ganar y la confianza absoluta en las propias capacidades. Su mayor fortaleza -y debilidad- reside en mezclar la confianza con la confianza excesiva. Éste es el sello de los grandes campeones.

Donner vino con el equipo holandés a la Olimpíada Mundial que se jugó en 1978 en Buenos Aires y aquí este barbado fue el primer occidental en perder contra un maestro chino. (A propósito, en un cuento de Julian Maclaren-Ross, dos chicos están jugando una partida y uno le dice al otro que mire la barba del rey, porque "por supuesto que tiene barba, necio, las barbas van con el ajedrez. Todos los ajedrecistas tienen barba".) En The Human Comedy of Chess, Hans Ree comenta:

    Donner una vez declaró que era probablemente el único maestro en saber la fecha exacta del día en que aprendió las reglas del ajedrez. Fue en el colegio el 22 de agosto de 1941, cuando tenía catorce años. Lo recordaba con claridad porque cuando regresó a su casa ese día le dijeron que su padre había sido arrestado por los alemanes y deportado.

El ser humano parece ser más exigente, más preciso, cuando se ocupa de lo improductivo: contemplar unas rocas, unos insectos, unas piezas sobre un tablero. Su fervor por lo intangible es capaz de llevarlo a la cima de la perseverancia y la vanagloria más misteriosas. En una clase, Bent Larsen habló del día que Emanuel Lasker perdió una partida en unas simultáneas y los organizadores no se atrevieron a anunciarlo: "Por los altoparlantes dijeron: "Treinta y nueve partidas ganadas, una partida tablas". No hubo aplausos". Larsen no oculta sus lágrimas: "Cada vez que pienso en eso, lloro. No entiendo a los actores cuando dicen que necesitan diez minutos y una luz especial y otras cosas para emocionarse. Pienso en eso y lloro enseguida". En esta inmediata y profunda comprensión del sentido del orgullo y de la humillación, en la reverencia de un maestro por otro, se me ocurre que residen al menos dos de los secretos de un arte que no tiene fin. El ajedrez: novela de suspenso entre dos lectores que tratan de adivinarse, cuyo vencedor será el que mejor lea al otro, el que se convierta en el verdugo.

Por Matías Serra Bradford