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lunes, 24 de enero de 2011

Desarrollo psicomotor, el recién nacido, secuencias de desarrollo.

Desde el punto de vista patológico se pueden oponer, grosso modo, los niños hipotónicos que durante mucho tiempo se caen hacia delante y tienen la espalda redonda, a los niños hipertónicos, en quienes el intento de adoptar la posición sentada determina un envaramiento de la espalda y cuyos miembros inferiores permanecen doblados, lo que les hace resbalar hacia atrás. En realidad, numerosos encefalópatas conservan largo tiempo un tono de tipo neo-natal, hipotonía de la cabeza y del tronco e hipertonía de los flexores de los miembros inferiores; con suma frecuencia se caen de lado a causa de la hipertonía de los aductores, que no les permite una suficiente estabilidad.

3) Posición en pie. — Hemos descrito ya el reflejo de enderezamiento estático del recién nacido. Recordaremos, simplemente, que tal reflejo no es constante ni mucho menos.

ASTASIA DEL NIÑO DE PECHO DE 2 a 6 MESES



Desaparece, en todo caso, entre el primero y el segundo mes, y hasta alrededor de los seis meses el niño no sostiene del todo el peso del cuerpo (astasia del niño de pecho de A. Thomas). 


A partir de este momento, puesto en pie, se yergue apoyándose en las piernas  (esto es, de forma mas enérgica, más rápida que el recién nacido), pero permanecer poco tiempo en esa posición pues se le doblan las piernas. Hacia los ocho o nueve años es capaz de mantenerse mayor rato, pero con un apoyo. Hemos visto que, en dicho momento, en la posición sentada su columna aparecía recta. Todavía no tiene lordosis lumbar y puesto en pie echa las nalgas atrás:


EL NIÑO DE 8-9 MESES EN PIE, ECHA LAS NALGAS HACIA ATRÁS.


Uno o dos meses más y por fin se dibuja la lordosis; ya es capaz de sostenerse  con un mínimo apoyo:

EL NIÑO DE 10 MESES: LORDOSIS LUMBAL

Asimismo, en esta época puede levantarse y ponerse en pie valiéndose de un apoyo. Si se le cogen las manos estando sentado, dobla primero los miembros inferiores, luego extiende los diversos seg¬mentos; este enderezamiento activo pone en juego músculos antagonistas y sinérgicos, es la antítesis del enderezamiento reflejo del recién nacido y del encefalópata hipertónico que describiremos al final de este capítulo.


A los catorce meses puede ponerse en pie solo, pero todavía se incorpora a semejanza del mono, adelantando primero las manos. Unos meses más y se levantará merced al relajamiento de los miembros inferiores, ayudados por el impulso de los miembros superiores.

4) El caminar. — Sólo nos referiremos al andar automático del recién nacido para decir que en los niños normales desaparece alrededor de los dos meses, estableciéndose un período de abasia. El niño, a partir del momento en que puede sostener cierta fracción de su peso (cinco o seis meses), intenta dar pasos (si se le inclina adelante), pero por. lo general ésto suelen ser aislados, sin llegar a fundirse en un movimiento de marcha.

En el período siguiente puede caminar sujeto por ambas manos (el inicio de esta fase lo fijaremos, aproximadamente, en los 9 ó 10 meses). Tal como hace notar M. B. McGraw (1943), el niño en este período se contempla los pies, lo que constituye el indicio de una nueva coordinación.

Dos o tres semanas más y podrá caminar cogido de una mano, pero la gran etapa es la de los primeros pasos independientes. Por término medio, el niño se suelta al año, algunos a los diez meses, otros esperan, por el contrario, los dieciocho meses. En este último grupo figuran los hipotónicos no patológicos de una parte y, de otra, los niños asustadizos. Digámoslo rotundamente: la edad de caminar no tiene la menor relación, en la escala normal, con el desarrollo de la inteligencia. El paralelismo psicomotor es una cómoda añagaza. Todo lo más puede afirmarse que los oligofrénicos caminan mucho más tarde; su retraso en caminar traduce la lentitud anormal de la maduración en general, pero también en este caso, cuando el andar sea normal, el psiquismo nunca lo será.

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